Introducción
La mujer, entre los 40 y 59 años (edad mediana femenina), experimenta cambios biológicos, psicológicos y sociales, relacionados con ajustes metabólicos y hormonales, este es el proceso del climaterio, en el que ocurre el tránsito de la fase reproductiva a la no reproductiva del ciclo biológico femenino. En este período los síntomas más precoces y característicos son los síntomas vasomotores.1,2,3
Los sofocos constituyen la manifestación vasomotora del climaterio que con mayor frecuencia motiva a la mujer a buscar atención médica y solicitar tratamiento hormonal. Se define como una sensación subjetiva de calor que asciende desde el tórax al cuello y a la cara, y que habitualmente se asocia a enrojecimiento de la piel, vasodilatación cutánea y sudoración, que se sigue de un descenso de la temperatura corporal y aceleración transitoria de la frecuencia cardiaca, palpitaciones o sensación de presión en la cabeza, con frecuencia acompañado de debilidad, mareo o vértigo.4,5,6,7
Estas crisis vasomotoras pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos a una hora y su intensidad y frecuencia son variables, pueden presentarse entre 2 o 3 veces al día a varias veces en una hora y, particularmente, durante la noche. En la mayoría de las mujeres la duración de los síntomas oscila entre los seis meses y los cinco años.1,8
Para la clasificación de la intensidad de los sofocos del síndrome climatérico se puede utilizar la escala cubana en la dimensión de los síntomas circulatorios diseñada por Pérez,9 en la cual se evalúa la percepción de la intensidad de los síntomas climatéricos por la mujer y se clasifica según su puntaje en: asintomáticos o muy leves, leves, moderados o muy molestos.
En Cuba se contabilizan casi dos millones de mujeres entre los 40 y los 59 años, lo que representa alrededor del 16,16 % de la población general y el 24,4 % de la población femenina, con tendencia a que este grupo de mujeres continúe en aumento, dada la transición demográfica actual,8,10,11,12 lo que conlleva a que las mujeres tengan un período cada vez mayor de su vida (un tercio o más) en etapa de posmenopausia, con síntomas que le ocasionan un cambio en su estado de salud en la quinta década de la vida.13,14
El Policlínico Universitario “Dr. Cosme Ordoñez Carceller”, del municipio Plaza de la Revolución, La Habana, atiende un total de población de 14 737 personas, de los cuales el 54,02 % corresponde al sexo femenino. Las mujeres de edad mediana representan un 29,98 % de la población total y el 16,2 % de la población femenina, por lo que es posible que exista una gran cantidad de mujeres con síntomas climatéricos propios de esta etapa de la vida.
Los cambios biológicos que se producen en esta etapa de la vida, así como el papel importante que adquiere la morbilidad por la sintomatología climatérica y por las enfermedades no trasmisibles asociadas con la sobrecarga por razones de género hace que las mujeres de edad mediana constituyan un grupo muy vulnerable en términos de salud.
En la revisión bibliográfica realizada se encuentran escasos estudios en el primer nivel de atención para la búsqueda y caracterización de la sintomatología vasomotora presentada por las féminas en su edad mediana. La identificación oportuna de esta sintomatología constituye una necesidad para el tratamiento integral y personalizado de este grupo de mujeres en la comunidad.
Motivados por lo anteriormente expuesto el objetivo del estudio fue determinar la frecuencia e intensidad de los síntomas vasomotores en las mujeres de edad mediana.
Métodos
Se realizó una investigación tipo observacional, descriptiva y transversal, que se efectuó dentro del contexto asistencial de la consulta especializada de Climaterio y Menopausia del Policlínico Universitario “Dr. Cosme Ordoñez Carceller” durante el período de enero del 2018 a diciembre del 2022.
El universo de trabajo estuvo conformado por las 2962 mujeres del policlínico con edad comprendida entre 40 y 59 años, que presentara o refiriera sintomatología vasomotora y mantuviera residencia habitual en el área de salud; que no habían recibido terapia hormonal de reemplazo, no presentaran limitantes cognitivas o enfermedades mentales invalidantes que le impidieran la comunicación y que aceptaran participar en el estudio.
El tamaño muestral (353 mujeres) se determinó con el uso del programa estadístico Epidat 3.1 y la muestra fue obtenida mediante un muestreo estratificado simple.
Para aumentar la precisión de la muestra se conformaron cuatro estratos de mujeres según grupos de edades: 40-44, 45-49, 50-54 y 55-59 (tabla 1).
Para la selección sistemática de las mujeres se determinó el intervalo de selección (K = Universo/Muestra) y se utilizó el método de los dados para establecer el número del listado a partir del cual iniciar la selección.
La recogida de los datos se realizó mediante la historia clínica, de la cual se extrajeron la edad, la etapa y los síntomas circulatorios del síndrome climaterio, la edad de inicio de los síntomas y de la menopausia y el promedio de ambas.
La clasificación de la intensidad de los síntomas circulatorios se realizó con el uso de la Escala Cubana para la evaluación de la intensidad de los síntomas climatéricos,15 en la subescala de los síntomas circulatorios y se evaluó según su puntaje en asintomático o muy leve (0 a 6 puntos), leves (7 a 14 puntos), moderados (15 a 23 puntos) o muy molestos (24 puntos o más).
La obtención de la información se realizó a partir de la entrevista médica con las mujeres objeto de estudio, así como la revisión detallada de sus historias clínicas individuales elaboradas y completadas por los autores.
Para la recolección de la información se confeccionó una base de datos automatizada con la hoja de cálculo electrónica Microsoft Excel. El procesamiento de los datos se realizó en el programa estadístico IBM Statistics Process Social Sciences 18.0 para Windows (Copyright© SPSS Inc., 2013). Los resultados alcanzados en las indagaciones empíricas fueron analizados mediante los métodos estadísticos: análisis descriptivo con cifras de valores absolutos y relativos, el promedio, la desviación estándar, tablas de contingencia y pruebas estadísticas paramétricas (coeficiente de correlación de Pearson) y no paramétricas (ji al cuadrado de Pearson y el coeficiente de correlación de rangos ordenados Tau b de Kendall para la comparación de 2 variables categóricas). En todos los casos se trabajó para un nivel de confianza del 95 % y se prefijó el nivel crítico de rechazo (alfa) para p< 0,05.
La información se resumió en tablas estadísticas y se expresó en forma de texto.
Previa inclusión en el estudio, a los participantes se les solicitó, de forma escrita, el consentimiento informado; se les explicó en qué consistía la investigación, la necesidad e importancia de esta y que participarían de forma voluntaria. El estudio fue aprobado por el Consejo Científico y el Comité de Ética de la investigación del Policlínico Universitario “Dr. Cosme Ordoñez Carceller”.
Resultados
Al iniciar su atención en la consulta de climaterio y menopausia, el mayor número de féminas (55,2 %) se encontraba entre los 45 y 54 años (tabla 2).
La edad promedio de las mujeres estudiadas fue de 49,4 años.
En cuanto a la etapa del síndrome climatérico, el 60,1 % se encontraba en la etapa de la perimenopausia, mientras que las posmenopáusicas alcanzaban un 39,9 %. La perimenopausia predominó en las mujeres entre los 45 y 49 años, mientras que la posmenopausia en aquellas entre los 55 y 59 años.
En la tabla 3 se observa que los síntomas climatéricos aparecieron con mayor frecuencia entre los 45 y 49 años (61,5 %), seguidas por el grupo de 40 a 44 años (31,02 %) con una edad promedio de inicio de los síntomas de 45,7 +/- 6,2 años, por lo que más de las tres cuartas partes de ellas iniciaron la sintomatología climatérica en la quinta década de la vida.
La edad de la menopausia predominó en las mujeres entre los 45 y 49 años (52,5 %), seguido por las mujeres entre los 50 y 54 años (29,1 %), con una edad promedio de aparición de la menopausia de 48,4 +/- 3,7 años, lo que representa que más de dos tercios (81,6 %) de las féminas tuvieron su última menstruación por encima de los 45 años. Se observó una correlación positiva con significación estadística (p= 0,01).
La tabla 4 refleja la presencia de la sintomatología circulatoria del síndrome climatérico, los sofocos u oleadas de calor se reportaron con mayor frecuencia (80,2 %), seguidos por la cefalea (70,2 %), mientras que las palpitaciones fueron las menos diagnosticadas (58,1 %).
Del total de mujeres estudiadas, el 95,7 % refirió presentar síntomas circulatorios y un 27,2 % refirió presentar la totalidad de los síntomas. Los síntomas que reportaron una mayor frecuencia de asociación fueron los sofocos y la sudoración (82,7 %).
Como muestra la tabla 5, en la serie estudiada el mayor número de féminas refirió percibir la sintomatología vasomotora con intensidad muy molesta (29,2 %), la cual fue más frecuente en la etapa perimenopáusica. Las asintomáticas y los síntomas leves se reportaron por el 48,4 %.
En la etapa perimenopáusica predominaron los síntomas de intensidad leve-moderada (54,2 %), mientras que en la etapa posmenopáusica la intensidad más frecuente fue la moderada-crítica (59,6 %), con superioridad en la etapa temprana (41,1 %). Se observó asociación entre ambas variables con significación estadística.
Discusión
En estudios realizados por Navarro y otros,16 se observan resultados similares a los reportados en esta investigación, lo cual está relacionado con el hecho de haberse realizado ambos en el primer nivel de atención.
La edad de aparición de los síntomas climatéricos y de la menopausia se situó entre los 45 y 49 años, lo cual concuerda con lo expresado en el II Consenso Cubano de Climaterio y Menopausia.1 La edad promedio de inicio de los síntomas fue de 45,8 +/- 6,2 años.
En los resultados que se obtuvieron en este estudio, la edad de presentación de los síntomas está por debajo de lo planteado por autores nacionales e internacionales, que fijan una media de aparición a los 47 años para las mujeres cubanas que son saludables; y para las que presentan afecciones crónicas como la diabetes mellitus e hipertensión arterial tienen una media entre 45 y 46 años.8,16,17
Mientras más temprano aparecen los síntomas, mayor es el período de exposición a otras afecciones crónicas, por lo que significa que los factores biológicos están presentes en estos procesos.17) Sin embargo, investigaciones desarrolladas en distintas poblaciones sugieren que es “ecosensible”, es decir, que algunos factores de orden ecológico pueden intervenir y modular el momento en el que una mujer deja de menstruar de manera permanente.18
La edad de la menopausia está determinada por factores biológicos, genéticos, ambientales y socioculturales, lo cual influye en la diferencia de su aparición en diferentes poblaciones. En este estudio la edad promedio de la menopausia fue de 48,4 +/- 3,7 años, valor que se encuentra ligeramente por encima de la media en Cuba (48 años), en el estudio de Molina (48 años); y por debajo del reportado por otros estudios, 52 años en el estudio de Triebner y 57 en el de Bovea y otros.19
Los síntomas vasomotores suelen comenzar en la perimenopausia, alcanzando su pico máximo en los primeros dos años de la posmenopausia y desaparece de forma gradual con el tiempo. Los sofocos y las sudoraciones causadas por la inestabilidad vasomotora afectan entre el 75 y 85 % de las mujeres, suelen comenzar antes del cese de la menstruación y continúan durante más de un año en la mayoría de las féminas y durante más de cinco años en el 10 %.20
En los países latinoamericanos, entre 45 y 54 % de las mujeres refiere sofocos de intensidad variable en los primeros años de la posmenopausia. En la mayoría de ellas, la duración de los síntomas oscila entre los 6 meses y los 5 años, son frecuentes en mujeres con menor nivel escolar, en las más jóvenes al momento de la menopausia, en las que tienen un mayor Índice de Masa Corporal (IMC) y en las que utilizan tamoxifeno.19,20
En lo referido a los síntomas, en el estudio de Molina y otros, encuentran que las principales molestias reportadas son los sofocos o bochornos (63 %), resultados inferiores a los reportados en este estudio (80,2 %). Igualmente, en el estudio realizado por Sánchez y otros en Bogotá,19 encuentran resultados inferiores a los reportados en este estudio (54 %); sin embargo, se puede ver claramente la concordancia en el protagonismo de los síntomas vasomotores.
Los autores de este estudio coinciden con otros investigadores cubanos que demuestran que en la intensidad del síndrome climatérico se implican el desequilibrio hormonal y los factores socioculturales expresados en función de la percepción que tenga cada mujer acerca de las limitaciones y las molestias que le producen los cambios ocasionados por el déficit estrogénico.8
En conclusión, los síntomas vasomotores constituyen la manifestación clínica más frecuente del climaterio, que afecta a más de dos tercios de las mujeres. La sintomatología aparece con mayor periodicidad entre los 45 y 49 años, en la perimenopausia y con intensidad crítica, lo cual se corresponde con lo reportado en la literatura.
Limitaciones del estudio
El policlínico no cuenta con la posibilidad de realizar determinaciones hormonales, por lo que no se pudo establecer la relación entre los niveles hormonales y la intensidad de los síntomas vasomotores presentados por las pacientes del estudio.
Aporte científico
El presente estudio ha permitido conocer la frecuencia de aparición y la intensidad de los síntomas vasomotores en la mujer de edad mediana. Con la publicación de este trabajo, se comparte información científica y conocimientos; se exponen las técnicas, los procedimientos y el método empleado para determinar la frecuencia de los síntomas vasomotores en las mujeres de edad mediana en un área de salud, con lo que pudiera darse solución a los problemas de este grupo de mujeres en cualquier contexto.