El pie diabético (PD) es una de las complicaciones crónicas de la diabetes mellitus más temidas y costosas, para los pacientes, familiares y para el sistema de salud en sus diferentes niveles. Este se define como una alteración clínica de base etiopatogénica neuropática, inducida por la hiperglucemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, se produce la lesión o ulceración del pie que puede conllevar a: la amputación, discapacidad e incluso a la muerte del paciente.1
En revisiones bibliográficas realizadas se ha constatado que cada año aproximadamente 4 millones de personas con esta enfermedad desarrollan úlceras en sus pies, y que el rango de edad más afectado es de 50-70 años.2
En Cuba, en el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular, existe un servicio especializado en Angiopatía Diabética, donde el 20 % de los pacientes que ingresan es por PD. Específicamente en el Hospital Universitario Clínico-Quirúrgico «Arnaldo Milián Castro», de Santa Clara, Villa Clara, el 29 % de los pacientes del total general ingresan en la sala de Angiología por esta causa. En Santa Clara, en el año 2017, según las estadísticas, fueron informados 835 pacientes con úlceras del PD.3,4
Previo a la instauración de esta complicación, el paciente transita por una categoría denominada pie de riesgo. En esta etapa es imprescindible extremar las precauciones con el autocuidado de los pies, para evitar la aparición de la primera lesión, pues una vez que esta aparece fácilmente puede evolucionar hacia la ulceración; sin embargo, estudios realizados han demostrado que la mayoría de los pacientes desconocen las medidas para evitarla.5,6
Entre las causas que habitualmente desencadenan estas lesiones se encuentran: los deficientes conocimientos, los hábitos y las prácticas de autocuidado de los pies.7,8
En el Policlínico Docente Universitario «Martha Abreu de Estévez» del municipio Santa Clara, al finalizar el año 2017, habían informados 276 casos con PD, de ellos: 36 presentaron ulceración, 11 fueron hospitalizados y 6 sufrieron amputación de alguna porción del pie. Algunos de estos pacientes sufrieron discapacidad y dependencia económica de sus familiares por tener que abandonar sus empleos. En esta institución los consultorios médicos que tuvieron mayor cantidad de pacientes con PD fueron los números 22 y 23, del Grupo Básico de Trabajo # 2.
En dicha institución no existen investigaciones previas que consideren el autocuidado de los pies como una herramienta de prevención del PD.
El objetivo de esta investigación fue caracterizar las variables epidemiológicas y el autocuidado de los pies en pacientes diabéticos entre 50-70 años de edad, pertenecientes a los consultorios médicos números 22 y 23 del Policlínico Docente Universitario «Martha Abreu de Estévez», en el período comprendido entre febrero y marzo de 2018.
Se realizó un estudio descriptivo-transversal, dirigido a pacientes diabéticos, con edades comprendidas entre 50-70 años, pertenecientes a los consultorios médicos 22 y 23 del Policlínico Docente Universitario «Martha Abreu de Estévez», del municipio Santa Clara, en el período comprendido entre febrero y marzo del año 2018. La población de estudio estuvo constituida por 152 pacientes diabéticos entre 50-70 años de edad, y la muestra quedó finalmente conformada por 45 pacientes que fueron seleccionados de forma no probabilística intencional. Se tuvo en cuenta, como criterio, el diagnóstico de pie de riesgo grado 0 (sin lesión).
Se utilizó la variable de autocuidado de los pies a través de 2 dimensiones: información acerca de las medidas de autocuidado de los pies, y hábitos que en este sentido tenían los pacientes.
Se utilizó un cuestionario APD-UM9,10 (validado por expertos) al que se le realizaron modificaciones para su uso en Cuba. Se realizó un pilotaje en 10 pacientes de la muestra para detectar dificultades en la comprensión de sus preguntas, y se comprobó que las interrogantes fueron contestadas sin dificultad.
El cuestionario estuvo integrado por 15 ítems, reveló información sobre las variables epidemiológicas (edad, sexo y escolaridad), y relacionadas con el autocuidado de los pies a través de las dos dimensiones anteriormente abordadas. Se evaluaron los siguientes ítems: información sobre las medidas de autocuidado de los pies (ítem 1-3), y hábitos de autocuidado de los pies (ítem 4-15). Al finalizar, el autocuidado de los pies se evaluó con una escala de: bueno, regular y malo.
La información obtenida fue vaciada en un fichero Excel y procesada con el programa estadístico SPSS versión 20.0. Se realizó un análisis estadístico descriptivo, se utilizaron frecuencias absolutas (números) y porcentajes como medidas de resumen. Los resultados se representaron de forma descriptiva.
Se solicitó el consentimiento de la Dirección del Policlínico y de cada uno de los pacientes objetos de investigación. Los cuestionarios fueron anónimos para mantener sus identidades en total protección, y se crearon condiciones para su realización.
En la muestra de estudio predominaron el sexo femenino (73,3 %) y el grupo de edad de 61-70 años, para un 55,6 %.
De acuerdo a la escolaridad, en iguales proporciones, prevalecieron los pacientes con nivel secundario y técnico medio (24,4 %), seguido de los que solo alcanzaron el nivel primario (22,2 %).
En ambos grupos prevaleció la mala información sobre las medidas de autocuidado de los pies (84,3 %), con porcentajes superiores en el grupo de 61 a 70 años (100 %) contra 65 % en el grupo de 50 a 60 años.
La mayoría de los pacientes calificaron con malos hábitos de autocuidado de los pies (86,6 %). Llamó la atención de los investigadores que en el grupo de 61 a 70 años esta categoría se elevó al 96 %; sin embargo, en el grupo de edad de 50 a 60 años: 5 pacientes presentaron hábitos buenos y regulares (2 y 3 que representaron un 10 % y un 15 %, respectivamente).
La variable autocuidado de los pies mostró un predominio de los pacientes con evaluación de mal (82,1 %). Coincidió que en el grupo de edad de 61 a 70 años el 96 % de los pacientes se incluyó en esta categoría; sin embargo, en el grupo de 50 a 60 años: 7 pacientes fueron evaluados de bien y regular (2 y 5 que representaron un 10 % y un 25 %, respectivamente).
Los pacientes diabéticos con pie de riesgo, entre 50-70 años pertenecientes a los consultorios médicos 22 y 23 del Policlínico Docente Universitario «Martha Abreu de Estévez» que representaron la muestra, se caracterizaron por un predominio del sexo femenino, con mayor representatividad del grupo de edad de 61-70 años.
Con respecto a la escolaridad, en iguales proporciones prevalecieron los pacientes con nivel secundario y técnico medio, seguido de los que solo alcanzaron el nivel primario.
Predominó el mal autocuidado de los pies, por la mala información y hábitos que en esta arista poseían los pacientes. En esta categoría sobresalió el grupo de edad de 61-70 años en relación al grupo de 50-60 años.
Los resultados de este estudio fundamentan la necesidad de una intervención comunitaria, en función de modificar el autocuidado de los pies con el fin de evitar o retardar la aparición del PD en los pacientes.