INTRODUCCIÓN
Con el ingreso de Panamá a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los recientes tratados de libre comercio con Centroamérica y Estados Unidos, se presentan grandes retos para la ganadería panameña, que tendrán que ser superados a corto y mediano plazo. Para esto, los sistemas locales de producción de carne tendrán que ser más eficientes y competitivos, para afrontar la posibilidad de importaciones de productos y, también la exportación a otros países (Domínguez-Escudero, 2015). De todo esto se desprende la necesidad de lograr una transición efectiva de los sistemas actuales de producción hacia aquellos que sean capaces, simultáneamente, de promover la seguridad alimentaria y nutricional, incrementar la productividad agrícola, brindar prosperidad para las generaciones presentes y futuras y, todo ello, sin degradar los recursos naturales y los ecosistemas e, incluso, revirtiendo las condiciones actuales de degradación (IICA, 2019).
En este contexto, el pastoreo racional Voisin (PRV) surge como una alternativa para que la ganadería sea una actividad sostenible, mediante el uso racional de todos los recursos disponibles, y la integración de todos los conocimientos, herramientas, teorías y leyes existentes acerca de la producción de forrajes y producción animal (Domínguez-Escudero, 2019).
El uso efectivo del PRV contribuye a eliminar el sobrepastoreo y la desaparición de la cobertura de especies adaptadas, protege el suelo y fortalece el sistema radical, al crear reservas suficientes en las raíces para permitir un rebrote vigoroso, por lo que contribuye a la adaptación y a la mitigación (Milera-Rodríguez et al., 2019). Existen resultados sobre el manejo racional de diferentes gramíneas mejoradas y su efecto en la estabilidad de la composición florística, la disponibilidad de materia seca (MS), el reciclaje de nutrientes, la biota del suelo, la fitomasa subterránea, la disminución de las plagas y enfermedades y la producción animal (Milera-Rodríguez et al., 2019).
A partir de estos antecedentes, se presenta la siguiente investigación, con la finalidad de caracterizar la dinámica de crecimiento de machos de ceba en pastoreo racional Voisin en suelos de topografía ondulada a quebrada, en el trópico húmedo de Los Santos, Panamá.
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación y duración del ensayo. La investigación se realizó en la finca ganadera Pajonales, que se encuentra en el km 4,5 del corregimiento de Nuario, distrito Las Tablas, provincia Los Santos, República de Panamá, en las coordenadas UTM N 575584, W 831759, a una altitud de 484 msnm, con topografía de ondulada a quebrada. El área total de la finca es de 13,5 ha, de las que 9,65 se dedican al pastoreo de ganado en un sistema PRV, dividido en 40 cuartones con cerca eléctrica, con un tamaño promedio de 0,2412 ha. El ensayo se llevó a cabo en un área de 8,40 ha, dividida en 24 cuartones, de 0,35 ha como promedio, durante el período entre abril de 2019 y febrero de 2020.
Suelo y clima del área experimental. Los suelos de la finca son de color pardo amarillento, con textura franco arenosa (arena, 64 %; limo, 24 % y arcilla, 12 %). Durante el período de investigación, la precipitación fue de 1 491 mm, con los mayores acumulados en septiembre y octubre. Domínguez-Escudero et al. (2021) informaron los resultados de la composición química del suelo, así como las características climáticas de la finca.
Pastos. Los pastos se manejaron, según los principios y conceptos del PRV, desarrollados por Pinheiro-Machado (2015) . Según este método, los cuartones no se pastorearon en un orden cronológico, sino que se determinó el punto óptimo de reposo, de acuerdo con lo recomendado por Pinheiro-Machado (2016) mediante recorridos semanales en el área de pastoreo. Los días de ocupación y descanso de los cuartones en pastoreo, así como la intensidad y la presión de pastoreo, se manejaron al considerar la disponibilidad del pasto y el tamaño del cuartón, lo que se describe en un artículo previo de Domínguez-Escudero et al. (2021).
Los pastos cultivados predominantes en el sistema fueron las poáceas Cynodon dactylon L. Pers cv. Alicia, Digitaria didactyla Willd cv. Swazi, Urochloa arrecta Morrone & Zuloaga cv. Tanner, Megathyrsus maximus (Jacq.) B. K. Simon & S. W. L. Jacobs cv. Tanzania, M. maximus cv. Mombaza, M. maximus x M. infestum cv. Massai, U. brizantha R. D. Webster cv. CIAT-6780, U. brizantha cv. CIAT-26110, U. decumbens R. D. Webster cv. CIAT-606, U. humidicola Morrone & Zuloaga cv. CIAT-679, U. humidicola cv. CIAT-6133, U. híbrido CIAT-36087 y, la fabácea Arachis pintoi Krapovickas & Gregory cv. CIAT-18744.
Animales. Se utilizaron 53 novillos enteros, con base Cebú y sus cruces F1 y F2 (Cebú x Holstein), de edades desconocidas, divididos en dos grupos de ceba. Los pesos iniciales fueron de 369 y 401 kg para el primero y segundo grupo, respectivamente. El primer período de ceba (con 27 animales) tuvo una duración de 150 días (10 de mayo al 7 de octubre). Antes del comienzo de este ciclo de ceba, durante marzo-abril, se utilizaron animales repasadores, provenientes de otras áreas del sistema, para aumentar el consumo de los pastos lignificados, resultantes de la época seca, con el consiguiente aumento de la carga efectiva. Hacia finales de este ciclo también se utilizaron animales repasadores (13), después que pastorearon los animales experimentales. El segundo ciclo (26 animales) comenzó el primero de noviembre del 2019 y duró 79 días (hasta el 19 de enero del 2020). Los pesajes para determinar el incremento del PV por período y la ganancia diaria individual y por hectárea se realizaron cada 30 días, de forma individual y con el uso de una pesa digital, marca Tru-Test Ezi Weigh 7i.
Los animales pastorearon las 24 horas del día, con acceso a agua potable en los bebederos situados en los cuartones, y a los comederos rústicos, con sales minerales comerciales de la zona.
Análisis estadístico. Los datos se agruparon por bimestres, para una mejor comprensión de la dinámica del manejo de los animales en la finca. No se usó un diseño experimental específico, pero para mejor análisis y comprensión de los resultados y de la dinámica del manejo de los animales de la finca, los datos se procesaron mediante un análisis de varianza de clasificación simple, después de haber verificado si cumplían con los supuestos de homogeneidad de varianza por la dócima de Levene y la normalidad de los errores mediante la prueba de Shapiro y Wilk. En los casos en que se encontraron diferencias significativas entre los indicadores seleccionados, se usó la prueba de comparación múltiple de Duncan, con 95 % de confianza. Los análisis se realizaron mediante el paquete estadístico IBM® SPSS® Statistics versión 22.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la tabla 1 se muestran algunos de los principales indicadores del manejo de los cuartones durante el período de investigación, que abarcó dos ciclos de ceba. Estos y otros indicadores relacionados se analizaron y discutieron con más profundidad en un trabajo anterior desarrollado por Domínguez-Escudero et al. (2021) .
CE: carga efectiva; OF: oferta de forraje, PP: presión de pastoreo
a, b, c, d: Valores con superíndices no comunes en la vertical difieren a p < 0,05, según Duncan (1955)
*p < 0,05; **p < 0,01; *** p < 0,001
Fuente: adaptado de Domínguez-Escudero et al. (2021)
La oferta de pastos y la presión de pastoreo por bimestre estuvieron por debajo de lo recomendado para animales en crecimiento-ceba (Queirolo-Aguinaga et al., 2015) en los bimestres mayo-junio y septiembre-octubre. En el primer caso (19 kg de MS/animal/día y 3,8 kg de MS/100 kg de PV), estuvo relacionada con la estrategia de usar animales repasadores (lo que incrementó la carga animal en el sistema) para bajar la altura del pasto, muy lignificado por la época seca, y aumentar su consumo. El otro aspecto que incidió fue la precipitación casi nula en el bimestre anterior (marzo-abril), que limitó el crecimiento de nuevos rebrotes de pastos en este bimestre (Sánchez-Vélez, 2018).
En el segundo caso (24 kg de MS/animal/día y 4,8 kg de MS/100 kg de PV), el motivo fue también la introducción de animales extras al sistema (lote de repaso + lote dos, que se iba incorporando para el próximo ciclo de ceba), con el consecuente incremento de la carga efectiva e instantánea.
En los demás bimestres, la disponibilidad de forraje y la presión de pastoreo estuvieron por encima de 30 kg de MS/animal/día y 6,0 kg de MS/100 kg de PV, respectivamente, lo que se relaciona con el aumento del rendimiento de los pastos y la estabilidad en la carga animal.
En la figura 1 se presenta la ganancia media diaria de los animales por mes y la producción de carne/ha por período de ceba de los dos lotes evaluados, los que se analizan por separado.
Existieron diferencias significativas (p < 0,001) entre los diferentes meses del año para el lote I, con la mejor ganancia en julio (1,136 kg), asociada a una mejor oferta de pasto (tabla 1) y mejor valor nutritivo en ese período (Domínguez-Escudero, 2020).
Las menores ganancias se obtuvieron en mayo y junio, las que no difirieron entre sí. Incluso, las de mayo se diferencian de las de agosto y septiembre, que superaron los 0,600 kg diarios. Varios factores se unieron para que durante el período mayo-junio las ganancias fueran bajas. En esa etapa (tabla 1), la carga animal fue alta (4,0 UGM/ha), lo que provocó que la oferta de pastos fuera baja (solo 19,0 kg/animal/día), con una presión de pastoreo alta (3,8 kg de MS/100 kg/PV/día), por debajo de 5,0 kg de MS/100 kg/PV/día, cifra informada por Cedeño-Vera y Loor-Loor (2017) , como una presión de pastoreo límite para los sistemas de pastizales.
En los estudios realizados por Domínguez-Escudero (2020), en las mismas áreas de esta investigación, se encontraron valores promedio de PB de solo 4,0 %, lo que se relaciona con la calidad de los pastos. Estos contenidos de proteína estuvieron asociados al estrés hídrico que experimentaron las pasturas durante la estación seca y el aumento de la estructura fibrosa lignocelulósica (valores de fibra neutro detergente por encima de 740,0 g/kg MS), que provocó la dilución de los nutrientes (Anele et al., 2009), posibles limitaciones en el consumo voluntario de los rumiantes y, por ende, que durante abril-mayo los toros perdieran peso. De forma general, la ganancia de este lote durante el ciclo de ceba de 150 días promedió 0,653 kg/día, mientras que la producción de carne en pie/ha fue de 336,6 kg.
En el lote II, el promedio fue de 0,670 kg diarios durante el período, mientras que la producción de carne en pie/ha fue de 145,6 kg. Se encontraron diferencias significativas (p < 0,001) entre pesajes, con la mejor ganancia diaria (1,224 kg) registrada en noviembre, cuando la oferta de pastos fue alta (35 kg de MS/animal/día). Sin embargo, en los meses posteriores, la ganancia estuvo por debajo de 0,600 kg diarios, a pesar de la aceptable disponibilidad diaria (30 kg), aunque en esta etapa se iniciaba el periodo seco, con la consiguiente disminución de la calidad del pasto disponible.
En este sentido, se pudo observar (fig. 2) que, aunque los animales no perdieron peso en los dos períodos de ceba, hubo tendencia a la disminución del incremento del peso bruto entre pesajes, a medida que los toros alcanzaron un PV por encima de 420 kg.
Lo anterior se relaciona con lo informado por Fernández-Mayer (2011). Este autor indicó que los animales adultos tienen menor tasa de síntesis y degradación proteica que los jóvenes, es decir, la tasa de recambio proteico y la retención proteica decrece proporcionalmente, a medida que aumenta la ganancia de peso y la edad del animal, como consecuencia de una reducción de la cantidad total de ácido ribonucleico (ARN) por unidad de proteína muscular. Esa menor tasa de recambio hace que crezcan más lentamente y requieran mayor consumo de energía por kg de ganancia (al retener más grasa que proteína), con una menor eficiencia de conversión que los animales jóvenes (Dimarco, 1998; Miller, 2004). Esto ocurre hasta llegar a una ganancia o a un peso adulto, a partir del cual la acumulación de tejido proteico se hace casi nula (la degradación iguala a la síntesis de proteína), es decir, en esos momentos habría solo retención de tejido graso.
Para revertir esta situación, Casagrande et al. (2013) sugieren la suplementación energético-proteica a los animales en pastoreo en la fase postdestete, y la estabulación en la ceba final, lo que permite obtener animales de menor edad al sacrificio y, además, liberar áreas de pastoreo más tempranamente para la introducción de nuevos lotes de animales (Poppi et al., 2018).
Resultados similares a los de esta investigación (ganancia diaria entre 0,700-0,800 kg) se obtuvieron en sistemas de pastoreo rotacional intensivo, desarrollados por el Instituto de Ciencia Animal, en Cuba (Díaz, 2010), con módulos de 90 ha, integrados por pasto estrella (67 ha, 33 cuartones) y CT-115 (22 ha, 22 cuartones) y suplementación energético-proteica en ambas épocas. Ello evidenció que el pastoreo racional es una alternativa productiva y económica para los productores de ganado de carne en Panamá.
También fueron similares a las ganancias diarias (0,649 y 0,769 kg) informadas por Iraola et al. (2015) en Cuba, cuando evaluaron la ceba bovina en un sistema de pastoreo racional transformado agroecológicamente, que involucró pastos mejorados [Cynodon nlemfuensis Vanderyst, Cenchrus purpureus (Schumach.) Morrone vc. CT-115 y Brachiaria híbrido vc. Mulato], pastos naturales [Paspalum notatum Alain ex Flügé, Sporobolus indicus (L.) R. Br., Dichantium sp.], leguminosas herbáceas [Neonotonia wightii (Wight & Arn.) J.A. Lackey, Teramnus labialis (L.F.) Spreng y Centrosema pubescens Benth] y Leucaena leucocephala (Lam) de Witt, como banco de proteína en 20 potreros. Sin embargo, fueron inferiores a las que obtuvieron (0,865 kg/animal/día) Cruz y Pereda (2015), cuando evaluaron diferentes gramíneas introducidas (C. dactylon cv Tifton 85, Urochloa decumbens (Stapf) R.D. Webster cv. Basilisk, Urochloa brizantha (Hochst. ex A. Rich.) R.D. Webster cv. Marandú, y Brachiaria híbrido cv. Mulato) en áreas ganaderas del municipio Jimaguayú, en la provincia Camagüey, en Cuba. Aunque hay que señalar que los animales se suplementaron con melaza/urea y Norgold, a razón de 1 kg de cada alimento/animal/día.
También, Canudas-Lara (2018) informó mejores resultados en México, al realizar tres ciclos de ceba vacuna en dos sistemas de pastoreo racional intensivo, uno en 9,2 ha de pasto taiwán (C. purpureus Schum.), con fertirriego y, otro en 12 ha de pasto guinea [Megathyrsus maximus (Jacqs.) B.K. Simon & S.W.L. Jacobs] de temporal. En estos sistemas de pastoreo, la ganancia diaria promedio de los animales en todo el año fue de 1,09 kg con el taiwan y 1,05 kg con la guinea, mientras que la producción de carne por ha por año fue de 2,766 y 1,017 kg, respectivamente. En esta investigación, los animales recibieron l,5 - 3,0 kg de MS/día de caña integral con 3 % de urea.
No obstante, los resultados aquí obtenidos superan los de Euclides et al. (2016) en Brasil, con dos variedades de Brachiaria brizantha (cv. Piatã y cv. Paiaguás) en pastoreo rotacional. En este caso, las ganancias en la época poco lluviosa no rebasaron los 0,350 kg diarios, y fueron de 0,640-0,690 kg en la etapa lluviosa. Estos autores atribuyen las bajas ganancias a la mala estructura del pastizal (entre 21,7 y 31,5 % de hojas solamente y relación hoja: tallo de 1,50 o menos), y no al valor nutritivo de los pastos, ya que el porcentaje promedio de la PB y la digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS) fueron de 8,8 y 55,3 %, respectivamente.
Con los cultivares de brachiaria Ipyporã y Marandu, Euclides et al. (2018) tuvieron ganancias de peso promedio diarias inferiores a las del presente estudio (0,675 y 0,580 kg respectivamente), cuando las cargas fueron de 3,0 y 3,6 UA/ha para Ipyporã y Marandu, respectivamente. El cultivar Ipyporã mostró mayor porcentaje de hojas, mejor relación hoja: tallo (2,4 vs. 1,7), así como mayor contenido de PB y DIVMO, lo que redundó en mayores ganancias individuales de peso.
En sentido general, las ganancias en este sistema racional de pastoreo se pueden catalogar de buenas, al considerar los bajos rendimientos que se obtienen en Centroamérica, cuando la ceba se realiza sobre pastos nativos o mejorados, sin suplementación, y en condiciones de secano. Allí, las cargas permisibles no pueden pasar de 1,5-2,0 animales, las ganancias/ha alcanzan hasta 90-120 kg, con ganancias individuales raramente superiores a 0,300 kg/animal/día (Pérez-Infante, 2013). Si se analiza el sistema durante el año, con los resultados de los dos lotes evaluados, la producción de carne total/ha fue de 477,4 kg (24,4 t en todo el sistema), mientras que las ganancias promedio estuvieron muy cercanas a los 0,700 kg.