Educación médica a distancia y COVID-19
La pandemia COVID-19 está generando un gran impacto a nivel sanitario, económico, social y educativo; en este último caso, la enseñanza universitaria no se encontraba preparada para su enfrentamiento. En diversos países del mundo, la aplicación de medidas relacionadas con el aislamiento social produjo la suspensión inevitable de la educación médica presencial, lo que conllevó a un debate y una incertidumbre sobre las mejores acciones a seguir para evitar un desenlace negativo a largo plazo en la formación del futuro médico. Los países más afectados son, quizá, aquellos donde tradicionalmente sus metodologías de enseñanza de la educación médica están fuertemente relacionadas con el mayor contacto que tienen los alumnos con los pacientes, los cuales, además, presentan diferentes realidades de acceso a las herramientas de aprendizaje durante la actual pandemia. Por ello es importante revisar las estrategias implementadas en diversas escuelas de medicina durante epidemias previas y, a partir de ello, plantear propuestas acordes con la realidad latinoamericana.
¿Qué se hizo en epidemias previas?
Se realizó una búsqueda de la evidencia disponible en las bases de datos Medline/Pubmed, Scopus, Web of Science, Ovid y EBSCO, con los términos “COVID-19”, “educación médica”, “SARS”, “MERS” y “Medicine School”. Se revisaron los artículos disponibles como texto completo, se eliminaron los que aparecían duplicados y se seleccionaron aquellos que detallaban las estrategias implementadas durante las epidemias previas por SARS-CoV1 y MERS. Finalmente se seleccionaron 5 artículos,1,2,3,4,5 de los que se obtuvieron los reportes de las acciones previas (Fig.).
Nota: Se señala los autores, el año de publicación, la institución, el tipo de virus y las acciones educativas llevadas a cabo durante las epidemias del SARS COV1 y MERS. a) Estrategias usadas para la educación médica, b) Sugerencias de las autoridades académicas, c) Indicaciones posepidemia, d) Limitaciones para el cumplimiento de la educación médica y e) Tiempo de suspensión de clases universitaria.Fuente: Elaboración propia, a partir de lo reportado por Davis y otros,1Patil y otros,2Sherbino y otros,3Lim y otros,4 y Park y otros.5
Las primeras estrategias realizadas durante dichas epidemias incluyeron: cierre de facultades de medicina e impedimento de contacto del alumno con el paciente (debido al riesgo de contagio), acompañadas de estrategias logísticas, presupuestaria y éticas. Adicionalmente, se realizó una diversificación de las modalidades de enseñanza a distancia mediante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC); la enseñanza en pequeños grupos, que facilitó la interactividad; la cancelación de cursos presenciales; el uso del aprendizaje basado en problemas (ABP); y la evaluación oral mediante videoconferencias y la comunicación estrecha con los alumnos.
Si bien en todas las estrategias reportadas se señala la necesidad de utilizar múltiples tipos de herramientas de ayuda para continuar con la educación médica, no se encontró un patrón en las acciones que se llevaron a cabo en el tiempo de suspensión de la enseñanza presencial ni en las acciones posepidemia, lo que refuerza la necesidad de que cada país o región debe adaptar sus decisiones de acuerdo con su realidad.
Análisis de las acciones previas
A pesar de que las estrategias implementadas en epidemias previas resaltan la importancia de la suspensión de clases en las escuelas de medicina y convierten a la enseñanza a distancia en la herramienta principal para enfrentar la brecha pedagógica, esta no se halla exenta de dificultades para su desarrollo. Limitaciones como la falta de una adecuada implementación, la limitada banda ancha y la deficiencia pedagógica para el desarrollo de este tipo de enseñanza constituyen barreras que afectan el normal desarrollo del aprendizaje en la educación médica.
En la mayoría de los países latinoamericanos, la formación médica se sustenta en 6 años de formación universitaria (dividida entre cursos preclínicos y clínicos) y 1 año adicional de internado rotatorio. (6 Esta distinción entre cursos preclínicos y clínicos también tiene un rol importante en las epidemias. La educación médica a distancia, en los primeros, presenta una mayor facilidad debido a la menor interacción con el paciente, el mejor acceso al material educativo virtual, el uso de plataformas y el aprendizaje basado en problemas (ABP). En la enseñanza de cursos clínicos, en cambio, se pueden utilizar simuladores de realidad virtual4 y pacientes simulados como medios de enseñanza,4,7 por ausencia de pacientes reales, lo que reduce la sobresaturación del campo clínico;8 asimismo, el uso de tabletas como medio de comunicación entre el paciente y el alumno, facilitaría la enseñanza en lugares con alto riesgo de contagio.9 Estrategias como las implementadas en Colombia,10 donde el uso de simuladores de gran semejanza en color, textura y olor con la realidad permiten reforzar el aprendizaje experimental y constituyen ejemplos necesarios en la situación actual que se vienen implementando en varios países de Latinoamérica.11
Otra de las características de la enseñanza médica a distancia, a diferencia de la presencial, es que su adecuado desarrollo depende de la autoformación y disciplina del estudiante. Ante esto, se necesita enfatizar en la responsabilidad que debe asumir el alumno ante la ausencia de la actividad docente en la universidad y el hospital, mediante la práctica del aprendizaje autodirigido, el cual le permitirá utilizar su tiempo de manera eficiente.12 Probablemente, la realización de actividades sincrónicas pueda reducir de manera parcial las limitaciones de la educación médica a distancia,13 y permitir una mayor retroalimentación y supervisión directa del estudiante. Adicionalmente, es necesario diversificar los tipos de herramientas virtuales debido a los diferentes modos de aprendizaje que existen en los alumnos, e ir implementando estrategias de inteligencia artificial y robótica, y métodos de aprendizaje automático,14 necesarios en la situación actual.
Propuestas adaptadas a la realidad latinoamericana
Sin dudas, la COVID-19 tomó por sorpresa la continuidad de la educación médica, y mucho más en realidades como la de nuestros países. Las estrategias planteadas, adaptadas al presente contexto, intentan sostener el aprendizaje teórico necesario y, a la vez, adaptar, a través de las múltiples herramientas virtuales, la práctica del aprendizaje clínico de una manera provisional.
Las propuestas para lograr una adecuada enseñanza médica a distancia en el presente escenario, basado en epidemias previas, son: la inclusión y el uso de cursos de herramientas virtuales,15,16 la implementación del ABP, la interacción a distancia con el docente a través de medios de comunicación en línea, evitar el uso excesivo de clases grabadas, el adecuado acceso de banda ancha y vencer la resistencia docente al uso de las TIC en la educación médica; siempre buscando la mayor interactividad con el alumno. Las estrategias finales sugeridas no deben ser aisladas, sino que deben estar acompañadas de acciones a un nivel superior, capaces de implementarlas y sostenerlas en el tiempo, debido al desconocimiento de la duración del presente escenario y a su influencia, a largo plazo, en la formación de los futuros médicos.
Para lograr aplicar las estrategias planteadas y tomando en consideración las limitaciones de nuestros países, se necesita proponer acciones de mejora a un nivel académico superior como las siguientes:
Evaluar y mejorar el nivel de aplicación de la educación médica a distancia en nuestra región.
Buscar y adaptar herramientas de educación médica a distancia ya utilizadas en otros países, e insertarlas rápidamente en nuestra realidad.
Evaluar el impacto de las estrategias adaptadas en los alumnos y sus familias (relacionadas con el aislamiento social), que permitan identificar y superar las probables dificultades para el desarrollo de la educación médica a distancia.
Conclusiones
En resumen, el análisis de las estrategias durante las epidemias previas de SARS y MERS resalta la importancia de tomar en cuenta acciones previas y adaptarlas a nuestra realidad. Tales acciones son: la implementación de formas de aprendizaje virtual (ABP) con mayor interacción con el docente, la adaptación docente al uso de las TIC, el acceso adecuado a una banda ancha, y una comunicación estrecha con los alumnos y los padres de familia, para tener el mayor número de herramientas virtuales que permitan cubrir los diferentes estilos de aprendizaje.