Introducción
Las instituciones de educación superior son centros de estudios donde confluyen docentes y estudiantes, que desean alcanzar una formación académica que los prepare para enfrentarse a los retos de la vida, a través de un nivel profesional específico con herramientas para hacerlos productivos.1 La Universidad de Guayaquil, especialmente la Facultad de Ciencias Médicas, forma profesionales con el objetivo de brindar un servicio de salud a la población. En este sentido, se desarrollan competencias para la educación y orientación en la promoción de la salud y el mejoramiento de la calidad de vida.2,3,4 Dichas competencias se fundamentan en la adquisición de herramientas para la protección y el cuidado de sí mismos y de otras personas que pretendan gestionar un estilo de vida saludable,5,6,7 de manera que el autocuidado se convierte en una visión holística e integral que implica un compromiso con su propia salud,8,9 y que evidencia un comportamiento moralmente coherente con la formación académica y disciplinar recibida.
Sin embargo, la realidad del contexto académico en esta universidad muestra el riesgo visible de que esta formación pueda infringirse por el consumo de drogas ilícitas. Los estudiantes expresan que, por la naturaleza de las disciplinas de la salud, viven en constante presión academia, lo que, en muchos casos, les exige refugiarse en opciones energéticas que les permitan cubrir la expectativa de productividad esperada, y soportar el sufrimiento de los pacientes expuestos a la enfermedad y la muerte.10 Asimismo, la fragilidad del control y la seguridad de los espacios físicos de la facultad propicia la adquisición de productos lícitos e ilícitos, como sustancias energéticas y estupefacientes de libre alcance. Otro factor de exposición al consumo de drogas en los estudiantes se basa en la influencia de grupos consumidores, el aislamiento familiar -en el caso de los estudiantes provenientes de provincias- y la falta de reconocimiento de la fortaleza personal que poseen para enfrentarse al problema de las drogas.
Por otro lado, las carreras de ciencias de la salud tienen en su maya curricular contenidos de psicología, biología, farmacología, fisiopatológica, epidemiologia y prevención para la protección ante el consumo de drogas propio y ajeno.11 Esta formación curricular está vinculada con una base ética, lo que permite adquirir competencias de compresión de la realidad del problema de las drogas desde una perspectiva responsable. De tal manera, los profesionales de salud en formación, en especial los estudiantes universitarios de enfermería, poseen herramientas teóricas, prácticas y éticas para asumir el uso responsable de drogas en la comunidad a la que pertenecen.
Por otro lado, debido a la influencia social de la despenalización de algunos tipos de drogas a nivel político, que en algunos países son culturalmente aceptadas,12,13,14 resulta común observar docentes, estudiantes y trabajadores consumiendo drogas en lugares expuestos a la comunidad académica de esta universidad, lo que contradice sus principios formativos de cuidar la vida, al abusar de sus conocimientos y orientación ética y moral, especialmente en farmacología.
En tal sentido, si bien cada país posee normativas legales y culturales propias en la aceptación o no del uso de drogas, se hace útil analizar las condicionantes que propician su uso; por ello, se planteó como objetivo identificar la responsabilidad individual de los estudiantes de enfermería en la prevención del consumo de drogas, según la perspectiva de Orem.15
Métodos
El estudio se basó en un enfoque fenomenológico, por lo que se interpretaron las experiencias vividas por estudiantes de enfermería de la Universidad de Guayaquil, República del Ecuador, quienes hicieron una reflexión bioética en relación con su comportamiento ante la prevención del consumo de drogas. También este enfoque se evidenció cuando los estudiantes expresaron sentirse “estresados por la academia” y por cuidar a pacientes en “estado de vulnerabilidad” como “responsabilidad de enfermería”.
Los sujetos de investigación, pertenecientes a diferentes semestres de la carrera de enfermería, fueron elegidos mediante un muestreo intencional no probabilístico (30 informantes clave). Se realizaron entrevistas a profundidad con previo consentimiento ético y autorizado por los sujetos, a quienes se les explicó que estaban libres de perjuicio y estigmatización, según los resultados obtenidos.
Los datos se registraron mediante grabación de audio y se transcribieron para su posterior análisis e interpretación. Se utilizó el software del Atlas/ti, mediante el que se delimitó el proceso de codificación y categorización. Los resultados se presentaron gráficamente como propuesta de modelo teórico de responsabilidad en el autocuidado para la prevención del consumo de drogas en el estudiante universitario de enfermería.
Los hallazgos fueron organizados para su análisis e interpretación en un proceso de categorización, que consistió en extraer códigos directamente de los datos transcritos en las entrevistas, lo que les dio un significado de acuerdo con el soporte teórico del estudio y el alcance de los objetivos planteados. Las opiniones de los participantes se interpretaron y categorizaron sobre la base del metaparadigma propuesto por el modelo de Dorotea Orem,15,16 quien asume al autocuidado como un proceso personal de responsabilidad y compromiso. La organización de los resultados consistió en establecer relaciones relevantes entre los códigos, con lo que se obtuvo una abstracción teórica que permitió generar las categorizaciones y, por ende, una aproximación teórica a la realidad.
Resultados
En la tabla 1 se puede observar el comportamiento de las respuestas de los estudiantes de enfermería sobre el autocuidado y la responsabilidad en la prevención del consumo de drogas. Se obtuvieron las siguientes categorías de análisis:
Cuidado de sí mismo según concepto persona.
Cuidado de sí mismo según concepto entorno.
Cuidado de sí mismo según concepto salud.
Cuidado de sí mismo según concepto de enfermería.
En la tabla anterior se puede observar cómo después de las interpretaciones de los códigos se obtuvieron 15 subcategoría que, a su vez, fueron el sustento de la construcción de las cuatro categorías básicas de los resultados de este estudio. A partir de las respuestas de los estudiantes de enfermería sobre el autocuidado y la responsabilidad en la prevención del consumo de drogas, se pudieron establecer las relaciones entre las categorías que aparecieron como resultado de este estudio.
Cuidado de sí mismo según concepto persona
En cuanto al “cuidado de sí mismo según concepto persona”, se destaca, con relación a la autoestima, que el autocontrol, la responsabilidad y la ayuda a través de las prácticas saludables constituyen una concepción clara, que determina la percepción de la autoestima para el uso responsable de drogas. Asimismo, se obtiene que la ética para el uso responsable de drogas se demuestra en el momento en que los estudiantes son conscientes de que su formación académica les proporciona las competencias cognitivas para el majeo farmacológico de las drogas, al saber los efectos de su uso. Esto, en alguna ocasión, ha llegado a serviles para disimular sus efectos colaterales. Según estos resultados (Tabla 1), el “cuidado de sí mismo como persona” lo interpretan como comportamientos basados en su propia concepción de los valores y la moral, donde se obtiene que el consumo social de la droga resulta válido y aceptado en sus grupos, y que, al no tener restricción, por falta de supervisión, justifican el consumo responsable, es decir, sin grandes consecuencias, según ellos mismos. Esta categoría muestra como resultado que los estudiantes poseen una percepción del propio cuidado sobre la base de su autoestima y como justificación de su comportamiento ante el consumo de drogas.
Cuidado de sí mismo según concepto entorno
El entono de los estudiantes también se ve reflejado en estos resultados, donde se obtuvo que ellos aseguran que el ambiente y la responsabilidad para el consumo de drogas está favorecido por la presión académica en la que viven cotidianamente. Al tratarse del estudio de la vulnerabilidad persona, se sienten con el compromiso y la responsabilidad de estar bien para ayudar a otros, mientras ellos no reciben apoyo para estar bien. Es constante la exigencia de cumplir deberes académicos y mantener calificaciones que les permitan la promoción. Asimismo, dicen que hay una ausencia de cultura para la prevención del consumo de drogas -por ejemplo, actividades de ocio que puedan disuadir el consumo-. Otro asunto expresado por los estudiantes se relaciona con la aplicación de la legislación de manera difusa, ya que ha desvirtuado la interpretación de los consumidores, al permitirse pequeñas cantidades de drogas. De este modo, se quejan del entorno cuando aseguran que estar alejados de sus familias también favorece el consumo. Esta categoría sobre la concepción del entorno muestra a un estudiando afectado y vulnerable en función del consumo de drogas en la facultad.
en correspondencia con el “cuidado de sí mismo según concepto entorno”, en el que los estudiantes manifestaron la aceptación del consumo de drogas en el entorno y el estrés académicos; además, expresaron que se consumía para mejorar el aprendizaje.
Cuidado de sí mismo según concepto salud
Para esta categoría, los estudiantes aseguran que es contradictoria en cuanto a su concepción teórica de salud y cómo se muestra en la práctica, ya que constantemente se sienten agostados debido al estrés académico, las altas horas de estudio y la escasa participación en programas de atención a la salud como usuarios. Aseguran que el consumo de drogas se presenta como una respuesta a esta situación, al olvidar que se están formando como cuidadores de salud. También hacen énfasis en la ausencia de programas recreativos que fomenten su salud mental y física, y que no hay espacios en la facultad que puedan utilizarse para este fin; igualmente, aseguran que en los pasillos se observa al personal de la facultad consumiendo cigarrillos de forma abierta y libre sin que exista alguna penalización o llamada de atención. Esta categoría expresa que, en reacción a la concepción de salud, los estudiantes aseguran su confusión con respecto a la teoría estudiada y los comportamientos de la comunidad de la facultad en la práctica. En relación con el “cuidado de sí mismo en el contexto salud” se observaron expectativas de profesionales interesados en ayudar ante la situación del consumo de drogas, la aplicación de medidas de prevención en principiantes estudiantiles y la prevención desde el aula.
Cuidado de sí mismo según concepto de enfermería
Los estudiantes expresan que su formación para ejercer la enfermería, les permite adquirir el conocimiento del cuidado de sí mismo y de otros, así como saber los usos y efectos de diversas drogas, porque ellos conocen la acción farmacológica, pero también que deben fomentar la prevención del consumo y ser capaces de ayudar a los demás a evitar entrar en el círculo del consumo. Sin embargo, según su entorno, esto resulta bastante complejo. Por otro lado, aseguran que la proyección de la carrera como disciplina de salud cuyo objeto es cuidar la salud, se ve deteriorada por el consumo en la institución, lo que emite un mensaje a la sociedad inadecuado sobre la universidad. Por último, en el “cuidado de sí mismo en enfermería” se aprecian conocimiento de los fármacos dependientes psicoactivo y de los efectos, despersonalización y estilo de vida poco responsable.
Discusión
El cuidado de sí mismo en la percepción de la persona para el uso responsable de drogas consiste en una fuerza interna que permite tomar decisiones en momentos determinados, basadas en el conocimiento propio.
A partir de lo que expresa la literatura, el consumo de drogas afecta negativamente a un alto porcentaje de jóvenes con la correspondiente consecuencia para su salud, su entorno familiar y laboral.12 Por lo tanto, según lo expuesto hasta aquí, los estudiantes entrevistados expresan un “autocontrol para autoprotegerse del consumo de drogas”, y aseguran que las prácticas saludables les permiten asumir mayor responsabilidad.
La disciplina de enfermería posee competencias en las que se evidencia la formación de valores. Como lo expresan Granoble y otros,17 los valores resultan esenciales en la formación de esta carrera para garantizar cuidados éticamente responsables, por lo que una conducta que conlleve al uso del conocimiento con fines no éticos ni responsables, demuestra un comportamiento ausente de valores. En dicho sentido, estos tienen que trascender la formación como persona y proyectarse a un cuidado responsable, que implique modelar ante el paciente y la sociedad la esencia de la enfermería.
Los recintos universitarios donde se forman profesionales de salud se consideran especiales y están autorizados a no permitir el uso de drogas lícitas en la comunidad académica, al considerar que la formación de los profesionales se basa en fomentar buenas prácticas de salud y mejorar el estilo de vida de esta población a la que está destinada la prestación de su servicio. Los estudiantes universitarios, por su naturaleza de vulnerabilidad, pueden quedar bajo la influencia del consumo de drogas, cuyo consumo puede considerarse lícito ya que se permiten en estos espacios; sin embargo, a los estudiantes de la salud se les enseña cómo proteger su persona como un bien para el servicio de otros.
Por otro lado, las normas universitarias establecen que debe existir vigilancia y control de las personas del recinto universitario, de tal manera que se garantice protección física, psicológica, moral y legal a esta comunidad.18
Se considera al entorno familiar como un factor influyente en la responsabilidad del estudiante para asumir la prevención del consumo de drogas. La familia es un medio protector que fomenta principios éticos y morales en la personalidad de sus miembros, que luego se reflejarán en su comportamiento social; sin embargo, en los estudiantes de enfermería el ámbito familiar no siempre constituye un espacio protector.19,20,21
En este sentido, Cabanach y otros22 exponen que la vida universitaria es una etapa del crecimiento personal que exige la inversión de grandes esfuerzos porque se persigue como meta la autodefinición e independencia personal; pero no todos llevan este proceso de manera saludable, debido a la constante exigencia y vulnerabilidad del entorno.23
Rebolledo y otros1 evidencian que el uso de las drogas en enfermería es una cruda realidad, que puede asociarse con la facilidad de acceso a estas sustancias, a inadecuadas condiciones laborales o a falta de madurez personal, y llega a poner en riesgo la ética del profesional de esta disciplina.24
Por esta razón, la formación académica de estos profesionales debe enfatizar en los preceptos bioéticos y morales que guíen un comportamiento acorde con el fin último de su misión disciplinar, lo que corroboran García y otros,25 al indicar que la bioética del cuidado de enfermería es una reflexión racional y crítica de los valores humanos implícitos en la percepción de la satisfacción de las necesidades del paciente que permite establecer vínculos humanos paciente-enfermero.
La responsabilidad en el autocuidado del estudiante universitario de enfermería en la prevención del consumo está enmarcada en la concepción de la persona con un comportamiento que evidencia la autoestima del estudiante, ya que este posee fortalezas basadas en sus conocimientos de salud pública para protegerse de posibles vulnerabilidades para el consumo de drogas, como las que propicia el espacio físico. Por otra parte, la formación en bioética y moral no siempre está precedida de un comportamiento aceptable, ya que se observan miembros de la comunidad académica consumiendo dentro de la facultad, lo que contradice los preceptos bioéticos que forman la disciplina.
En relación con la bioética y la responsabilidad, se concluye que los estudiantes de enfermería de la Universidad de Guayaquil viven un constante conflicto debido a la presión académica, el agotamiento físico, la fragilidad de la personalidad y el riego de facilidad del acceso a las drogas, tanto de manera lícita como desde sus conocimientos de farmacología, y a la venta libre de ciertos estupefacientes dentro y fuera del entorno universitario.