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Pastos y Forrajes

versión On-line ISSN 2078-8452

Pastos y Forrajes vol.41 no.2 Matanzas abr.-jun. 2018

 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

Experiencia de género en el Programa de Innovación Agropecuaria Local en la provincia de Matanzas, Cuba

 

Gender experience in the Local Agricultural Innovation Program in Matanzas province, Cuba

 

 

Maybe Campos-Gómez1, Taymer Miranda-Tortoló1, Katerine Oropeza-Casanova1, Dagmara Plana-Ramos2, Saray Sánchez-Cárdenas1 y Katia Bover-Felices1

1Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey. Universidad de Matanzas. Ministerio de Educación Superior, Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
2Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), Mayabeque, Cuba
E-mail: maybe.campos@ihatuey.cu

 

 


RESUMEN

El empoderamiento de la mujer rural es crucial para la promoción del desarrollo agrícola sostenible y la mejora de la seguridad alimentaria. Este estudio se realizó en los municipios Martí, Perico, Colón y Jagüey, de la provincia de Matanzas Cuba, con el objetivo de socializar la experiencia del eje de género en el marco del Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL). La metodología utilizada permitió interrelacionar la teoría, la práctica, la acción y la participación, mediante talleres, observación participante, dinámicas de animación, historias de vida y lluvia de aspiraciones. Se pudo constatar que las mujeres sufren una sobrecarga de tareas y responsabilidades, evidenciada en que, además de apoyar el trabajo en la finca, se encargan de las labores domésticas y el cuidado de los niños; mientras que los hombres desempeñan mayormente función de proveedores. Los hombres aspiran a lograr el equilibrio y la armonía en la familia, a mejorar la economía del hogar y la prosperidad de la finca; mientras que las féminas, aunque coinciden con este criterio, ansían además superarse profesionalmente. El Programa de Innovación Agropecuaria Local en la provincia de Matanzas ha logrado su integración para favorecer el reconocimiento social de la mujer rural, así como su participación e influencia en la toma de decisiones. El gran reto que enfrentan hoy los proyectos de desarrollo es lograr el empoderamiento de la mujer rural cubana.

Palabras clave: mujer rural, participación social, toma de decisiones.


ABSTRACT

The empowerment of rural women is essential for the promotion of sustainable agricultural development and the improvement of food security. This study was conducted in the Martí, Perico, Colón and Jagüey municipalities, of Matanzas province Cuba, in order to socialize the experience of the gender axis in the framework of the Local Agricultural Innovation Program (PIAL, for its initials in Spanish). The methodology used allowed to interrelate theory, practice, action and participation, through workshops, participant observation, animation dynamics, life histories and storm of aspirations. It could be noted that women suffer an excessive burden of tasks and responsibilities, proven by the fact that, besides helping in the work of the farm, they undertake domestic chores and children care; while men mostly perform the role of providers. Men aspire to achieve balance and harmony in the family, to improve home economics and farm prosperity; while women, although coinciding with this criterion, also want to excel professionally. The Local Agricultural Innovation Program in Matanzas province has achieved their integration to favor the social recognition of rural women, as well as their participation and influence on decision-making. The great challenge faced by development projects today is to achieve the empowerment of Cuban rural women.

Keywords: decision making, rural women, social participation.


 

 

INTRODUCCIÓN

Las mujeres desempeñan un papel clave en la consecución de la seguridad alimentaria en todos los niveles. Sin embargo, esta función la realizan enfrentándose a importantes barreras de carácter social, económico y cultural, que persisten por la construcción tradicional del orden de género en el mundo, orden discriminatorio que coloca a las mujeres en condiciones de desventaja y en posición de desigualdad y subordinación en el ámbito familiar, comunitario y social (FAO, 2005).

El género como categoría de análisis se ha ampliado, y han surgido términos asociados a ello, tales como: enfoque o perspectiva de género, roles y brechas, identidad, entre otros (Aguilar, 2008). En la literatura consultada (ONU Mujeres, 2014; UNESCO, 2014) se coincide en que el concepto de género se refiere a los atributos sociales y a las oportunidades asociadas con ser hombre o mujer, así como a las relaciones entre mujeres y hombres, niñas y niños. Estos atributos, oportunidades y relaciones están socialmente construidos y se aprenden a través de procesos de socialización. Asimismo, se afirma que el género es parte del contexto sociocultural más amplio; y para el análisis sociocultural se incluyen la clase, la raza, el nivel de pobreza, el grupo étnico y la edad, que contribuyen a explicar lo que acontece en las relaciones entre seres sexuados diferentes y develan la forma en que hombres y mujeres se comportan y se relacionan en una determinada sociedad.

Esta categoría trasciende las diferencias biológicas entre los sexos y se concentra en las diferencias y desigualdades que existen entre hombres y mujeres por razones de contexto socioeconómico, por las condiciones históricas y políticas, así como por los patrones culturales y religiosos de las diversas sociedades en las cuales ellos y ellas interactúan (Delgado et al., 2010).

En Cuba, se ha venido desarrollando una fuerte corriente dedicada a los estudios de género y el papel de la mujer en la sociedad (Hernández, 2008). Los temas relacionados con la perspectiva de género en la agricultura son asumidos como una herramienta de trabajo para documentar y entender los diferentes papeles, prioridades y responsabilidades de las mujeres y hombres en el uso y beneficio de los recursos naturales, pues aun en condiciones de igualdad aparente en cuanto a condiciones de vida y trabajo, las realidades que viven muestran características diferentes (Benítez et al., 2012).

En los últimos años se ha trabajado por incorporar en los proyectos un enfoque de equidad de género; y, a través de ellos, se han identificado una serie de principios, condiciones, estrategias, acciones y procedimientos que han facilitado las iniciativas de desarrollo, con un impacto en las relaciones intergenéricas que se establecen en la familia y en las comunidades en busca de la equidad. El sector agrícola no se encuentra ajeno a esta problemática, y las mujeres desempeñan un papel decisivo en el desarrollo de la agricultura tanto tradicional como convencional; es muchas veces mayor la brecha que se establece entre mujeres y hombres lo que hace invisible el trabajo que desarrollan las féminas (Benítez et al., 2012).

Por lo expresado anteriormente se realizó este estudio, con el objetivo de socializar la experiencia del eje de género en el marco del Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL).

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Los estudios se realizaron en los municipios de Perico, Martí, Colón y Jagüey, ubicados en la provincia de Matanzas Cuba. La metodología utilizada fue la descrita por Aguilar (2008), la cual permitió interrelacionar la teoría, la práctica, la acción y la participación, mediante talleres, observación participante, dinámicas de animación y lluvia de aspiraciones.

Durante la etapa de sensibilización y diagnóstico se utilizaron herramientas que propiciaron el trabajo en grupo; la animación permitió poner a todos en el mismo nivel y garantizar una sinergia entre el emisor y el receptor. Las herramientas utilizadas fueron orientadas a cuatro aspectos fundamentales:

  1. Construcción del concepto de género
  2. División del trabajo
  3. Acceso, uso y control de beneficios y recursos
  4. Aspiraciones de mujeres y hombres

El diagnóstico participativo con enfoque de género se realizó en las entidades productivas de cada municipio seleccionado (tabla 1). Las técnicas aplicadas durante el proceso fueron las descritas por Aguilar et al. (1999) y Pérez y Bao (2011).

 

Técnicas utilizadas:

 

  • Dinámica de presentación: «Me siento como un (a)»
  1. Se les pidió a las personas que pensaran con qué animal se identifican.
  2. Después se les pidió, uno(a) a uno(a), que describieran el animal y las razones por las cuales se identificaban. También debían decir su nombre y cualquier otra cualidad que deseaban expresar.
  3. Esta dinámica le permitió, a quien facilitaba, identificar y conocer un poco más las características y cualidades que existían en el grupo.

 

  • Construcción del concepto de género

En equipos separados, por sexo, se entregaron papelógrafos y plumones para la realización de las diferentes actividades. En este caso se reflexionó sobre el concepto de género, se dividió el auditorio en dos grupos: uno de hombres y otro de mujeres.

 

  • División del trabajo

«Reloj de 24 horas». Se realizó con el objetivo de determinar y visibilizar todas las actividades que hombres y mujeres realizaban durante un día normal de trabajo.

 

  • Técnicas para identificar el acceso, uso y control de beneficios y recursos

¿De quién son las cosas? Se realizó con el objetivo de determinar quién tenía el acceso, control y beneficio de bienes y recursos.

 

  • Técnicas de identificación de percepciones y valoraciones de mujeres y hombres (socialización)

Lluvia de aspiraciones, que se aplicó con el objetivo de identificar las principales aspiraciones de mujeres y hombres que se relacionan con las posibilidades reales de mejorar su condición y la posición en su vida personal, social y comunitaria.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

Construcción del concepto de género

Respecto al concepto de género, las ideas del equipo masculino abordaron principalmente la incorporación del hombre y la mujer a las mismas tareas en el hogar y en la sociedad, así como el respeto a la diversidad; sin embargo, las mujeres definieron género como una categoría histórico-social dada por los roles asignados por la sociedad a hombres y mujeres, en la que intervienen la diversidad, la equidad y la igualdad entre los dos sexos.

Se precisó en el plenario que género es mucho más que las características biológicas que diferencian a hombres y mujeres; se concilió que es compartir los roles, las responsabilidades, los derechos, la participación en la sociedad y la familia con igualdad de condiciones. Ello coincide con lo señalado por Lagarde (2008), quien afirma que el género es, además, los comportamientos socialmente construidos; con él no se nace, sino que en el proceso de socialización se transfiere un conjunto de rasgos que definen las formas de conducta, los valores y las expectativas diferentes para hombres y mujeres; por eso se afirma que el género se construye, en él es definitorio la cultura. Los elementos relacionados con el género varían dentro de las culturas y entre ellas, y cambian en el curso del tiempo.

 

División del trabajo

La técnica del «reloj de 24 horas» fue una de las herramientas que permitieron identificar la división del trabajo, así como determinar y visibilizar todas las actividades que hombres y mujeres realizaban durante un día normal de trabajo. Durante la aplicación de esta dinámica, en los cuatro municipios, se pudo constatar la desproporción entre las obligaciones de hombres y mujeres.

Se llegó al consenso de que el 82 % de las mujeres en el municipio Martí tenían una sobrecarga de tareas y responsabilidades; mientras que en Perico, el 78 %, porque además de apoyar en el trabajo de la finca se encargaban de las labores domésticas y el cuidado de los niños. De igual forma, en el municipio de Colón el 80 % de las mujeres tenían una sobrecarga de trabajo, porque compartían el tiempo con el centro de trabajo donde laboraban, el trabajo de la finca y el cuidado de niños y ancianos. Sin embargo, en el municipio de Jagüey solo el 66 % de las mujeres manifestaron estar sobrecargadas con el trabajo de las fincas y el cuidado de los hijos. El 100 % de los hombres que participaron en los talleres se desempeñaban como proveedores; en Martí, el 33 % de ellos compartían los roles con las esposas, el 25 % en Perico, el 41 % en Colón y el 36 % en Jagüey Grande.

Ante la interrogante «qué podemos hacer», los criterios coincidieron en las ventajas de compartir las tareas y los quehaceres del hogar, porque resulta un beneficio para toda la familia; así como en incidir en la educación de los niños, desde pequeños, respecto a estas cuestiones, y de esta forma prepararlos mejor para la vida y como vía para lograr armonía en el seno familiar.

 

Técnicas para identificar el acceso, uso y control de beneficios y recursos

Asimismo, aportó a la construcción del conocimiento la técnica «de quién son las cosas» (Aguilar, 1998), la cual permitió identificar el acceso, uso y control de beneficios y recursos por los participantes. En los municipios de Perico, Colón y Jagüey las mujeres eligieron los utensilios de cocina, el cuidado de los niños; en el municipio de Martí, el 11 % de las mujeres prefirieron el uso y acceso al dinero y a la finca. Sin embargo, en los cuatro municipios los hombres identificaron el uso y control del dinero y de la finca.

Esta dinámica evidenció, de manera práctica, que los hombres eran los propietarios de la casa y de la finca y también los que sustentaban el desarrollo económico de la familia. Se enfatizó en la necesidad de reconocer el trabajo de la mujer y luchar por su remuneración.

 

Técnicas de identificación de percepciones y valoraciones de mujeres y hombres

La «lluvia de aspiraciones» permitió apreciar que el 100 % de los hombres aspiraban a lograr el equilibrio y la armonía en la familia, a mejorar la economía del hogar y la prosperidad de la finca; mientras que el 60 % de las mujeres coincidieron con este criterio, y el 40 % ansiaban, además, superarse profesionalmente. Asimismo, valoraron la posibilidad de conciliar la vida laboral y familiar a través del emprendimiento, tratando de compatibilizar el trabajo remunerado con el cuidado de la familia, lo que coincide con lo informado por Vázquez-Luna et al. (2013) y Sánchez-Flores et al. (2014).

La participación real de las mujeres en el desarrollo significa tener la oportunidad de expresar sus puntos de vista y de tomar las decisiones que afectan sus vidas. Significa que sus necesidades e intereses deben ser contemplados en la definición de los objetivos de los proyectos, y ser tomados en cuenta cuando se evalúa el impacto de las acciones desarrolladas por los proyectos (Pérez y Bao, 2011).

Como resultado de los talleres de diagnóstico, surgió la necesidad de capacitación en los temas de conservación de alimentos, autoestima y liderazgo, igualdad y equidad de género, y masculinidades. En este sentido, en la tabla 2 se muestra un resumen de las principales actividades de capacitación realizadas durante el periodo de investigación. Es importante resaltar que el número de participantes se incrementó, a partir de las acciones de divulgación y motivación realizadas por los productores del proyecto en otras entidades productivas.

Históricamente el trabajo de las mujeres, en general, y de las mujeres rurales, en particular, ha sido invisibilizado por las distintas sociedades (Vitelli y Borrás, 2013); sin embargo, los talleres participativos permitieron reconocer el trabajo de las mujeres en el medio rural, incentivarlas en la implementación de las tecnologías y en la toma de decisiones, además de consolidar y transverzalizar el eje de género.

En la figura 1 se muestra la participación de hombres y mujeres en las acciones de capacitación; es meritorio resaltar que las mujeres alcanzaron un mayor porcentaje (68 %) y solo el 32 % de los hombres participaron, por lo que durante la reflexión y los debates se analizó la importancia de incrementar los talleres de masculinidades para sensibilizar a los hombres con el tema de género e incorporarlos en las acciones de igualdad y equidad.

Durante esta investigación se logró sinergia con otros proyectos de colaboración, así como un impacto en la sociedad durante el ciclo de aprendizaje en los temas de conservación de alimentos, arreglos florales, masculinidades, y autoestima y liderazgo.

El empoderamiento de las mujeres y su plena participación en condiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad, incluida la participación en los procesos de toma de decisiones y el acceso al poder, son fundamentales para alcanzar la igualdad, la equidad y el desarrollo (Soares y Murillo-Licea, 2013).

En este sentido, INMUJERES (2013) afirma que se debe promover el empoderamiento de las mujeres, lo que supone detonar procesos individuales y/o colectivos, mediante los cuales las mujeres incrementen su participación en las esferas de decisión de la vida personal, familiar, comunitaria, económica, social y política.

 

CONSIDERACIONES FINALES

La participación de mujeres y hombres en el proyecto significó una oportunidad para reflexionar sobre los factores que inciden en la desigualdad social, la invisibilidad de la mujer en el contexto rural y las barreras de género para fortalecer la soberanía alimentaria en Cuba.

Las mujeres tienen un doble empleo que representa una sobrecarga de tareas y responsabilidades, pues además de apoyar el trabajo en la finca se encargan de las labores domésticas y el cuidado de los niños, mientras que los hombres desempeñan mayormente la función de proveedores. Los hombres aspiran a lograr el equilibrio y la armonía en la familia, a mejorar la economía del hogar y la prosperidad de la finca; mientras que las mujeres, aunque coinciden con estos criterios, ansían superarse profesionalmente.

Se logró mayor participación en la capacitación y reconocimiento social de la mujer. Asimismo, las mujeres se incorporaron a un mayor número de actividades agrícolas, así como a la introducción de las tecnologías en las entidades productivas.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Aguilar, Lorena. Lo que comienza bien termina mejor: elaboración de propuesta con el enfoque de género. San José, Costa Rica: ABSOLUTO. Serie Hacia la Equidad, 1998.

2. Aguilar, Lorena. ¿Por qué es necesario que los proyectos tengan una perspectiva de equidad de género? En: C. N. Hernández, ed. Género. Selección de lecturas. La Habana: Editorial Caminos. p. 589-596, 2008.

3. Aguilar, Lorena; Briceño, G.; Chacón, E. & Valenciano, Ilsie. Quien busca encuentra: elaborando diagnósticos participativos con enfoque de género. San José, Costa Rica: ABSOLUTO. Serie Hacia la Equidad, 1999.

4. Benítez, Bárbara; Dominí-Cuadra, María E.; Pino-Suárez, María de los A.; Hernández, Loracnis; Yong-Chon, Ania; Medina-García, Laura R. et al. Investigación participativa con enfoque de género. Logros de las mujeres de la provincia Mayabeque en el desarrollo local de sus patios y fincas. Cultivos Tropicales. 33 (1):57-64, 2012.

5. Delgado, S. C.; Carbonell, D. & Cárdenas, I. Transversalización con enfoque de equidad de género. La Habana: Editora Agroecológica, ACTAF, 2010.

6. FAO. El enfoque de género y desarrollo en el PESA de Centroamérica. Roma: FAO, 2005.

7. Hernández, C. N., Ed. Género. Selección de lecturas. La Habana: Editorial Caminos, 2008.

8. INMUJERES. Compendio normativo para la construcción de igualdad sustantiva en la Administración Pública Federal. México: INMUJERES, 2013.

9. Lagarde, M. La multidimensionalidad de la categoría género y del feminismo. En: C. N. Hernández, ed. Género. Selección de lecturas. La Habana: Editorial Caminos. p. 35-43, 2008.

10. ONU Mujeres. Hacia una metodología de marco lógico con perspectiva de género. México: Instituto Nacional de las Mujeres, 2014.

11. Pérez, Magali & Bao, R. Promoviendo la equidad de género. Elementos metodológicos para la promoción. Folleto No. 2. Cuba: Editora Agroecológica, 2011.

12. Sánchez-Flores, Susana; Royo, Isabel; Lacomba, J.; Marí, Elvira & Benlloch, Cristina. Mujeres inmigrantes emprendedoras en el medio rural. Factor para la sostenibilidad económica y social de las áreas rurales de la comunidad Valenciana. Ager. Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural. 16:69-109, 2014.

13. Soares, D. & Murillo-Licea, D. Gestión de riesgo de desastres, género y cambio climático. Percepciones sociales en Yucatán, México. Cuad. Desarro. Rural. 10 (72):181-199, 2013.

14. UNESCO. Igualdad de género. Patrimonio y creatividad Argentina: UNESCO. http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002316/231661s.pdf. [15/07/2015], 2014.

15. Vázquez-Luna, Dinora; Mortera-Pucheta, Diana; Rodríguez-Orozco, Nereida; Martínez-Martínez, Marina & Velázquez-Silvestre, María G. Organización comunitaria de mujeres: del empoderamiento al éxito del desarrollo rural sustentable. La ventana. Revista de estudios de género. 4 (37):262-288, 2013.

16. Vitelli, Rossana & Borrás, V. Desigualdades en el medio rural uruguayo: Algunas consideraciones desde una perspectiva de género. GJHSS. 13 (4):23-32, 2013.

 

 

Recibido el 27 de noviembre del 2017
Aceptado el 23 de mayo del 2018

 

 

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