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La obra Calidad y capacidad de los espacios docentes en las universidades. Experiencias desde la Universidad de La Habana, de Alfredo Sánchez Lara, no es un ejercicio académico o científico solamente; recoge las experiencias profesionales del autor en esta temática y todo el cúmulo de conocimientos que ha construido y salvaguardado durante cincuenta años de fecunda trayectoria en el hacer universitario.
Alfredo Sánchez Lara es graduado de Ingeniería Industrial en 1967 en la Facultad de Tecnología de la Universidad de La Habana, y profesor, investigador y Máster en Dirección del ISPJAE y la Universidad de La Habana. Ocupó cargos de dirección académica como jefe de sección, de departamento docente y director de la Escuela de Ingeniería Industrial. Desde 1985, por más de treinta años ha estado vinculado a la gestión y la dirección de la infraestructura física de la Universidad de La Habana -por veinticinco años, como Ingeniero Principal y Director de Inversiones-. Durante los últimos cinco años se ha dedicado a asesorar el proceso de recuperación física de la Universidad, así como el desarrollo de su Plan Director.
Sánchez Lara, por su experiencia, dedicación y profesionalidad, constituye el principal conocedor de las edificaciones y del equipamiento de la Universidad. Alfredo es un profesor, científico; pero, sobre todo, líder y gestor de los espacios universitarios de nuestra Casa de Altos Estudios.
El tema del libro que nos ocupa tiene la mayor importancia. Aunque aborda la gestión de los espacios en las universidades, en lo cual el autor constituye un gran experto, el objeto o estudio de caso es la más antigua de nuestras universidades.
Cercana a los tres siglos de vida, la Universidad de La Habana ocupa un espacio privilegiado en la geografía habanera. Solo sus edificaciones la hacen un lugar peculiar. Su historia, su acompañamiento a la ciudad en más de la mitad de su vida; el actuar de su comunidad de estudiantes, profesores y trabajadores no docentes en cada tiempo; su papel en la forja de la nación cubana, hacen que la ruta del devenir cubano pase inexorablemente en cada etapa por la Universidad. Edificaciones que existen hace un siglo, el cuidado de los valores patrimoniales y las demandas de la modernidad académica se observan desde la infraestructura. A lo dicho, súmese lo que significa albergar hoy una comunidad de cuarenta mil estudiantes y cuatro mil trabajadores, con su evolución en el tiempo, con sus propias metas y objetivos.
La comunidad universitaria de una Universidad de Excelencia demanda edificios y equipamientos útiles para su desempeño. No se abandona lo antiguo, ni se convierte en museo; se mantiene la vida en ellos. Es por esta razón que resulta supremamente importante la gestión de la infraestructura, la evaluación constante de sus capacidades y, sobre todo, lograr la calidad en su rendimiento y explotación.
Durante los últimos diez años la Universidad ha incrementado en un 40 % las edificaciones valoradas con alto nivel de calidad. No sería esto posible sin la instrumentación de una estrategia de recuperación, de salvaguarda de los valores patrimoniales, de mejora en la explotación, teniendo en cuenta la sostenibilidad de lo hecho. Y ello no hubiese sido posible solamente con el esfuerzo material y el apoyo estatal. Se requiere experiencias y conocimientos, voluntad de hacer.
El libro que se presenta es una imagen resumida de ese conocimiento, que no cabría en un solo volumen. Constituye una obra excepcional, que muy pocas personas serían capaces de escribir desde la perspectiva de un sitio que es hoy Monumento Nacional. Se requiere un conocimiento integral, no solo de ingeniería, sino de los procesos que desarrolla una universidad como la nuestra.
Las decisiones tomadas respecto a la reducción de espacios en facultades y centros, o la devolución de funcionalidad a edificaciones cuya explotación había dado otra, ha sido una lucha larga de convencimiento y hacer. No podré olvidar nunca lo que Sánchez Lara me ha enseñado, como profesional, pero además como el padre que enseña a un hijo. Habría muchas cuestiones esperando respuestas sin su compañía en este empeño. No hubiese sabido yo, en mi condición de vicerrector encargado de estos menesteres, de dónde sacar un conocimiento tan integral. Hay que decir, que esta teoría puesta en práctica no solo ha salvado un patrimonio de la nación, sino que ha ahorrado millonarias cifras de inversión en nuevas edificaciones.
El libro que entrega hoy Sánchez Lara, Premio Editorial UH en 2017, será un manual de consulta obligada para presentes y futuros gestores de la infraestructura universitaria. Es un libro que extiende sus miras también para su oportuno aprovechamiento por parte de disímiles instituciones de educación superior, hecho confirmado por el prólogo de la Dra. Marcia Esther Noda Hernández, secretaria ejecutiva de la Junta de Acreditación Nacional del Ministerio de Educación Superior.
Quiero agradecer a la Editorial UH, a su director José Antonio Baujin, a los editores, especialmente a Daliana del Carmen Rodríguez Campos, y todos los que han laborado en esta obra por el esmero en el trabajo.
