INTRODUCCIÓN
América Latina y el Caribe enfrenta en la actualidad un proceso de transición demográfica del cual Ecuador no está exento. Mientras que en 1985 los adultos mayores representaban el 4 % de la población ecuatoriana, para 2017 constituían el 10,2 %. Esta transición se ve determinada por la reducción en la fecundidad, el aumento de la esperanza de vida al nacer (de 67,5 en la década del 90 a 77,3 % para el periodo 2020-2025) y por ende disminución de la mortalidad, causando un aumento en la longevidad, con cambios en la estructura demográfica y los roles en la sociedad. Esto supone un reto económico, social, legal, institucional, cultural, pero sobre todo para los sistemas de salud.1
El envejecimiento tiene un impacto directo en la salud de la población, con un aumento de la incidencia y prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, las cuales generan cargas económicas, tanto para los sistemas de salud como para la comunidad y la familia. Por ende, se hace necesario trazar estrategias sociales destinadas a promover un envejecimiento saludable.2
En el caso de los sistemas de salud, varias son las estrategias a seguir, que incluyen la contratación de recursos humanos cada vez más especializados en la atención de este grupo poblacional, el desarrollo de subespecializaciones, cursos de postgrado, maestrías y doctorados orientados al envejecimiento. De igual forma, se deben actualizar los protocolos de actuación ante diferentes situaciones y adiestrar a los recursos humanos en la identificación oportuna de síntomas sugerentes de enfermedades que pueden pasar desapercibidas.
A lo largo de los años se han abordado un grupo de afectaciones denominadas grandes síndromes geriátricos, concretamente el deterioro cognitivo,3 las caídas, la inmovilidad, la incontinencia y la fragilidad.4 Estos son el resultado del desgaste fisiológico producido por el paso de los años, causando la pérdida de la capacidad del organismo de responder de forma eficiente a las demandas del medio.5
Una de las estrategias a adoptar con respecto a estos grandes síndromes geriátricos es la identificación de sus factores de riesgo en la población de adultos mayores, con el objetivo de brindar una atención integral, con un seguimiento adecuado, en la cual participe de forma activa el personal de salud, la familia y el propio adulto mayor.
Varias escalas se han creado con el objetivo de identificar los factores que influyen en el desarrollo de estos síndromes geriátricos. La escala de Downton es un instrumento creado por J.H. Downton, de Inglaterra. Esta une varios criterios de cribado, así como diferentes factores de riesgo para caídas.6
El índice de Barthel es un instrumento empleado, de forma general, para medir el grado de independencia de una persona para el desarrollo de sus actividades cotidianas, así como el riesgo de inmovilidad.7
El International Consultation on Incontinence Questionnaire Short Form (ICIQ-SF) fue creado en 1999 con el objetivo de detectar los síntomas sugerentes de incontinencia urinaria, así como el impacto de la misma en el desarrollo de la vida diaria del individuo.8
Por su parte el Short Portable Mental Status Questionnaire (SPMSQ) de Pfeifferun constituye un instrumento de cribado cognitivo y apoyo diagnóstico para la demencia, diseñado específicamente para personas mayores. Esta prueba es fácil de administrar, ya que no requiere ningún material específico para su realización y puede ser aplicada por cualquier profesional de la salud.9
La presente investigación se desarrolló con el objetivo de identificar los factores de riesgo de los grandes síndromes geriátricos presentes en los adultos mayores que acuden al Centro de Salud Mariscal Sucre
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal en adultos mayores que acuden al Centro de Salud Mariscal Sucre, de la Provincia del Carchi, entre julio y diciembre de 2022.
La población de estudio estuvo conformada por el total de adultos mayores que asistieron al Centro de Salud Mariscal Sucre en el periodo de estudio; la muestra estuvo conformada por 48 pacientes, seleccionados mediante un muestreo aleatorio simple. Se incluyeron en el estudio aquellos adultos mayores que accedieron a participar en el estudio.
Se emplearon métodos del nivel teórico (Analítico-Sintético, Inductivo - Deductivo, Histórico - Lógico, Enfoque Sistémico). Del nivel empírico se emplearon la observación y la encuesta.
La encuesta se estructuró en 10 preguntas cerradas, cuya finalidad fue lograr datos confiables y precisos a cerca de los factores de riesgo que influyen en los síndromes geriátricos en adultos mayores que acuden al Centro de Salud Mariscal Sucre. Las preguntas incluyeron variables destinadas a recoger información general de los pacientes (edad, sexo, estado civil, conocimiento sobre los síndromes geriátricos), y preguntas propias para identificar la presencia de los factores de riesgo de los grandes síndromes geriátricos. Otras de las preguntas contenían elementos de las escalas Downton, índice de Barthel, Consultation on Incontinence Questionnaire Short Form (ICIQ-SF), test para deterioro cognitivo y escala SPMSQ Pfeiffer.
Los datos recogidos en las encuestas fueron ingresados en una base de datos confeccionada al efecto, y posteriormente procesada en el paquete estadísticos SPSS. Para el análisis de los datos se empleó estadística descriptiva, mediante el cálculo de las respectivas frecuencias absolutas y relativas porcentuales.
El presente estudio siguió los principios de la ética médica y la bioética (beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia). Los datos empleados solo se emplearán con fines académicos, sin revelar la identidad de los pacientes. Se solicitó la aprobación del estudio por el comité de ética médica y el comité científico de la institución.
RESULTADOS
Se encontró predominio de pacientes del sexo femenino (62,50 %), de edades entre los 65 y 69 años (70,08 %), solteros (29,16 %) y que conviven con sus esposos o esposas o con sus parejas (43,75 %) (tabla 1).
Tabla 1 Distribución según variables sociodemográficas de los adultos mayores que acuden al Centro de Salud Mariscal Sucre, julio y diciembre de 2022
Variable | Escala | No. | % | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Sexo | Masculino | 18 | 37,5 | Femenino | 30 | 62,5 | |||
Edad | 65 a 69 | 37 | 77,08 | 70 a 74 | 7 | 14,59 | 75 años o más | 4 | 8,33 |
Estado civil | Soltero | 14 | 29,16 | Casado | 12 | 25 | Viudo | 6 | 12,5 | Divorciado | 8 | 16,67 | Unión libre | 8 | 16,67 |
Convivencia | Esposo/a o pareja | 21 | 43,75 | Hijos | 7 | 14,58 | Otros | 20 | 41,67 |
Se encuestó a los adultos mayores sobre si conocían los grandes síndromes geriátricos, donde el 93,75 % (n=45) desconoce cuales son.
Se evaluó el riesgo de caídas aplicando ítems de la escala de Downton (Fig. 1), lo cual mostró que el 93,75 % de los pacientes consumía algún medicamento y el 83,33 % refirió caídas previas; ningún paciente presentó un estado mental confuso.
Con respecto al riesgo de inmovilidad medido mediante Índice de Barthel, se encontró que el 50 % de los pacientes son dependientes o requieren ayuda para subir y bajar escaleras y el 45,83 % para realizarse el aseo personal o para bañarse (tabla 2)
Tabla 2 Factores de riesgo de inmovilidad medido mediante Índice de Barthel
Ítem | Dependiente /Con ayuda | Independiente | |||
---|---|---|---|---|---|
No | % | No | % | ||
Comer | 13 | 27,08 | 35 | 72,92 | |
Trasladarse de la silla de ruedas a la cama | 20 | 41,67 | 28 | 58,33 | |
Aseo personal | 22 | 45,83 | 26 | 54,17 | |
Uso del retrete | 13 | 27,08 | 35 | 72,92 | |
Bañarse | 22 | 45,83 | 26 | 54,17 | |
Desplazarse | 15 | 31,25 | 33 | 68,75 | |
Subir y bajar escaleras | 24 | 50 | 24 | 50 | |
Vestirse y desvestirse | 14 | 29,17 | 34 | 70,83 | |
Control de heces | 3 | 6,25 | 45 | 93,75 |
Se identificó que el 60,41 % refirió perder orina varias veces al día o continuamente, el 37,5 % refirió perder una cantidad moderada/grande, el 18,75 % refirió una afectación máxima del desarrollo de las actividades diarias y el 16,67 % refirió perder orina cuando estornudan.
Con respecto al deterioro mental, el 89,58 % de los adultos mayores no fueron capaces de identificar la hora del día y la fecha (tabla 3).
Tabla 3 Resultados de la aplicación de la escala SPMSQ Pfeiffer
Pregunta | Sí | No | ||
---|---|---|---|---|
No | % | No | % | |
Identifica hora del día | 5 | 10,42 | 43 | 89,58 |
Identifica día de la semana | 5 | 10,42 | 43 | 89,58 |
Identifica lugar donde se está | 47 | 97,92 | 1 | 2,08 |
Recuerda número de teléfono | 47 | 97,92 | 1 | 2,08 |
Recuerda su dirección | 47 | 97,92 | 1 | 2,08 |
Recuerda su fecha de nacimiento | 32 | 66,67 | 16 | 33,33 |
Recuerda su edad | 38 | 79,17 | 10 | 20,83 |
Recuerda el presidente actual del país | 41 | 85,42 | 7 | 14,58 |
Recuerda el presidente pasado del país | 41 | 85,42 | 7 | 14,58 |
Recuerda el nombre de soltero de su madre | 48 | 100 | 0 | 0 |
Puede realizar la cuenta regresiva de 3 en 3 comenzando en 20 | 29 | 60,42 | 19 | 39,58 |
DISCUSIÓN
La estructura sociodemográfica de la población estudiada, con predominio de las féminas, y de grupos etarios de 65- a 69 años coincide con la pirámide poblacional del Ecuador, según los datos planteados por Forttes Valdivia.2
El estudio de Álvarez Córdova et al.10 encontró predominio de pacientes solteros, resultado que coincide con lo identificado en el presente estudio. Este hecho resulta de interés, siendo uno de los factores determinantes en un envejecimiento saludable las interacciones y apoyo social y familiar. Las habilidades funcionales son multidimensionales, por ende, dependen de las capacidades propias del individuo, así como el entorno, las personas que le rodean y sus interacciones. Dependen de los diferentes dominios y subdominios que determinan la movilidad, actividad física, así como los estados sensoriales, psicológicos y cognitivos.11
Un estudio realizado en México por Hernández-Ramírez12 en 364 adultos mayores identificó que el 47,8 % de los pacientes ha tenido una caída en los últimos seis meses, ya sea dentro o fuera del hogar, el 6,9 % presenta problemas visuales y el 3 % problemas de audición, siendo estos datos inferiores a los reportados en el presente estudio.
Los cambios ocasionados por el envejecimiento condicionan la pérdida de capacidades físicas, así como el desempeño físico funcional, lo cual sumado a la presencia de enfermedades asociadas constituyen un factor de riesgo para sufrir caídas. Una de las acciones a adoptar es la participación de los adultos mayores en programas de ejercicios físicos con personal especializado, que ayude a preservar la capacidad física de los ancianos.
De igual forma, los sistemas de salud deben trazar estrategias destinadas a educar a la familia y al adulto mayor de los factores de riesgo para caídas, permitiendo su identificación en el hogar, haciéndolo amigable con el anciano.
El estado de independencia funcional de un adulto mayor constituye uno de los pilares esenciales para garantizar un envejecimiento saludable. Este aspecto valora la autosuficiencia del individuo para desarrollar su vida de forma normal, generalmente asociado al nivel de satisfacción vital.
El estudio de Álvarez Córdova et al.10 mostró que el 53,5 % de los pacientes presentaron una independencia funcional, siendo este equiparable con los resultados de la presente según valoración por Índice de Barthel.
Parodi et al.11 identificó una movilidad limitada en el 58,6 % de sus pacientes, con una mayor inmovilidad y riesgo de inmovilidad, datos que resultan superiores a los reportados por la presente. Con respecto a la inmovilidad determinó que esta se asoció con un inadecuado soporte social (p<0,001) fue más común en el sexo femenino (n=190, 72,2 %; p<0,001).
Con respecto a la incontinencia urinaria, un estudio realizado por Torres Andrade et al.13(13) en un estudio realizado en centros geriátricos de la provincia de Imbabura, identificó presencia en el 57 % de la población de estudio, donde el 41 % presentó incontinencia urinaria de esfuerzo, el 40 % mixta y el 19 % de urgencia. De igual forma, el 96 % refirió perdidas en su calidad de vida. Estos resultados difieren con la presente, y resulta superior la afectación de la calidad de vida con respecto a este estudio. Un factor que puede incidir en las diferencias es que la investigación de Torres Andrade et al.13 se realizó en 299 féminas, y el presente incluye tanto a pacientes de ambos sexos.
Es conocido que el envejecimiento trae consigo cambios en la neuroanatomía, ya sea por una atrofia de la masa encefálica, así como por un mal funcionamiento o diminución de la disponibilidad de algunos neurotransmisores. Esto trae consigo una perdida de procesos cognitivos como la atención, ubicación temporo-espacial, la memoria y la capacidad y velocidad de procesamiento.14
Existen varias escalas empleadas para medir el deterioro cognitivo de los adultos mayores; un ejemplo es la escala SPMSQ Pfeiffer la cual ha sido validada en el contexto ecuatoriano. El estudio de Angamarca Coello et al.15 se realizó con el estudio de determinar la eficacia de los cuestionarios Mini Mental y SPMSQ para detectar la existencia de deterioro cognitivo en personas mayores de 65 años. El estudio encontró un valor AUC=0,979 para SPMSQ, sensibilidad de 100 y especificidad de 70 en un corte de 10/6.
Para mejorar esta situación de ha planteado la realización de ejercicios que ralentizan el declive cognitivo, mediante la estimulación cognitiva por ejercicios prácticos de memoria, lenguaje, cálculo entre otros.14 De igual forma, la práctica sistemática de ejercicio físico ha mostrado sus bondades sobre el funcionamiento cerebral en el adulto mayor.5,16
Se concluye que en los adultos mayores del Centro de Salud Mariscal Sucre se identificaron factores de riesgo para los grandes síndromes geriátricos, siendo los que presentaron mayor incidencia el consumo de medicamentos, las caídas previas, dependencia para la realización de actividades de la vida diaria y de autocuidado, la incontinencia urinaria y la desorientación en cuanto al tiempo.