INTRODUCCIÓN
Uno de los deportes que más cambios ha introducido en su reglamento en los últimos años es el Voleibol. La Federación Internacional libra una incesante batalla por ganar espacios ocupados por deportes de multitudes, como son el fútbol y el atletismo.
Los cambios introducidos permiten obtener un producto más comercializable, lo que ha transformado al Voleibol en un deporte más dinámico e interesante.
Tal razonamiento exige de sus practicantes un mayor desarrollo de su preparación física, técnico-táctica, teórica y psicológica para llevar a cabo un trabajo muscular con una intensidad variable. De ahí que se exige una alta coordinación de los movimientos ya que casi todos se realizan de forma rápida.
El voleibol, principalmente en el alto rendimiento, se ha visto inmerso en un acelerado desarrollo y exigencia que demanda, cada vez, mayor apoyo técnico y científico. Hoy los voleibolistas sostienen retos y alcanzan metas que, en años atrás, parecían utopías. De ahí que se haga necesario el sometimiento a rigurosos entrenamientos, acompañado de numerosas disciplinas científicas, si desean llegar a la cumbre, no solo con el rendimiento máximo, sino con el mejor desarrollo personal. Este deporte en la alta competición se caracteriza por el desarrollo de las capacidades que determinan el rendimiento competitivo, (Medina, Sandi y Andux, 2005).
El desempeño final de un jugador de voleibol depende de muchos factores, tales como la talla, la capacidad técnica y táctica, el temperamento y el rendimiento físico. La máxima altura en un solo salto y la resistencia al salto son dos aspectos muy importantes en el desempeño de un jugador. Un jugador de mediana estatura puede tener el mismo alcance que uno más alto si salta más alto, Castañeda y García (2020). En igual manera, es importante tener en cuenta lo planteado por Sanz (2018), cuando refiere que el estudio del análisis técnico-táctico deportivo es un factor clave para el rendimiento deportivo.
Estos argumentos, más la experiencia como jugador y de más de 20 años de trabajo como entrenador del autor, han permitido estudiar el comportamiento del rendimiento deportivo del equipo femenino 13-15 años de La Habana. Por lo que se revela una gran preocupación acerca de cómo se comporta el rendimiento competitivo de los atletas en la competencia y qué hacían los equipos que obtenían los mejores resultados.
Al realizar una indagación empírica, se pudo conocer el carácter heterogéneo de la preparación al dosificar la carga, se evidencia poca actualización acerca de criterios valorativos para el trabajo con esta edad, además, se carece de investigaciones respecto a la temática para la categoría escolar.
En consecuencia, con lo antes planteado, se dan los primeros pasos en el análisis del rendimiento deportivo de las atletas femeninas 13-15 años de La Habana, problemática presentada por el colectivo de entrenadores, donde las principales dificultades serían resueltas desde el ámbito de la investigación.
Lo presentado hasta aquí estimula emprender el presente estudio que tiene como objetivo analizar el rendimiento competitivo de las voleibolistas 13-15 años de La Habana, en la Competencia Zonal Occidental 2019.
MATERIALES Y MÉTODOS
El equipo que se estudia está integrado por diez atletas de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (Eide) de La Habana, del sexo femenino, con edades comprendidas entre 13 y 15 años; de ellas, tres son atacadoras auxiliares, dos son pasadoras, una libero, dos centrales y una opuesto (Tabla 1).
No | Talla metros | Alcance 1 mano | Alcance 2mano | Mano Diestra | años experiencia | Posición en el juego |
1 | 1.82 | 2.40 | 2.40 | D | 6 | Auxiliar |
2 | 1.71 | 2.35 | 2.35 | D | 6 | Auxiliar |
3 | 1.80 | 2.38 | 2.38 | D | 5 | Principal |
4 | 1.79 | 2.39 | 2.39 | D | 4 | Principal |
5 | 1.77 | 2.35 | 2.36 | I | 6 | Pasadora |
6 | 1.77 | 2.27 | 2.28 | D | 5 | Pasadora |
7 | 1.78 | 2.43 | 2.43 | D | 3 | Auxiliar |
8 | 1.73 | 2.30 | 2.30 | D | 6 | Auxiliar |
9 | 1.68 | 2.22 | 2.22 | I | 4 | Pasadora |
10 | 1.70 | 2.24 | 2.24 | D | 4 | Auxiliar |
11 | 1.65 | 2.20 | 2.20 | D | 4 | Pasadora |
12 | 1.67 | 2.33 | 2.33 | D | 5 | Pasadora |
Se aplicó una observación directa a los partidos realizados con utilización del sistema estadístico (+, -) utilizado para el voleibol, lo cual permitió obtener los datos para su análisis, que se muestran en este estudio.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Al analizar la tabla 1, en la que se destaca la personalización del equipo en estudio, basado en información del (Modelo 0-2Bis FCV, 2019), se aprecia que solo las atletas 1 y 3 están evaluadas de excelente, según normativas de este deporte en Cuba, considerando su edad; de igual, la jugadora cuatro, a pesar de poseer una talla mayor con respecto al resto del equipo, solo alcanza la evaluación de regular, según su edad; las demás están muy por debajo de los parámetros establecidos a nivel nacional. Al hacer una comparación con los demás equipos que se presentaron, se pudo corroborar que están entre las mayores tallas y alcance en el país.
El presente estudio se contextualiza en el Campeonato Escolar Nacional Zona Occidental del año 2019, donde se presenta un total de seis equipos.
Para analizar los porcientos de puntos obtenidos por acciones propias o errores del contrario, se tienen en cuenta los porcientos en que se obtuvieron los puntos o tantos por uno y otros equipos, por acciones propias o errores del contrario. En este orden, se destaca el saque con un alto nivel de un 33,8 % de acciones propias y el 66,1 % de anotaciones obtenidas por errores del contrario, elemento este que se manifiesta con el 30,2 % de ejecuciones durante toda la competencia, resultando aceptable para esta categoría.
En este caso, es importante tener en cuenta la calidad en el servicio ejecutado. No es solo poner el balón en juego, sino desarrollar un pensamiento táctico y prestar la concentración debida para una correcta ejecución, en función de poder obtener el punto siempre que se tenga la posesión del balón, lo que debe ser un objetivo a vencer en esta etapa de la formación (Tabla 2).
Complejos | Acciones Propias | % | Errores del contrario | % | Total | % |
Saque | 80 | 33,8% | 156 | 66,1 | 236 | 30,2% |
K - 1 | 125 | 36,5 | 217 | 63.4 | 342 | 43,7% |
K - 2 | 55 | 55% | 45 | 45 | 100 | 12,8% |
K - 3 | 46 | 44.6 | 57 | 55.3 | 103 | 13,1% |
Total | 306 | 39,1 | 475 | 60,8% | 781 |
El mejor resultado se muestra en el K-2 con el 55 % de puntos obtenidos por el propio equipo y el 45 % producto del equipo contrario, lo que se manifiesta como el efecto más significativo con el 13,1 % del total de instantes donde se decide el tanto.
Es importante resaltar que el 39,1 % de los puntos obtenidos suceden por acciones propias de los equipos y el 60,8 % es producto de errores del equipo contrario, mostrando el nivel táctico que poseen estos atletas en esta etapa de formación deportiva.
También se valoró la cantidad de saltos ejecutados por set y juegos (Tabla 3).
Atendiendo a la cantidad de saltos realizados por las jugadoras en cada set y en cada partido y en toda la competencia, promedió por atleta un 17,41, aspecto este a tener en cuenta por los entrenadores a la hora de dosificar la cantidad de saltos, tanto para el remate como para el bloqueo. Esper (2003) plantea la necesidad de conocer la cantidad y los tipos de saltos que realizan los jugadores de voleibol durante un partido.
El voleibol se ha visto influenciado por numerosos estudios orientados a la evaluación de los deportistas en su capacidad de salto, con fines de diagnóstico, de planificación del entrenamiento y para verificar la eficacia de métodos de entrenamiento destinados a la mejora de la capacidad de salto, según refieren Reyes y Portuondo (2012). Esta investigación considera la atención a todos los componentes de la preparación como un todo.
Se concuerda con Castañeda y García (2020) cuando resaltan que los diferentes niveles de competencia pueden llevar a diferentes solicitaciones físicas en los atletas (Tabla 4).
En este aspecto, los resultados relevantes corresponden a las jugadoras 4 y 10 con posición de auxiliares que realizaron un total de 148 y 134 saltos respectivamente durante toda la competencia, promediando entre el 24.6 y 22.3. Fueron estas jugadoras las de mayor promedio.
En tanto los resultados de las jugadoras principales están por debajo de los saltos de la competencia con 103 y 67 saltos respectivamente y del promedio de saltos que fue de 17.1 y 11.1, esto significa que los juegos se desarrollaron por los extremos, aspecto este a tener en cuenta para trazar estrategias competitivas en esta categoría.
Sin embargo, fueron las pasadoras las de menor cantidad de saltos con 54 y 30 y el más bajo promedio con 9 y 5, pese a que ellas no rematan y no se les controló la cantidad de saltos que se hicieron en los pases.
El set de mayor cantidad de saltos ejecutados se corresponde con el 1er set del partido contra Artemisa, con 53 saltos, requiriéndose un alto nivel técnico táctico, lo que significa que se cometieron pocos errores en ambos equipos, con un total de 167 saltos, superando el promedio de saltos por partido con 1045.
El menor número de saltos se ejecutó contra el equipo de la Isla de la Juventud, con solo 61 saltos y el set de 25 puntos con menos cantidad de saltos se corresponde con el segundo set con solo 18 saltos. Tal resultado significa que, en este partido, no hubo un alto nivel de exigencias por parte de las jugadoras contrarias por lo que se cometieron gran número de errores.
En este mismo orden, se aplicó una encuesta al 100 % de los entrenadores que participaron en el campeonato, acentuándose la carencia de orientaciones sobre el comportamiento de los parámetros competitivos, orden en la competencia zonal occidental, nacional para planificar la preparación de las escolares. De igual forma, plantean que, para poder enfrentar la competencia fundamental, estos deben desarrollar, por lo menos, 20 topes y no solo con equipos de su región, sino de todo el país, lo que demuestra que la estrategia competitiva trazada carece de objetividad para alcanzar los resultados deseados; también manifiestan que no controlan en los topes y competencias preparatorias los parámetros competitivos los cuales pueden ayudar a realizar de una forma más científica la preparación.
Se coincide con argumentos encontrados en trabajos revisados, que reseñan estudios relacionados con el análisis de los saltos en equipos de voleibol, entre ellos los de Esper, A. (2002a), Esper, A. (2002b), Esper, A. (2003) y Esper, A. (2013); Bertorello (2008); Reyes y Portuondo (2012) y Castañeda y García (2020), que, aunque ellos aluden a categorías superiores o equipos de élite, no dejan de tener significación en los equipos de desarrollo.
Algo semejante ocurre con el estudio de la cantidad de saltos promedios por funciones de juego (ataque y bloqueo) (Tabla 5).
Funciones | Ataque | % | Bloqueo | % | Total | Promedio |
Auxiliares | 266 | 63.3 | 34 | 16.5 | 300 | 150 |
Pasadoras | 47 | 11.2 | 50 | 24.1 | 97 | 48.5 |
Principales | 107 | 25.5 | 123 | 59.4 | 230 | 115 |
Total | 420 | 100 | 207 | 100 | 627 | - |
Promedio | 105 | - | 69 | - | - | - |
Vale la pena señalar que la cantidad de saltos por funciones de juego demuestra que las jugadoras auxiliares fueron las de mayor actividad en el ataque, con 266 saltos, lo que significa el 63.3 % de efectividad en el ataque. Esto quiere decir que la mayor cantidad de pases fue por los extremos. Estas atacadoras solo saltaron al bloqueo 34 veces, lo que representa el 16.5 %.
Las atacadoras principales solo hicieron 107 saltos al ataque con un 25.5 %, sin embargo, fueron las que tuvieron mayor cantidad de saltos en el bloqueo, con 123 el 59.4 %.
El resultado no es satisfactorio ya que, siempre que exista ataque, por el contrario, deben saltar para completar el doble bloqueo o el sencillo como principal función de este tipo de jugadora dentro del juego, por ser las jugadoras más altas y tener como responsabilidad la defensa del centro de la red.
Por otra parte, el resultado de las pasadoras se muestra poco significativo. De igual modo, en entrevista a dichos entrenadores, el 90 % manifiesta que no controlan el rendimiento competitivo durante los entrenamientos, competencias preparatorias y, a pesar de ello, reconocen que es de vital importancia la realización y obtención de resultados para enfrentar la preparación de las atletas.
Destacan que no todos enfrentan la preparación deportiva tomando como referente el (Pipd), programa de preparación del deportista de voleibol, ya que este carece de esta información, solo orienta, desde un punto de vista metodológico, cómo debe enfrentarse el proceso de preparación en cuanto a los contenidos a tratar en cada categoría.
En este orden, se concuerda con Castañeda y García (2020), cuando plantean que la preparación física y el rendimiento deportivo son elementos que difícilmente estarán disociados, en este sentido, las capacidades físicas sustentan las habilidades técnico-tácticas; el desarrollo de estas en los jugadores debe ser cada vez más específico, como una respuesta a la naturaleza, estructura y modificaciones de la reglamentación del juego.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión, se debe señalar que la bibliografía consultada, así como los documentos que rigen la preparación del deportista, no exhiben parámetros para el control del comportamiento competitivo en las categorías escolares a nivel nacional ni facilitan la orientación de los entrenadores en cuanto a la dosificación de las cargas, atendiendo al rendimiento de los atletas en la competencia. Los instrumentos aplicados exteriorizan que las estrategias competitivas trazadas por ellos carecen de objetividad para alcanzar los resultados deseados. Sin embargo, los resultados de este estudio facilitan considerablemente direccionar, de manera objetiva, la preparación del equipo para el próximo ciclo competitivo, atendiendo a las posibilidades reales de cada atleta, según la posición que juega y su desempeño colectivo.