INTRODUCCIÓN
Con frecuencia se cuestiona si la etapa de prejubilación constituye un problema social en el que convergen factores como tiempo, actividad, desgaste, acumulo residual, o agentes fisicoquímicos y biológicos. Se sabe que este período representa un proceso de cambio profundo y global para la persona, en el cual no se pueden simplificar sus consecuencias, con afirmaciones de que mejora o empeora la salud física, psicológica o social, y con evidencias incompletas u observaciones ocasionales.1,2
El hecho de que la mayoría de las personas alcancen una edad avanzada, con adecuada calidad de vida y elevado nivel de validismo es un objetivo supremo a la que ninguna sociedad civilizada debe renunciar y por el que se debe continuar trabajando. En el orden práctico, en cada país se deben crear las condiciones necesarias para ampliar y diversificar la cobertura de atención sanitaria, de seguridad social, recreación y ocupación del tiempo, en la medida que sea posible, en beneficio de las personas que sobrepasan los 55 años de edad.3,4
Todo lo anterior justifica la necesidad de procederes terapéuticos para el mejoramiento o conservación del estado neurocognitivo de las personas prejubilables; uno de ellos lo constituye la actividad física.
En los últimos años el ejercicio físico se ha convertido en foco de gran cantidad de actividades de promoción de la salud en adultos mayores. Esto fue precedido por numerosos estudios que establecen los beneficios que los programas educativos de ejercicios físicos aeróbicos, de equilibrio y resistencia producen a nivel físico y cognitivo de esta población. De manera que es reconocida como un factor altamente protector de las funciones cognitivas en adultos mayores, tanto en estados de envejecimiento cerebral saludable como en diferentes fases de deterioro cognitivo.5,6
El ejercicio físico regular podría disminuir o prevenir el declive cognitivo asociado a la edad, favorecer el mantenimiento o mejoría de las funciones cognitivas, e incluso, revertir los daños vinculados al deterioro cognitivo leve, aportando en el incremento de la capacidad funcional de adultos mayores.7,8
Luego la actividad física en el adulto mayor no se debe considerar con estigmas que limitan a la persona a su realización; debe incluirse como un medio para mejorar la salud, en el ámbito predominantemente físico y eminentemente psíquico, porque ambas dimensiones de la salud interaccionan en lo general en la mirada integrativa de la sociedad, y en particular, de los proveedores de salud.
La actividad física debe ser orientada y dirigida por especialistas de cultura física quienes logran ejercer una rutina adecuada y óptima para alcanzar mejoras ostensibles, y apoyan la percepción de la propuesta de actividad física y la ejecutan a los beneficiarios en etapa de prejubilación.9
El estudio se enfoca en el análisis de los factores benéficos que representa la práctica de la actividad física sobre el estado neurocognitivo de las personas del grupo etario de 55 a 65 años de edad. A la vez enfatiza en la importancia de este proceder educativo y terapéutico para hacer más lento el deterioro cognitivo a lo largo de la vida. Todo esto en pro de un modelo de envejecimiento competente, en un sentido útil y productivo para la sociedad, para sí mismo y para su propia familia.
Sobre la base de esta experiencia y de los referentes teóricos existentes surge la siguiente interrogante científica:
¿Qué modificaciones neurocognitivas se producen con la aplicación de la actividad física en personas en etapa de prejubilación pertenecientes al Policlínico Univeristario “Marta Abreu”, que les permitan afrontar este acontecimiento vital y mejorar su estado neurocognitivo?
Para dar respuesta a la interrogante científica se planteó como objetivo: determinar modificaciones en el afrontamiento a los acontecimientos vitales y en el estado neurocognitivo en personas en etapa de prejubilación al aplicar un programa educativo basado en la actividad física.
MÉTODOS
Se realizó estudio cuasiexperimental de intervención prospectivo, en el área de salud del Policlínico Universitario “Marta Abreu”, municipio Santa Clara, provincia Villa Clara, Cuba; en el período comprendido de abril de 2017 a mayo de 2019. De una población de 6094 personas comprendidas en el rango de edad de 55 a 65 años, se seleccionó una muestra de 200 para el grupo estudio, la cual tratada con la modalidad terapéutica de la actividad física y evaluada en un antes y después; a ella se le aplicó un muestreo aleatorio estratificado con fijación proporcional determinándose los tamaños de la muestra para cada estrato; y otra de 50 personas devenida en grupo testigo sin intervención alguna.
Se establecieron criterios de inclusión, exclusión y salida a la muestra escogida.
Se emplearon métodos teóricos:
Histórico-lógico: para investigar históricamente del objeto de estudio, a fin de conocer su evolución y desarrollo.
Analítico-sintético: el análisis se utilizó en la evaluación de la situación problémica y a su vez la síntesis, al relacionar los elementos entre sí y vincularlos con el problema como un todo. Fueron utilizados en el proceso de revisión y estudio de documentos y bibliografías afines al objeto de estudio, así como en el procesamiento de la información resultante de la investigación.
Inductivo-deductivo: se complementan mutuamente en el proceso de desarrollo del conocimiento científico, por lo que fueron utilizados durante el procesamiento de los datos obtenidos.
El sistémico-estructural: empleado en la concepción y diseño del programa educativo.
Como técnicas del proceso investigativo para la evaluación de las variables psicológicas emocionales se utilizaron las siguientes:
Esquema de exploración de los procesos intelectuales: consta de cuatro indicadores psicológicos: figuras en secuencia lógica, clasificación de objetos, completamiento de dibujos y relaciones de semejanza. Evalúan los procesos intelectuales.
Test de silogismos lineales. Interpretación de refranes y técnica de solución de problemas aritméticos: estudia el pensamiento lógico-verbal o discursivo.
Cubos de Kohs: evalúa el pensamiento práctico-constructivo y espacial.
While Bear Supresion Inventory (WBSI) o Test de estilo rumiativo: explora el pensamiento rumiativo. Se refiere a la presencia de una serie de ideas, creencias, formas de pensar recurrentes, sobre determinadas situaciones emocionalmente significativas, generalmente muy molestas para las personas.
Estructura del programa educativo:
Se basó en la realización de los siguientes ejercicios:
Ejercicios para fortalecimiento o fuerza muscular: son aquellos que fortalecen los huesos, los tendones y desarrollan los músculos. Se recomendó hacer estos ejercicios al menos dos veces por semana, pero no en los mismos grupos musculares durante dos días consecutivos. Estos ejercicios pueden realizarse utilizando pesas o máquinas especializadas, además, práctica de abdominales, agachadillas o ejercicios de levantarse-sentarse en una silla.
Ejercicios aeróbicos o de resistencia: son aquellos que mejoran el trabajo del corazón y con ello la oxigenación muscular, aumentan la resistencia a la fatiga muscular. Este tipo de ejercicio es la pieza básica de cualquier programa a realizar. Se realizaron movimientos repetitivos de grandes grupos musculares a una intensidad moderada, durante un período de tiempo prolongado. Andar, correr o nadar hasta un total de 30 minutos mínimo diario o casi diario, fueron un ejemplo. Se pudo incluir el trabajo de fuerza en ocasiones, junto con el trabajo aeróbico, como caminar incluyendo cuestas 1 o 2 días por semana.
Ejercicios de flexibilización: mantienen una buena movilidad de las articulaciones, tanto en columna como en brazos y piernas. Son conocidos como ejercicios de estiramiento, 2 a 3 veces por semana, recomendados para su práctica diaria. Deben incorporarse en la fase de calentamiento y al finalizar cualquier tipo de ejercicio. También se pueden realizar en cualquier momento del día (por ejemplo después del baño, cuando los músculos están relajados). Para un buen estiramiento, los músculos deben alargarse de forma progresiva hasta notar sensación de tensión y mantener la posición durante 10-30 segundos, se realizan 4-5 repeticiones por ejercicio.
Ejercicios de equilibrio: son una parte importante en todos los programas educativos basados en ejercicio físico, pues aportan confianza tanto en la vida diaria como al emprender cualquier deporte o actividad. Deben estar presentes en cualquier actividad física para mayores. Incluyen actividades como caminar afianzando el talón, sostenerse sobre un pie y luego sobre el otro, levantarse y sentarse en una silla sin utilizar los brazos, andar de puntillas o de talones. Si se carece de estabilidad, los ejercicios pueden ser realizados apoyándose en una silla, en una pared, o con alguien cerca. A medida que hay progreso, se trata de hacer los ejercicios sin apoyo, disminuyendo las ayudas hasta suprimirlas cuando se haya adquirido suficiente destreza.
Procedimiento: se inició con la actividad física de lunes a sábado sin exceder los 60 minutos diarios, por un tiempo de seis meses. El horario preferente fue de 4:00 a 5:00 p.m., de lunes a viernes y de 8:00 a 9:00 a.m. los sábados. El lugar de trabajo se dividió en un área abierta al aire libre. Las personas usaron ropa cómoda y sin ligaduras para realizar las actividades, lo que les permitió ejecutar los rangos de movimientos adecuados. Para esta modalidad terapéutica se necesitaron cuatro licenciados en cultura física con experiencia de trabajo y profesionalidad, capacitados previamente a través de talleres, en los cuales se explicó el propósito de la investigación. Cada uno trabajó con un subgrupo de 50 personas.
Una vez obtenidos los datos, se utilizaron pruebas para grupos relacionados atendiendo al nivel de medición de las variables. Teniendo en cuenta el carácter cualitativo de las variables se utilizó la prueba de Wilcoxon de rangos, en los casos en los que las variables presentaban ordinalidad se utilizó el criterio de medianas para evidenciar los cambios ocurridos.
Se solicitó autorización para la ejecución de este estudio a la dirección de las instituciones implicadas en su desarrollo y su consentimiento informado para garantizar el apoyo administrativo y lograr que se declarara la voluntad política para llevar hacia adelante las acciones por el mejoramiento de la calidad de vida de estos prejubilados. La información relacionada con la identidad de las personas y los resultados obtenidos fueron tratados confidencialmente y atendidos solo por el personal especializado que participó en la investigación. El consentimiento de participación por escrito fue obtenido a través de la firma en un modelo. Desde el punto de vista bioético se tuvieron en consideración los preceptos deontológicos que se siguen actualmente en la investigación en humanos. Por tal razón este trabajo se basó en estos cuatro principios: beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La Tabla 1 refleja la valoración de los procesos del pensamiento como: procesos intelectuales, pensamiento lógico-verbal, práctico-constructivo y pensamiento rumiativo en el grupo estudio antes y posterior a la intervención.
Los procesos intelectuales fueron analizados en sus indicadores psicológicos: figuras en secuencia lógica, clasificación de objetos, completamiento de dibujos y relaciones de semejanza, obteniéndose que el 55,0% fueron ineficientes y el 45,0% fueron eficientes.
El pensamiento lógico-verbal no presentó alteraciones en el 60,5% y el 39,5% reflejaron afectación. Con las pruebas de los Cubos de Kohs se observó que el 65,5 % no presentó afectación del pensamiento práctico-constructivo, mientras que el 34,5 % evidenció alteraciones. Con el Test de estilo rumiativo o While Bear Supresion Inventory (WBSI) se encontró que el 21,0 % no reflejó pensamiento rumiativo, el 11,0 % un pensamiento rumiativo bajo y el 68,0% alto.
Después de la intervención la modificación cognoscitiva, en los aspectos evaluados del pensamiento fue altamente significativa desde el punto de vista estadístico con valores de p= 0,000. El 61,0% de los procesos intelectuales se comportaron eficientes y solamente el 39,0 % ineficientes.
El 72,0 % del grupo no presentó alteraciones del pensamiento lógico-verbal y el 28,0 % reflejó afectación. Por otro lado, en el 73,0 % no se observaron alteraciones en el pensamiento práctico-constructivo, registrada en menor cuantificación la afectación con un 27,0 %. Se observó una mejoría de un 34,0 % en el pensamiento rumiativo ya que el 34,5 % no presentó esta alteración, el 27,5 % fue bajo y se mantuvo alto el 38,0 %.
Se demostró que la actividad física diaria implementada por un tiempo de seis meses influyó en los resultados obtenidos del grupo estudio ya que favoreció la integración, razonamiento, la síntesis y la resolución de problemas, es decir, las funciones ejecutivas.10,11,12,13 Es meritorio acotar que el ejercicio no es una panacea ni mágicamente les transferirá conocimientos de física cuántica, pero les dará un cerebro más saludable por más tiempo, ayudará a mitigar y prevenir problemas de salud mental y les brindará mejor calidad de vida.14
La investigación en el campo de la neurofisiología presentó una contundente evidencia proveniente de estudios en animales que respalda los efectos beneficiosos del ejercicio aeróbico a nivel cerebral y cómo estos podrían prevenir el deterioro cognitivo en humanos.15,16Al respecto se ha demostrado que la actividad física es capaz de aumentar el flujo sanguíneo cerebral, mejorando la capacidad de perfusión, suministro nutritivo cerebral, y estimulando el metabolismo de los neurotransmisores; indiscutiblemente todos estos factores facilitarían la neuroplasticidad. En la actualidad ya se han realizado estudios en humanos que confirman los hallazgos anteriores, evidenciados en exámenes imagenológicos funcionales, biomarcadores cerebrales y análisis enzimáticos en sangre y líquido cefalorraquídeo. Durante el año 2016, Shigemori17 informó sobre la correlación del ejercicio con la neurogénesis, la plasticidad sináptica, y la presencia de neurotrofinas en el hipocampo.
El entrenamiento aeróbico tiene un impacto positivo en el cerebro envejecido con enfermedades neurodegenerativas asociadas al deterioro cognitivo. Dentro del hipocampo, los cambios más notables generados por el ejercicio son el aumento de la neurogénesis y la producción de factores neurotróficos. Uno de estos trabajos,18 realizado con adultos y adultos mayores sanos cognitivamente, encontró aumentos significativos en el volumen de zonas cerebrales específicas, tanto en la materia gris como en la materia blanca en los adultos mayores que participaron de un entrenamiento aeróbico, pero no en aquellos que participaron del grupo control (ejercicios de estiramiento y tonificación). No se detectaron cambios significativos en el volumen de la sustancia gris o blanca en los participantes más jóvenes.
La actividad física favorece aquellos aspectos relacionados con la plasticidad neuronal, entendida esta como capacidad para adaptarse anatómicamente y funcionalmente a los cambios del ambiente que incluyen resolución de problemas, estimulación motora, cambios traumáticos o enfermedades.
Esta capacidad es esencial para el aprendizaje y permite conservar o restaurar la función cerebral en los ajustes del envejecimiento y las lesiones. La influencia del ejercicio se produce en función del principio de la especificidad, es decir, aunque la mejora cognitiva es general, las zonas que evidencian mayores cambios son las vinculadas a las funciones de más alto nivel cognitivo, como el hipocampo, la corteza frontal y parietal, implicadas en la ejecución de tareas, la memoria, la resolución de conflictos y la atención selectiva.
En la Tabla 2 se constatan los resultados de los procesos del pensamiento en el grupo control o testigo antes y después de la intervención.
Los procesos intelectuales ineficientes y las alteraciones del pensamiento lógico-verbal no sufrieron variaciones antes y después de la intervención, se registró el 56,0 % y 64,0 %. Las alteraciones en el pensamiento práctico-constructivo en etapa inicial reflejó el 68,0 % y culminado el estudio el 76,0 %. El pensamiento rumiativo en un 50,0 % se comportó alto en el inicio y posteriormente cuantificó un 60,0 %.
Los resultados mostrados en el grupo control indicaron que no existió mejoría en las variables estudiadas y en algunos casos existió tendencia al empeoramiento. Por lo que las alteraciones evidenciadas indicaron que deben ser intervenidas mediante un programa educativo de rehabilitación cognitiva. Actualmente la literatura se enfoca en el diagnóstico temprano del deterioro cognitivo moderado, el cual es un estado intermedio entre el envejecimiento cognitivo normal y la demencia, y está definido como una alteración cognitiva mayor a la esperada para la edad y nivel educativo del paciente. Luego la comparación entre los grupos revela una asociación del estadígrafo p muy significativa (p=0.000).
El investigador principal considera entre las limitaciones del estudio que no se incluyeron otros procesos cognitivos como memoria y atención, así como variables psicológicas emocionales. Se revela novedad científica por los insuficientes estudios de la esfera cognitiva y de la identificación de alteraciones neuropsicológicas en esta etapa de la vida.
CONCLUSIONES
Las modificaciones positivas evidenciadas en el pensamiento como proceso cognoscitivo en el grupo estudio de personas prejubilables están avaladas por la aplicación del programa educativo basado en ejercicios físicos. Se demostró que la actividad física diaria implementada por un tiempo de seis meses influyó en los resultados obtenidos ya que favoreció la integración, razonamiento, la síntesis y la resolución de problemas, lo que corresponde a las funciones ejecutivas. Significa que esas personas en edad de prejubilación aumentaron su calidad de vida.