INTRODUCCIÓN
El informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2000 está dedicado a evaluar la calidad de los sistemas de salud y cómo proceder a su mejoría. En él se señala a los recursos humanos del sistema de salud como vitales para su buen funcionamiento y conseguir calidad del servicio. El informe recomienda cuidarlos, pues de no hacerlo, su deterioro es rápido.1
El personal de salud constituye un elemento fundamental en la producción de servicios, tanto en la dimensión subjetiva de la intencionalidad humana, como en la dimensión objetiva de la ejecución de competencias profesionales específicas.2,3
Dentro de los riesgos laborales de carácter psicosocial el desgaste profesional ocupa un lugar destacado porque constituye un problema social y de salud pública. Se trata de un trastorno adaptativo crónico asociado al inadecuado afrontamiento de los desencadenantes psicológicos del trabajo que daña la calidad de vida de la persona que lo padece y disminuye la calidad asistencial, con aumento del costo económico y social.4,5,6,7
El estado de agotamiento emocional generado por el trabajo constituye, en la actualidad, un problema de salud mental que afecta a muchas personas; en la mayoría de los casos ni los afectados ni quienes los rodean reconocen a tiempo esta situación. Es una consecuencia del estrés laboral crónico integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja. Esta respuesta ocurre, con frecuencia, en los profesionales de la salud y, en general, en prestadores de organizaciones de servicios que trabajan en contacto directo con personas.8,9,10,11
Por criterios operacionales el síndrome de Burnout (SB) o síndrome de despersonalización (SDP) parece ser un cuadro de comportamiento multifacético que consiste en respuestas individuales mal adaptadas posteriores a situaciones estresantes prolongadas. Las manifestaciones incluyen la indiferencia, la inmovilidad y una falta de ganas de iniciar acciones/actitudes. La aparición y la intensidad pueden verse influenciadas por factores demográficos, rasgos de personalidad, decisiones sobre el estilo de vida y factores laborales y organizativos.12,13,14,15,16,17
En la actualidad, en las instituciones de salud, se ha podido percibir y corroborar, en la dinámica diaria de los procesos ejecutados en esas organizaciones, que el personal experimenta ciertos niveles de síndrome de Burnout, en el que se vinculan tres dimensiones: el agotamiento emocional, la despersonalización y la realización personal.18,19,20,21
El síndrome de Burnout ha sido definido como un fenómeno psicológico que surge como respuesta a estresores crónicos emocionales e interpersonales en el trabajo. Para prestar un servicio de calidad es necesario que el trabajador no lo presente. En el medio hospitalario las manifestaciones de la enfermedad en los médicos pueden contribuir a la insatisfacción del paciente y de la familia y además a errores de procedimiento y diagnóstico. Su detección precoz es fundamental en la toma de decisiones de los decisores de salud.
En tal sentido, y como parte del proyecto institucional “Estrategia organizacional para el mejoramiento del Servicio de Medicina Interna del Hospital “Arnaldo Milián Castro”, se decidió realizar el estudio con el objetivo de describir la prevalencia del síndrome de Burnout en Médicos Especialistas del Servicio de Medicina Interna.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, transversal en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Provincial Universitario Clínico Quirúrgico “Arnaldo Milián Castro” de la Ciudad de Santa Clara, Provincia de Villa Clara, en el período comprendido de julio de 2022 a enero de 2024.
La población estuvo conformada por 26 médicos del Servicio de Medicina Interna que laboraron de julio de 2022 a enero de 2023. Los integrantes (23) fueron seleccionados por muestreo no probabilístico e intencional previo consentimiento informado para participar.
Como métodos empíricos en la recolección del dato primario se emplearon la entrevista no estructurada y la Encuesta de “Maslach Burnout Inventory” (MBI) de identificación del síndrome de Burnout.
La Encuesta Maslach Burnout Inventory: instrumento auto-administrado que mide el desgaste profesional.22,23,24,25,26,27 Está constituida por 22 ítems en forma de afirmaciones sobre los sentimientos y las actitudes del profesional en su trabajo y hacia los pacientes, se completa en 10 a 15 minutos y mide tres aspectos del síndrome de Burnout.
Agotamiento o cansancio emocional: se refiere a sentimientos de sobre-extensión y agotamiento de los recursos emocionales propios. Los trabajadores se sienten carentes de energía y consideran no poder dar más de sí mismos a nivel psicológico. Esta dimensión representa el componente de estrés individual en el burnout. Consta de nueve ítems1,2,3,6,8,13,14,16,20
Despersonalización: se refiere a actitudes y sentimientos negativos hacia la persona a la que se presta el servicio, a pérdida de idealismo y a irritabilidad. En principio, el distanciamiento emocional y cognitivo hacia el paciente puede tener un valor protector, pero se corre el riesgo de que se torne en una respuesta deshumanizada y, por lo tanto, desadaptada para lidiar con el medio. Esta dimensión representa el componente interpersonal. Consta de cinco ítems5,10,11,15,22
Realización personal: se refiere a la tendencia a valorar el trabajo realizado de una manera negativa. Se ve asociado a un declive en los sentimientos de competencia y satisfacción con los logros alcanzados en el trabajo. Esta dimensión representa el componente auto evaluativo. Consta de ocho ítems.4,7,9,12,17,18,19,21
Los grados de intensidad van desde: 0=nunca, 1=pocas veces al año o menos, 2=una vez al mes o menos, 3=unas pocas veces al mes o menos, 4=una vez a la semana, 5=pocas veces a la semana, hasta 6=todos los días. Altas puntuaciones en las dos primeras escalas y bajas en la tercera definen al síndrome.
Como puntos de corte se siguieron los criterios:28
Agotamiento o cansancio emocional:
Despersonalización:
Realización personal:
Puntuaciones de 0 a 33=baja realización
Puntuaciones de 34 a 39=intermedia realización
Puntuaciones ≥40=alta sensación de logro.
Además de los aspectos de la Encuesta MBI, fueron estudiadas las variables grupo de edades, sexo, situación conyugal, sostén familiar, especialidad, categoría docente e investigativa, años de ejercicio de la profesión y realización de guardia médica incluidas en una planilla de recolección de datos elaborados con fines investigativos por el autor.
Los datos fueron almacenados en un fichero de datos Excel, exportados al SPSS versión 20.0 para Windows para su análisis y procesamiento estadístico. Fue realizada la estadística descriptiva a través de frecuencias absolutas y relativas de variables cualitativas y medidas de tendencia central y de dispersión para las cuantitativas. Fue utilizada la prueba estadística no paramétrica de independencia de Chi cuadrado, con nivel de confianza del 95%, rechazando la hipótesis nula cuando la significación estadística “p” fue menor que 0,05. Los resultados se presentaron en textos, tablas y figuras estadísticos.
Aspectos éticos: se tuvieron en cuenta los Requisitos de Autorización y Modificación de Estudios Clínicos de Agosto/2000 del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) y los principios éticos de protección a los sujetos que participen en investigaciones biomédicas promulgados en la Guía de Buena Práctica (Cuba), en el Código de Nuremberg y en la Declaración de Helsinki (Asociación Médica Mundial, Tokio, 2004).
RESULTADOS
Participaron en la investigación un total de 23 profesionales, 12 de la Especialidad de Medicina Interna (52,2%), seis de la de Endocrinología (26,1%) y cinco de la de Reumatología (21,7%).
El promedio de edad de la población fue próximo a los 46 años, mínimo de 31 y máximo de 74, con una desviación estándar de 12 años. Las edades entre 36 y 45 años fueron las mejor representadas (39,1%). Hubo 11 femeninas (47,8%) y 12 masculinos (52,2%). Del total de la población el 30,4% fueron mujeres entre 36 y 45 años y el 21,7% hombres entre 46 y 55 años.
En la Tabla 1 se presentan los resultados de la aplicación de la encuesta MBI en sus tres dimensiones de exploración. Hubo 10 médicos con nivel bajo de agotamiento emocional (43,5%) y 16 con despersonalización baja (69,6%). En la realización personal prevaleció la evaluación de alta (13, 56,5%).
La prevalencia de afectación en las tres dimensiones fue del 4,3% (un profesional); con dos dimensiones evaluadas de satisfacción intermedio o alto 20 (89,9%).
El agotamiento emocional alto tuvo una prevalencia superior al 60% en especialistas con 46 o más años de edad. La despersonalización baja prevaleció en todos los grupos de edades y la realización personal alta fue mayor del 55% para los menores de 55 años y baja para los doctores de 56 y más años y llegó a ser del 100% (Tabla 2).
B: bajo, I: intermedio, A: alto
Prevalencias: por ciento calculado respecto al grupo de edad
X2=8,272; pX2=0,381
Fuente: Encuesta Maslach Burnout Inventory
En el hombre el agotamiento emocional bajo se diagnosticó en la mitad y alto en el 41,7%; en la mujer fue bajo y alto en el 36,4%. La despersonalización baja se presentó en el 75% de los masculinos y en el 63,6% de las femeninas. La realización personal alta en los doctores concurrió en el 66,7%, mientras que en las doctoras fue tan solo en el 45,5% (Figura 1).
El 82,6% de los investigados tenían la condición de ser casados en su estado civil. La prevalencia mostró valores variables según las categorías de cada dimensión. En el agotamiento emocional prevaleció la evaluación de alto en los solteros (75%) y en la dimensión despersonalización fue del 73,3% la valoración de baja en los casados. En cuanto a la realización personal, la prevalencia de alta en los casados fue del 63,2%, mientras que fue baja en el 50% de los solteros (Figura 2).
El 73,9% fueron sostén familiar, para este grupo prevalecieron el agotamiento alto (34,7%), la despersonalización baja (56,5%) y la realización alta (34,7%).
No hubo relación significativa entre las dimensiones y los aspectos sociodemográficos.
En la Tabla 3 se presentan los resultados de la aplicación del MBI relacionado con aspectos del ejercicio profesional.
En la Especialidad de Medicina el 58,3% de los médicos estaban agotados, tuvieron despersonalización baja y realización personal alta; en los de Reumatología el 60% presentaron agotamiento emocional intermedio y despersonalización baja, pero el 80% tuvo realización personal elevada. Los médicos de Endocrinología mostraron una prevalencia de agotamiento emocional bajo en el 66,6%, despersonalización baja en el 100% y realización personal baja del 50%.
Hubo relación significativa entre la especialidad de los médicos y las dimensiones del síndrome de Burnout.
B: bajo; I: intermedio; A: alto
Prevalencias: por ciento calculado respecto a la especialidad
X2=8,6435; pX2=0,045
Fuente: Encuesta Maslach Burnout Inventory
De los 23 participantes 19 (82,6%) tenían una sola especialidad. Para este grupo los resultados de las evaluaciones por dimensiones del síndrome de Burnout se muestran en la Figura 3. En el agotamiento emocional bajo se obtuvo prevalencias del 42,1% y alto del 36,8% y predominaron la despersonalización baja (68,4%) y la realización personal alta (52,6%).
Del grupo con dos especialidades en el 75% de los doctores la realización personal fue elevada y la despersonalización baja. El agotamiento emocional se presentó en igual cantidad en las dimensiones de bajo y alto.
Las prevalencias por las dimensiones del síndrome de Burnout y los años de experiencias aparecen en la Figura 4.
En la dimensión de agotamiento emocional 10 profesionales fueron evaluados de bajo y nueve de alto, el grupo de seis a 15 años fue el de mayor prevalencia.
Predominó la despersonalización baja, 16 de 23, de los que la mitad correspondió a los profesionales con seis y hasta 15 años de servicio. Fueron evaluados de alta cuatro profesionales compartidos en igual proporción entre el grupo ya referido y los menores de cinco años.
La realización personal fue alta en 13 doctores (56,5%), de los que seis tenían entre cinco y 16 años de experiencia, y baja en ocho (34,7%).
En cuanto a las categorías docentes se contabilizaron cinco (21,7%) profesores instructores, 12 (52,2%) asistentes y seis (26,1%) auxiliares; tres tenían categoría investigativa y 16 (69,6%) realizaban guardias médicas.
Cuando se evaluó el síndrome según la realización de guardias médicas prevaleció en la categoría baja la despersonalización, identificada en 12, para una prevalencia en ese grupo del 75% y respecto al total del 52,2%. Ocho tuvieron alto la realización personal para una prevalencia global de 34,7% y para el grupo del 50%.
DISCUSIÓN
En estudios realizados en Colombia se verificó que los profesionales de la salud son irrumpidos por el síndrome de Burnout por un régimen de trabajo estricto, con carga horaria semanal de hasta 40 horas y sin tiempo para formación, lo que incurre en la disminución de su calidad de vida. Dentro de las áreas de mayor deterioro en relación al síndrome se encontró que la mayoría del personal muestra un alto grado de agotamiento emocional. Los que tendrían mayor riesgo de contraer el síndrome y, por ende, estar más insatisfechos laboralmente, son los que tengan más de 30 años de edad, del sexo femenino.29 Estos datos coinciden con los de este estudio, en el que fue esta dimensión la más afectada, aunque los resultados difieren en cuanto al sexo, porque son los masculinos, y responsables del sostén familiar, los que tienen mayor prevalencia.
Otros estudios actuales, desarrollados en un Hospital de Venezuela durante la pandemia, arrojaron que el 20,7% de los encuestados posee grado alto de Burnout (alto en agotamiento emocional y despersonalización, bajo en realización personal), más específicamente, se observó alto grado de agotamiento emocional en el 81,7% (67 médicos). Al evaluar la despersonalización se encuentra una media de 12,8±7,1, correspondiente a un nivel alto. El 67,1% presentó un nivel alto de despersonalización. En la dimensión de realización personal el promedio fue de 36,8±6,5, que corresponden con un grado medio de realización personal. El 39% presentó grado bajo. En este estudio no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el grado de las dimensiones de Burnout según la edad o el sexo.
En un estudio multicéntrico multinacional que incluyó 11 530 médicos hispanoamericanos se encontró que el SB fue más frecuente en Especialistas en Medicina Intensiva y en Medicina Interna, con 17% y 15,5%. Las características sociodemográficas del médico también influencian la expresión del SB, que es más frecuente en los con menores ingresos económicos anuales y menor seguridad financiera, percibida así como aspecto clave del estilo de vida, también se relacionan con la presentación del SB; el sueño insuficiente es un factor importante para su aparición. En contraste, la edad mayor y el tener hijos se han identificado como factores protectores contra el SB en la población médica, especialmente en Latinoamérica. Este comportamiento es similar en este hospital porque se ha demostrado mayor prevalencia entre Especialistas en Medicina Interna, casados y responsables del sostén familiar, así como la realización de turnos nocturnos, aunque en el caso de los médicos del hospital las edades más frecuentes fueron por encima de los 36 años.
En un estudio realizado en el Hospital Riobamba, en Ecuador, en el año 2022, en trabajadores del Servicio de Medicina Interna hubo un predominio de trabajadores con manifestaciones clínicas de SB y la subescala que mayor afectación mostró fue la realización personal. Esto difiere de los resultados alcanzados en este trabajo, en el que predomina el agotamiento emocional.
Una investigación desarrollada en el Hospital Universitario “Calixto García Íñiguez”, de la Ciudad de La Habana, informa que más de la mitad de la muestra presenta el SDP.
En médicos del Hospital Pediátrico Docente del Cerro, de la Ciudad de La Habana, se describió la distribución del SDP según la clasificación asignada a las dimensiones o los grupos, en ella se observó que el 31,11% de los profesionales no mostró algún indicio de presentar esta enfermedad, mientras que estaban propensos a manifestarla, en un forma moderada, el 26,66% y, altamente propenso, el 35,55%. Es de señalar que solo el 6,66% de la muestra estudiada se consideró que padecían SDP. Es notable que si se suman las categorías moderada y altamente propenso el por ciento alcanza el 62,21%.
En Ciego de Ávila, Cuba, un estudio develó que la puntuación por dimensiones muestra preponderancia del agotamiento emocional en su nivel elevado (43,75%), en la despersonalización en el nivel bajo (25%) y en la realización personal en el nivel bajo (43,75%).25
CONCLUSIONES
Hay variabilidad de respuesta de los médicos en dependencia de sus características y de las dimensiones del síndrome de Burnout, se observa, de forma general, que menos de la mitad de los profesionales tuvieron agotamiento emocional y despersonalización alto y realización personal baja.