Introducción
Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como el cáncer, la diabetes, las enfermedades pulmonares crónicas y las enfermedades cardiovasculares (ECV) son actualmente la primera causa de muerte en el mundo.1) El panorama que contempla la Organización Mundial de la Salud (OMS) es aún más preocupante, debido a que se estima que la cifra de defunciones que las ECNT causaron en el 2012 (38 millones), aumente a 52 millones para el 2030.1
La inactividad física se considera un factor de riesgo comportamental asociado a ECNT.2) En población adulta, se considera inactividad física a la realización de menos de 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física a la semana de intensidad vigorosa, o presentar un gasto energético por semana inferior a 600 MET´s (equivalente metabólico).3) En el mundo, se estima que un 23 % (27 % mujeres, 20 % hombres) de la población adulta y un 81 % de la población adolescente no realiza suficiente actividad física para mantener la salud.1) En el año 2010, la inactividad y los bajos niveles de actividad física causaron un total de 3,2 millones de defunciones en el mundo.4) Por el contrario, altos niveles de actividad física están asociados con un menor riesgo de mortalidad y ECV en sujetos de países de bajos, medios y altos ingresos.5,6
A pesar de la amplia evidencia científica que existe acerca de los beneficios para la salud de la realización de actividad física regular,3,7) En Colombia, los niveles de inactividad física en población adulta son superiores a los registrados en el mundo. Según la Encuesta de la Situación Nutricional, ENSIN 2015, el 49,9 % de las personas entre los 18 a 64 años no cumplen con las recomendaciones de actividad física, siendo superior la cifra en mujeres (57,3 %) que en hombres (39,9 %).8
Una de las explicaciones que la literatura científica refiere sobre los bajos niveles de actividad física de la población actual radica en la reducción del gasto energético y el incremento en la conducta sedentaria de las personas. El adulto moderno pasa más tiempo en ambientes que no solamente limitan la actividad física, sino que demandan prolongados periodos de conducta sedentaria. En resumen, las personas se mueven menos y permanecen más tiempo sentadas en los hogares, oficinas, escuelas, universidades y espacios públicos. Este fenómeno que ha venido ocurriendo en las últimas décadas supone una diminuta fracción de tiempo en la existencia del ser humano, el cual siempre necesito de la actividad muscular para superar los retos que la naturaleza le exigía.9
Con relación al contexto de realización, la actividad física puede llevarse a cabo en tres dominios: ocupacional, relacionado con el transporte y el tiempo libre.10 En el mundo, en los últimos años, las actividades físicas en el medio natural (AFMN) se han convertido en una tendencia de realización de actividad física en el tiempo libre. Según la Encuesta Anual de Tendencias del Fitness para el 2018, las AFMN ocupan el puesto número 14 de 40 posibles.11
El senderismo es un tipo de AFMN que consiste en recorrer caminando recorridos señalizados y se caracteriza por ser la más simple y básica de todas las formas de realizar actividad física en la naturaleza, por esta razón se puede realizar a cualquier edad, en cualquier momento del año y su práctica contempla un bajo riesgo de accidente.12 La práctica del senderismo podría representar una excelente alternativa para promover la realización de actividad física regular, y debido a sus características, entre las cuales se destaca que es un ejercicio de moderada intensidad y que se realiza por prolongados períodos de tiempo, ha demostrado ser una muy buena oportunidad terapéutica para la regeneración física y mental además de ser recomendada por expertos como una alternativa de mejoramiento de la salud en pacientes con síndrome metabólico.13
La literatura científica en Colombia sobre niveles de actividad física en senderistas es escasa o nula, y en general, muy poco se ha publicado sobre la práctica del senderismo. Teniendo en cuenta lo anterior, el objetivo de este estudio será determinar los niveles de actividad física, en cada uno de los dominios, y la conducta sedentaria de los senderistas de Bucaramanga y área metropolitana. Los resultados de este estudio serán fundamentales para establecer si la población de estudio, cumple con las recomendaciones de actividad física para la salud, además de determinar si la práctica de actividad física se limita únicamente a los recorridos planeados por los grupos de senderismo, cuya frecuencia es de una vez a la semana, o si la realización de actividad física es un hábito regular en esta población y se lleva a cabo en los diferentes dominios.
Métodos
Se realizó un estudio correlacional en 170 senderistas de ocho grupos de Bucaramanga y su área metropolitana, mayores de 18 años, durante el período comprendido entre agosto de 2016 y abril de 2017. Este estudio fue aprobado por un comité de investigación y se solicitó a la población participante en este estudio el consentimiento informado por escrito.
Se realizó un muestreo por conveniencia debido a que los senderistas no se encuentran oficialmente afiliados a una Federación o Asociación que permitiera acceder a una base de datos y a partir de allí realizar un cálculo de muestra. Los líderes de los grupos de senderismo fueron contactados en primer lugar por redes sociales, luego en segunda instancia a través de llamada telefónica o personalmente, se explicaba al líder la naturaleza del estudio y se solicitaba el permiso para la aplicación del instrumento de recolección de la información en los integrantes del grupo, el cual fue aplicado utilizando el método de entrevista directa, realizada antes, durante o finalizado el recorrido planeado por el líder. Fueron incluidos senderistas mayores de edad, que llevaran más de seis meses practicando esta actividad y que firmaran el consentimiento informado. Se excluyó a aquellas senderistas embarazadas.
La actividad física en cada uno de los dominios fue valorada a través del Cuestionario Mundial de Actividad Física (GPAQ por sus siglas en inglés) 10, el cual ha sido validado en varios países demostrando ser un instrumento adecuado y aceptable para monitorear los niveles de actividad física de la población.14 Además de haber demostrado su validez en los diferentes países del mundo, este instrumento resulta apropiado para su aplicación en población colombiana. Un estudio realizado en población adulta colombiana estableció una reproducibilidad prueba-reprueba buena para el GPAQ (Coeficiente de Correlación Intraclase (CCI): 0,79, Índice de Kappa ponderado (Kw): 0,66, Kappa de Cohen (K): 0,68).15
Este cuestionario calcula la frecuencia semanal, intensidad y duración de la actividad física realizada en cada uno de los dominios: ocupacional, transporte y tiempo libre). La guía de análisis de datos del GPAQ define que para el dominio ocupacional, se incluyen todas las acciones llevadas a cabo en el contexto laboral (remuneradas o no), en el contexto académico (clases o actividades que involucren realización de actividad física) y las labores o tareas del hogar. En cuanto a la actividad física relacionada con el transporte, se tienen en cuenta las maneras de desplazarse, como por ejemplo, caminar y montar en bicicleta. Con relación al dominio tiempo libre, se incluyen todas las actividades recreativas llevadas a cabo fuera del tiempo obligatorio.10
Para establecer los niveles de actividad física se calcularon en cada uno de los tres dominios, el número de días en los que se realiza algún tipo de actividad física en una semana corriente, la duración de la actividad en minutos (se incluyeron sesiones superiores a 10 minutos) y la intensidad de la actividad determinada en MET´s (4 MET´s para desplazamientos y actividades de intensidad moderada y 8 MET´s para actividades de intensidad vigorosa). El gasto energético se estableció en cada uno de los tres dominios con la siguiente fórmula:
Finalmente, para establecer el gasto energético semanal se sumaron los resultados en los tres dominios.10
Luego de establecer el gasto energético y la cantidad total de minutos de actividad física a la semana, los senderistas fueron clasificados como “Cumple las recomendaciones de actividad física para la salud” o “No cumple con las recomendaciones de actividad física para la salud”. Se cumplen las recomendaciones de actividad física para la salud cuando en una semana se realizan no menos de 150 minutos de actividad física moderada, o 75 minutos de actividad física vigorosa, o una combinación de las dos logrando un gasto energético igual o superior a 600 MET-minuto-semana.10
Otras variables analizadas fueron el género, la edad, el nivel socioeconómico, el estado civil, el nivel académico, el tiempo de práctica (se incluyeron senderistas con más de seis meses de práctica) y la frecuencia (semanal, quincenal o mensual).
Análisis estadístico
Se realizó un análisis descriptivo de las características de interés en la población de estudio. En el caso de las variables categóricas se describieron frecuencias y porcentajes. Con relación a las variables continua se realizó una evaluación de la distribución mediante la prueba de Shapiro Wilk. Estas variables al no tener distribución normal se expresaron como mediana y rango intercuartílico. Se aplicó la prueba U de Mann-Whitney para establecer diferencias estadísticamente significativas en las variables categóricas y continuas según el sexo. El nivel de significancia establecido fue de p ≤ 0,05. Se calculó el índice de correlación de Pearson para determinar la relación entre la actividad física y la conducta sedentaria. El nivel de significancia establecido fue de p ≤ 0,05.
Los datos tomados a partir de la información recolectada mediante los procedimientos descritos, fueron digitados en una base de datos de Excel, la cual fue exportada al programa estadístico Stata versión 12.1/IC (Statistics Data Analysis. STATA\ICq 12.1) para el análisis de resultados.
Resultados
La mediana de edad de la población de estudio fue de 52 años (RI=15). El 51,76 % de la población de estudio pertenece al sexo femenino, la mayor parte de los senderistas reportan un nivel socioeconómico medio (77,65 %). En cuanto al estado civil, el 34,71 % de los participantes se encuentra casado o en unión libre. Con relación a la frecuencia de práctica del senderismo, el 85 % lo hace semanalmente y el 60 % de los senderistas lleva más de 5 años de práctica de esta actividad. (Tabla 1).
La totalidad de los senderistas cumple con las recomendaciones mundiales de la OMS sobre actividad física para la salud. Las medianas de total de minutos de actividad física y gasto energético por semana fueron de 560 (RI: 540 minutos) y 3120 (2640 MET´s minuto/semana). La mediana de minutos/día de conducta sedentaria se registra en 240 (RI = 240 minutos). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas al analizar las medianas de minutos de conducta sedentaria y actividad física por semana en cada uno de los dominios según el sexo. Los hombres presentan una mediana de minutos por semana de actividad física en el tiempo libre más alta que las mujeres. Por el contrario, las mujeres registran una mediana mayor de actividad física relacionada con el transporte que los hombres (Tabla 2).
Característica | Mujeres (n=88) Mediana (RI) | Hombres (n=82) Mediana (RI) | Total (n=170) Mediana (RI) | |
---|---|---|---|---|
Actividad física ocupacional (min/semana) | 0 (240) | 0 (0) | 0 (100) | 0,330 |
Actividad física relacionada con el transporte (min/semana) | 67,5 (240) | 65 (280) | 65 (240) | 0,940 |
Actividad física en el tiempo libre (min/semana) | 300 (230) | 290 (180) | 300 (204) | 0,748 |
Total Actividad Física (min/semana) | 547 (570) | 570 (450) | 560 (540) | 0,770 |
Conducta sedentaria (min/día) | 240 (240) | 240 (240) | 240 (240) | 0,904* |
RI: Rango Intercuartílico; *Valor p determinado mediante prueba Mann-Whitney.
Con relación a la composición porcentual de la actividad física según el sexo, se establece que la actividad física en el tiempo libre registra la mayor proporción tanto en hombres como en mujeres, siendo ligeramente superior esta proporción en hombres sin encontrar diferencias estadísticamente significativas (Tabla 3).
n | Ocupacional (%) | Desplazamiento (%) | Tiempo libre (%) | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Hombres | 82 | 23,07 | 0,330* | 26,29 | 0,940* | 50,61 | 0,748* |
Mujeres | 88 | 26,66 | 24,07 | 48,82 | |||
170 | 25,17 | - | 25,14 | - | 49,68 | - |
*Valor p determinado mediante prueba Mann-Whitney.
Se determinó una correlación negativa entre la conducta sedentaria y el total de minutos de actividad física por semana (p = 0,0008), así como entre la conducta sedentaria y el gasto energético semanal (p = 0,0252). Por otra parte, se estableció una correlación positiva entre el total de minutos de actividad física a la semana y el gasto energético semanal (p = 0,0000) (Tabla 4).
Variables | Conducta sedentaria | Total de minutos de actividad física a la semana | Gasto energético semanal |
---|---|---|---|
Conducta sedentaria | r = 1,0000 | r = -0,2550* | r = -0,1716** |
Total de minutos de actividad física a la semana | r = -0,2550* | r = 1,0000 | r = 0,8740* |
Gasto energético semanal | r =-0,1716** | r =0,8740* | r = 1,0000 |
*p ≤ 0,01, ** p ≤ 0,05
Discusión
A través de este estudio se pudo determinar no solamente la cantidad de actividad física realizada en cada uno de los dominios, sino también una correlación negativa entre la conducta sedentaria y la cantidad de actividad física realizada en senderistas de Bucaramanga y área metropolitana. Investigaciones que incluyan este tipo de población no existen o son escasas.
Los resultados obtenidos mediante el GPAQ establecen que la totalidad de los senderistas cumplen con las recomendaciones de la OMS sobre actividad física para la salud, este cumplimiento se refleja en los tres aspectos principales que las recomendaciones refieren, frecuencia, duración e intensidad de la actividad física semanal.3 Esta cifra de 0 % de inactividad física en población adulta resulta claramente inferior a la prevalencia registrada en el mundo (23 %)1 y en Colombia (49,9 %).8) Al comparar los resultados de este estudio con otros tipos de población, la cifra registrada resulta similar a estudios realizados con estudiantes universitarios de Educación Física o Cultura Física, quienes también se caracterizan por tener muy bajas prevalencias de inactividad física debido a la naturaleza de su actividad académica y estilo de vida.16,18
Con relación a la composición porcentual de la actividad física, los resultados obtenidos de este estudio confirman que la actividad física en el tiempo libre es el dominio que mayor porcentaje presenta (49,68 %). Estos resultados se pueden explicar debido a que la mayor parte de los senderistas (85,88 %) reportan una frecuencia semanal de práctica del senderismo y el tiempo de duración de una caminata oscila entre las 4 y 8 horas, lo que aumenta de manera considerable el número de minutos de actividad física que se registran en este dominio. La realización de actividad física en el tiempo libre por parte de la totalidad de los senderistas resulta un indicador saludable, ya que además de los ya establecidos beneficios en la salud física por parte del ejercicio físico, la actividad física en el tiempo libre también ha sido asociada con otros aspectos como la calidad de vida relacionada con la salud19 y la salud mental.20
Respecto a la actividad física y el sexo, los hombres presentan una mediana más alta de total de minutos de actividad física a la semana que las mujeres. A pesar que no se encontraron diferencias estadísticamente significativas, estos resultados van en línea con la literatura científica la cual ha establecido que, en el contexto global y nacional, los hombres presentan niveles de actividad física superiores a los de las mujeres en población en general1,8) y en población universitaria latinoamericana.21
En cuanto a la conducta sedentaria, los senderistas reportaron una mediana de 240 minutos por día. Estos resultados son inferiores a los 300 minutos por día que reporta un europeo promedio adulto,22 a los 480 minutos que se determinó en un estudio en trabajadores colombianos,23 a la cifra de comportamiento sedentario de trabajadores de oficina ingleses (636 minutos)24) y trabajadores de oficina españoles (383 minutos).25 Las cifras de conducta sedentaria reportadas por los participantes de este estudio resultan ser favorables si se tiene en cuenta un reciente meta-análisis, el cual estableció que cada hora adicional de comportamiento sedentario, en adultos que tuvieron esta conducta por más de 7 horas por día, incrementaron el riesgo de mortalidad por cualquier causa en un 2 %, este mismo riesgo aumentó al 5 % para aquellos que eran también físicamente inactivos sugiriendo que la realización de actividad física podría ofrecer algo de protección contra los peligros de altos niveles de conducta sedentaria.26
Los resultados de este estudio confirman una correlación negativa entre la conducta sedentaria y la cantidad de actividad física semanal y el gasto energético. Estos resultados aunque parecieran tener una explicación lógica, es decir, que es normal que una persona con altos niveles de actividad física tenga bajos niveles de conducta sedentaria, la literatura científica confirma que ser físicamente activo y tener niveles de comportamiento sedentario alto es posible, debido ambas conductas son muy diferentes, adicionalmente se está contemplando el término “sedentario activo” que hace referencia a, por ejemplo, una persona que camina o monta en bicicleta a su lugar de trabajo todos los días, y de esta manera cumple con las recomendaciones de actividad física, pero si su trabajo es de oficina y de esta manera puede pasar entre 7 y 9 horas en reposo durante su jornada laboral.27 La correlación negativa entre la conducta sedentaria y la cantidad de actividad física y el gasto energético semanal, que se determina en este estudio podría explicarse en parte a una composición porcentual equilibrada por parte de la población de estudio. Con relación a la actividad física en el tiempo libre, la totalidad de los participantes reporta su realización y el 65,29 % de los senderistas presenta una frecuencia de realización de 3 veces por semana. En cuanto a la actividad física relacionada con el desplazamiento o transporte, más de la mitad de la población de estudio reporta caminar o usar la bicicleta para desplazarse a diferentes lugares, y finalmente, analizando la realización de actividad física ocupacional, el 20,59 % reporta esta acción entre 5 y 7 días por semana, lo que reduce ampliamente la posibilidad de tener comportamiento sedentario.
Una de las fortalezas de este estudio fue el uso del GPAQ como instrumento para valorar la actividad física y la conducta sedentaria en los participantes, el cual, además de valorar la actividad física en sus diferentes dominios y tener en cuenta aspectos fundamentales como la duración, la intensidad y la frecuencia de la actividad física realizada;10 presenta mejores propiedades psicométricas en población colombiana que otros cuestionarios diseñados para valorar la actividad física como el Cuestionario Internacional de Actividad Física - IPAQ (por sus siglas en inglés).15
Se recomienda, para futuras investigaciones y con el objetivo de ampliar el conocimiento en la población de senderistas, estimar la prevalencia de factores de riesgo biológicos o metabólicos asociados a ECNT como el sobrepeso y la obesidad, la dislipidemia, la hipertensión y la hiperglucemia, así como también niveles de aptitud física, con el objetivo de establecer si los altos niveles de actividad física y bajos niveles de conducta sedentaria reportados por esta población se reflejan en niveles saludables de capacidad aeróbica, fuerza muscular, composición corporal, presión arterial y niveles en sangre de glucosa, colesterol y triglicéridos, indicadores que han demostrado ser mejorados cuando se realiza actividad física en la naturaleza de manera regular.28
Para concluir, La totalidad de los senderistas encuestados son físicamente activos y cumplen ampliamente con las recomendaciones de actividad física para la salud de la OMS, además de registrar bajos niveles de conducta sedentaria. Se encontró una correlación negativa entre la conducta sedentaria y la actividad física semanal y el gasto energético, presentando diferencias estadísticamente significativas.