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Revista Cubana de Pediatría
versión On-line ISSN 1561-3119
Rev Cubana Pediatr v.78 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2006
Adenitis tuberculosa infantil en Cuba (1995 a 2005)
Dra. Gladys Abreu Suárez,1 Dr. José A. González Valdés,2 Dr. Richard Zamora Fuentes,3 Dra. Aurelia Pérez Brunet4 y Dra. Maria Josefa Llanes Cordero5
RESUMEN
Con el objetivo de contribuir a perfeccionar la localización y el diagnóstico de la tuberculosis infantil en nuestro país, que se propone eliminarla como problema de salud, revisamos retrospectivamente los casos reportados de adenitis tuberculosa en niños menores de 15 años durante un período de 11 años (1995 a 2005), según datos epidemiológicos, clínicos y estudios complementarios realizados con fines diagnósticos. Encontramos 28 casos de adenitis (11,1 % del total), de los cuales se estudian los 26 que tenían completas las encuestas. Predominó ligeramente el sexo masculino y los niños ≥ 5 años. Solo se precisó la fuente de infección en 10 y en los 16 restantes, sin estudios microbiológicos, la prueba de Mantoux apoyó el diagnóstico en 6 y en el resto el criterio diagnóstico se estableció por la clínica y la presencia de granulomas en la biopsia. La prueba de Mantoux en general fue de ≥10 mm en el 54 % de los pacientes. La localización más frecuente fue la cervicofacial (76 %). Los síntomas generales fueron más frecuentes en los niños cuya enfermedad era de larga evolución. La radiología de tórax fue normal en todos los pacientes. Se detectaron errores en el tratamiento de 25 de los 26 pacientes. Se concluyó que es necesario garantizar el estudio de todos los niños en contacto con enfermos y administrar la quimioprofilaxis de forma supervisada y de acuerdo a lo establecido en el Programa de Control. Es igualmente importante elevar el índice de sospecha de tuberculosis en niños con linfadenopatías, estudiar microbiológicamente todos los ganglios biopsiados y determinar otras causas de linfadenitis granulomatosa.
Palabras clave: Tuberculosis infantil, adenitis granulomatosa.
   La tuberculosis (TB)  sigue constituyendo un reto para la humanidad en el presente siglo, con 8  millones de casos nuevos al año y aproximadamente 1,8 millones de fallecidos  por esta enfermedad.1, 2
   
   Cuba ha alcanzado  en la ultima década resultados muy satisfactorios en su Programa de Control de  la TB, con 736 casos reportados en el 2004 para una tasa de 6,6 por 100 000  hab.1,3 La TB en  menores de 15 años, marcador sensible de transmisión reciente de TB, también ha  experimentado una franca disminución y se informa una tasa de 0,1 por 100 000  hab en el 2004,3 aunque en la mayoría de los casos se detectan  errores en la atención de los enfermos.
    
   Entre las formas  clínicas de tuberculosis infantil se encuentra la adenitis, que es la forma  extrapulmonar más frecuente. Aparece generalmente pocos meses después de la  infección y se caracteriza por el aumento de volumen de los ganglios linfáticos  de cualquier grupo regional, con consistencia firme, no dolorosos, —aunque pueden  abscedarse y fistulizar—, con drenaje intermitente de pus. Son móviles, pero pueden  adherirse a planos profundos.
    
   La adenitis puede  acompañarse de síntomas generales como fiebre y pérdida de peso. El diagnóstico  se realiza por la epidemiología, las manifestaciones clínicas, la prueba de  Mantoux y el estudio histológico que muestra inflamación crónica granulomatosa  con caseosis y en ocasiones se observan bacilos ácido-alcohol resistentes. El  cultivo es fundamental para confirmar el diagnóstico y descartar otras causas.4-6
   
 Es por esto que  decidimos revisar el comportamiento de los casos reportados de adenitis  tuberculosa desde la creación del Centro de Referencia Nacional de TB Infantil  en 1995, para contribuir así a perfeccionar la localización de casos y el diagnóstico  de los enfermos, con vistas a eliminar la TB  como problema de salud. 
   MÉTODOS
       Se revisan  retrospectivamente los casos reportados de adenitis tuberculosa en menores de  15 años, en el período transcurrido entre el 1.ro de enero de 1995 y el 31 de  diciembre de 2005. La fuente de información fueron las encuestas confeccionadas  por las Comisiones Provinciales de TB Infantil y el Centro de Referencia  Nacional de TB Infantil.
    
   La encuesta  recogió datos epidemiológicos, así como los datos clínicos y exámenes  complementarios que condujeron al diagnóstico. Se analizaron además los errores  detectados en el tratamiento de los casos. Los resultados se expresaron en  porcentajes.
   RESULTADOS
       Se reportaron  157 casos de TB infantil en el período de estudio, de ellos 28 con diagnóstico  de adenitis (11,1 %) que constituyó la segunda causa más frecuente. Se  estudiaron solo 26, pues eran los que tenían todos los datos clínicos y  epidemiológicos.
   
   El diagnóstico  se realizó por investigación de contacto en 1 caso y por manifestaciones clínicas,  presencia de granuloma en la biopsia e historia de contacto en 9 casos. En uno  de ellos se aisló Mycobacterium tuberculosis en el contenido gástrico. 
  En los 16 niños  sin fuente de infección definida, el diagnóstico fue clínico-histológico,  apoyado por una prueba de tuberculina positiva en 6 de ellos. En uno de los  casos el cultivo del ganglio fue negativo, aunque la coloración de Zielh  Nielsen mostró bacilos ácido-alcohol resistentes.
   
   La prueba de  tuberculina fue ≥ 10 mm en 13 de 24 niños, para el 54 % y a 2 pacientes no se realizó.  No tuvimos resultados entre 6 y  9 mm (tabla 1).
Tabla 1. Diagnóstico de adentitis tuberculosa (Cuba, 1995 a 2005)
| Fuente de infección conocida | N.o | % | Prueba de Mantoux | Zielh | Zielh | Zielh | Total | 
| Sí | 10 | 38,5 | 0 - 5 | 1* | 0 | 1 | 2 | 
| ≥ 10 | 2 | 2 | 3 | 7 | |||
| Desc. | 1 | 0 | 0 | 1 | |||
| No | 16 | 61,5 | 0 - 5 | 3** | 2 | 4 | 9 | 
| ≥ 10 | 1 | 2 | 3 | 6 | |||
| Desconocido | 0 | 1 | 0 | 1 | |||
| Total | 26 | 100 | ··· | 8 | 7 | 11 | 26 | 
Fuente: Encuestas.
* 1 caso con cultivo de contenido gástrico positivo.
** 1 caso con cultivo de ganglio negativo.
 Predominó ligeramente  el sexo masculino (54 %), así como el grupo etáreo ≥ 5 años (57 %) (tabla 2). La  localización más frecuente fue la cervicofacial (76 %). La adenitis se presentó  de forma aguda con signos flogísticos  en 6 niños; en 4 de ellos fistulizó y drenó intermitentemente. Dos de los niños  con adenitis maxilar fistulizada presentaron una reacción perióstica del  maxilar superior (tabla 3).
Tabla 2. Adenitis tuberculosa según sexo y edad
| Sexo | Grupo etáreo (en años cumplidos) | Total | ||||
| < 1 | 1 a 4 | 5 a 9 | 10 a 14 | N.o | % | |
| Femenino | 1 | 5 | 2 | 4 | 12 | 46,2 | 
| Masculino | 0 | 5 | 4 | 5 | 14 | 53,8 | 
| Total | 1 | 10 | 6 | 9 | 26 | 100 | 
Fuente: Encuestas.
Tabla 3. Adenitis tuberculosa según localización y manifestaciones cutáneas
| Localización | N.o | % | Fistulizada | Abscedada | |
| Cérvico- | Lateral | 11 | 42,3 | 0 | 1 | 
| Submaxilar | 7 | 26,9 | 4 | 1 | |
| Supraclavicular | 2 | 7,6 | 0 | 0 | |
| Axilar | 4 | 15,2 | 0 | 0 | |
| Inguinal | 2 | 7,6 | 0 | 0 | |
| Total | 26 | 100 | 4 | 2 | |
Fuente: Encuestas.
 No se reportó  desnutrición ni otras condiciones predisponentes. El diagnóstico se realizó  después del primer mes de evolución en 21 niños (80 %), incluyendo 3 con una  demora mayor de 1 año, a pesar de estar en contacto con un enfermo. Los  síntomas generales fueron más frecuentes en niños con un tiempo de evolución  prolongado. La fiebre estuvo presente en 9 de 26 (34,6 %). Dos niños refirieron  dolores articulares y en uno de ellos se asoció queratoconjuntivitis (niño con  adenitis inguinal) (tabla 4).
Tabla 4. Adenitis tuberculosa según tiempo de evolución al diagnóstico y síntomas generales
| Tiempo de evolución | Síntomas generales | Total | |||||
| Pérdida de peso | Fiebre | Astenia y fiebre | Astenia, fiebre y pérdida de peso | Niega | N.o | % | |
| < 1 mes | 0 | 2 | 0 | 0 | 3 | 5 | 19,2 | 
| 1 mes a 59 días | 0 | 0 | 0 | 0 | 4 | 4 | 15,2 | 
| 2 meses a 69 días | 1 | 0 | 0 | 1 | 6 | 8 | 30,4 | 
| ≥ 3 meses | 0 | 3 | 1 | 2 | 3 | 9 | 35,2 | 
| Total | 1 | 5 | 1 | 3 | 16 | 26 | 100 | 
Fuente: Encuestas.
 Todos los casos  tuvieron una radiología  de tórax normal.  Se detectaron errores en la atención de 25 de nuestros pacientes: 
- No se hizo control de foco en 4 casos de contacto conocido.
- No se administró quimioterapia, fue incompleta o no supervisada en 4 niños.
- No se cultivó la adenopatía en 25, sobre todo en los 10 pacientes sin fuente de infección conocida y prueba de Mantoux anérgica.
- Demora por no sospecha en 21 casos.
- Tratamiento con una sola droga en 1 caso.
- Demora de 4 meses en revisar el resultado de la biopsia en un paciente.
En 8 niños se detectaron 2 o más errores. Los problemas en el control de foco y la administración de quimioterapia preventiva se detectaron fundamentalmente en los 5 primeros años de estudio. Todos los casos evolucionaron satisfactoriamente con el tratamiento antituberculoso.
  DISCUSIÓN
       La adenitis constituyó  la segunda causa de TB en nuestra casuística, con el 11 %. Nelson y cols. documentan un resultado similar en su estudio sobre  la epidemiología de la TB infantil  en los Estados Unidos en el período de 1993 a 2001, con  15,5 %, aunque con  predominio de niños entre 5 y 9 años.4 Eriksson en Suecia encuentra un 25 % de linfadenitis tuberculosa en  64 pacientes.5
 
 El diagnóstico  de nuestros casos se apoyó en la presencia de inflamación granulomatosa en el  estudio histológico. La presencia de granulomas no es patognomónica de TB y  puede presentarse con otras causas infecciosas y no infecciosas.6,7
  En los 16  pacientes sin contacto conocido de TB debió descartarse al cultivo la infección  por micobacterias no TB, las cuales producen un cuadro clínico similar y son  frecuentes en niños pequeños que se llevan las manos a la boca. Por ello afecta  sobre todo al área cervicofacial y, por lo general, los resultados de la prueba  de la tuberculina son inferiores a 15 mm.7-11 También puede  realizarse reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en casos negativos al  cultivo,7,8 aunque no está disponible en nuestro medio.
   
   No debemos  olvidar la adenitis axilar o supraclavicular por diseminación regional del BCG,  sobre todo en el primer año de la vida12 y la enfermedad por arañazo  de gato.6 Otras causas son menos frecuentes pero deben descartarse  de acuerdo a la clínica.6
   
   La  queratoconjuntivitis es un síntoma poco frecuente y casi siempre está relacionado  a la hipersensibilidad retardada. Cuando se asocia a adenitis cervicofacial, se  le denomina enfermedad oculoglandular, la cual no puede plantearse en este niño  por ser de localización inguinal. Otros agentes infecciosos no micobacterianos también  pueden producir este cuadro, en el curso de formación de granulomas e  hipersensibilidad retardada.6
   
   No se detectaron  adenopatías mediastinales ni lesiones pulmonares, aunque se reportan  alteraciones radiológicas en el tórax hasta en el 30 % de la TB cervicofacial.6,13
    
   La demora diagnóstica  se debió al bajo índice de sospecha, pues se interpretaron los síntomas como  una adenitis piógena y no se tuvo en cuenta la ausencia de respuesta al  tratamiento antibiótico en la mayoría de los casos o el antecedente de fuente  de infección en 6 de 10 niños. Y este es un antecedente epidemiológico  esencial.14
   
   Los síntomas sistémicos  se reportan hasta en el 55 % de los casos de adenitis tuberculosa11 y deben ser tenidos en cuenta, aunque pueden presentarse también en niños con micobacterias  no TB y otras inflamaciones granulomatosas.6
   
   El diagnóstico  de la TB infantil debe  realizarse en la atención primaria de salud, en el estudio de control de foco  de un paciente tuberculoso adulto, que constituye el principal grupo de riesgo.  Además de la demora diagnóstica y la falta de cultivo del material de biopsia,  se destacó entre los errores el no realizar control de foco en 4 casos que  pudieron haber recibido quimioprofilaxis y la no administración correcta de la quimioprofilaxis  en otros 4 niños. Esta medida preventiva es eficaz hasta en el 85 % de los contactos.6,14-16
   Conclusiones y recomendaciones
   
   Es  imprescindible garantizar el control de todos los niños en contacto con un  enfermo, ya sea dentro del domicilio o fuera de él y utilizar de forma  supervisada la quimioprofilaxis según lo establecido en el programa.
    
 Es necesario  elevar el índice de sospecha de TB en niños con linfadenopatías, mediante el  estudio microbiológico de todos los ganglios biopsiados mediante BAAF o exéresis  quirúrgica. Los niños con inflamación granulomatosa adénica y sin fuente  conocida de TB, deben ser estudiados para investigar otras posibilidades  etiológicas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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   Recibido: 15 de marzo de 2006. Aprobado: 24 de abril de 2006.
     Dra. Gladys Abreu Suárez. Calle Benjumeda  y Morales, Cerro. Ciudad de La Habana. CP 10600.
   Correo  electrónico: josegv@infomed.sld.cu 
   1 Especialista  de II Grado en Pediatría. Profesora Auxiliar.
   2 Especialista  de II Grado en Pediatría y Administración de la Salud. Profesor Titular y  Consultante.
   3 Especialista  de I Grado en Pediatría. Profesor Asistente.
   4 Especialista  de I Grado en Pediatría. Profesora Asistente.
 5 Especialista  de II Grado en Epidemiología. Jefe del Programa Nacional de Control de la  Tuberculosis. Dirección Nacional de Epidemiología (MINSAP).
 Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons
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