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Señor editor:
Después de analizar el artículo: “Necesidades sentidas de preparación profesoral para la gestión del proceso docente”,1 los autores pretenden exponer sus puntos de vista acerca de este importante tema.
El desempeño del docente universitario influye en la calidad de la formación profesional de los estudiantes de pregrado y en la superación de los estudiantes de posgrado. Para el cumplimiento de sus funciones deben tener en cuenta la aplicación de los conocimientos científicos y los modos de actuación, aspectos que influyen considerablemente en el logro de la calidad. En ello, la selección de los contenidos para la preparación integral del docente constituye un reto para la educación superior contemporánea, toda vez que la mayoría de ellos no se formó para ejercer la docencia universitaria.2
Los profesores universitarios de la educación médica cubana, mayoritariamente, son profesionales graduados de las propias universidades médicas que se dedican a tiempo completo o parcial a la función docente y cuya formación pedagógica tiene lugar una vez finalizados sus estudios de pregrado. Por tanto, las estrategias de superación deben responder a las especificidades de la carrera, en correspondencia con las particularidades de su especialidad.3
Evidentemente, el proceso de formación de profesionales en la carrera de Medicina requiere de la preparación de los profesores para la gestión del proceso docente educativo en los escenarios formativos, pues generalmente carecen de formación didáctica específica o general; más bien su formación se corresponde con el campo de la disciplina que enseñan.
En la educación médica, muchos de los docentes continúan desarrollando un estilo tradicional de enseñanza; aplican el conductismo como modelo pedagógico porque siguen utilizando las mismas metodologías empleadas por quienes fueron sus docentes alguna vez y a esto se le suma, el desconocimiento de la necesidad de profesionalizar el ejercicio docente. Es común que tengan una alta especialización profesional y si bien esto los hace pertinentes para instruir al estudiante, no garantiza el aprendizaje. Las carencias en habilidades de comunicación y de conocimientos didácticos para planificar y lograr que el estudiante autorreconozca sus propias habilidades para el aprendizaje, limitan su labor de enseñar y la posibilidad de aprender del estudiante.4
La figura del tutor constituye el eje fundamental de la formación de los estudiantes de ciencias médicas; de su dedicación y formación dependen, en gran parte, la adquisición de los conocimientos, habilidades y responsabilidades necesarios para ejercer eficazmente el papel que les corresponde y el grado de satisfacción de los educandos dentro del proceso docente educativo.
La tutoría ha sido conceptualizada desde diferentes ángulos, pero siempre ha tenido como concepto central la conducción educativa del tutorado, lo cual implica la función de instruir y preparar para la vida, por lo que incluye no solo la trasmisión de un conocimiento y el desarrollo de destrezas, sino la formación de una actitud ante la vida y una profesión determinada.5,6
Para ser profesor tutor se requiere de un perfil especial con varios requisitos: disposición, carisma, ejemplaridad, capacidad de comunicación, buena escucha, tiempo para realizar su función y disposición a la superación permanente, avalado por un postulado martiano que, refiriéndose al buen maestro, dice: “Aquel compañero que en la conversación de todos los instantes moldea y acendra, y fortalece para la verdad de la vida, el espíritu de sus educandos; aquel vigía que a todas horas sabe dónde está y lo que hace cada alumno suyo, y les mata los vicios, con la mano suave o enérgica que sea menester, en las mismas raíces, creando amor al trabajo, el placer constante de él en los gustos moderados de la vida”.7
Estudios realizados por varios autores indican que no hay una identidad del médico como docente, por lo que el tema de la profesionalización docente es relevante y pauta de discusión en las investigaciones. Al no conocer los aspectos pedagógicos y metodológicos de la profesión docente, los médicos buscan roles, perfiles e identidad como una manera de acercarse al tema. Asimismo, en las investigaciones sobre los roles del docente de Medicina se reafirma la falta de una identidad hacia el campo educativo por lo que es necesario profesionalizar la docencia en el área médica. La superación de los profesores encargados de la conducción y ejecución de los procesos docentes en el campo de las ciencias de la salud es una necesidad urgente, permanente y creciente.
Los autores consideran que la educación necesita hoy, más que nunca, la presencia de un tutor de excelencia, capaz de responder a las necesidades actuales que reclaman nuestros estudiantes para lograr futuros profesionales integrales. Confían en que estos criterios sean considerados en el desarrollo de estrategias encaminadas a elevar la preparación del profesor tutor, particularmente, en las carreras de las ciencias médicas.
