Introducción
Las actividades que se desarrollan en las universidades, en general, están sujetas a procesos de evaluación y/o evaluación de impacto, ya sea ante autoridades de la misma institución o ante instancias externas. En el ámbito de la docencia existen dos claras tendencias: la primera y las más común, se orienta hacia el control administrativo del docente; la segunda, que se corresponde con el propósito de este trabajo, está encaminada a la evaluación de los programas de formación y superación del personal docente, con el propósito de identificar su impacto en los profesores que lo cursan, así como en la mejora del proceso de enseñanza y de aprendizajes (Loredo, Romero & Inda, 2008).
En la Universidad de Cienfuegos, como parte de la superación profesional del docente universitario, se desarrolla cada año académico una versión del Diplomado de Docencia Universitaria, (DDU) con el objetivo de contribuir a la formación, desarrollo, actualización de los docentes de la institución. A partir del año 2011, como resultado de una tesis doctoral, Baute (2011), y hasta la fecha, se ha realizado la sistematización de esta experiencia, así como la evaluación del impacto de dicho programa, por la Dirección del Centro de Estudios de Didáctica y Dirección de la Educación Superior (CDDES) como condición indispensable para su constante perfeccionamiento.
Esta alternativa de formación está conformada por cinco módulos, el sistema de evaluación instaurado está dado sobre la base de la relación intrínseca, que se establece, con la práctica educativa, tal como fue presentada por Freire en varias de sus obras. Con ello se pretende que los profesores incorporados al diplomado asuman, cada vez con mayor fuerza, el uso de la evaluación democrática, cuya denominación ha sido modificada en las últimas décadas, evaluación participativa, evaluación formativa, pero lo esencial es lograr que los docentes desarrollen, la disponibilidad para el diálogo, la criticidad, el respeto a los saberes de los educandos, y a su vez, la capacidad para evaluar su propia práctica, a partir de una comprensión crítica y dialéctica y convencidos de que el cambio es posible y además condición para que los estudiantes aprendan a aprender.
Tal aseveración en criterio de los autores del trabajo está sustentada en la necesidad de partir del conocimiento y del análisis crítico y reflexivo de las propias prácticas de los participantes, de la teoría que se analiza, discute, valora, a través de los módulos del diplomado, que les permite adquirir los conocimientos, habilidades y valores que actualicen el ejercicio docente para transformar y mejorar sus prácticas docentes en aras de que el proceso de formación de los estudiantes universitarios, que ellos dirigen, responda a los requerimientos actuales del país, del contexto internacional y les permita un positivo desempeño laboral y social. Tal demanda está condicionada por el ejercicio de la profesión docente en la educación superior contemporánea.
A decir de Freire (1996), “no es posible practicar sin evaluar la práctica. La práctica necesita de la evaluación como los peces necesitan del agua y los cultivos de la lluvia” (p.83). En Pedagogía del Oprimido, el autor, registra su crítica vehemente a los sistemas de evaluación pedagógica que desde mediados de la década de los 90, del pasado siglo, prevalecen y propone a los educadores la necesidad de comprometerse con la lucha a favor de la evaluación como procedimiento de apreciación del quehacer de los sujetos críticos al servicio de la liberación, como fundamento de la metodología de la educación popular.
Los módulos del DDU se desarrollan fundamentados en la Didáctica Crítica, la Pedagogía Liberadora, con el propósito de dotar a los docentes de metodologías, estrategias y otras herramientas que les permita realizar su práctica educativa, interrelacionando la teoría, la investigación, el contexto, la institución, y además ser capaces de descubrir cómo ello impacta en el desarrollo integral de sus alumnos, de sus colegas y en el suyo propio.
Evaluar la práctica es analizar lo que se hace, los resultados obtenidos, con la finalidad de transformarla de manera positiva y sistemática y con ello lograr la eficiencia y pertinencia de los procesos que se dan en el aula. A decir de Freire (1997), para lograr una práctica educativa reflexiva y critica es preciso que el profesor evalúe su propio actuar con los educandos: “es lo que yo intenté hacer y continúo haciéndolo, tener una comprensión crítica o dialéctica de la práctica educativa”. (p. 33)
Para Añorga (2004), el impacto se traduce en los efectos sobre una población amplia: comunidad, claustro, entorno, estudiante, administración, identificando efectos científico - tecnológicos, económicos - sociales - culturales - institucionales, centrados en el mejoramiento profesional y humano y en su superación.
Identificar de antemano los impactos, permite asumir decisiones acerca de qué intervenciones deben proceder, cómo realizarlas, así como adoptar medidas para minimizar los daños y maximizar los beneficios, sobre la base de una evaluación bien planeada.
La evaluación de impacto constituye una adecuada estrategia, útil para retroalimentar los programas de formación posgraduada en las universidades, por ello el propósito de este trabajo se orienta a conocer el impacto del DDU, de la UCf, en particular, en la actualización de conocimientos, habilidades y valores en los cursistas y su contribución al fortalecimiento de los modos de actuación que requiere el profesor para transformar la realidad educativa, en las condiciones de la Universidad Cubana actual, teniendo como premisa que el docente en la educación superior ejerce una segunda profesión, la docente, para la que no fue formado en la enseñanza precedente.
Desarrollo
El programa de DDU, durante ocho años de puesta en práctica, ha obtenido resultados de importancia que le han conferido una posición destacada en el territorio cienfueguero, en el trabajo se utilizan como métodos científicos la sistematización y la metodología de la educación popular, y sobre esa base fue estructurado inicialmente Baute (2011), y luego cada año se ha perfeccionado como resultado de las encuestas de satisfacción aplicadas luego de impartido a los cursistas.
La teorización acerca del aporte de la sistematización de la superación posgraduada y su contribución a la mejora de la práctica pedagógica, está asociada a concepciones de transformación de la práctica social y como posición crítica a la pedagogía bancaria, que de alguna manera se ha manifestado también en el postgrado a nivel internacional y nacional, en criterio de Baute (2011). Por lo que aparece en la formación posgraduada la necesidad de promover el proceso educativo a partir de explicaciones verdaderas, de la participación activa, de contemplar la historicidad de las instituciones de nivel superior, como consecuencia de la búsqueda para mejorar el desempeño profesional de los egresados, normado así además en el Reglamento de Posgrado de la República de Cuba (Cuba. Ministerio de Educación Superior, 2019).
Se hace necesario desarrollar la superación del profesor universitario centrada esencialmente en el fortalecimiento de sus modos de actuación, como garantía para contribuir a transformar su realidad educativa, a la altura del siglo XXI, teniendo en cuenta que los docentes universitarios ejercen una segunda profesión para la que no fueron preparados, en enseñanzas precedentes; lo que impone nuevos retos a las alternativas de superación en que participan, aunado al desarrollo de las ciencias en todas las ramas del saber, y en particular de las Ciencias Pedagógicas y otras afines.
Los autores del presente trabajo atribuyen a la sistematización y la educación popular, gran importancia, ya que fundamentan la valoración permanente de los resultados ya que tienen un enfoque epistemológico de amplia aplicación en las instituciones educativas de nivel superior interesadas en potenciar la independencia, la participación, el dialogo, la autorrealización y la transformación del docente, mediante programas de superación posgraduada, para de esa manera contribuir a perfeccionar la formación de las presentes y futuras generaciones. En experiencia de las autoras, la participación activa de los cursistas durante todo el proceso formativo, posibilita su perfeccionamiento sistemático, pero a su vez la alta satisfacción de los participantes al contribuir a su mejora constante, ello impacta positivamente en la formación posgraduada y sus resultados en la Educación Superior.
Estos tiempos han traído una renovación del accionar de la educación y como resultado la instauración de la educación popular como una metodología educativa, propuesta para todos los ámbitos, la cual, en su acumulado, tiene prácticas cada vez más amplias, una teoría y una pedagogía con múltiples resoluciones metodológicas e infinidad de creativos dispositivos, lo que da signos de su vigor para seguir creyendo y mostrando cómo otro mundo es posible, y él comienza a nacer en quienes asumen esta propuesta educativa para su quehacer.
La educación popular también inicia reelaboraciones de propuestas teóricas y prácticas conceptualizaciones, las cuales buscan dar respuesta a estos tiempos cambiantes y de transición, denominados de múltiples maneras. Algunos de ellos son: sociedad del conocimiento (Drucker, 1992), la era del acceso (Rifkin, 2000), mundo post-moderno (Vattimo, 1992), sociedad informacional (Castells, 1999), y muchos otros que muestran formas y tendencias de un tiempo histórico de modificaciones profundas en la manera de reproducirse la vida, la sociedad y por ende el conocimiento y el aprendizaje.
La sistematización como método científico responde, a una concepción desarrolladora del aprendizaje. Autores como González Maura (2007); Isla Guerra, (2004); Baute (2011), entre otros estudiosos del tema, desarrollan concepciones sobre la sistematización y sus aportes al desarrollo del conocimiento por medio del análisis reflexivo y crítico de las prácticas pedagógicas donde los actores tienen un papel importante en el desarrollo de la teoría desde la práctica.
Ellos conciben la sistematización como una fuente de sapiencias muy vinculada a la formación, al saber pensar, inferir, al análisis de fenómenos que la experiencia propone transformar y adecuar a las necesidades individuales y colectivas del conocimiento, las habilidades, valores, modos de actuación de los individuos, lo que permite inferir que la sistematización contribuye a la mejora de la formación docente, a la transformación de la práctica y, por tanto, responder a las demandas de la sociedad a las instituciones educativas.
Para los autores del presente trabajo la sistematización unido a la educación popular, constituyen procesos que contribuyen a la formación de los participantes, en cuanto a conocimientos, habilidades, valores, y a la transformación de sus modos de actuación, en este caso, mediante el DDU los profesores desarrollan conocimientos, habilidades y modos de actuación actualizados, en el campo de la Pedagogía, en correspondencia con sus necesidades, que se materializa en la transformación de su práctica hacia un cambio educativo exitoso, y cuyo punto de partida lo constituye su propia práctica.
El impacto del DDU se evalúa, para conocer la magnitud del cambio producido en relación al ámbito al que está dirigido el programa, es decir a la formación de los profesores universitarios y la modificación positiva de su práctica, para dar respuesta a las exigencias sociales.
Evaluar impacto de programas de superación de los profesores universitarios, no se realiza con frecuencia, dado las dificultades que entraña desde el punto de vista material y humano, no obstante, los autores consideran que es una estrategia necesaria para garantizar la calidad de los programas de formación de docentes, conocer la magnitud de los cambios producidos, los factores relacionados con dichos cambios, e impulsar de forma positiva y exitosa los procesos de aprendizaje.
Ello fundamenta no solo el diseño de la propuesta de evaluación del impacto del DDU, sino además el perfeccionamiento sistemático de los contenidos de los módulos que conforman el diplomado, donde no solo participa el docente que lo imparte, sino además los cursistas, por el rol protagónico que tienen, y propicia además valorar su aporte en la actividad formativa, lo que posibilita perfeccionar el propio proceso formativo.
Tal combinación permitió vincular la práctica y la teoría en un proceso de retroalimentación, generando nuevos conocimientos transformadores de la realidad educativa, así como estimular la permanencia de los cursistas en acciones formativas sistemáticas a través del dialogo, fomentar los aprendizajes como proceso profundo de formación y avance hasta alcanzar el resultado final en la defensa de trabajos de curso.
En el trabajo se valoran los resultados de la evaluación del impacto del DDU con el fin de conocer como sus contribuciones teóricas y prácticas contribuyen al fortalecimiento de los modos de actuación del profesor para transformar su realidad educativa, a partir de la mejora sistemática de la superación pedagógica que aporta el programa. Es por ello que se valora el cumplimiento del objetivo, el objeto y el eje temático según Baute (2011), mediante el análisis de cada una de las acciones contempladas en la propuesta a través de las fases y las etapas diseñadas y aplicadas durante este periodo evaluado.
Uno de los componentes más importantes para la evaluación de impacto fue la determinación de las dimensiones que fueron considerados durante el proceso de la recogida de información, coincidimos con Tejada & Fernández (2007), al definir, en este caso, tres dimensiones que explican el impacto de los programas de formación y sirven de base para desarrollar el proceso de evaluación.
Satisfacción: características del programa, funcionamiento, índice de calidad.
Preparación: incremento de los conocimientos, habilidades, luego de participar en el programa y transferencia de la preparación adquirida al puesto de trabajo.
Mejora del status profesional: cambio de categoría docente, cargos de dirección académica.
Las fases que se emplearon para evaluar el impacto del DDU, considerando las dimensiones anteriormente declaradas, son las siguientes:
-Diagnóstico, como punto de partida para determinar y adecuar el contenido de cada módulo del diplomado, para ello se consideran las necesidades de los participantes, sus experiencias, opiniones, a partir de ello quedó incluido un nuevo módulo sobre trabajo metodológico en la Educación Superior y fueron incorporados diferentes contenidos incluidos en los módulos propuestos a solicitud de los propios cursistas, lo que posibilitó la actualización sistemática de los diferentes módulos.
-Revisión de las encuestas de satisfacción aplicadas luego de concluido cada versión del diplomado a los profesores participantes, reflejan satisfacción por los contenidos, los métodos, las formas y las evaluaciones aplicadas en cada uno de los módulos, la valoran como pertinentes y que contribuye a la solución de problemas de la práctica educativa, en ocasiones se manifiestan problemas de asistencia por coincidir con otras actividades planificadas en los departamentos docentes a los que pertenecen, pero se buscan alternativas. Lo anterior es reflejo de la complejidad de las alternativas formativas que se ofrecen, que muchas coinciden y, en ocasiones, los directivos académicos no respetan el tiempo para la superación posgraduada a los docentes.
Sin embargo, la evaluación realizada permite perfeccionar el proceso formativo y profundizar en la necesidad de mantener este proceso sistemático para develar alternativas formativas que permitan al profesor alcanzar logros significativos en su desempeño.
-Análisis de los resultados de cada versión del diplomado, cantidad de docentes que inician y vencen el diplomado y en satisfacción mediante la aplicación y análisis de la encuesta que se aplica al finalizar el diplomado, lo que constituye requisito para el perfeccionamiento de nuevas ediciones del mismo, ello se realiza respetando las etapas para la evaluación de impacto relativas a la revisión de las encuestas de satisfacción; organización; ejecución. Cada etapa al contener los elementos que de manera organizada y ordenada fundamentan la sistematización, permitió evaluar el grado de cumplimiento del objetivo, el objeto, el eje temático declarados para la sistematización del diplomado por Baute (2011), así como la realización de un diagnóstico inicial como punto de partida de las etapas que conforman los componentes de la sistematización.
Valoración del cumplimiento de la primera etapa de la evaluación de impacto:
Revisión de las encuestas de satisfacción aplicadas al finalizar la versión anterior. La planeación. Se propició la divulgación del inicio de nueva versión del DDU, la preparación del claustro, la revisión de los programas y el aseguramiento de recursos y locales, así como la divulgación de la frecuencia y día del diplomado. Inicio de nueva versión y seguimiento para ajustes necesarios según necesidades de los participantes.
La implementación de la planeación se realizó mediante un grupo de acciones, entre las que se destacan; elaboración de registro para la sistematización, selección de los años a tener en cuenta para el estudio de documentos, revisión con énfasis en el grado de satisfacción de los cursistas y las sugerencias para nuevas ediciones. Se incluyó además el criterio de cada docente responsable de la impartición de cada módulo.
Valoración del cumplimiento de la segunda etapa de la evaluación de impacto:
Fueron ordenados los contenidos por módulos y por temáticas para facilitar que se tengan en cuenta las necesidades manifiestas en el diagnóstico realizado y los intereses institucionales, su revisión, con la finalidad de cumplimentar con la máxima eficacia el objetivo declarado en la propuesta de sistematización.
Las acciones de implementación de la etapa de organización permitieron: Determinar la matricula, los docentes para cada módulo y los recursos materiales y humanos imprescindibles para la sistematización. Esta se caracterizó por una proyección estratégica de la racionalidad de tiempo para garantizar calidad y pertinencia de la propuesta.
Valoración de la implementación de la tercera etapa:
Ejecución, se realizó la sistematización de los módulos del DDU en el periodo seleccionado, cuyo objetivo, objeto y eje fueron declarados con anterioridad, dirigida a la implementación de los resultados de la revisión, al perfeccionamiento del proceso formativo de los cursistas, con el fin de mejorar dicho proceso, haciendo énfasis en el trabajo colaborativo en cada módulo como fuente de aprendizajes. Se dio seguimiento a la propuesta que aseguró el funcionamiento y desarrollo normal de la sistematización, a la orientación, supervisión y motivación de los cursistas que luego del estudio realizado se encuentran en diferentes etapas de su formación continua, algunos de ellos se incorporaron a la Maestría en Educación y otros al Doctorado en Ciencias Pedagógicas elemento clave del grado de satisfacción de los cursistas participantes en el diplomado por continuar en formas más complejas de formación como docente de la educación superior, lo que contribuyó a elevar la pertinencia del claustro universitario.
Valoración de la implementación de la cuarta etapa:
Evaluación, posibilitó valorar la realización de cada una de las etapas, donde se evidenció el cumplimiento del objetivo, el objeto y el eje temático trazados al inicio, las fortalezas e insuficiencias fueron registradas para su posterior análisis, así como la contribución de la sistematización a otras alternativas de superación no contempladas en el periodo de tiempo que se tomó para el actual estudio.
La implementación de la etapa de ejecución se realizó mediante la supervisión de todos los módulos del diplomado en cada una de sus versiones en el periodo seleccionado, lo que permitió estudiar los documentos en búsqueda de tendencias y regularidades manifiestas fundamentalmente en la actualización de los contenidos de los módulos y los resultados alcanzados. Se registró la información, fundamentalmente, resultados de cada versión del diplomado, temáticas que se introdujeron a solicitud de los cursistas.
Se insiste en la importancia que tiene para los docentes la permanente actualización en contenidos referidos a la docencia universitaria, se fortalece y acelera la formación a través del aprendizaje colaborativo y problematizador, en los encuentros presenciales que se realizan según programa, lo que los prepara para el ejercicio de manera flexible, contextualizada y desarrolladora de su docencia.
Los resultados alcanzados al evaluar el impacto del DDU en la superación de los docentes de la Universidad de Cienfuegos, llevo a reconocer por la institución la necesidad de priorizar la superación posgraduada, y en particular el diplomado, como alternativa de actualización y articulación con el trabajo docente metodológico y científico metodológico y sus potencialidades y para fortalecer la formación docente tanto académica como científica.
Alertó, además, la necesidad de estructurar programas de formación a los directivos académicos que complementen su preparación para dirigir y gestionar de manera coherente, estratégica e intencionada su capital humano, en los departamentos docentes, en función de mejores resultados en la formación de los mismos.
Destacan como momentos significativos del tributo de la sistematización:
Reconocer en la evaluación del impacto del DDU la necesidad de dar seguimiento a la introducción y generalización de las sugerencias de los cursistas en los contenidos de los módulos, así como la alternativa de incluir otros módulos que respondan a sus necesidades, como ocurrió con el módulo de trabajo metodológico en el contexto universitario actual.
Declarar la importancia de aplicar la sistematización y la evaluación de impacto a los programas de superación del docente universitario, su efecto en otros programas de postgrado que permitan la mejora permanente de los mismos y, por tanto, de las prácticas pedagógicas, lo que contribuye a transformaciones en la práctica social desde la teoría y de ahí a una práctica cualitativamente superior.
La etapa de evaluación posibilitó la mejora del proceso implementado, ya que permitió consolidar la información relacionada con las experiencias de sistematización y su contribución a la superación de los docentes que matriculan el DDU en la Universidad de Cienfuegos y, por tanto, dar continuidad al perfeccionamiento de otras experiencias.
Se elaboró un plan para potenciar los impactos de la formación realizada en la actuación de los docentes mediante A. evaluación de los docentes y sus resultados luego de la formación. B. análisis de los resultados de los exámenes de los estudiantes luego de la experiencia y compararlos con los anteriores. C. cada profesor elaborará un artículo científico valorando los resultados de la transformación de sus prácticas docentes y el impacto de ello en la calidad de la formación de los profesionales, con énfasis en como la asignatura que imparte contribuye a la salida del perfil del profesional.
Los directivos académicos identificaron aspectos negativos que existieron durante la experiencia para resolverlos en otras versiones formativas.
Los participantes reconocieron la necesidad de insertarse de manera permanente en alternativas de formación continua, luego de haber vivido la experiencia que les permitió participar durante todo el proceso formativo de manera activa, lo que elevó el compromiso por la docencia y por la necesidad de su constante transformación.
Se consolida además la sistematización de la formación posgraduada y su contribución a la conformación de la Didáctica del Postgrado en la Educación Superior. Contar con la relatoría de toda la experiencia permite destacar el logro de aprendizajes significativos, las correcciones necesarias al programa del DDU, para futuras ediciones, así como a realizar otras investigaciones que den respuesta a las exigencias de la formación posgraduada en la superación del profesor universitario para transformar la realidad educativa en las condiciones de la Universidad Cubana actual.
Se logra que tanto la evaluación del impacto de programas de superación como las metodologías de educación popular y de sistematización sean consideradas como una línea de investigación del CDDES de la UCf, para la mejora continua de la formación de docentes desde el postgrado.
Se defienden los principios que sustentan la propuesta, así como se consolida el papel del diagnóstico y su relación con la satisfacción de necesidades de formación. Se implementan y perfeccionan de manera sistemática los instrumentos para realizar la evaluación del impacto del DDU lo que enriquece a partir de ahora las evidencias escritas con relación a las modalidades formativas ofrecidas a los docentes, lo que da respuesta a las exigencias a la universidad sobre la calidad del cuarto nivel de enseñanza y a las demandas de la sociedad a la educación en la actualidad.
En palabras de Díaz Canel (2019), ello significa… entre los agradecidos de todas las profesiones, están los educadores cubanos. Ellos, saben que nos queda mucho por alcanzar y que nunca será suficiente lo que hagamos por la difusión del conocimiento que la humanidad ha acumulado por siglos. Una vida no basta para aprenderlo todo. Tampoco para enseñarlo todo. El mérito está en la lucha por avanzar siempre más, sin dejarse detener por los obstáculos … para ello la formación permanente del docente es condición necesaria e imprescindible de la época que vivimos.
Pedagogía es la voz de los agradecidos en la Educación, de los que trabajan por más y mejor acceso al conocimiento, conscientes de lo que nos falta, pero conscientes también de lo mucho que debemos defender, salvar y perfeccionar.
Conclusiones
El estudio realizado para evaluar el impacto del DDU durante ocho años, contribuyó a fortalecer las acciones formativas, a incentivar el trabajo colaborativo a profundizar en temas de actualidad, a actualizar y perfeccionar los contenidos, a encontrar alternativas para mejorar la manera de alcanzar los resultados prácticos-teóricos, en correspondencia con las necesidades institucionales e individuales.
La información que se obtuvo durante el proceso de investigación, ha sido considerada por los investigadores del CEDDES como elemento clave para fortalecer los procesos de superación del docente universitario.
Se confirmó la necesidad de articular la formación posgraduada con la investigación educativa mediante el diseño y realización de programas que posibiliten que los profesores transformen sus prácticas docentes y den respuesta a las demandas de la sociedad referida a la formación de profesionales comprometidos con su realidad en profesional, social y personal.
El empleo de la sistematización y la metodología de la educación popular, como métodos científicos en el DDU, propició el perfeccionamiento de las alternativas de superación posgraduadas de los profesores universitarios, así como la mejora de los conocimientos, habilidades, valores y modos de actuación que requieren para el ejercicio de sus funciones docente y de esa manera contribuir a transformar la realidad educativa, en las condiciones de la Universidad Cubana actual.