INTRODUCCIÓN
El estudio de la problemática del adulto mayor constituye hoy elemento de primordial importancia y factor decisivo en las investigaciones médicas y sociales; las indagaciones se concentran en el proceso fisiológico de envejecer, sus impactos y la medicina preventiva.1,2,3
El envejecimiento es un proceso fisiológico que implica una serie de modificaciones morfológicas, funcionales y bioquímicas caracterizadas por la pérdida progresiva de la capacidad de adaptación ante los cambios.1 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)4 existen en la actualidad alrededor de 747 millones de adultos mayores, cifra que se duplicará en 2025. Cuba es uno de los países más envejecidos de América Latina, en particular Santiago de Cuba; se prevé que para el año 2025 el 29 % de la población se encuentre en este grupo etario.5
La geriatría tiene como objetivo principal los cuidados de salud del paciente adulto mayor, y estudia los grandes síndromes geriátricos.6 La fragilidad es considerada como un estado clínico en el que paciente adulto mayor presenta mayor riesgo de eventos adversos.1,7,8
Según Belaunde C y otros,9) Freid Linda define como criterios de fragilidad los siguientes: fatiga crónica referida, debilidad, inactividad, disminución de la velocidad de la marcha y pérdida de peso. Otros autores10,11) consideran frágil a los ancianos que por sus condiciones biológicas, psicológicas, sociales y funcionales desarrollan dependencia y necesidad de cuidados a largo plazo.
El diagnóstico y seguimiento del anciano frágil se efectúa fundamentalmente en la atención primaria de salud. La experiencia de la investigadora en la especialidad de medicina general integral (MGI) y en gerontología y geriatría, le permite entrever limitaciones en el desempeño profesional del especialista en MGI para realizar la interpretación clínica, el diagnóstico y conducta terapéutica integradora de estos pacientes. Ello fue corroborado por Álvarez Lauzarique ME (12 y varios investigadores citados en su trabajo.
El presente estudio tiene el objetivo de determinar el estado del desempeño profesional del especialista en MGI para la atención del adulto mayor frágil.
MÉTODOS
Diseño
Se realizó una investigación observacional descriptiva y mixta (cuantitativa con elementos cualitativos). en el policlínico Municipal de Santiago de Cuba, desde marzo de 2019 hasta febrero de 2021.
Sujetos
La población de estudio la constituyeron todos los médicos especialistas de MGI ubicados en los consultorios del área de salud (n= 28).
Variables
Se empleó como variable de estudio el desempeño profesional del especialista en MGI en la atención al adulto mayor frágil. Para determinar su estado se realizó la parametrización a través de 4 dimensiones (cognitiva, bioética, asistencial, y científico- investigativa) y 18 indicadores (ver archivo complementario al artículo).
Procedimientos
La información fue recolectada mediante los instrumentos siguientes: encuesta a especialistas en MGI, guía de observación y prueba de desempeño a los médicos durante la asistencia a pacientes, con ellos se evaluaron las dimensiones e indicadores (ver archivo complementario) y subsecuentemente el nivel de conocimiento y estado del desempeño de los médicos.
Para la validación del contenido de los instrumentos utilizados se aplicaron los criterios de Moriyama, citado por León Roman C13 y el método de test-retest para el análisis de la confiabilidad (ver archivo complementario).
Mediante la triangulación metodológica se estableció un inventario de problemas, potencialidades y procesos en desarrollo (ver archivo complementario).
Procesamiento
El análisis cualitativo se efectuó mediante la valoración de dimensiones e indicadores y la triangulación metodológica antes descritos, los datos cuantitativos se procesaron con el paquete estadístico SPSS 23 y se empleó como medida de resumen las frecuencias absolutas y relativas, así como la media (promedio), los resultados se presentaron en tablas y gráficos.
RESULTADOS
Al analizar la dimensión cognitiva (Fig. 1), los 4 indicadores de forma general fueron inadecuados (1.1 conocimientos de los síntomas y signos, 1.2 promoción y prevención de discapacidades, 1.3 terapéutica y 1.4 seguimiento), excepto la guía de observación del 1.1 y 1.3, así como en la encuesta médica el 1.4 que fueron poco adecuados.
La tabla 1 evidencia el cumplimiento de los principios éticos por los especialistas en MGI se destaca que el 75 % tuvo una respuesta positiva, lo cual indica un conocimiento adecuado de esta dimensión.
En la figura 2 resultan inadecuados los indicadores relacionados con la confección de las historias clínicas (3.1), la integralidad para evaluar a los pacientes (3.2), así como las actividades educativas a desarrollar en este escenario (3.6). Son pocos adecuados el indicador 3.3 relacionado con las remisiones a los especialistas y la satisfacción del adulto mayor y su familia (3.5).
La tabla 2 recoge que solo un 14,2 % de facultativos encuestados se consideran preparados metodológicamente para investigar y un 42,9 % con poca o ninguna capacidad, lo que dificulta cumplir con los indicadores 4.2 y 4.3 (realización de publicaciones y participación en jornadas relacionadas con la temática). Solo 2 médicos encuestados habían participado en jornadas científicas y publicado trabajos (7,7 %); ello sitúa el indicador 4.2 en un rango inadecuado.
La figura 3 muestra las calificaciones más bajas en las dimensiones cognitiva, asistencial y científica-investigativa; en desarrollo se encuentra la dimensión bioética.
DISCUSIÓN
El desempeño, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,14 “es la acción y efecto de desempeñar o desempeñarse”, el desempeño profesional está relacionado con la capacidad, conducta, habilidad, idoneidad, comportamiento, competencia de los profesionales para realizar su profesión, implica procesos competitivos, flexibles y abiertos en los que se demuestra el saber, el saber hacer y el ser.15,16
Los autores de la presente investigación consideran la necesidad de potenciar la superación profesional del especialista en MGI para la atención integral al adulto mayor frágil, a partir de redimensionar los indicadores que posibilitan un mejoramiento de su desempeño profesional.
Hoy la promoción de salud representa un nuevo reto para la atención primaria de salud en general y para los médicos de familia en particular, lo cual demanda una formación permanente y sistemática de estos profesionales.17,18) Ello permite garantizar un diagnóstico y seguimiento adecuado del adulto mayor frágil en correspondencia con sus conocimientos y habilidades.
La profundización teórica efectuada permitió concluir, que existe una relación directa entre el proceso de superación profesional, el mejoramiento del desempeño profesional y la calidad de la atención integral al adulto mayor frágil. La relación anterior constituye un aspecto fundamental en esta investigación.
García Parodiy otros,19en una investigación relacionada con una estrategia de superación profesoral sobre la atención integral al adulto mayor, indican que esta contribuyó al incremento de la importancia del conocimiento y el desempeño en los tutores, así como una mayor participación en las actividades de ciencia y técnica relacionada en la temática; los autores de este estudio consideran muy loable esta iniciativa, pero que debe extenderse a todo el personal facultativo. En concordancia con este criterio,Bouza Plasenciay otros,20en una investigación reciente sobre la calidad de la atención del anciano en 2 policlínicos del municipio de Santiago de Cuba, detectaron que la calidad del proceso de atención en el consultorio médico de la familia y en el grupo básico de trabajo se evalúa como mal. Ello demuestra la falta de competencias al respecto.
Otras investigaciones21,22,23) ponen de manifiesto un insuficiente conocimiento de los factores desencadenantes de la fragilidad.López Fábregas22propone criterios cubanos de fragilidad agrupados en 4 categorías: médicos, funcionales, mentales y sociodemográficos.
Tello Rodríguez T23reconoce que la fragilidad está asociada a eventos adversos en los adultos mayores, por lo que es necesario que todos los profesionales de la salud, especialmente los de la atención primaria, identifiquen este grupo de adulto mayor para poder intervenir.
Los especialistas en MGI, que se desempeñan en la atención primaria, deben asumir las actividades relacionadas con el manejo del adulto mayor frágil y aplicar correctamente la Escala Geriátrica de Evaluación Funcional; también adoptar acciones consecuentes que derivan en el tratamiento oportuno y la disminución de la discapacidad.24
Las acciones sugeridas sustentan la responsabilidad del médico de la familia en mantener un alto desempeño profesional clínico, epidemiológico, ético y humanista.
Se concluye que existe un insuficiente desempeño de los médicos de familia en la atención integral de los adultos mayores frágiles, lo que justifica la necesidad de elaborar una estrategia de superación para su mejoramiento.