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Introducción
La educación de posgrado en el siglo xxi exige una didáctica diferente que propicie su planificación, organización y ejecución, y que permita medir su impacto en el área personal, laboral, familiar y social donde se ejerce esta labor. La superación profesional busca un proceso de aprendizaje y actualización permanente para el desempeño profesional.1
La sociedad actual experimenta constantes cambios políticos, sociales, culturales, laborales y tecnológicos, que influyen en la educación, lo que produce transformaciones en los programas educativos y en sus planificaciones. La educación es uno de los factores más influyentes en el avance y progreso de la sociedad: enriquece la cultura; ayuda a alcanzar mejores niveles de bienestar social, de crecimiento económico y de empleo; amplía las oportunidades de los jóvenes; y fomenta el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Uno de los principales desafíos que enfrenta el actual sistema educativo, tanto en el contexto internacional como nacional, es satisfacer la necesidad de la formación de profesionales, capaces de incorporarse y participar activamente en la sociedad, tomando en cuenta que el conocimiento representa el componente principal para el desarrollo social, cultural y económico.2
La educación de posgrado, en relación directa con lo establecido en la actualidad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como educación permanente o desarrollo profesional permanente, se define como el conjunto de procesos dirigidos a garantizar la preparación de los egresados universitarios y profesionales en su entorno laboral, con el propósito de completar, actualizar y profundizar en los conocimientos y las habilidades que se necesitan alcanzar para un mejor ejercicio profesional, en correspondencia con los avances científicos y tecnológicos, así como las necesidades de las entidades en que se desarrollan.3
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Ciencia (UNESCO) considera tres aspectos que determinan el papel de la educación en la superación del capital humano: la pertinencia social, la calidad de los servicios y la internacionalización del conocimiento, los cuales están en estrecha relación con el vínculo que debe existir entre la universidad y la sociedad.4
La educación de posgrado es una de las direcciones principales de trabajo que atiende las demandas de superación de los profesionales en la educación superior en Cuba. La educación médica posibilita la preparación permanente y continuada de los profesionales del sector, cuya preparación está encaminada a resolver los problemas de salud de la sociedad, ya que constituye el conjunto de procesos de enseñanza-aprendizaje con el propósito de alcanzar un mayor nivel de ejercicio profesional de los graduados en correspondencia con el encargo social de la universidad.
El desarrollo del capital humano en el sector de la salud alcanza mayor dimensión a partir de exigir una educación de posgrado contextualizada y permanente que permita encontrar respuestas oportunas a los problemas de salud, y tiene entre sus objetivos la superación continua y sistemática de los profesionales, así como el desarrollo de habilidades y destrezas.
La educación continuada y permanente resulta la vía para la adquisición de competencias en los servicios asistenciales, docentes e investigativos y, por ello, se hace necesaria una adecuada ejecución, como estrategia, en las universidades médicas cubanas.
Por la importancia de este proceso, merece una reflexión histórica retrospectiva, lo que evidenció la necesidad de realizar esta investigación con el objetivo de caracterizar la superación permanente de los profesionales de salud en Cuba en su acontecer actual.
Métodos
Se realizó una revisión de documentos sobre la superación permanente en los profesionales de la salud, a través de las bases Scopus, SciELO, CUMED, LILACS, Biblioteca Virtual de Salud, PubMed, en español e inglés, mediante el motor de búsqueda de información Google Académico.
Fueron seleccionados 20 artículos científicos con suficiente calidad y actualidad, concernientes al objetivo propuesto, para lo cual se aplicó el método teórico de investigación científica histórico-lógico. Para la búsqueda se empelaron como palabras clave: “educación de posgrado”, “superación profesional”, “superación permanente”.
Los criterios de selección incluyeron artículos de revisión bibliográfica o investigación original en idiomas español e inglés, que tratasen algún aspecto asociado a la superación permanente en los profesionales de la salud durante los últimos cinco años, que respondieran al objetivo de investigación propuesta en este estudio. Fueron seleccionados 20 artículos relacionados con la temática, de los cuales 17 (85 %) correspondían al quinquenio 2018-2022; 6 eran de autores extranjeros (30 %), y 14 (70 %) cubanos.
Resultados
La resolución 138 del 11 de julio de 2019 del Ministerio de Educación Superior establece el modelo de formación continua, integrado por los componentes formación de pregrado y educación de posgrado, el cual facilita la actualización permanente de los graduados universitarios, así como el enriquecimiento de su acervo cultural, para su mejor desempeño.5
La resolución 140 del 18 de julio de 2019 establece el Reglamento de la educación de posgrado de la República de Cuba, que contiene en sus formas organizativas la superación profesional con el siguiente objetivo:
[…] contribuir a la educación permanente y la actualización sistemática de los graduados universitarios, y el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas. […] Sus formas organizativas principales son: a) curso, b) entrenamiento y c) diplomado; y otras secundarias: a) seminario, b) taller, c) conferencia especializada, d) debate científico, e) autopreparación, f) consulta y g) otras.6
La superación profesional, a través de la educación médica continua y el desarrollo profesional continuo, a tenor de las reglamentaciones legales 138 y 140/2019 del Ministerio de Educación Superior, debe fortalecerse en el sector salud por diversas razones: las aumentadas expectativas sociales de la profesión médica; las necesidades cambiantes del sistema de salud; la apremiante expansión de nuevos conocimientos, tecnologías y técnicas; los escenarios laborales complejos donde debe manejarse el trabajo en equipo e interprofesional; los requisitos de recertificación en muchos países; la necesidad de atemperarse a los contextos internacionales donde Cuba presta colaboración médica y ayuda internacionalista; y la obsolescencia de muchos conocimientos y habilidades, por lo que se necesita conocer las tendencias internacionales dentro de la educación médica continua y el desarrollo profesional continuo.7
En las ciencias médicas existen principios que rigen la educación de posgrado y, de manera particular, condicionan la organización, la ejecución y el control del proceso docente educativo, y se caracteriza por la integración docente-asistencial-investigativa, la vinculación estudio-trabajo y teoría con la práctica, la educación en el trabajo como forma de organización de la enseñanza predominante, la enseñanza tutorial, así como la educación continuada y permanente. La modalidad a tiempo parcial es la más utilizada, por su condición de comparecencia semipresencial, al optimizar tiempo, espacio y recursos.
El proceso de superación profesional constituye un proceso pedagógico que no se reduce al de enseñanza aprendizaje, presente en el transcurso de él, sino que incluye otros procesos formativos y de desarrollo en un contexto histórico-cultural concreto, de construcción y reconstrucción social del conocimiento, a través de la actividad y la comunicación, donde la vivencia y experiencia profesionales de los que participan, generalmente, tiene un lugar importante en los múltiples intercambios que en él se producen; es transformador, no solo del objeto de aprendizaje y su entorno, sino de los sujetos que forman parte, y se concibe a partir de la comprensión de que es posible aprender y desarrollarse a lo largo de la vida.
Aveiga y otros1 definen la superación como el conjunto de procesos de enseñanza aprendizaje que posibilitan a los graduados universitarios la adquisición y el perfeccionamiento continuo de los conocimientos y las habilidades requeridas para un mejor desempeño de sus responsabilidades y funciones laborales, en correspondencia con los avances de la ciencia y la técnica, el arte y las necesidades económicas y sociales del país, con el objetivo de contribuir a elevar la calidad y la productividad del trabajo de los egresados de la educación superior, donde los autores asumen este último como el conjunto de procesos que contribuyen al mejoramiento del desempeño profesional de estos, desde el punto de vista investigativo, docente y gerencial.
Además, Aveiga y otros1 refieren que la superación profesional es un proceso particular de la educación posgraduada, que comprende un sistema de procesos orientados al enriquecimiento profesional, con la finalidad de actualizar, ampliar y profundizar de forma continua sus conocimientos de manera que les permita elevar su cultura general integral para cumplir con calidad su rol profesional.
La superación profesional se considera un proceso pedagógico. Estos autores plantean que la esencia es que confluyan múltiples procesos que favorezcan la transformación del que participa y la del entorno, y que a su vez impacte en el desempeño profesional, en sus valores y en su cultura. Al constituir un proceso de educación social, la superación profesional incorpora la creatividad, la innovación y la inteligencia emocional, y favorece la excelencia del proceso. Los investigadores señalan la necesidad del enfoque interdisciplinario y la importancia del aprendizaje colaborativo en la superación profesional, todo lo cual influye en la consecución de un conocimiento más integral del problema que se investiga, a partir de las interrelaciones que se producen y la vivencia que se aporta por los que participan.
La superación de los profesionales, según identifican López y otros,8 tiene que ocuparse de la solución de problemas sociales con sentido participativo y colaborativo, con un cabal desempeño e impacto de la labor profesional, que permita el intercambio y la socialización de lo aprendido con todos los actores sociales, y que incremente la motivación y los intereses por la superación y el crecimiento intelectual, al tiempo que involucre a todos los implicados en el proceso constructivo.
Cortón y otros9 refieren que el fortalecimiento en la educación de posgrado como parte de los sistemas educacionales se inicia a partir de un enfoque contextualizado y una reflexión general de la necesidad de su desarrollo. En este sentido, se tornan aspectos esenciales como la pertinencia social, concretada en el vínculo real de toda concepción posgraduada con problemas nacionales o regionales relevantes.
Núñez y Fernández10 plantean que la educación posgraduada continua o superación profesional resulta una modalidad referida a un sistema de actividades de aprendizaje y consolidación profesional como expresión de la creación intelectual. Está controlada institucionalmente y dirigida a los profesionales graduados. Además, implica un desarrollo personal más libre en sus formas, pero debe considerarse como un derecho y un deber de todo egresado.
La educación continua, continuada o permanente en salud, son diferentes expresiones del desarrollo de un mismo proceso, socialmente determinado: la superación del personal de la salud, que tiene como objetivo elevar la calidad de la competencia y el desempeño de los prestadores de los servicios de salud a la población; está presente en todo momento de la carrera de un profesional y se proyecta más allá del aula, desbordando el marco de un sistema escolar; reconoce las funciones educativas ejercidas por otros organismos, sectores, ramas y agentes sociales; y no se limita a la educación formal desarrollada mediante tal o más cual método educativo, pues comprende toda una variedad de experiencia y se sustenta en los siguientes preceptos:
La educación continua o permanente no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar el fin de lograr una mayor capacidad de los trabajadores de salud para provecho de la población a la que sirven.
El contenido de la educación permanente debe estar directamente relacionado con los problemas de la práctica profesional.
En su proceso docente-educativo adopta las más novedosas estrategias pedagógicas transformadoras, activas, dinámicas, flexibles, realistas, vinculadas al mundo del trabajo y de la profesión, integradas a los servicios de salud y a la investigación científica, biomédica, médico-social y educacional.11
Weissmann y otros12 la definen como conjunto de procesos educacionales que posibilita a los graduados universitarios la adquisición y el perfeccionamiento continuos de los conocimientos y las habilidades requeridas para un mejor desempeño en sus responsabilidades y funciones laborales. Es un componente clave de los sistemas de salud, para asegurar la calidad y la pertinencia de sus acciones.
López y otros13 refieren que “la educación continuada y permanente es la vía para la adquisición de competencias en los servicios asistenciales, docentes e investigativos y, por ello, se hace necesaria una adecuada ejecución, como estrategia, en las universidades médicas cubanas”.
Los cursos de superación profesional deben tener un fuerte contenido práctico; es decir, en estos cursos los sujetos deben apropiarse del saber hacer, y del saber ser. La intención es que puedan demostrar las competencias profesionales en su desempeño laboral. La superación profesional, para muchos profesionales, no se ve como una tarea necesaria para el crecimiento continuo, como algo sistemático en la vida profesional de cada graduado, por esa razón no se ocupa de su superación.
En el proceso de superación profesional se crean y consolidan las competencias para el desempeño profesional, de ahí la importancia de que la planificación de los cursos parta de los resultados de un diagnóstico de necesidades de capacitación, donde se relacionen todos los problemas profesionales, los cuales se deben constituir en punto de partida para el perfeccionamiento, la habilitación y el entrenamiento en el puesto de trabajo como formas de organización de las clases, teniendo en cuenta que los contenidos respondan a necesidades de superación profesional reales.1
La educación en todos sus niveles tiene vital importancia para el desarrollo de la sociedad; merece especial atención la educación de posgrado, por cuanto se requiere resolver problemas relevantes como la competitividad industrial, el desarrollo científico tecnológico, la cobertura y calidad de la educación o la reforma de la educación superior, entre otros. Sin educación de posgrado desarrollada no resulta posible una vida humana digna y mejor equilibrada en un mundo que cada vez es más pequeño, globalizado y competitivo.1
En el desempeño de un profesional se materializa su desarrollo cognitivo, se evidencian su voluntad y sus sentimientos, y los atributos de su personalidad; y la preparación que obtiene incide en el buen desenvolvimiento de su labor.14
Lescaille15 aborda un grupo de regularidades relacionadas con el desempeño como:
[…] que está relacionado con la formación y el desarrollo del profesional en su práctica asistencial cotidiana; está sustentado en la adquisición y consolidación de competencias propias de la profesión; su estudio abarca la educación permanente, que se expresa en la continuidad del pregrado en el posgrado y refiere términos como: capacidad, idoneidad, competencia, habilidades, actuación real y valores.
Troitiño16 plantea que es el proceso de actualizar, complementar y ampliar los conocimientos, y desarrollar capacidades y hábitos de dirección en los directivos que ya están desempeñando funciones como tales, y que tienen posibilidades de perfeccionar sus aptitudes a los efectos de mejorar el desempeño de sus cargos actuales o asumir mayores responsabilidades.
En los referentes estudiados se conceptualiza al diseño de las acciones de superación como resultado de decisiones de un momento histórico-educativo determinado; debe ser concebido como un proceso evolutivo, educativo e integral, centrado en el sujeto y, por tanto, ha de ajustarse a sus insuficiencias, intereses y ritmos de aprendizaje, ser abiertos y estar en continuo perfeccionamiento, según surjan las necesidades.
Las necesidades de aprendizaje constituyen la base de la organización de la superación; debe considerarse desde los problemas del desempeño de estos profesionales, para que no solo se valore como proceso de instrucción, sino como parte de la vida laboral de los médicos en los diferentes niveles de atención en salud.7
Las técnicas empleadas para elaborar la Identificación de Necesidades de Aprendizaje son muy variadas, en dependencia de la oportunidad, la complejidad y el perfil de la investigación; entre ellas se encuentran: la encuesta, la entrevista, la observación, las discusiones de grupo, los cuestionarios, entre otras. Por otra parte, ante un desempeño insatisfactorio, tiene importancia determinar en qué medida ello resulta atribuible a un problema cognitivo.17
Cáceres y otros18 advierten que la educación debe responder a las exigencias sociales del contexto en que se desarrolla, y el apremio por construir relaciones que consoliden el desarrollo con un sentido ético y responsable. Estas son razones para avanzar en la reflexión sobre la analogía que existe entre la educación, la comunicación y el perfeccionamiento de los egresados, de manera que se demuestre una actitud positiva frente a sí mismos y a la sociedad en general frente a nuestro compromiso con esta.
Se confirma la necesidad de la superación permanente a los profesionales de la salud, la cual garantizará la actualización de los conocimientos y las habilidades para lograr un mejor desempeño y satisfacción de la población.
Conclusiones
La sistematización realizada sobre la superación permanente de los profesionales de salud garantiza la actualización de los conocimientos y las habilidades. Además, permite elevar la calidad de la competencia y el desempeño de los prestadores de los servicios de salud a la población en Cuba y evidencia que es un desafío para el sistema de salud pública y la educación médica. Así posibilita la mejora continua del proceso de superación profesional y propicia las condiciones para la formación permanente de los graduados universitarios en los diferentes escenarios donde laboran.
