INTRODUCCIÓN
La capacidad de los sistemas de salud para lograr sus objetivos depende de forma considerable de la gestión de recursos humanos para la salud, la cual incluye los diferentes tipos de personal clínico y no clínico, responsables de la intervención en salud pública e individual. Por ello se debe garantizar el conocimiento, habilidades y despliegue del personal de salud, así como, las buenas condiciones de trabajo, a través de un entorno laboral saludable, en el cual las medidas de bioseguridad deben intensificarse tanto en su promoción como en su aplicación.1,2 En este contexto, el personal de salud que participa directamente en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con la COVID-19, tiene un mayor riesgo de contagio y la posibilidad de desarrollar síntomas asociados con su salud mental, debido a: la carga de trabajo abrumadora, el agotamiento de los equipos de protección personal, la falta de medicamentos específicos y la percepción de recibir un apoyo inadecuado.3,4 Debido a esto, la capacitación continua y la distribución de recursos como los equipos de protección personal (EPP) son fundamentales en ese sentido.5
Resulta importante que el personal de salud conozca los mecanismos de transmisión de la COVID-19, las medidas de bioseguridad, que incluyan entrenamientos en la colocación y retiro de los EPP; de manera que se minimicen los errores, la ansiedad, el miedo y el riesgo de contagio.6,7 Además, se debe tener en cuenta que la pandemia por la COVID-19 ha afectado directamente la salud mental de la población, especialmente los profesionales de salud en primera línea, pues ellos atienden directamente los casos.8 Esto genera el aumento del estrés psicológico, trastornos de sueño, ansiedad y síntomas de depresión; también se agrega, el riesgo latente de contagio e, incluso, la muerte de profesionales en función del servicio que brindan.9
El objetivo de este estudio es identificar los factores asociados a la percepción del conocimiento de médicos residentes ante la atención de pacientes con la COVID-19 y describir la percepción de la salud mental durante la pandemia de la COVID-19.
MÉTODOS
Diseño del estudio
Se realizó un estudio observacional, transversal, durante el segundo trimestre del 2020 en los hospitales del Perú.
Población y muestra
Se realizó un muestreo por conveniencia y la muestra se estableció en 200 médicos. La población estuvo constituida por médicos que se encontraban desarrollando el programa de residencia médica en los distintos hospitales a nivel nacional durante la pandemia por la COVID-19.
Instrumento
Se creó un instrumento de recolección de datos con 2 escalas. Mediante un estudio piloto se validó su confiabilidad. La primera escala denominada “Perception of Knowledge in Health Workers” (PKHW) mide la percepción de conocimiento para la prevención y atención de casos por la COVID-19 en el personal de salud. Tiene 7 preguntas divididas en 2 factores (que miden la percepción del conocimiento acerca del abordaje al paciente con la COVID-19 y su fisiopatología). Esta escala tiene un alpha de Cronbach de 0,77. La segunda, denominada “Peruvian Mental Health COVID-19” (PMHC), evalúa la percepción del estado de salud mental que tiene el personal sanitario peruano durante la pandemia de la COVID-19. Esta escala tuvo un alpha de Cronbach de 0,88.
El instrumento consta de las secciones: I) Características socio-demográficas, II) Percepción del conocimiento para la atención de pacientes con la COVID-19 y III) Percepción de la salud mental.
Las escalas están disponibles como archivos complementarios al presente artículo.
Variables
Las variables independientes fueron: sexo, edad, área de trabajo, lugar de residencia, número de horas que trabaja al día, haber tenido contacto con pacientes con la COVID-19, haber realizado procedimientos médico-quirúrgicos recientemente y la percepción de la salud mental. La variable dependiente fue la percepción del conocimiento para la atención de pacientes con la COVID-19 por parte de los médicos residentes del Perú.
Procedimiento del estudio
El instrumento se aplicó de forma virtual, a través de la plataforma Formularios de Google, a los médicos residentes de los hospitales del Perú. A los médicos se les explicó previamente el procedimiento del estudio. Durante toda la ejecución de la investigación se respetó la autonomía y el anonimato de los encuestados y también se garantizó la confidencialidad de los resultados de la encuesta. Se generó una base de datos en el software Microsoft Excel v.2016 y se depuraron aquellos registros que no contestaron las preguntas con las variables de interés.
Análisis estadístico
Se empleó el programa estadístico Stata v.15.0 para el procesamiento estadístico. Para la estadística descriptiva se procedió a generar las frecuencias y porcentajes de los test de percepción de conocimiento ante la atención a pacientes y de la salud mental de los encuestados. Luego se procedió a realizar la sumatoria de los puntajes ante las respuestas de cada uno de las 2 escalas empleadas (para poder analizarlos en su forma cuantitativa).
Para la estadística bivariada y multivariada se tomó como variable dependiente al puntaje del test de percepción de conocimiento ante la atención a pacientes. Esta variable cuantitativa se cruzó con las demás mediante la regresión lineal; se obtuvieron los coeficientes, los intervalos de confianza al 95 % y los valores p (a los valores < 0,05 se los consideró estadísticamente significativos y para que las variables de los modelos bivariados ingresen al multivariado).
RESULTADOS
De los 200 encuestados, la mayoría fueron mujeres (57,0 %), la mediana de edades fue de 31 años (rango intercuartílico: 28-33 años). Según la percepción del conocimiento para la atención, fueron un gran porcentaje los médicos que estuvieron muy de acuerdo con que las personas en contacto con pacientes diagnosticados con la COVID-19 deberían ser observadas 14 días (47 %), que es necesario desinfectar el teléfono móvil (44 %), que el periodo de latencia para la presentación de síntomas es de 5-14 días (35 %) y que sí conocen los síntomas de la COVID-19 (26 %). Por otro lado, solo el 12 % y 5 % manifestaron que eran capaces de reconocer a un caso sospechoso y tratar a un paciente diagnosticado, respectivamente (Fig. 1).
Según la percepción de la salud mental, el 41 %, 35 % y 26 % estuvieron muy de acuerdo en presentar miedo/preocupación de contagiar a su familia, sentir el maltrato por los pocos equipos de protección personal y por exponerse al transportarse, respectivamente (Fig. 2).
Al realizar el cruce de los puntajes totales del test de percepción de conocimiento para la atención de pacientes con la COVID-19 y de la percepción de la salud mental que tiene el personal médico, se encontró que al aumentar los puntajes de un test había un ligero incremento del puntaje del otro (Fig. 3).
En el análisis bivariado se encontró que el puntaje de la percepción del nivel de conocimientos se asoció a trabajar en el área de emergencias (p= 0,006), a la cantidad de amistades que hayan dado positivo para la COVID-19 (p= 0,007), al haber realizado recientemente una intubación (p= 0,003) y al puntaje de la percepción de la salud mental (p= 0,006) (tabla 1).
Sexo masculino | 0,39 | -0,90 - 1,68 | 0,553 |
Edad (años)* | -0,06 | -0,19 - 0,07 | 0,345 |
Trabaja en emergencias | 2,31 | 0,67 - 3,94 | 0,006 |
Trabaja en UCI | 2,56 | -0,11 - 5,23 | 0,060 |
Vive en Lima o Callao | 0,30 | -1,34 - 1,95 | 0,716 |
Trabaja en el MINSA | -0,72 | -2,05 - 0,61 | 0,288 |
Horas que trabaja por día* | 0,02 | -0,11 - 0,16 | 0,721 |
Contacto con paciente COVID-19 | 1,27 | -0,20 - 2,74 | 0,089 |
Fue diagnosticado COVID-19 | -0,34 | -9,14 - 8,45 | 0,939 |
Amistades con COVID-19* | 0,21 | 0,06 - 0,36 | 0,007 |
Realizó traqueostomía reciente | 0,68 | -7,69 - 9,05 | 0,873 |
Realizó laringoscopía reciente | 0,96 | -1,29 - 3,21 | 0,401 |
Realizó intubación reciente | 2,65 | 0,92 - 4,38 | 0,003 |
Realizó RCP reciente | 0,82 | -1,31 - 2,94 | 0,451 |
Realizó cirugía mayor reciente | -0,71 | -2,13 - 0,72 | 0,328 |
Percepción de la salud mental* | 0,14 | 0,04 - 0,22 | 0,006 |
*Variables tomadas de forma cuantitativa.
** Valores p, coeficientes e IC95 % fueron obtenidos con la regresión lineal. La variable dependiente fue el puntaje de la percepción de nivel de conocimientos.
UCI: unidad de cuidados intensivos; MINSA: Ministerio de Salud; RCP: reanimación cardiopulmonar.
Al realizar el análisis multivariado, se encontró que el puntaje de la percepción del nivel de conocimientos se asoció a laborar en el área de emergencias (p= 0,007), a la cantidad de amistades que hayan dado positivo para la COVID-19 (p= 0,012) y haber realizado recientemente una intubación (p= 0,035); estas fueron ajustadas por el puntaje de la percepción de la salud mental (tabla 2).
Trabaja en emergencias | 2,11 | 0,60 / 3,62 | 0,007 |
Amistades con COVID-19* | 0,18 | 0,04 / 0,32 | 0,012 |
Realizó intubación reciente | 1,76 | 0,13 / 3,40 | 0,035 |
Percepción de la salud mental* | 0,02 | -0,07 / 0,12 | 0,610 |
*Variables tomadas de forma cuantitativa.
** Valores p, coeficientes e IC95% fueron obtenidos con la regresión lineal. La variable dependiente fue el puntaje de la percepción de nivel de conocimientos.
DISCUSIÓN
Las principales preguntas de la percepción de conocimiento hacían referencia a la fisiopatología, epidemiología y sintomatología de la enfermedad, la cual muestra que el personal de salud percibe que está bien preparado en estos temas. No obstante, fueron bajos los porcentajes del personal que manifestó que podría reconocer o tratar adecuadamente a un caso con la COVID-19. Esto refuerza, lo importancia de que el personal de salud en la primera línea de acción, conozca las generalidades de la enfermedad, con el propósito de que se pueda lograr un diagnóstico certero y precoz; y de esta forma, conseguir un tratamiento más oportuno de acuerdo con cada paciente.10,11
En el presente estudio, la población encuestada manifestó una alta percepción en el conocimiento de los principios fisiopatológicos y sintomáticos de la COVID-19. Lo mencionado evidencia que no solo el personal médico de las especialidades de emergencias y desastres o de medicina intensiva, quienes por lo general tratan a estos pacientes, son los únicos en conocer sobre el tema, sino también médicos residentes de distintas especialidades.12
Lo mencionado se corrobora con el estudio de Ruiz-Manriquez y otros13 quienes evaluaron el conocimiento sobre la COVID-19 en médicos gastroenterólogos y endoscopistas de 9 países de Latinoamérica y encontraron que el 95 % identificó correctamente los síntomas más frecuentes y el 60 % identificó los grupos de riesgo para enfermedad grave.
Asimismo, se encontró que la principal preocupación, en torno al tema de salud mental, fue la posibilidad de contagiar a los familiares y también el no tener los EPP adecuados. Esta preocupación, debido a la falta de recursos materiales, sumada a la carga abrumadora de trabajo y el mayor riesgo de contagio puede influir en la salud mental del personal de salud. Zhang y otros14 en su investigación realizada en China, encontraron que los profesionales en salud que estuvieron en la primera línea contra la COVID-19 tuvieron mayor prevalencia de insomnio y ansiedad. Asimismo, Lai y otros15 en su estudio en hospitales de Wuhan, encontraron que el 72 % de profesionales en salud encuestados tuvieron síntomas de estrés, el 50 % de depresión y el 45 % presentó ansiedad. Por ello, es importante la disponibilidad de un protocolo de actuación claro y la óptima disponibilidad de los EPP, para resguardar la salud del personal asistencial.16
En el análisis multivariado se encontró que el personal de salud que trabajaba en emergencias tuvo una mejor percepción del conocimiento sobre la COVID-19. Esto puede deberse a que los profesionales de salud que laboran en emergencias se encuentran en la primera línea contra esta enfermedad, por lo tanto, debido a los constantes ingresos de pacientes con la COVID-19, es necesario que se encuentre correctamente capacitado en el tratamiento integral de estos pacientes. Además, el servicio de emergencia es el principal punto de entrada de los pacientes potencialmente graves por la COVID-19, y su detección y orientación es fundamental. En un estudio realizado en China, se evidenció que el personal de salud que se encontraba en la primera línea, estaba mejor preparado, pues habían recibido entrenamiento adicional específico en el tratamiento de la COVID-19.17
De similar forma, en esta investigación se encontró que aquellos profesionales que recientemente habían realizado una intubación, tuvieron una mejor percepción del conocimiento. Esto está en estrecha relación con lo mencionado anteriormente, debido a que, por lo general, una intubación la realiza personal de salud que se encuentra en sala de emergencias o en sala de cuidados intensivos.18 Los pacientes que tienen la COVID-19 y desarrollan el síndrome respiratorio agudo grave, mayormente son ancianos o pacientes con antecedentes patológicos significativos y, van a requerir soporte ventilatorio mecánico a través de intubación, para ello es necesario un equipo multidisciplinario entre ellos intensivistas, anestesiólogos y enfermeros especializados.19,20 En un estudio en Turquía, en el cual se encuestaron a únicamente a anestesiólogos, se encontró que la mayoría respondió correctamente a las preguntas sobre la COVID-19, independientemente de si habían recibido capacitación o no sobre esta enfermedad; concluyeron que los anestesiólogos, por ser personal de salud de alto riesgo, al estar en contacto con los pacientes críticos, son muy conscientes de la COVID-19.21 En ese contexto, se podría inferir que el personal de salud especializado en el tratamiento de pacientes críticos tendría mayor conocimiento sobre la COVID-19. No obstante, contrasta con lo estudiado por Olum y otros22 en Uganda, quienes encontraron que no existieron diferencias significativas respecto al conocimiento y actitudes sobre la COVID-19 entre personal de salud especialista, frente a aquellos que no tenían especialidad.
Se evidenció que quienes tuvieron amistades con diagnóstico confirmado de la COVID-19, tenían mayor percepción del conocimiento sobre la enfermedad. Por lo general, las personas que tienen amigos y familiares con alguna enfermedad, suelen conocer más sobre esta, pues representa un contacto más íntimo con la enfermedad. Esto se evidencia en el estudio de Xu y otros23 quienes analizaron el conocimiento sobre diabetes en estudiantes universitarios, y encontraron que quienes tuvieron familiares o amistades con esta enfermedad, tuvieron mayor nivel de conocimiento. Asimismo, el tener amistades con coronavirus aumentaría también la percepción del riesgo a desarrollarlo. Esto se confirmaría con los estudios de Acheson y otros24 y Zhang,25 quienes demostraron que tener una amistad diagnosticada con alguna enfermedad, se asocia con un aumento en la percepción de riesgo de desarrollar dicha enfermedad.
En este estudio, tener una amistad con la COVID-19 podría incentivar al profesional de salud en conocer más sobre las medidas preventivas para no contagiarse y no encontrarse en la situación en la que están sus amistades, sin dejar de lado el riesgo latente de contagio dentro del ambiente laboral hospitalario.
La fortaleza principal del presente estudio es que aborda información relevante sobre la percepción de recursos humanos a nivel nacional, que laboran en primera línea durante la pandemia, además, de tener una población considerable entre 28 y 33 años, ya que no se ha encontrado estudio similar en la literatura revisada. Adicionalmente, es importante mencionar con respecto a la validez interna del instrumento, que se consiguieron valores bueno y aceptable; esto para los coeficientes de alfa de Cronbach de los test de percepción de conocimiento y salud mental, respectivamente (además de adecuados procesos de validación de cada instrumento, con valores psicométricos adecuados).
La principal limitación es que los resultados no son extrapolables a toda la población de residentes del Perú, pues no se realizó aleatorización o estratificación en las sedes hospitalarias. Además, el diseño del estudio no es analítico y no permite establecer causalidad entre las variables examinadas. Los resultados pueden emplearse en estudios e intervenciones posteriores con muestras más representativas de médicos residentes peruanos.
Los factores que influyen en la percepción de conocimientos de los médicos sobre la atención de pacientes con la COVID-19 son trabajar en el área de emergencias, haber tenido contacto con pacientes contagiados y haber realizado procedimientos médico-quirúrgicos.