Introducción
En los últimos años, Cuba, en su Anuario Estadístico de Salud, viene presentando las enfermedades del corazón como la primera causa de muerte. Asociados a la morbimortalidad cardiovascular se encuentran el sobrepeso y la obesidad, identificados por la American Heart Association como uno de los mayores e independientes factores de riesgo cardiovascular. Desde entonces, varios estudios han relacionado el aumento de peso con modificación de la morfofunción del corazón.1,2
El objetivo fue describir las modificaciones del patrón geométrico del ventrículo izquierdo y de la función cardiaca asociadas a malnutrición por exceso en sujetos de la provincia La Habana.
Métodos
El universo es tuvo compuesto por pacientes atendidos en el laboratorio de ergometría del Hospital Universitario “General Calixto García”. Se incluyeron en el estudio los pacientes que con edad entre 30 y 70 años, que estuvieran de acuerdo en participar en la investigación (se les pidió firmar el consentimiento informado) y se excluyeron los que tuvieran antecedentes patológicos personales de enfermedad cardiovascular.
La muestra quedó conformada por 72 sujetos que acudieron de forma consecutiva al servicio de cardiología, durante el periodo enero 2017 - abril de 2018, en cuya atención participaron los investigadores.
Se realizó anamnesis, examen físico y determinación del estado nutricional utilizando índice de masa corporal (IMC) y porcentaje de grasa corporal (GRC), para lo que se empleó un equipo medidor de bioimpedancia de tren superior portátil marca OMROM BF-306®. Las mediciones se hicieron en igualdad de condiciones: dos horas de ayuno, vejiga e intestino vacíos, no recién bañados y evitando contacto con materiales conductores. Esto permitió clasificar a los sujetos (puntos de corte ajustados por edad y sexo como se establece en el manual de instrucciones) en grupos según porcentaje de grasa corporal: normal: N; alto: A; muy alto: M.
Se realizó un estudio ecocardiográfico de tipo bidimensional en modo M con un equipo marca Aloka, de confección japonesa, colocando el transductor de 3,5 MHz sobre el tórax en el cuarto espacio intercostal en el borde izquierdo del esternón. Se midió la función ventricular izquierda sistólica y diastólica, así como las características morfológicas del corazón y la existencia de patrones geométricos del ventrículo izquierdo: normal, remodelado concéntrico, hipertrofia ventricular izquierda (HVI) concéntrica y excéntrica fisiológicos o patológicos, según el caso.
Se calcularon la media y la desviación estándar de las variables cuantitativas, así como el número de frecuencias observadas y el porcentaje de las variables cualitativas. Para el procesamiento de los datos se utilizó el programa Statgraphics. Se realizó comparación de medias a través del estadígrafo ANOVA y de medianas mediante el test de Kruskall-Wallis; todo esto, para comparar los grupos N, A y M. Se consideró significación estadística p < 0,05.
El proyecto de investigación fue aprobado por el comité de ética y el consejo científico de las instituciones involucradas.
Resultados
Respecto al IMC, la mayor parte de los sujetos eran obesos tipo I y la mayoría pertenecía al grupo A, en cuanto al PGC. El IMC promedio para los grupos N, A y MA fue: para sexo masculino: 23,97; 28,58; 32,97, respectivamente, y para femenino: 23,58; 27,29; 32,68 Kg/m2, respectivamente. Para ambos sexos el IMC promedio para los grupos N, A y MA correspondió con el propio de sujetos normopeso, sobrepeso, y obesos, respectivamente (Tabla 1).
El patrón geométrico del ventrículo izquierdo fue normal en más de la mitad de los sujetos. El patrón anormal más frecuente fue el remodelado concéntrico, y casi todos los sujetos que lo presentaban tenían un porcentaje de grasa corporal superior al normal (Tabla 2).
En la tabla 3 se muestran los patrones de función diastólica hallados en cada grupo. No se muestra el patrón restrictivo, ya que no fue hallado en ningún sujeto. El patrón anormal más prevalente fue la relajación prolongada.
Como medida de función sistólica, la figura revela los valores de fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) promedio en los diferentes grupos según su sexo; sus diferencias no fueron estadísticamente significativas.
Múltiples estudios defienden que el ascenso de la presión arterial con el paso de los años es la principal causa de la aparición de modificaciones del patrón geométrico del ventrículo izquierdo.3 Al no constatarse en los sujetos estudiados aumento de la presión arterial no se pudo establecer tal relación.
Discusión
La IMC y el porcentaje de GRC son, ambos, variables que pueden utilizarse para evaluar el estado nutricional y, si bien este último es más exacto al medir la composición corporal,4 existe una buena correlación entre ambos métodos para la población en general. En relación con esto, en el presente estudio los individuos con porcentaje de GRC normal tuvieron en promedio un IMC que se corresponde con sujetos normopeso; los de alto porcentaje de GRC, con sobrepeso; y los de porcentaje de GRC muy alto, con obesos.
Entre los patrones geométricos anormales del ventrículo izquierdo, el más prevalente fue el remodelado concéntrico. En el estudio de cohortes CARDIA de 2014,5 que incluía más de 5000 sujetos, se halló que el grado de adiposidad, principalmente abdominal, era un importante factor de riesgo asociado con mayores dimensiones del atrio izquierdo y patrón de remodelado concéntrico del ventrículo izquierdo, independientemente de la duración de la obesidad y de otros factores de riesgo cardiovascular; aunque una mayor duración de la obesidad se asoció con mayor masa del ventrículo izquierdo y tendencia a menor fracción de eyección. Todo ello sugiere que el remodelado cardiaco a lo largo de la adultez temprana resulta consecuencia de un mayor grado de adiposidad, mientras que los efectos acumulativos de una mayor duración de la obesidad podría contribuir al remodelado concéntrico, principalmente a través del incremento de la masa ventricular izquierda.5 Coincidiendo con lo citado, en el presente estudio se halló que la mayoría de los pacientes de ambos sexos con remodelado concéntrico del ventrículo izquierdo, estaban malnutridos por exceso, y entre los pacientes con hipertrofia ventricular izquierda concéntrica también predominó el porcentaje de GRC supranormal.
La modificación de la morfología cardiaca cuando se altera conlleva a cambios en la función. Existe un paralelismo entre acúmulo de lípidos en el corazón y disfunción diastólica. (6Kossaify y Nicolas,7 describieron que la disfunción diastólica fue significativamente alta en los sujetos con peso excesivo en comparación con los normopesos. Otros estudios han mostrado que no siempre la función diastólica mejora tras la reducción de peso, lo que sugiere la presencia de factores no modificables (entre ellos, la fibrosis, mencionada en relación con las citocinas producidas en la obesidad), que contribuyen a la génesis del trastorno y la perpetúan.8 Esto llama la atención hacia el riesgo que supone la obesidad para la función cardiaca.
La FEVI decreció muy ligeramente a mayor porcentaje de GRC, comportamiento similar al hallado en el mismo hospital en 2015.9 Otra investigación halló correlación inversa entre el espesor de la grasa epicárdica, que está aumentado en la obesidad y la FEVI, que en ese caso fue estadísticamente significativa.10 Ello podría, en parte, estar causado por la disminución de grelina plasmática que se presenta en los obesos y que se asocia con reducción de la FEVI (a tal punto que la administración de esa sustancia mejora esta variable en la insuficiencia cardiaca crónica.11,12. La grelina tiene potentes efectos cardioprotectores, es liberada primariamente en el sistema digestivo, pero posee receptores en todo el organismo, incluyendo el corazón. Actúa por múltiples vías, entre las que están la regulación de la concentración de calcio intracelular, la inhibición de cascadas proapoptóticas, y la protección contra el daño oxidativo.13
Nuestro estudio suma una evidencia más a lo referenciado en la literatura revisada, pues coincide con esta. Consideramos que el tamaño de la muestra, por grupo de edades y de acuerdo al porcentaje de GRC debiera incrementarse, con lo cual, a través de la estadística se podrían identificar relaciones significativas dentro del conjunto de datos.
En conclusión, en la medida que el porcentaje de grasa corporal aumentó se observaron modificaciones morfofuncionales en el corazón de los sujetos estudiados, entre las que destacan la remodelación concéntrica y el deterioro de la función diastólica.