Introducción
La transfusión de sangre es uno de los procedimientos fundamentales que se necesita a diario en los centros hospitalarios para cubrir el déficit sanguíneo de una amplia variedad de condiciones clínicas y quirúrgicas.1) En el 2012 y 2013, un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sugiere que es necesario que al menos 1 % de la población (10 por cada 1000 habitantes) done sangre anualmente para satisfacer la demanda mínima en un país.2,3) Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que el promedio de personas que han donado sangre por cada 1000 habitantes durante el 2011 fue de 39,2 en países de ingresos altos, 12,6 en países de ingresos medios y 4,0 en países de ingresos bajos.4
En 2016, un informe realizado por la OMS acerca del número de transfusiones de unidades de sangre total y glóbulos rojos por cada 1000 habitantes en 17 países de América, concluyó que el primer lugar fue ocupado por Estados Unidos (con 41,0 transfusiones), seguido por Canadá (30,0), Perú estuvo en el penúltimo lugar (con 6,0), antes de Haití.5 Adicionalmente, el Ministerio de Salud del Perú reportó que en 2013, se recaudó 204 871 unidades de sangre, de los cuales el 95,4 % provinieron de donantes de reposición y 4,6 % de donantes voluntarios.6 Coincidentemente, los reportes del Programa Nacional de Hemoterapia y Bancos de sangre (PRONAHEBAS) del Perú encuentran que solo 1 de cada 10 donantes son voluntarios.7
Los estudiantes de medicina son un grupo idóneo como potenciales donantes voluntarios de sangre ya que está conformado en su mayoría por jóvenes que tienen buen estado de salud, durante su formación adquieren conocimientos sobre este proceder y comprenden su uso en la práctica médica. Sin embargo, estudios previos en estudiantes de medicina han reportado porcentajes variables de haber donado sangre al menos una vez en su vida: 47,7 % en estudiantes de quinto año (su último año) de medicina de la Universidad de Mumbai en India;8 27 % en los de tercer al quinto año de la Universidad de Khartoum en Arabia Saudita;9 20,7 % en los del segundo al quinto de la Universidad de Carabobo en Venezuela;10 16,5 % en los de primer año hasta el último año de la universidad de Madhya Pradesh en India.11
En Perú, un estudio realizado en el año 2004 que incluyó 265 estudiantes de una universidad privada de Lima reportó que el 14,8 % de primer año y 10,9 % de cuarto donó sangre al menos una vez.12 Algunas investigaciones han evaluado los factores asociados a la práctica de donación de sangre en estudiantes de medicina, y encontraron mayor frecuencia de donación en varones,8,9,13 en quienes cursan el bloque preclínico,11 y en quienes tienen conocimientos y actitudes positivas sobre la donación de sangre.14
La carencia de estudios al respecto dificulta llevar a cabo estrategias de promoción de donación de sangre en estudiantes de medicina en Perú. Los de del séptimo año realizan el internado médico por un periodo de 12 meses (de enero a diciembre), el cual consiste en realizar prácticas pre-profesionales en una o más sedes hospitalarias, que pueden pertenecer al ministerio de salud (MINSA), al seguro social (EsSalud), a las sanidades (fuerzas armadas, marina, ejército) o a clínicas privadas. Por ello, el objetivo del presente estudio es determinar la frecuencia en donación voluntaria de sangre y sus factores asociados en estudiantes de medicina del último año (internos) en 12 ciudades del Perú.
Material y Métodos
Se realizó un estudio transversal analítico prospectivo realizado en internos de medicina en 35 hospitales de 12 ciudades del Perú, durante el periodo de enero a abril de 2016.
La población de estudio fue un total de 1229 estudiantes que se encontraban realizando el internado de medicina en 35 sedes hospitalarias (21 del MINSA y 14 del EsSalud) distribuidas en 12 ciudades del Perú: cinco sedes, Lima (Lima); una sede, Piura (Piura); dos sedes, Trujillo (La libertad); cuatro sedes, Chiclayo (Lambayeque); tres sedes, Chimbote (Ancash); tres sedes, Ica (Ica); tres sedes, Pucallpa (Ucayali); tres sedes, Cusco (Cusco); dos sedes, Puno (Puno); dos sedes, Ayacucho (Ayacucho); cinco sedes, Arequipa (Arequipa); y dos sedes Tacna (Tacna).
Estas sedes hospitalarias fueron seleccionadas por conveniencia de los investigadores, por tener facilidad para conseguir los permisos correspondientes, realizamos la encuesta a todos los internos de medicina. Entre los criterios de elegibilidad, se incluyó a internos de medicina que aceptaron participar del estudio previo consentimiento informado. Se excluyó a aquellos participantes que no habían respondido a la variable principal: donación de sangre.
Aceptaron participar en el estudio y respondieron a la encuesta 652. Luego del control de calidad se eliminó 15 encuestas por estar incompletas. La muestra final estuvo conformada por 637 participantes, se obtuvo una respuesta de 51,8 % del total de internos de medicina.
Para el estudio se confeccionó una ficha de recolección de datos compuesta por siete ítems a partir de una revisión de la literatura de estudios similares referidos a las prácticas de donación de sangre en estudiantes de medicina.8,9,11,13,14 En el mes de febrero, se efectuó un piloto en 35 internos de medicina para comprobar el entendimiento de las preguntas, se determinó el tiempo promedio para completar toda la encuesta en 6 minutos. El instrumento usado fue revisado por dos médicos epidemiólogos.
La variable dependiente de interés fue el número de veces que el encuestado ha donado sangre de forma voluntaria. Esta variable fue categorizada de dos formas para su análisis: si donó sangre al menos una vez (sí o no) y si donó al menos tres veces (sí o no).
Las variables independientes recolectadas fueron: sexo (masculino o femenino), edad (en años, posteriormente dividida en terciles), religión que profesa (católica, otras religiones o ninguna), financiamiento de la universidad en la que estudia (pública, privada o extranjera) y sede del internado (MINSA, EsSalud u otras).
Procedimientos
Entre octubre a diciembre de 2015, se realizó una convocatoria abierta a estudiantes de medicina miembros de la Sociedad científica médico estudiantil peruana (SOCIMEP) para conformar un equipo multicéntrico de investigación en donación de sangre, y participar como encuestadores del presente estudio. En enero de 2016, estos encuestadores fueron entrenados sobre los objetivos de la investigación y la aplicación de la encuesta.
Se solicitó la lista de internos de cada una de las sedes hospitalarias. Entre febrero y abril de 2016 se trató de encuestar a todos los internos que se encontraban laborando en cada sede hospitalaria. Para ello, cada encuestador realizó al menos dos visitas para buscar a los internos en su respectiva sede, durante sus horarios libres de actividades académicas y laborales, les explicó el objetivo del estudio, realizó el consentimiento informado, y en caso de aceptar participar les entregó el cuestionario auto-aplicado.
Posteriormente, los datos fueron ingresados por los encuestadores a una base de datos en Microsoft Excel. Posteriormente, se realizó un control de calidad de la base de datos, para buscar registros duplicados y respuestas no plausibles.
Para el análisis de los datos se utilizó el software STATA en su versión 13 para el análisis estadístico. Para la presentación descriptiva de los resultados, se usaron frecuencias absolutas, porcentajes, medidas de tendencia central y medidas de dispersión.
Para determinar los factores asociados a haber donado sangre alguna vez y a haber donado sangre al menos tres veces, se utilizaron modelos de regresión logística de efectos mixtos, en los cuales se calcularon efectos aleatorios para los conglomerados formados por el hospital en el que se encontraban realizando el internado, de la siguiente manera: Outcome = β 0 + β 1 *Exposición + … + Zu + e; donde: Z=efecto aleatorio de u, u= hospital en el que el interno realiza el internado, y e=error. De esta manera, se calcularon odds ratios crudos (OR) y ajustados (ORa) y sus intervalos de confianza al 95 % (IC 95 %).
Para los modelos ajustados se incluyeron las variables de interés: sexo, edad, religión y universidad.
Se respetaron los derechos de los participantes acorde con los principios éticos de la Declaración de Helsinki. Los datos recabados mediante cuestionarios fueron confidenciales. La participación en el estudio fue voluntaria a través de un consentimiento informado.
Resultados
Participaron 637 (51,8 % del total) internos de medicina. El 50,2 % de los participantes fueron mujeres, la edad promedio fue 24,5 años (desviación estándar: 2,14 años). El 70,1 % se definieron como católicos. El 53,1 % provino de una universidad peruana privada. El 84,8 % realizó su internado en una sede del MINSA. Se encuestó entre 22 y 95 internos por cada ciudad. El 59,8 % nunca ha donado sangre voluntariamente, el 22,9 % ha donado sangre voluntariamente una sola vez, el 10,2 % dos veces y el 7,1 % tres o más veces. (Tabla 1).
Entre los factores asociados con haber donado sangre voluntariamente al menos una vez en su vida, se encontró que estuvo asociado con tener más de 25 años (ORa: 2,00, IC 95%: 1,05 - 3,83). (Tabla 2).
Asimismo, se encontró que el sexo femenino estuvo asociado inversamente con haber donado sangre voluntariamente al menos tres veces (ORa: 0,15, IC95%: 0,05 - 0,43). (Tabla 3).
Discusión
En nuestro estudio al encuestar a 637 internos de medicina de 12 ciudades del Perú, se encontró que el 40,2 % donó sangre al menos una vez en su vida, cifra relativamente alta en comparación con otros estudios realizados en estudiantes de medicina que encontraron las siguientes cifras: 47,7 % en estudiantes de quinto año (su último año) en Mumbai en India,8 10 % en los de primer y segundo año de Kerala, India;13 41,4 % del último año y 38,4 % de primer año en Belgrado, Serbia;15 32,4 % en los de primer año de Lahore en Pakistan;16 27 % de tercer a quinto año de Khartoum en Arabia Saudita;9 y 20,7 % de segundo hasta quinto año de Carabobo en Venezuela.10
En Perú, un estudio realizado en una escuela de medicina de Lima encontró que el 14,8 % de estudiantes de primer año y 10,9 % de cuarto donó sangre alguna vez.12 Este resultado es inferior al encontrado en nuestro estudio realizado en estudiantes del séptimo año, probablemente debido a que nuestra población, al haber estado más años en contacto con el ambiente médico, ha tenido más oportunidades de donar sangre. Asimismo, es probable que durante el internado, que es un ejercicio laboral realizado en una sede hospitalaria, la sensibilización de los estudiantes de medicina haya sido mayor.
Igualmente, se obtuvo como resultado que el 7,1 % de los internos donaron sangre al menos tres veces en su vida. Esta cifra es menor a la reportada en otros estudios: 18,8 % en estudiantes de quinto año de Mumbai, India8) y 9,4 % en los de tercer a quinto año de Khartoum, Sudan.9 Esta diferencia de porcentajes sugiere que, si bien un buen porcentaje de los estudiantes encuestados pueden haber donado sangre en alguna situación particular, muy pocos suelen hacer de esto un hábito.
Los estudiantes de carreras de la salud serían un grupo importante en quienes consolidar el fomento de una cultura de donación de sangre. Para ello, algunas estrategias han demostrado ser eficaces en las facultades de medicina como la organización de campañas de donación de sangre,17 el uso de mensajes de texto18 y sesiones presenciales interactivas de concientización.19 Idealmente, dichas estrategias deben ser evaluadas en nuestro contexto para decidir su uso.
Estudios previos reportan que las estudiantes de Pakistán,20 de primer al quinto año tuvieron menor frecuencia de donación de sangre que internos de medicina de India,8 estudiantes de tercer al quinto año de Arabia Saudita9 y de los de primer y segundo año de India,13 estas indagaciones sugieren que las razones de una baja participación de donación de sangre femenina se debe a bajos niveles de hemoglobina, menor peso corporal, anemia, reacciones adversas como mareos y desmayos, miedo de infectarse, incomodidad, dependencia del permiso de los padres y tabús que las consideran un “sexo débil”.8,9,13,20
De acuerdo con lo anterior, las campañas de concientización deberían luchar contra este estigma, y aclarar que, si bien se cree que fisiológicamente las mujeres pueden demorar un poco más en recuperar sus niveles de hemoglobina después de una donación, esto no las imposibilita de donar.21,22
Nuestro estudio mostró que, si bien las mujeres tuvieron una menor frecuencia de donación de sangre, al menos tres veces, la periodicidad de haberlo hecho alguna vez en su vida fue similar a la de los varones. Esto podría significar que las barreras para la donación de sangre por mujeres en Perú son menores a las de otros reportes, o a que en el contexto evaluado es común que los estudiantes se vean en la necesidad de hacerlo, aunque no constituye un hábito.
Las campañas y medios de comunicación deben animar no solo a varones sino también a mujeres hacia la donación de sangre.23 Se recomiendan estudios que profundicen las motivaciones y opiniones sobre este acto en las estudiantes de medicina.
Los internos de medicina que tenían entre 26 a 42 años donaron sangre al menos una vez en su vida, este resultado es similar a un estudio realizado en estudiantes de ciencias de la salud con edades mayor o igual a 25 años.24 Esto puede deberse a que los participantes de mayor edad estuvieron más expuestos a oportunidades de donar sangre con anterioridad que los más jóvenes.
Entre las limitaciones del estudio, está que sus resultados no pueden ser extrapolables (sesgo de selección), por la baja tasa de respuesta de internos (53,1 %). Además, el hecho de haber recolectado la variable principal por auto-reporte podría caer en sesgos de memoria o de deseabilidad social. Sin embargo, durante las encuestas se brindó el tiempo necesario para responder las preguntas, y se especificó que era anónima.
El presente estudio, al ser uno de los primeros realizados en estudiantes de medicina peruanos, y al haber realizado una encuesta multicéntrica en 637 internos, resulta de utilidad para entender mejor la situación de la práctica de donación de sangre en este grupo.
Conclusiones
Cuatro de cada diez internos han donado sangre voluntariamente alguna vez, menos de uno de cada diez lo han hecho al menos tres veces. En cuanto a los factores asociados, la mayor edad estuvo asociada a haber donado sangre voluntariamente alguna vez. Las mujeres tuvieron menor frecuencia donación al menos tres veces.