Introducción
Semmelweis fue el primero en identificar la necesidad de la higiene de manos en el personal de salud, al observar las complicaciones infecciosas en las mujeres en trabajo de parto que eran atendidas por los médicos después de realizar autopsias. Luis Pasteur, en 1879 defendió la teoría de que las manos sirven como vehículo para los gérmenes. En 1970, se publica la primera serie de recomendaciones para el estudio y control de las infecciones nosocomiales, basadas en estudios epidemiológicos y bacteriológicos; se establece así el lavado de manos como el procedimiento más eficaz para la prevención de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria (IAAS).1
Las IAAS ocupan un lugar significativo en los problemas de la salud pública por sus repercusiones en la calidad de vida, morbilidad y mortalidad de los pacientes atendidos en todos los hospitales del mundo, en especial en los países en desarrollo.2
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria en países desarrollados se sitúa en 7,6 infecciones por cada 100 pacientes (IC95%: 6,9-8,5), mientras que en los países en desarrollo es de 15,5 por cada 100 pacientes (IC95%: 12,6-18,9). En Europa, según datos del European Centre for Disease Prevention and Control, la prevalencia tiene un promedio de 7,1 % con un rango entre 3,5-10,5 %. Esto se traduce en 4 millones de pacientes infectados y 40 000 muertes directas atribuibles a las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria.3
Ante la relevancia del problema y el riesgo significativo para la seguridad de los pacientes en todos los países, en el año 2005, la OMS proyectó a nivel mundial el reto “una atención limpia es una atención más segura” (clean care is safer care), en clara referencia a las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria y sus estrategias de prevención. Con el fin de promover esta acción a cualquier escala (estatal, regional o local), el programa se amplió en el 2009 centrándose en “los 5 momentos para la higiene de las manos” de la atención sanitaria propuestos por la OMS en 2009, estos son:
Antes del contacto con el paciente
Antes de realizar una tarea aséptica.
Después de riesgo de exposición a fluidos orgánicos
Después del contacto con el paciente
Después del contacto con el entorno del paciente
La descripción de cada momento aparece en el anexo 1 de este trabajo.
La higiene de las manos, a pesar de ser un importante procedimiento a realizar, es una práctica con baja adherencia entre los profesionales sanitarios y su incumplimiento se ha puesto de manifiesto en diversos estudios.2,4,5,6
Existen definiciones y conceptos que es importante considerar si se trata de observar la adherencia a la higiene de manos. A continuación, se relacionan estas definiciones, las cuales se tomaron en cuenta para la realización de este trabajo.
Oportunidades de higiene de manos. Se denominan a todos aquellos momentos en los que está indicado higienizar las manos.
Tiempos de medición: definimos como tiempos de medición cada periodo destinado a la observación y registro de las oportunidades de higiene de manos, tanto cumplidas como perdidas. Los tiempos de medición no son anunciados.
Tiempos de observación: definimos como tiempos de observación al período que cada observador debe permanecer en un punto de observación (entre 10 y 15 minutos) para recolectar y registrar oportunidades de higiene de mano.
Punto de observación: cada una de las áreas seleccionadas para realizar las observaciones de oportunidades y adherencia a la higiene de manos.
Criterios para la selección de los puntos de observación: en las áreas donde los insumos necesarios para la higiene de manos estén ubicados de tal forma que permitan al observador establecer su cumplimiento o no, sin que ello signifique movilizarse de su cama.
Tipos de observadores y características: Todos los observadores involucrados en la medición de adherencia a la higiene de manos, tienen como característica ser ciegos y pasivos.7 Es decir, la población observada no tendrá identificado al observador, y el observador por su parte, no realizará intervenciones para modificar la observación durante el tiempo de medición.
Indicación: razones que motivan acciones de higiene de manos, independientemente de que las realice o no, que corresponden a los 5 momentos. Para cada oportunidad debemos registrar una indicación.7,8
Muestra incluida en la observación: se considera la frecuencia de contacto con el paciente y tipo de contacto.
Método de registro: Cada observador utilizará una guía de observación diseñada para el registro de las observaciones, según los 5 momentos propuestos por la OMS.
Los profesionales sanitarios deben entender la prevención y el control de las infecciones hospitalarias como una responsabilidad común para todos y les toca poner en marcha una medida tan eficaz como es la higiene de manos y hacer de este procedimiento una prioridad institucional.9,10,11,12
El objetivo de este trabajo es evaluar la adherencia a la higiene de las manos en trabajadores de la salud.
Métodos
Estudio descriptivo transversal realizado en trabajadores de la salud del Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País durante el 2019.
El método para evaluar las prácticas de higiene de manos fue la observación directa del personal de salud durante la prestación de asistencia ordinaria y la aplicación de un formulario de observación incluido en el manual técnico de referencia para la higiene de las manos. Este manual está diseñado para ser utilizado en cualquier centro sanitario, presenta información detallada acerca de la higiene de las manos y va dirigido a profesionales sanitarios, formadores y observadores.
Para las mediciones en el hospital, se tomó como referencia “Los 5 Momentos” propuestos por la OMS.
La definición y operacionalización de las variables se muestra a continuación:
Variable | Definición | Dimensiones |
---|---|---|
Categoría profesional | Profesionales y técnicos | Médicos Licenciadas en enfermería Técnicos de la salud |
Punto de observación | Cada una de las áreas seleccionadas para realizar las observaciones de oportunidades y adherencia a la higiene de manos. | Salas de hospitalización Unidades quirúrgicas Consulta externa |
Momentos del lavado de manos | Los momentos son los contactos que se producen en el área del paciente durante la prestación asistencial. Son 5 momentos propuestos por la OMS. | Antes del contacto con el paciente Antes de realizar un procedimiento aséptico Después del riesgo a exposición de fluidos corporales Después del contacto con el paciente Después del contacto con el entorno del paciente |
Acciones | Gestiones para una indicación en la que el profesional debe realizar la higiene de manos (si o no) | Lavado de las manos Omisión Uso de guantes sin lavado de manos |
Adherencia a la higiene de las manos. | La adherencia a la higiene de las manos es la proporción entre número de acciones realizadas y el número de oportunidades por 100. | Acciones realizadas (numerador) Oportunidades observadas (denominador) Estándar ≥ 80 % |
Durante la observación puede ocurrir que un mismo profesional durante el cuidado de un paciente, precise realizar la higiene de sus manos en varias ocasiones. En esta condición, es necesario registrar el procedimiento de higiene en todas las oportunidades y para cada oportunidad hay que registrar una indicación.7,8
Los puntos de observación seleccionados fueron: salas de hospitalización, unidades quirúrgicas y consulta externa. Las observadoras fueron las enfermeras vigilantes epidemiológicas del departamento de epidemiología hospitalaria de la institución.
Considerando la frecuencia de contacto con el paciente y tipo de contacto, en las observaciones de higiene de manos se incluyó a: médicos, enfermeros y técnicos de la salud. El número de trabajadores observados fue de 169.
El formulario de observación contiene una planilla para realizar las observaciones y está diseñado para generar resultados de cumplimiento globales divididos por categoría profesional e indicación (anexo 2).7
Resultados
Se realizaron 200 observaciones, de ellas, 34,5 % correspondieron a licenciadas en enfermería, 33,0 % a médicos y 32,5 % son técnicos de la salud (tabla 1).
En 60,0 % de las observaciones se realizó el lavado de manos, 24,5 % lo omitió y 15,30 % hizo uso de los guantes sin previo lavado de manos (tabla 2).
Las licenciadas en enfermería cumplen con el lavado de las manos en 69,6 %, los médicos 66, 7 %, los técnicos de la salud solo 20,5 %. Estos últimos fueron los participantes que más omitieron el lavado de manos, 38,5 % (tabla 3) (Fig.).
El 46,0 % de las observaciones se realizaron en las salas de hospitalización, seguidas por la consulta externa con 40,5 % (tabla 4).
El 50,0 % de las observaciones de los médicos se hicieron en consulta externa y las licenciadas en enfermería y técnicos de la salud fueron observadas con mayor frecuencia en salas de hospitalización 59,2 % y 57,1 %, respectivamente (tabla 5).
Los médicos se lavaron las manos en el 100 % de las observaciones realizadas en las salas de hospitalización y en las unidades quirúrgicas, sin embargo, en consulta externa, 50 % lo omitió (tabla 6).
Las licenciadas en enfermería se lavan las manos en el 100 % de las observaciones realizadas en la unidad quirúrgica, pero en las salas de hospitalización solo lo hace el 62,5 %; 12,5 % lo omite antes de realizar una tarea aséptica y después de riesgo de exposición a fluidos orgánicos y 25,0 % usa guantes sin lavarse las manos previamente antes de realizar una tarea aséptica (50,0 %): después de riesgo de exposición a fluidos orgánicos (25 %), y después del contacto con el paciente (25,0 %) (Tabla 7).
Los técnicos de la salud tienen el porcentaje más bajo de lavados de mano en consulta externa, 33,3 % y el 44, 5 % usa guantes sin el lavado previo de las manos, en sala de hospitalización el 87,5 % se lava las manos (tabla 8).
En consulta externa los médicos omitieron el lavado de las manos en 33,3 % antes de realizar una tarea aséptica, después de riesgo de exposición a fluidos orgánicos y después del contacto con el paciente respectivamente.
Los técnicos de la salud omitieron el lavado de manos antes de realizar una tarea aséptica (50,0 %) y después de riesgo de exposición a fluidos orgánicos (50,0 %) tanto en las salas como en la consulta externa.
La tasa de adherencia a la higiene de las manos es de 60,0 %, por debajo del estándar ≥ 80,0 % establecido en el programa de prevención y control de las IAAS.
Discusión
En el estudio de Jiménez Sesma se confirmó la baja adherencia a las recomendaciones internacionales del lavado de manos, por categorías profesionales, las enfermeras en general, son las que con mayor frecuencia se lavan las manos, seguidas por las auxiliares de enfermería y en tercer lugar por los médicos.13
En este estudio el número de trabajadores observados fue de 169 La mayoría eran enfermeras y residentes de pediatría y especialistas. La prevalencia del lavado de manos general fue de 53,85 %. El grupo con mayor apego fue el personal de enfermería con un 51,0 %, sin embargo, cuando se evaluó la técnica correcta, se observó que apenas el 23,08 % de los trabajadores llevaron a cabo los cinco momentos de la higiene de manos. Los registros demostraron que, aunque mejoró la prevalencia del lavado y también la técnica o la fricción con aplicación de alcohol-gel, no necesariamente se cumplieron los cinco momentos. En particular, el trabajador omite el lavado después del contacto con líquidos corporales o secreciones del paciente (momento 3), y después del contacto con objetos en el entorno del paciente (momento 5). Al parecer, el mensaje que acompaña la información “antes de” se incorpora con mayor facilidad.2
En un estudio publicado en un hospital de alta especialidad del Instituto Mexicano del Seguro Social se registró una prevalencia del lavado de manos de 60,2 %, el personal de enfermería cumplió con el lavado de manos cuando estuvo indicado en 62,0 %, médicos residentes en 57,6 %, y médicos adscritos 75,0 %.14
Gran parte de los profesionales sanitarios asocian el uso de guantes a la no realización de higiene de manos. Esto es atribuible a que los profesionales creen que el principal objetivo es proteger su propia salud más que la salud de paciente. El uso de guantes no modifica ni sustituye la realización de higiene de manos, el uso de guantes requiere de la higiene de manos antes de ponérselos y después de quitárselos.15,16
Tal como recoge Ríos García (17) y otros, el grado de cumplimiento de la higiene de manos es mayor en el personal de enfermería (50,83 %) seguido de los celadores (44,44 %), personal auxiliar (37,13 %) y por último, el personal médico (30,04 %). Un estudio realizado en Cuba, plantea que los conocimientos, actitudes y prácticas sobre el lavado de manos en personal sanitario son deficientes y que son las enfermeras quienes tienen un mejor conocimiento y actitud ante este proceder.18
Según los datos obtenidos en la presente investigación se demostró que en el servicio no se cumple en su totalidad con los cinco momentos del lavado de manos; el 100 % de enfermeras y médicos aplican el tercer momento; el 89,0 % de enfermeras aplica el quinto momento.
En la Universidad Central de Ecuador se realizó una investigación donde los datos obtenidos muestran que 78,0 % de médicos no lavan sus manos en beneficio del paciente, mientras que las enfermeras en 73,0 % tampoco lo hacen.19
El estudio tiene como limitación, el número reducido de observaciones realizadas.
Podemos concluir que las licenciadas en enfermería cumplen con el lavado de las manos con mayor frecuencia que los médicos y los técnicos de la salud. La tasa de adherencia a la higiene de las manos está por debajo del estándar establecido en el Programa de Prevención y Control de las Infecciones Asociadas a la Asistencia Sanitaria.
La adherencia a la higiene de las manos en los trabajadores de la salud de la institución se ubica por debajo del estándar establecido en el programa del Minsap. Las licenciadas en enfermería cumplen con el lavado de las manos con una mayor frecuencia que los médicos y los técnicos de la salud. Los técnicos de la salud fueron los profesionales que más omitieron el lavado de manos. Las tres categorías profesionales omitieron el lavado de las manos con mayor frecuencia en tres momentos importantes, antes de realizar una tarea aséptica, después de riesgo de exposición a fluidos orgánicos y después del contacto con el paciente.