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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.13 n.5 Ciudad de La Habana sep.-oct. 1997

 

 

Manifestaciones de las crisis familiares transitorias en una población de Alamar

Clara Pérez Cárdenas,1 Isis Negrín Pérez2 y José M. Fragoso3
 

RESUMEN: La escasa bibliografía referida al tema motivó este estudio proponiéndonos aportar material de referencia a residentes de Medicina General Integral para su docencia. Realizamos el trabajo con 71 familiares. Obtuvimos información a partir del modelo de entrevistas elaborado para esos fines el cual explora el reconocimiento del fenómeno más importante que enfrentan y la reacción de toda la familia ante éste. En todos los casos tomamos el dato primario de las madres por ser las que tienen mayor dominio de lo que sucede en su grupo social, al menos en nuestro medio. Entre los resultados se reconoce lo fundamental que ocurre en la dinámica familiar, se logra una visión de la tendencia del comportamiento familiar en cada momento de su desarrollo, así como el reporte de vivencias.

Descriptores DeCS: FAMILIA/psicología; MEDICOS DE FAMILIA; ATENCION PRIMARIA DE SALUD; COMPOSICION FAMILIAR; ENTREVISTAS.

La familia se ha desarrollado como institución social teniendo estructura y funciones que regulan las necesidades personales y sociales de cada uno de sus miembros.1 Ha ido modificándose en la medida en que la sociedad también lo hace, pero sus funciones básicas siempre han sido, entre otras, la satisfacción de las necesidades afectivas de sus miembros y la educación de sus hijos, considerándose el ambiente psicosocial depende mucho la personalidad de un individuo.2,3

Al definirla, generalmente se coincide en 2 elementos básicos: la consanguinidad y las relaciones afectivas que existan entre sus integrantes y este aspecto, a nuestro juicio, es el de mayor significación.3

No hay familia que en su desarrollo como grupo social esté exenta de momentos que producen alteraciones en la dinámica de las relaciones interpersonales. Muchas son las oportunidades en que popularmente, al evaluar alguna familia de la vecindad, se utilice la expresión: están en crisis, y se le da una evidente connotación negativa al término. Sin embargo, todo evento, circunstancia, nuevo rol, al que tenga que enfrentarse la familia, constituye una crisis porque implica un cambio en el estilo de vida y las actitudes de cada uno de sus miembros y no siempre tienen que tener un carácter negativo.

Veámoslo a través de ejemplos. La muerte de un familiar, digamos, el padre de una familia con hijos ya adultos, genera una etapa de depresión muy florida. Ante la pérdida de ese individuo, sus familiares tienen que reestructurar costumbres, asumir responsabilidades que antes correspondían al miembro ausente, reorganizar la vida de la familia y éste es el cambio al que nos referíamos anteriormente. Esta crisis será más o menos intensa y/o extensa según el tipo de familia de que se trate, pero está claro que tiene un matiz negativo en nuestra cultura. Sin embargo, el nacimiento de un niño deseado genera nuevas conductas entre los familiares, generalmente todos asumen en el hogar tareas alrededor del cuidado del bebito con un tono de satisfacción.

¿No es esto una crisis? Sí, pues se modifican muchos aspectos de la vida familiar, entre ellos, deben adaptarse a la presencia de un nuevo individuo y a todo lo que este nacimiento lleva implícito.

Ambas situaciones se corresponden con etapas diferentes del desarrollo familiar. Las crisis que se observan son transitorias pues son reacciones comúnmente esperadas en cualquier familia que arribe a estas etapas. Transitorias son, por tanto, todas aquellas reacciones que se observan en el tránsito normal de la vida de la familia, desde su formación hasta su disolución en su intento por adaptarse al suceso que enfrentan como grupo,4 concepto ajeno al factor tiempo. Cada una de las etapas del ciclo vital tiene circunstancias que la definen y la distinguen entre sí. En su formación, la familia se caracteriza por la necesidad de la pareja de empatizar y luego, desde que nace el primer hijo hasta que fallecen los miembros de la pareja que le dieron origen a este grupo, van modificándose las tareas que se van a enfrentar, lo cual le da un matiz distintivo a cada uno de los períodos evolutivos.5

Si tenemos en cuenta estos elementos de la vida familiar en la atención primaria, en mucho podríamos ayudar a nuestra población para evitar disfunciones familiares que a veces ocurren por desconocimiento de qué es lo aceptable o no en cada etapa del desarrollo de estos grupos.

Desarrollo

A continuación exponemos los resultados obtenidos en una investigación realizada por los autores antes mencionados en el Policlínico "Mario Escalona Reguera", en Alamar.

Refiriéndonos al reconocimiento o no de la etapa que atraviesa la familia, es decir, del hecho o fenómeno que caracteriza el momento en que se encuentra de su evolución, los datos apuntan a que el 70 % de las entrevistadas sí saben qué es lo fundamental que les está ocurriendo en el marco de la vida intrafamiliar.

Estas respuestas mayormente se observaron entre aquéllos que disfrutan de su primer bebé, resultados que esperábamos en tanto en cualquier familia donde haya un nacimiento reciente, toda la dinámica se dirige a las múltiples tareas que dimanan de su cuidado. Se sienten tan inmersos en el nuevo rol que fácilmente identifican qué es lo que está marcando la vida familiar en ese momento.

En segundo lugar (en términos de porcentajes), se reconocen las etapas de formación, donde la pareja recién ha decidido unir sus vidas, no hay hijos y están conociéndose como 2, y la adolescencia, por las características propias de esta edad que se distinguen en la evolución y desarrollo tanto individual como familiar. Estos 2 momentos son fácilmente reconocidos por los fenómenos que los marcan.

Al tratar de describir fenómenos y características generalmente observadas en las familias estudiadas, en función de la etapa en que se encuentran, tenemos que, en la etapa de formación la tendencia en las respuestas de las encuestadas es a afirmar que en sus parejas han logrado empatía y pueden tomar decisiones en conjunto, y estas decisiones son las determinantes en relación con las sugerencias u opiniones que pueden recibir de las familias de origen de ambos cónyuges u otras personas ajenas a ellos. El análisis estadístico de estos resultados apunta a una independencia entre estas 2 variables, lo que significa que podemos encontrar una pareja que haya logrado empatía pero no sean capaces de lograr decisiones por sí solos o quizás los que no tienen una fuerte relación empática puedan arribar a decisiones sin interferencias de otros.

Por su parte, aquellos grupos familiares que tienen su primer hijo refieren que éste es el resultado de un nacimiento planificado por ambos padres, decisión tomada en medio de un ambiente emocional agradable y gratificante para la pareja. Sin embargo, al investigar el desempeño de ellos en el rol de padres, no encontramos un número de respuesta que categóricamente nos permita afirmar o negar que el padre asume las tareas que lleva implícito el cuidado de su niño y llama la atención que las madres refieran mantener un buen ambiente familiar después de nacido el bebito, lo que pudiera interpretarse como la manifestación aún, del rol cultural e históricamente conformado para la madre como figura casi única dedicada a estos menesteres, por tanto no es tenido en cuenta para evaluar el ambiente emocional el hecho que el papá asuma o no sus responsabilidades nuevas.

Se refieren a la planificación del nacimiento del niño y los resultados no permiten asegurar que exista desempeño activo en el rol de padre, a pesar de haber estado ellos de acuerdo con ese acontecimiento.

Al analizar la incorporación del niño a la escuela, observamos que ante quejas de cualquier tipo dadas por el maestro, las familias no se irritan, por el contrario se da la tendencia a tratar de modificar actitudes en los hijos escolares, lo que demuestra flexibilidad en las fronteras de este grupo social y que son receptivos a las críticas que reciben de la sociedad mediante la institución escolar.

No podemos asegurar que en las familias que enfrentan la adolescencia de sus hijos, los padres conozcan las características generales del importante momento de la vida de sus muchachos y observamos una marcada prevalencia de respuestas afirmativas en las encuestadas, que se describen como padres irritados con el adolescente. Esto sucede en aquéllas que abiertamente confiesan desconocimiento sobre lo normal de la edad.

Cuando los hijos deciden formar familias nuevas no podemos definir en nuestro estudio si los padres confían en lo que esos hijos pueden hacer por sí mismos, es decir, en su madurez ante la vida, sin embargo, sí queda bien establecido que la unión de esos padres es por el sentimiento de amor que los une como pareja y no únicamente la educación de sus hijos.

Fue interesante ahondar en las formas de enfrentamiento que utilizan las madres en las dinámicas familiares en cada una de las etapas del desarrollo como grupo. En el período de formación, la tendencia observada es a apoyarse en la comunicación con la pareja en la búsqueda de soluciones a los problemas que pueden aparecer, aunque se observa también (en menor porcentaje) la actitud agresiva de gritos y peleas. Cuando ya tienen un niño, se da una conducta pasiva, se asumen las tareas que de su cuidado se derivan como normal, cotidianas, sobre todo si éstos están en su primer año de vida, con intentos de comunicación familiar. Al entrar ese niño a la escuela hay una búsqueda de ayuda familiar por parte de esa mamá de familia, actitud que reaparece con porcentajes importantes cuando hay hijos adolescentes pero que en esta oportunidad se acompaña de la actitud agresiva de la que hablamos con anterioridad. Este fenómeno se repite en aquellas familias con hijos que han decidido separarse del grupo para establecer sus propias familias. A pesar de valorarse que nuestras familias se enfrentan a los sucesos vitales y se apoyan en la comunicación familiar, las encuestadas de este estudio refieren una vivencia negativa. Se observa ligera tendencia a expresiones de malestar ya sea ansiedad y/o depresión en diferentes grados, respuestas dadas fundamentalmente por las madres de adolescentes. Sin embargo, las expresiones de tranquilidad, placer y felicidad se dan mayormente en aquéllas que aún no tienen niños y/o las que disfrutan del nacimiento del primero.

No analizamos la etapa correspondiente al momento en que la familia tiene su segundo hijo ni la relacionada con la pérdida de la familia de origen, por estar éstas poco representadas en la muestra con que trabajamos.

Conclusiones

  1. Una vez que lográbamos delimitar claramente los acontecimientos familiares de los sociales en general, en cada familia visitada, el 70 % de las encuestadas reconoce qué es lo nuevo que está enfrentando la familia como un todo.
  2. En general las madres buscan soluciones durante las crisis transitorias en el apoyo familiar, es decir, en los propios recursos de este grupo social.
  3. Hay ligero predominio de vivencias maternas de malestar al enfrentar las crisis típicas del ciclo vital, y aumentan éstas en familias donde existen adolescentes.
  4. A partir de la empatía que refieren en sus parejas las encuestadas que están en etapa de formación familiar y el sentimiento de amor que consideran las mantienen unidas a sus esposos, entre aquéllas que tienen hijos independizados del grupo familiar, consideramos que la esencia de estos grupos sociales en nuestra área de salud es el sentimiento positivo de amor, que no siempre se hace evidente en toda su dimensión por errores de comunicación que existen en algunas etapas del desarrollo con más peso que en otras.


 
SUMMARY: The limired bibliography existing on this topic led us to conduct this study so as to furnish reference material to the resident of General Comprehensive Medicine. 71 familiews were studies with this purpose. Information was obtain from the model of interviews prepared to know the most important phemenon they face and how the family react to it. Primary data were collected from mothers, since they have a better knowledge of everything happening in her social group, at least in our enviroment. Among the results, the the fundamental things taking place within the family dynamics ware registred, and ot was possible to have an idea of the family bahaviour trend at every moment of its development. A report of life events was also made.

Subject headings: FAMILY/psychology; PHYSICIANS, FAMILY; PRIMARY HEALTH CARE; FAMILY CHARACTERISTIC; INTERVIEWS.

Referencias bibliográficas

  1. Dahm I, Geissler A. Sociología para médicos. La Habana: Ed. Ciencias Sociales, 1990:25-32.
  2. Gutiérrez Baró E. Mensaje a los padres. La Habana: Ed. Científico-Técnica, 1980: 17-20.
  3. Pérez Cárdenas C. Crisis familiares no transitorias. Rev Cubana Med Gen Integr 1992; 8(2):144-51.
  4. Ruiz Rodríguez G. La familia. Concepto. Funciones. Estructura. Ciclo de vida familiar. Rev Cubana Med Gen Integr 1990; 6(1):58-73.
  5. Avner B. Desarrollo normativo de la familia. Actual Psicol. Serie Información Temática 1982;4(6):37-50.

Recibido: 19 de abril de 1996. Aprobado: 18 de diciembre de 1996.
Dra. Clara Pérez Cárdenas. Antonio Cobo No. 214 e/C. de la Guardia y J.L. Darder, reparto Debeche, Guanabacoa, Ciudad de La Habana 11, Cuba.


  1. Instructora de Medicina General Integral de la Facultad Calixto García. Jefa del Departamento de Psicología del Policlínico "Mario Escalona Reguera", Alamar, Ciudad de La Habana.
  2. Especialista en Medicina General Integral. Policlínico "Mario Escalona Reguera", Alamar, Ciudad de La Habana.
  3. Especialista en Medicina General Integral. Policlínico "Mario Escalona Reguera", Alamar, Ciudad de La Habana.

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