INTRODUCCIÓN
Según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2017 las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) representaron un problema de salud pública no resuelto, y constituyeron las principales causas de muerte y discapacidad a nivel universal. Estas se caracterizan por ser entidades de larga duración, resultantes de la combinación de varios factores individuales y colectivos: genéticos, fisiológicos, ambientales, conductuales, dietéticos; así como aquellos de riesgos metabólicos relacionados con la obesidad y el sedentarismo, aumento de la glucosa en sangre y los triglicéridos. De esta forma, aparecieron enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial (HTA).1
En ese mismo año, la OMS afirmó que a nivel mundial fallecen cada año 40 millones de personas a causa de ECNT, cifra que representa el 70 % de todas las muertes por ese tipo de enfermedades; de las cuales, casi la mitad ocurren prematuramente, lo que expresa que acontecen antes de que el individuo alcance los 70 años la edad. Del abanico de entidades que se agrupan bajo la clasificación general antes dicha, las enfermedades cardiovasculares son responsables de 17,7 millones de pérdidas de vida humanas a nivel universal.1
Autores como Weschenfelder y Gue,2 plantean que la HTA es considerada una enfermedad y factor de riesgo en sí misma, que al no ser controlada oportunamente puede provocar complicaciones, como el infarto agudo de miocardio, la hipertrofia ventricular y la insuficiencia cardíaca. A nivel de los vasos sanguíneos puede producir aneurismas y zonas de debilidad en la pared vascular, lo que aumenta las probabilidades de obstrucción o hemorragia de sangre hacia el cerebro y puede esto causar accidente cerebro vascular.
Al analizar la relación entre HTA y los antecedentes patológicos personales y familiares, autores como Galarza y otros.3 plantean que la existencia de estos incrementan en un 25 % la probabilidad de desarrollar la enfermedad en alguna etapa de la vida. De igual manera, la presencia de un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o mayor a 25, expresión que ubica al enfermo en la categoría sobrepeso, constituye uno de los factores de riesgo más importantes para padecerla.
La OMS, en su informe general sobre HTA en el mundo, ratifica el posicionamiento clínico teórico de que esta enfermedad cursa con una variada sintomatología de origen multicausal; entre los que se encuentran: cefalea, zumbido de oídos, dificultad respiratoria, mareo, dolor torácico, palpitaciones y hemorragia nasal, y otros. Al respecto, resulta importante destacar que si bien la sola presencia de los mismos no es indicativa de esta enfermedad, la existencia de estos puede ser peligrosa y constituir una señal de advertencia de la necesidad de modificar significativamente el estilo de vida de los pacientes que padecen algunos de estos síntomas.4
Entre las características sociodemográficas que afectan a esta enfermedad, se encuentra que la misma aumenta con la edad, disminuye con la escolaridad elevada y en sociedades con mejores condiciones de vida. Afecta con mayor frecuencia a individuos de la raza negra, sobrepesos, diabéticos y en aquellos que transitan por la viudez; mientras que su prevalencia es menor en personas solteras.2
Según Zubeldia y otros,5 este tipo de enfermedad cardiovascular es responsable de aproximadamente 7,5 millones de muertes a nivel mundial, evidencia científica que la posiciona como un problema de salud pública global. Al analizar la relación entre el aporte que la morbilidad hace a la mortalidad, diferentes autores coinciden en que, en el caso de América Latina, la primera contribuye con un elevado número de pacientes portadores de ese diagnóstico, dato que fluctúa entre el 20 % y 35 % del total de la población adulta que conforma ese extenso territorio que agrupa a más de una veintena de países del continente americano.1,2,3,4,5,6,7
Al respecto, según resultados investigativos ofrecidos por Galarza y otros,3 la prevalencia global de esta enfermedad varía de un país y localidad a otra; en el año 2014, dicho indicador mostró un comportamiento ascendente en algunos países de la región: Colombia, 23 %; Ecuador, 28,7 %; Nicaragua, 31,6 %; y Venezuela, 33 %.
En el caso particular Ecuador; en ese mismo año el Ministerio de Salud Pública (MSP) tras la aplicación de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT-ECU) puso a disposición de la comunidad científica la tasa de prevalencia de HTA calculada por etnias en individuos de ambos sexos, entre las edades de 18 y 59 años de edad; información que se muestra en orden decreciente como sigue: 13,6 % en montubios, 13,4 % en afroecuatorianos y 5,3 % en población indígena.6
Los datos antes referidos posicionan a Ecuador entre uno de los países con mayor número de hipertensos en población adulta, situación, aunque similar a la que acontece a escala mundial, requiere del desarrollo de acciones dirigidas a mitigar las consecuencias resultantes de esa enfermedad y sus complicaciones.8,9
En el contexto local de la Zona 3, según datos ofrecidos por el MSP en su ejercicio académico gubernamental de rendición de cuentas a la población y a la comunidad científica nacional e internacional; sustentado en los datos recopilados mediante la aplicación de la encuesta ENSANUT-ECU,6 se reportó en el año 2014 una prevalencia de hipertensión para ambos sexos en una población con edades superiores a los 18 años de 4376 pacientes; cifra predictivamente creciente.
En correspondencia con esa opinión estatal, los datos ofrecidos por el MSP en su documento sobre las principales causas de morbilidad ambulatoria de julio de 20179 corroboran dicho juicio especializado, al mostrar una prevalencia de 1469 hipertensos en el Distrito de salud Chambo-Riobamba.
Es necesario que el Estado, los gobiernos locales y de salud y las comunidades en general, intensifiquen sus esfuerzos para promover el desarrollo de conductas generadoras de salud entre la población ecuatoriana. Se propone como objetivo describir las características sociodemográficas y clínicas de los pacientes adultos y adultos mayores hipertensos.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, con enfoque mixto; en las 24 unidades de salud que conforman el Distrito Chambo-Riobamba (Flores, Guantul, San Luis, Chambo, Llucud, San Francisco, Pungalá, Puruhay, Guaslan, Licto, San Ana de Guagñag, Santa Rosa, Cubijies, Quimiac, San Juan, Calpi, Lican, Cacha Chuyug, Cacha Guashi, Cacha Machangara, Pucara Quinchi, San Miguel de Quera, La Panadería y La Georgina); durante el periodo de noviembre de 2017 a enero de 2018.
La población de estudio estuvo conformada por 287 individuos con diagnóstico de hipertensión arterial reportados por los Centros de Salud donde se desarrolló la investigación. Para la selección de la muestra, se siguió un muestreo no probabilístico de tipo intencional o por conveniencia, se seleccionaron aquellos pacientes hipertensos con edades iguales o superiores a los 20 años, con óptimo estado de salud mental, que dieron su consentimiento informado para participar en el estudio, los cuales se encontraron en sus viviendas en el momento en que se realizaron las visitas domiciliarias (188 pacientes).
Se utilizaron métodos del nivel teórico, tales como: histórico-lógico, inductivo-deductivo, teórico-práctico, analítico-sintético y lógico-abstracto. Como técnica para la recolección de los datos se empleó la encuesta, a través de un cuestionario cerrado denominado “Escala de calidad de vida y satisfacción en pacientes” (ECVS-P), tomado de Peñacoba y col., y adaptado por Figueredo.10) Este instrumento permitió describir las características sociodemográficas y clínicas de los pacientes incluidos en la muestra de estudio; así como identificar las dimensiones de calidad de vida y satisfacción afectadas en los mismos.
La ECVS-P quedó conformada por 16 preguntas con un formato de respuestas politómicas en las categorías de “poco”, “medio”, “bastante” y “nada” y que permiten explorar cuatro niveles de afectación de la CV. Las primeras once preguntas indagan sobre dimensiones básicas de CV referente a aspectos físicos, clínicos, funcionales, psicológicas, económicos, laborales, sociales y familiares. Los siguiente cuatro interrogantes valoran la satisfacción del paciente con los recursos materiales que le brinda la unidad asistencia a la que pertenece, para el cuidado de su salud; así como los que se encuentran disponibles en la unidad operativa para su atención, y el trato que reciben por parte del equipo de sanitario.
La última valora el nivel general de satisfacción que tiene el individuo hipertenso con su vida en el momento en el que se aplicó el instrumento, valoración que se efectúa a través de tres posibles opciones de respuestas que permite apreciar la CV global referida por el enfermo.
El análisis de los datos se realizó mediante el uso de la estadística descriptiva, lo que permitió recopilar la información observada en frecuencias absolutas y relativas (porcentaje), las que fueron recogidas en tablas elaboradas en Microsoft Excel, para facilitar su procesamiento. Para evitar el sesgo de obtención de información por errores de observación, la investigadora principal capacitó al equipo investigador, lo que permitió homogeneizar las observaciones, utilizando para ello definiciones operacionales sobre el instrumento validado empleado.
Se tomaron en consideración los elementos éticos de la investigación científica, al respetar la autodeterminación de los sujetos a participar en el estudio y solicitar las debidas autorizaciones. La disposición de los resultados se hizo de manera tal que reflejara la no maleficencia o malevolencia del equipo de trabajo al exponer los mismos.
RESULTADOS
Las características sociodemográficas observadas en la población de estudio evidencian que predominó el grupo etario de individuos con edades comprendidas entre los 65 y 79 años (42,56 %); el género femenino (69,15 %), la religión católica (82,46 %), la etnia mestiza (76,07 %), el estado civil casado (48,40 %), la convivencia con su esposo/a (42,02 %), el nivel de instrucción básica (47,35 %) y la profesión ama de casa (43,62 %) (Tabla 1).
A pesar de que en la muestra de estudio no se observó la presencia mayoritaria de factores de riesgo asociados a la HTA (Tabla 2), el diagnóstico de esta enfermedad entre los adultos mayores pudiera estar asociado al consumo de café y tabaco.
Entre las características clínicas asociadas a la HTA pudo observarse que en la muestra de estudio predominó la no existencia de consecuencias derivadas de dicha entidad. Sin embargo, resulta importante destacar que aunque solo un menor porcentaje de pacientes refieren presentar complicaciones, estas se asocian con mayor fuerza a los problemas de visión y cefalea, y constituye la primera una causa de invalidéz total o parcial (Tabla 3).
La dimensiones básicas de CV estudiadas se clasificaron en las categorías de “nada”, “poco”, “medio” y “bastantes”; prevalecieron aquellas que causan cambios en la vida del adulto mayor hipertenso (83,51 %), que provocan limitación en la actividad física (73,93 %), que le causan al paciente limitaciones para realizar las actividades de su vida diaria (71,28 %), que ocasionan problemas económicos (60,11 %) y las que producen limitaciones para trabajar (66,49 %)
Al explorar la satisfacción del paciente con la atención de salud, pudo observarse que el rango “bastante” predominó entre las dimensiones estudiadas. En relación a estas, la pregunta formulada para indagar si la unidad de salud proporciona recursos para el cuidado, más de la mitad de la muestra (53,19 %) respondió de forma afirmativa. De igual manera, esa proporción de pacientes se encuentra satisfecha con la atención; mientras que el (54,79 %) está conforme con el trato del personal de salud (Tabla 5).
La valoración emtidia por los adultos mayores que conformaron la muestra de estudio en relación con el nivel general de satisfacción referido por estos con su vida, pudo observarse que la mayoría de estos (80,3 %) se encuentran satisfechos consigo mismo.
DISCUSIÓN
Resultados similares a los observados en la presente investigación, fueron evidenciados por autores como González y otros11 en el año 2017, en una población de adultos mayores hipertensos, investigación en la que observaron un predominio de la enfermedad en pacientes del sexo femenino, afección mayormente presente en individuos del grupo de 65 y más años de edad, demostrando que a medida que avanza la edad se incrementa el riesgo de padecer esta enfermedad y con ello las complicaciones, por lo que se debe dar prioridad a este grupo de etario.
En una investigación realizada en el 2014 sobre la caracterización de pacientes hipertensos mayores de 18 años de edad, Hernández y otros,12) observaron que la mayoría de la población poseía una educación secundaria básica, seguida por el primario terminado y finalmente los universitarios; el 54,6 % de esa muestra de estudio no contaba con ninguna vinculación laboral y los pacientes más propensos a padecer HTA y sus complicaciones fueron los jubilados.
Dicha similitud de resultados con los alcanzados en la investigación que se presenta, explica que el nivel de instrucción es un elemento a considerar debido a que a medida que este aumenta, existirá una mayor colaboración del paciente para la realización del autocuidado a su salud.
Entre los cuidados a desarrollar por el propio paciente hipertenso, con óptimo estado de autonomía para la realización de las actividades de la vida diaria y de salud mental, se encuentra la capacidad para llevar una adecuada adherencia al tratamiento antihipertensivo y la realización de acciones tendientes al desarrollo de una conducta generadora de salud, que contribuya al control de la enfermedad.
En cuanto a la vinculación laboral, el resultado encontrado refleja que la mayoría de pacientes incluidos en el estudio se dedican al quehacer de la casa. No se encontró similitud con la variable jubilación, ya que en el presente estudio la mayor cantidad de pacientes con HTA no se ubican en esa condición de inactividad laboral.
Resultados similares sobre la caracterización del paciente hipertenso, fueron reportados por Bravo,13) en su investigación, donde de forma mayoritaria predominaron los individuos de etnia mestiza que viven en la zona rural. Resultado que coincide con el nuestro, coincidencia que pudiera estar relacionada con procedencia rural de la muestra de estudio.
A pesar de que en la muestra no se observó la presencia mayoritaria de factores de riesgo asociados a la HTA, el diagnóstico de esta enfermedad entre los adultos mayores pudiera estar asociado al consumo de café y tabaco; hábitos tóxicos que se comporta como un factor de riesgo modificable, sobre los cuales se debe incidir para disminuir la prevalencia de esta entidad y evitar las complicaciones que de los mismos se puedan derivar, entre los que se destacan la preciptación de la aterosclerosis y el daño vascular.
Los resultados encontrados en nuestro estudio, no coinciden con los observados por Hechavarria y otros14 quienes en su investigación dirigida a la caracterización de pacientes con hipertensión arterial hallaron que los principales factores de riesgo que se asocian esta patología resultaron ser el tabaquismo y el consumo de alcohol.
Oliveira y otros15 igualmente observaron que al indagar sobre los principales problemas de salud que afectan la calidad de vida de los adultos mayores con HTA, los problemas de la visión y de columna constituyeron las enfermedades mayormente representadas. En ambas investigaciones se corroboró que la muestra de estudio presentaba problemas de visión, complicación que pudiera estar asociada a la edad del paciente o la presencia de comorbilidad ocular.
En las dimensiones básicas de CV estudiadas, prevalecieron aquellas que causan cambios en la vida del adulto mayor hipertenso, provocan limitación en la actividad física, causan al paciente limitaciones para realizar las actividades de su vida diaria, ocasionan problemas económicos y las que producen limitaciones para trabajar. Resultados similares a este estudio fueron referidos por Oliveira y otros15 en su análisis de los factores asociados a la calidad de vida del paciente hipertenso. Al respecto, este autor refiere la existencia de una baja CV relacionada con la salud en pacientes hipertensos en algunas de las dimensiones como las que exploran la función física, el dolor corporal y la salud general. Referente al grado de dependencia, esos mismos investigadores observaron que la mayoría de los pacientes presentaron una dependencia catalogada como leve, seguido de que los que refieren independencia total.
Al explorar la satisfacción del paciente con la atención de salud, pudo observarse que el rango “bastante” predominó entre las dimensiones estudiadas. Similares resultados se obtuvieron en la investigación realizada por Azcarate y otros16 sobre percepción de la calidad en la relación médico-paciente en casos de HTA sistémica, en la que se observó que el grado de satisfacción que tenían los pacientes de acuerdo con la calidad de la atención médica que percibieron resultó satisfactoria en la mayoría, seguida de regular y poco satisfactoria.
Martos,17 indagó la satisfacción vital, salud y apoyo social en pacientes con HTA, y reportó que los individuos que conformaron su estudio refirieron sentirse satisfechos con su vida, aunque percibían algunos síntomas de enfermedad.
En conclusión, se observó un predominio de la hipertensión arterial en adultos mayores con edades entre 65 y 79 años de edad, del sexo femenino, religión católica, auto identificación mestiza, estado civil casado y nivel de instrucción básica.
Las características clínicas mayormente referidas por la muestra de estudio como consecuencias de la enfermedad hipertensiva fueron los problemas de visión, el edema en miembros inferiores, la cefalea, el cansancio, el mareo, la insuficiencia cardiaca, la artritis y el dolor articular.
A pesar de haber transcurrido algunos años de la implementación del Modelo de Atención Integral de Salud con enfoque Familiar, Comunitario e Intercultural a nivel nacional, aún en el contexto de estudio no son palpables los cambios esperados en el estado de salud del paciente hipertenso como influencia educativa que ese lineamiento pueda generar a nivel individual y colectivo. Como expresión de lo antes dicho, se observó la presencia de factores de riesgos modificables asociados a la HTA entre los que se destacan el consumo de café y tabaco, para lo cual se propusieron acciones y actividades específicas de enfermería dirigidas a modificar ese comportamiento y evitar complicaciones futuras.