INTRODUCCIÓN
La pandemia por la COVID-19 ha planteado nuevos retos para los sistemas de salud en todos los países. El aislamiento social obligatorio, los cambios en los estilos de vida1) y su repercusión en la salud mental1,2 pueden generar a mediano y largo plazo trastornos mentales1 y cambios comportamentales, tales como la adicción a los smartphones o teléfonos inteligentes (ATI), especialmente en adolescentes.3
La ATI está categorizada como una adicción comportamental, es decir, la incapacidad de controlar el uso del teléfono celular, pese a conocer sus efectos dañinos.4 Es denominado también adicción sin sustancias químicas.5) Se caracteriza porque la persona siente que el uso de un teléfono inteligente produce la satisfacción de una necesidad profunda, y experimenta dificultades para realizar actividades básicas de su vida diaria si no mantiene el uso simultáneo de este dispositivo; así, al ser privada de este, la persona puede sentir nerviosismo, temor y ansiedad (nomofobia).6 Durante la pandemia se produjo un uso personal-social inadecuado y excesivo de dichos dispositivos, que ha derivado en su uso problemático o adictivo por parte de los estudiantes.3
Es preciso recalcar que la ATI influye en la vulnerabilidad vinculada a los dispositivos tecnológicos; la probabilidad de victimización por ciberdelitos es mayor en las personas con ATI.4,7
Las personas con ATI suelen tener dificultades en las relaciones sociales de la vida diaria y también podrían ser inducidos a adoptar aislamiento social.8,9 Esta situación se ha visto agravada durante la pandemia por sus características propias y mayor uso de smartphones entre los adolescentes.10 También se ha reportado que existe relación positiva entre la ATI y la soledad social y emocional11 y el riesgo de poseerla es mayor en mujeres.12 Por otro lado, el uso excesivo de teléfonos inteligentes o la ATI está asociada con múltiples alteraciones de la salud física y mental.13 Se ha demostrado que, a mayor uso de un smartphone durante las labores de estudio, mayor es el impacto negativo en el aprendizaje, el rendimiento académico y el éxito académico en general, al afectarse las habilidades y capacidades cognitivas y afectivas.14,15 Sin dudas, después de la pandemia, la sociedad no será la misma en medio de la pobreza como el mayor determinante social de enfermedades y afecciones psicológicas.16
Este estudio tiene como objetivo estimar la adicción a los teléfonos inteligentes entre adolescentes mujeres tras la pandemia por la COVID-19.
MÉTODOS
Tipo de estudio y población
Estudio de corte transversal efectuado entre los meses de noviembre y diciembre del año 2022. La población estuvo conformada por 3425 adolescentes de la Institución Educativa de Mujeres “Antonia Moreno de Cáceres”, que alberga estudiantes de diferentes zonas (rurales, urbanas, marginales y urbanas) de la provincia de Ica, Perú.
Con el algoritmo matemático para poblaciones conocidas, un nivel de confianza del 95 %, precisión de 4 %, proporción esperada de un 50 % y un 12 % de pérdidas esperadas, se determinó 581 adolescentes. El muestreo fue probabilístico, aleatorio.
Se incluyeron adolescentes mujeres de 12 a 17 años y se excluyeron aquellas que reportaron no tener un teléfono celular inteligente, tener historial de enfermedad mental, de enfermedades orgánicas y de abuso de sustancias psicoactivas.
Variables, instrumentos y procedimientos
La ATI fue determinada con la escala de adicción a los teléfonos inteligentes (SAS-SV), en su versión corta adaptada al español de López-Fernández.17 Consta de 10 preguntas en una escala de 6 puntos, que va desde 1 (totalmente en desacuerdo) a 6 (totalmente de acuerdo).
Como el instrumento no estuvo validado en población peruana, el equipo de investigación realizó modificaciones en los ítems con el fin de mejorar el entendimiento de las adolescentes. La versión modificada fue revisada por 3 profesionales en psicología con grado de doctor y un experto en diseño y validación de instrumentos, quienes recomendaron mejoras en la sintaxis (disponible en archivo complementario).
Se realizó un pilotaje en 82 participantes, para revisar la comprensión de los ítems, como resultado de este procedimiento, no hubo otros cambios en la redacción de las preguntas. El instrumento en su versión para Perú (tabla 1), según el análisis factorial confirmatorio (AFC) con el programa JASP,18) que incluyó el método de estimación de mínimos cuadrados ponderados diagonales (DWLS), reveló índices de bondad de ajuste aceptables: ji cuadrado entre los grados de libertad (χ2/gl= 2,00); índice de ajuste no normalizado (NNFI= 0,966); índice de ajuste comparativo (CFI= 0,974); raíz del residuo cuadrático promedio estandarizado (SRMR= 0,054); índice de aproximación de la raíz de cuadrados medios del error (RMSEA= 0,042 [IC 90 %: 0,027-0,056]); la consistencia interna fue adecuada con el omega de McDonald (ω= 0,782).
Con el fin de lograr comparabilidad internacional se consideró adicción a estos dispositivos para puntuaciones ≥ 32 de 60 puntos (17 y entre 22 y 31 se infiere un alto riesgo.19
nº | Pregunta | MED | ED | UPD | UPA | DA | MDA |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Dejo de hacer tareas o trabajos que he planificado debido al uso de mi teléfono celular | ||||||
2 | No puedo concentrarme en clase o en las tareas debido al uso del teléfono celular | ||||||
3 | Tengo dolor en las muñecas de las manos o en la nuca mientras uso mi teléfono celular | ||||||
4 | No puedo estar sin mi teléfono celular | ||||||
5 | Me pongo impaciente o molesto cuando estoy sin mi teléfono celular | ||||||
6 | Sigo pensando en mi teléfono celular, incluso cuando no lo estoy usando | ||||||
7 | No dejaré mi teléfono celular, aunque me cause problemas o consecuencias negativas en mi vida | ||||||
8 | Reviso constantemente mi teléfono celular para no perderme conversaciones con otras personas en WhatsApp o Facebook | ||||||
9 | Uso mi teléfono celular más tiempo del que tenía previsto | ||||||
10 | Las personas que me rodean, dicen que uso demasiado mi teléfono celular |
MED: muy en desacuerdo; ED: en desacuerdo; UPD: un poco en desacuerdo; UPA: un poco de acuerdo; DA: de acuerdo; MDA: muy de acuerdo (las abreviaturas son solo para presentar la tabla, no se utilizan en el original).
Se incluyó en un cuestionario la variable edad y preguntas cerradas de opción de respuesta dicotómica (sí/no): tuvo la COVID-19, tiene familiar fallecido por la COVID-19, miedo a enfermar de la COVID-19, conflictos familiares en el hogar, sentimiento de tristeza, ansiedad o depresión, sentimiento de vergüenza, sufre o ha sufrido alguna vez debullying, se siente rechazada por la sociedad, prefiere estar en aislamiento obligatorio por la pandemia de la COVID-19 y prefiere las clases virtuales que las presenciales.
Se ejecutó un pilotaje previo para comprobar el funcionamiento del trabajo de campo. Se coordinaron fechas y horas para la recolección de datos. Diez encuestadores, debidamente capacitados, ingresaron a las aulas de clase y una vez confirmado que las adolescentes cumplían con los criterios de inclusión, se les explicó el propósito del estudio y sus procedimientos; previamente se obtuvo el consentimiento informado del padre o apoderado, solicitado por la dirección de la institución educativa; además, se obtuvo el asentimiento informado de la participante, para poder realizar la encuesta autoaplicada. Se garantizó la privacidad en todo momento.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis estadístico descriptivo, con medidas de frecuencia absolutas y relativas, medias aritméticas y desviación estándar de la media. Se evaluaron diferencias con el χ2, para lo cual la variable principal ATI fue categorizada (sí/no); asimismo la variable general edad (12-15/16-17 años). Para evaluar la asociación entre las variables se utilizaron modelos lineales generalizados de familia Poisson con función de enlace logarítmica y se calcularon razones de prevalencia crudas (RPc) y ajustadas (RPa) con IC 95 %; se incluyeron en el modelo ajustado, toda variable general con un p< 0,05 en el modelo crudo; asimismo, se consideró el criterio de interés clínico y de disponibilidad.2
Para el procesamiento de datos se usó el paquete estadístico SPSS para Windows versión 25,0 en español. Se adoptó un valor de p< 0,05 como significativo.
Consideraciones éticas
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga (Ica) con la expedición de un certificado (CEI-UNICA N. º 002/02-2023). Se solicitó el consentimiento informado a los padres y el asentimiento informado a las adolescentes, y se les informó en qué consistía el estudio, su carácter voluntario y anónimo.
RESULTADOS
De las participantes (n= 581) la mayor proporción tenían de 12 a 15 años de edad (76,9 %). El promedio de edad fue de 14 años; un 47 % tuvo familiar fallecido por la COVID-19; el 40,6 % tuvo conflictos familiares en su hogar; el 53,4 % se sentía triste, ansiosa o deprimida y el 37,5 % sentía que la sociedad la rechaza (tabla 2).
Variable | % | |
---|---|---|
Tuvo COVID-19 | ||
No | 368 | 63,3 |
Sí | 213 | 36,7 |
Familiar fallecido con COVID-19 | ||
No | 308 | 53,0 |
Sí | 273 | 47,0 |
Miedo a la COVID 19 | ||
No | 374 | 64,4 |
Sí | 207 | 35,6 |
Conflictos familiares en el hogar | ||
No | 345 | 59,4 |
Sí | 236 | 40,6 |
Sentimiento de tristeza, ansiedad o depresión | ||
No | 271 | 46,6 |
Sí | 310 | 53,4 |
Sentimiento de vergüenza | ||
No | 392 | 67,5 |
Sí | 189 | 32,5 |
Sufre o ha sufrido alguna vez de | ||
No | 395 | 68,0 |
Sí | 186 | 32,0 |
Se siente rechazada por la sociedad | ||
No | 363 | 62,5 |
Sí | 218 | 37,5 |
Prefiere estar en aislamiento obligatorio por la pandemia por COVID-19 | ||
No | 446 | 76,8 |
Sí | 135 | 23,2 |
Prefiere las clases virtuales que las presenciales | ||
No | 501 | 86,2 |
Sí | 80 | 13,8 |
Grupos de edad | ||
12-15 años | 447 | 76,9 |
16-17 años | 134 | 23,1 |
Edad, Media (DE) 14,03 (DE 1,36) |
En la tabla 3 se describen los ítems del SAS-SV y al agrupar las opciones de orientación positiva un poco de acuerdo/de acuerdo y muy de acuerdo, como aceptación del reactivo; se encontró que el 38,7 % perdieron tareas o trabajos previamente planificados debido al uso del teléfono celular; el 32,4 % tuvo problemas de concentración mientras hacía sus tareas o trabajaba debido al uso de este dispositivo; el 44,3 % usa el teléfono celular más de lo que había previsto inicialmente y un 45,1 % refiere que las personas que le rodean le dicen que usa demasiado el teléfono celular.
La adicción a los teléfonos inteligentes (tabla 4) se presentó en el 21,7 % de las adolescentes y un 48,7 % se encuentran en riesgo alto para el uso problemático de estos dispositivos; mayores proporciones de adicción fueron reveladas por las adolescentes que sufre o ha sufrido alguna vez de bullying (25,3 %) y en las que prefieren las clases virtuales que las presenciales (27,5 %). Con diferencia significativa (p< 0,05) en quienes tienen conflictos familiares en el hogar (28,4 %); sentimiento de tristeza, ansiedad o depresión (26,1 %); vergüenza (30,2 %) y se siente rechazada por la sociedad (26,6 %).
nº | Ítems | Muy en desacuerdo (n/%) | En desacuerdo (n/%) | Un poco en desacuerdo (n/%) | Un poco de acuerdo (n/%) | De acuerdo (n/%) | Muy de acuerdo (n/%) |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Dejo de hacer tareas o trabajos que he planificado debido al uso de mi teléfono celular | 98 (16,9) | 144 (24,8) | 114 (19,6) | 169 (29,1) | 42 (7,2) | 14 (2,4) |
2 | No puedo concentrarme en clase o en las tareas debido al uso del teléfono celular | 116 (20,0) | 178 (30,6) | 99 (17,0) | 118 (20,3) | 52 (9,0) | 18 (3,1) |
3 | Tengo dolor en las muñecas de las manos o en la nuca mientras uso mi teléfono celular | 162 (27,9) | 200 (34,4) | 75 (12,9) | 85 (14,6) | 47 (8,1) | 12 (2,1) |
4 | No puedo estar sin mi teléfono celular | 162 (27,9) | 192 (33,0) | 122 (21,0) | 56 (9,6) | 34 (5,9) | 15 (2,6) |
5 | Me pongo impaciente o molesto cuando estoy sin mi teléfono celular | 171 (29,4) | 221 (38,0) | 94 (16,2) | 56 (9,6) | 25 (4,3) | 14 (2,4) |
6 | Sigo pensando en mi teléfono celular, incluso cuando no lo estoy usando | 173 (29,8) | 234 (40,3) | 78 (13,4) | 55 (9,5) | 24 (4,1) | 17 (2,9) |
7 | No dejaré mi teléfono celular, aunque me cause problemas o consecuencias negativas en mi vida | 232 (39,9) | 206 (35,5) | 65 (11,2) | 47 (8,1) | 22 (3,8) | 9 (1,5) |
8 | Reviso constantemente mi teléfono celular para no perderme conversaciones con otras personas en WhatsApp o Facebook | 100 (17,2) | 184 (31,7) | 103 (17,7) | 98 (16,9) | 65 (11,2) | 31 (5,3) |
9 | Uso mi teléfono celular más tiempo del que tenía previsto | 60 (10,3) | 136 (23,4) | 116 (20,0) | 156 (26,9) | 86 (14,8) | 27 (4,6) |
10 | Las personas que me rodean, dicen que uso demasiado mi teléfono celular | 108 (18,6) | 163 (28,1) | 90 (15,5) | 128 (22,0) | 53 (9,1) | 39 (6,7) |
n= muestra; %= frecuencia relativa.
n= muestra; %= frecuencia relativa; IC 95 %= intervalos de confianza al 95 %; *Pruebas ji cuadrado de diferencia de proporciones.
Debido a las diferencias significativas encontradas en el análisis bivariado se realizó un ajuste empleando modelos lineales generalizados. Se confirma en la tabla 5 que los conflictos familiares en el hogar (RPa= 1,41; IC 95 %: 1,00-1,99) y los sentimientos de vergüenza que experimentan las adolescentes (RPa= 1,44; IC 95 %: 1,01-2,03) se asociaron con mayor ATI.
DISCUSIÓN
En la muestra estudiada se halló que 2 de cada 10 participantes sufren de ATI y proporciones altas (48,7 %) están en riesgo de padecer este trastorno del comportamiento. Se encontró que los conflictos familiares en el hogar y los sentimientos de vergüenza se asociaron a mayor ATI. Como es sabido, la crisis sanitaria de la pandemia y pospandemia de la COVID-19 impactó en la salud mental, generó cambios sociales y tecnológicos derivados de las restricciones sociales, y exacerbó los trastornos comportamentales en los adolescentes y adultos jóvenes.13Estas mismas circunstancias explicarían los hallazgos propios de adicción y alto riesgo para padecer ATI.
Por otro lado, la ATI, presenta diferencias evidentes según el sexo, así en hombres es mayor para juegos y en mujeres para redes sociales.9Se informa que el uso problemático de la Internet medido a través de la escala de adicción al uso de teléfonos inteligentes ha aumentado a lo largo de los años en adolescentes y adultos jóvenes;20lo cual se refleja en el incremento problemático de estos dispositivos en todo el mundo. Además, se informa que el uso social predice el uso problemático desmartphonesy que, por causa de la pandemia, se generó un uso excesivo de los dispositivos telefónicos que derivaron en un uso problemático o adictivo por los estudiantes.3,10Estos datos son congruentes con este estudio.
Otros trabajos5,8,20destacan que la ATI se relaciona con la ansiedad, depresión y trastornos de sueño, así como al estrés. Se ha encontrado, con el uso prolongado de teléfonos inteligentes, sentimientos de miedo extremo a la COVID-19 y asociación con depresión.21La pandemia tiene un efecto neurobiológico importante y trae consigo riesgos en el desarrollo neuropsicofisiológico de los adolescentes.22)La adicción digital se ha incrementado de manera considerable, acompañada incluso de disfunción de la memoria.23)
En relación con el sexo fueron revelados mayores niveles de adicción a teléfonos inteligentes en mujeres que en hombres.5,9,12Los jóvenes pueden afectarse de forma grave y el tratamiento de esta afección con la reinserción en la sociedad es importante, así como la educación de la familia.1Además de causar el metabolismo disfuncional de la melatonina y la vitamina D, que padecen los adictos digitales.23 Las estrategias ideales, para contrarrestar los efectos adversos de la ATI, serán el apoyo familiar y el desarrollo de la inteligencia emocional.24
Las limitaciones de esta investigación fueron los escasos estudios en el contexto peruano actual, lo cual dificultó hacer comparaciones; sin embargo, esto es también una fortaleza, por ser este trabajo uno de los primeros en Perú que presenta una problemática emergente después de una pandemia. Otra limitación es que solo se consideró el uso de teléfonos inteligentes y no la exposición a las pantallas más grandes como tabletas olaptops, es decir, podría haber mayor exposición de la que se evaluó. No se realizaron exámenes para descartar comorbilidades psiquiátricas que podría haber en las estudiantes. No obstante, el estudio es pertinente y necesario por cuanto realiza una aproximación a la ATI, después de una pandemia, como un factor coadyuvante para el desarrollo de este trastorno del comportamiento.
Se concluye que la ATI y el riesgo de padecer esta afección son altos. Existen variables asociadas factibles de ser modificadas que podrían disminuir el riesgo de desarrollar este trastorno que afecta la salud mental y que emergen como consecuencia de una pandemia con carácter potencialmente psicopatógeno.