Introducción
Un canino superior retenido es aquel que, tras haber alcanzado su desarrollo pleno (diente formado), llegado el tiempo de su normal erupción en la arcada dentaria en un individuo de once a trece años, queda retenido o encerrado en el maxilar y mantiene íntegro su saco pericoronario. Este diente tiene el período más largo de desarrollo, así como el camino más extenso y tortuoso desde su formación; de ahí que presente una elevada frecuencia de retención.1,2,3,4
Uno de los rasgos característicos de la retención del canino superior es la ausencia de sintomatología en la gran mayoría de los pacientes (80 %). Solo el 20 % de ellos presenta, además de la retención, síntomas clínicos que los obligan a visitar al estomatólogo.3,5
Algunos autores plantean que la retención del canino superior es uno de los problemas ortodóncico-quirúrgicos más frecuentes, con una incidencia de 0,9 a 2,2 % en la población general, y que es el segundo diente que más se retiene, después del tercer molar, con una incidencia de 0,9 a 1,7 %.6,7
Algunas investigaciones realizadas en Cuba evidencian una incidencia de la retención de caninos superiores de 17,8 %. En el 60 % de los casos, estos se localizan en el paladar; en el 30 %, hacia el vestíbulo bucal o cortical vestibular, y, en el 10 %, en posición intermedia. Además, la retención es más común en niñas que en niños.8
En una investigación realizada en Holguín, Cuba, los autores afirman que el sexo femenino es el más afectado, con el 58,3 % de los caninos retenidos en el maxilar superior. La posición más frecuente es la subgingival, con la cual predomina también el sexo femenino (34,3 %).9
El objetivo de este estudio fue caracterizar a una paciente con retención bilateral de los caninos superiores, por ser un caso poco frecuente en la población infantil que acude a las consultas de estomatología y de cirugía maxilofacial.
Presentación del caso
Una paciente de trece años, sin antecedentes patológicos personales ni de alergia a medicamentos, acudió a consulta remitida de la especialidad de ortodoncia por presentar ausencia clínica de las coronas de los caninos superiores (dientes 13 y 23) y oligodoncia bilateral de los incisivos laterales (dientes 12 y 22).
La paciente refirió no haber presentado sintomatología asociada a la retención; esto fue confirmado por sus padres. No existían antecedentes de traumatismo facial o dentario precedente ni de hábitos deletéreos.
En el examen físico extraoral no se observaron alteraciones ni dismetrías en la región facial. Sin embargo, en el examen intraoral, llamaron la atención los siguientes aspectos: ausencia de corona clínica de incisivos laterales y caninos superiores, maloclusión dentaria, brecha desdentada distal hasta los incisivos centrales. Además, se observó la eminencia canina en ambos lados.
Se realizó un estudio ortodóncico, telerradiografía y vista panorámica, en la cual se observó la ausencia de los incisivos laterales superiores, así como la retención bilateral de los caninos superiores. Se percibió el completamiento de la formación radicular de los caninos, la ausencia de obstáculos en su trayecto y su posición favorable para ser traccionados.
Se decidió realizar tratamiento ortodóncico-quirúrgico, con descubrimiento de las coronas de los caninos 13 y 23, cementación de brackets y tracción alámbrica que se uniría a la aparatología fija.
Previamente, se confeccionó la historia clínica ambulatoria y se le indicó a la paciente un análisis de hemoglobina y coagulograma mínimo con tiempo de coagulación y tiempo de sangramiento, los cuales estaban en rangos normales.
El abordaje quirúrgico fue mediante colgajo de Newman modificado, realizando incisiones con hoja de bisturí no. 15 y descargas verticales desde el mesial de la primera bicúspide derecha (diente 14) hasta el mesial de la primera bicúspide izquierda (diente 24). Posteriormente, se realizó disección mucoperióstica hasta el fondo del surco vestibular, con lo cual quedó confeccionado el colgajo de Newman.
Se eliminó una lámina muy fina de hueso que cubría ambas coronas y se logró un campo quirúrgico exangüe. Se realizó la descalcificación del esmalte con ácido ortofosfórico empleando una mota de algodón durante dos minutos. Se lavó la zona y se secó con aire seco (fig. 1).
Se procedió a la cementación de los brackets con resina para cementar brackets y se comprobó el anclaje de estos. Se colocó un alambre no. 28 en los brackets y se entorcharon los dos cabos. Se suturó el colgajo con seda 3/0 y se colocó gasa compresiva.
Se prescribieron antimicrobianos (amoxicilina de 500 mg, una cápsula cada 8 h por siete días), el resto de las indicaciones posquirúrgicas requeridas y el seguimiento por Consulta Externa hasta su posterior alta clínica y atención por la especialidad de ortodoncia.
Discusión
Los caninos superiores son de los últimos dientes en brotar y puede haber un compromiso de espacio en la arcada dentaria en el momento de su erupción. La trayectoria que tiene que recorrer el canino superior desde el punto donde se forma, cerca del suelo de la órbita y por fuera de la fosa piriforme, hasta que llega a emerger en la arcada es mucho más larga y compleja (alrededor de 20 mm) que la que sigue cualquier otro diente.8,10
Entre las causas de retención del canino superior, se conocen el desarrollo filogenético y el de la propia civilización, debido a los distintos tipos de dieta que han evolucionado con la humanidad y provocado interferencias en el desarrollo de los maxilares. Estos factores han influido en el incremento de la discrepancia entre huesos y dientes, la cual ha traído como consecuencia un aumento en la incidencia de esta anomalía dentaria.9
El canino superior retenido se presenta de forma unilateral, en proporción de 5:1 y en el lado izquierdo más que en el derecho. Sin embargo, otros autores afirman que la retención del canino maxilar se presenta de manera unilateral en el 92 % de los pacientes, es decir, en la mayoría de los casos (47,2 % unilateral derecha y 33,3 % unilateral izquierda). Entre el 8 % y 19,4 % de los casos son bilaterales.11,12,13,14)
La erupción de los caninos superiores es un proceso en el que intervienen varios factores, unos relacionados con la anatomía del diente o la morfología de los tejidos circundantes y otros dependientes de la herencia.
La ubicación normal del canino superior está en estrecha relación con el arbotante vertical o columna ósea; esto hace que el hueso sea más compacto en esa zona. Gay y otros5 señalaron su posición anómala en el maxilar, próxima a la fusión de dos procesos embriológicos vecinos, la premaxila y el proceso maxilar superior lateral, y la acción contrapuesta de dos fuerzas: el crecimiento anteroposterior del seno maxilar y el posteroanterior de la premaxila.
La retención bilateral de los caninos superiores es poco frecuente y debe ser abordada desde la interdisciplinariedad y con un tratamiento ortodóncico-quirúrgico para garantizar la reubicación de los dientes en la arcada dentaria. Existen otras variantes terapéuticas, pero sacrifican mayor cantidad de hueso, son más traumáticas y, en ocasiones, no logran los objetivos propuestos.
Se concluye que en este caso se evidenció la estrecha asociación de la retención bilateral de los caninos superiores con la oligodoncia de los incisivos laterales en su etiopatogenia. Se mostró la variante ortodóncica-quirúrgica como el método de tratamiento propuesto. No aparecieron complicaciones posquirúrgicas. La paciente evolucionó hasta su alta definitiva y seguimiento por la consulta de Ortodoncia para lograr la reubicación de los dientes en la arcada dentaria.