Introducción
La contingencia epidemiológica causada por el SARS-CoV-2, desde su comienzo en diciembre de 2019, resultó una infección respiratoria aguda grave que transformó la situación sanitaria mundial, con impacto en todas las esferas de la vida y con consecuencias negativas que incluye la educación. Desde el día 11 de marzo de 2020, en que la OMS declaró como pandemia mundial la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 (Síndrome Respiratorio Agudo Grave por sus siglas en inglés), causante de la enfermedad llamada COVID-19, la historia de la humanidad sufrió un cambio radical1,2) por lo preocupante de sus efectos, no solo sobre la salud y la economía, sino también por sus consecuencias en cada una de las esferas de desenvolvimiento del ser humano, dentro de ellas la educación.3
La desigualdad existente en los países a nivel mundial, impidió trazar una estrategia única para la preservación y/o continuidad de las actividades educativas. Investigadores como Gajardo4 y Ortega5, opinan que esta enfermedad puso al descubierto en cada región la falta de espacios de estudio, herramientas digitales, acceso a internet y otros elementos relacionados, por lo que no se satisfizo la necesidad de todos los estudiantes de desenvolver su proceso de aprendizaje en un entorno digital: esta opinión es compartida por los autores de este estudio. Por otra parte, ambos actores del proceso docente educativo (estudiantes y profesores), fueron igualmente afectados no solo por la suspensión obligatoria de las clases, sino también por el confinamiento y los aspectos psicológicos relacionados con el impacto de la enfermedad en familiares y comunidad.6
Cuba no escapó a esta realidad, la cual condicionó que las universidades en todo el país necesitaran implementar diversas estrategias por parte de directivos, profesores y estudiantes, y adecuándolas a las condiciones de cada territorio para propiciar el cierre, inicio y continuidad de un curso escolar con calidad. Curso escolar donde los estudiantes pudieran apropiarse de los conocimientos y habilidades necesarias para el desempeño integral de su profesión7, según lo previsto en su Plan de estudios y al amparo legal y metodológico de diversas regulaciones emitidas tanto por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), como por la Dirección Nacional de Docencia, diseñadas para facilitar su implementación según las características y la situación en cada territorio.8
Fue desde esta perspectiva, que las universidades tuvieron que adecuarse al contexto de la pandemia9, la cual obligó a docentes y directivos a repensarlas formas de aprendizaje de los estudiantes, transformar las prácticas pedagógicas y estrategias didácticas10 e incluso a resignificar su rol11 y anticiparse a la visión de normalidad.
Autores como Cisneros Domínguez12, por ejemplo, incursionaron precozmente en acciones a desarrollar con vistas a la fase recuperativa de la contingencia epidemiológica de referencia, basadas en la autopreparación de los estudiantes en diferentes contenidos teóricos y en el desarrollo de habilidades derivadas del currículo base, vinculadas íntimamente con problemas de salud. Estas ideas ayudaron a la construcción de los cimientos que sustentaron la estrategia propia de la provincia Guantánamo con énfasis en los años terminales, como es el caso del 6to. año de la carrera de Medicina. Sin embargo, surgió la siguiente interrogante: ¿Qué acciones deberían conformar un sistema para que el mismo pudiera contribuir a la preparación de los estudiantes de años terminales para enfrentar los ejercicios de fin de estudios en contingencia epidemiológica?
Es innegable que el cierre del curso escolar 2020-2021 y la planificación del curso 2021-2022 en la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo, demandó de un profundo trabajo metodológico para dar respuesta a esta interrogante. Fue ese trabajo metodológico el que permitió realizar las adecuaciones necesarias en cada asignatura, desde la flexibilidad del currículo y la potenciación de la calidad de los procesos, pero con máximo respeto del currículo base.7 Ello propició que los estudiantes de años terminales, presentes en su mayoría en la lucha contra la COVID-19, adquirieran las mejores experiencias integradas para el abordaje de la profesión, y logró que el Proceso Docente Educativo (PDE) no se detuviera. Por lo que, en julio de 2021, educandos de años terminales de todas las carreras que se cursan en dicha Facultad de Ciencias Médicas culminaron el curso 2020-2021, entre ellos, los estudiantes del 6to. año de la carrera de Medicina. Ello también ocurrió (desde sus propias estrategias) en otras provincias del país.13,14
Durante ese período matizado por el impacto negativo de esta grave enfermedad conocida como COVID-19, autores nacionales y extranjeros centraron sus investigaciones en la forma en que hubo de transcurrir el proceso enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, específicamente relacionados con la preparación de años terminales para enfrentar los ejercicios de fin de estudios, fueron escasos los resultados en la búsqueda realizada. Por ello, proponer un sistema de acciones que permita el logro al que nos referimos, es el objetivo del presente trabajo.
Método
Se partió de los resultados aportados por el informe final de un estudio cualitativo previo, que permitió conocer las interioridades del proceso docente en los municipios que tributan a la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo, pero desde la visión directa de los implicados. Esta técnica ha sido utilizada por diferentes investigadores del tema educacional.6,15 Se realizó una investigación-acción participativa inicial, que constituyó el método principal de recolección de datos y, a la vez, sirvió como mecanismo para generar ideas; ello permitió obtener los conocimientos necesarios para el diseño de las acciones.
Mediante muestreo intencional, se seleccionaron informantes clave entre estudiantes y docentes, quedando conformada una pequeña muestra según los requerimientos de los investigadores. Las técnicas aplicadas fueron la observación participante y la entrevista abierta activa previamente concebida. Los datos obtenidos en el trabajo de campo fueron analizados de manera exhaustiva, lo cual permitió, al organizarlos en patrones y categorías, conocer sus tendencias, contrastarlos y compararlos a través de la utilización de métodos teóricos y validarlos mediante triangulación.
La confección del informe final permitió caracterizar el proceso docente en cada escenario previamente acreditado para la docencia. A partir de estos resultados se diseñaron las acciones que conformaron el sistema, el cual, una vez aprobado fue implementado en cada uno de dichos escenarios en los diez municipios que tributan a la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo.
Resultados
Como se comprenderá, el trabajo de campo previo propició la reflexión crítica y toma de conciencia por parte de docentes y estudiantes, la interpretación por parte de los investigadores, de sus testimonios y narrativas, contribuyó a desentrañar la realidad en cada escenario docente. Posteriormente, se realizó un recorrido por parte de directivos docentes e investigadores, que permitió recertificar los escenarios listos para desarrollar la docencia. A partir de estos análisis, se diseñó el siguiente sistema de acciones (Tabla 1).
MGI: Medicina General Integral; CMF: Consultorio del Médico de Familia; SAT: Seminarios de actualización terapéutica; GBT: Grupo Básico de Trabajo.
Fuente: Elaboración propia.
Al entender la evaluación de fin de estudios como un conjunto de operaciones, con el objetivo de determinar y valorar los logros alcanzados en el proceso de aprendizaje por parte de los estudiantes, en relación con los objetivos presentes en los programas de estudio y conociendo que la misma está orientada a la comprobación del dominio de los contenidos que aseguran la calidad y eficiencia del desempeño profesional del egresado16, los resultados obtenidos por los estudiantes pueden considerarse encomiables y validan por sí solos el sistema de acciones propuesto. Los mismos se muestran en la (Tabla 2).
Discusión
Según autores del territorio, en la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo el proceso formativo de pregrado durante el enfrentamiento a la pasada contingencia epidemiológica dada por la COVID-19 se sustentó en pilares básicos, de los cuales, la realización de ajustes curriculares en las carreras y la incorporación de estudiantes y profesores a la pesquisa activa, fueron los dos pilares fundamentales.17
Los años terminales de las carreras constituyeron un elemento hacia el cual fueron dirigidas múltiples estrategias metodológicas, con el fin de potenciar sus conocimientos y habilidades, desde la visión institucional acerca de su futuro como profesionales, y la necesidad de asegurar la calidad de su aprendizaje según las políticas educativas vigentes en el país.18
Aún la implementación de las adecuaciones nacionales para la culminación y comienzo de los cursos 2020-2021 y 2021-2022, fue modificada al aprovechar su flexibilidad, en función de mantener la calidad en la formación.8De ahí, la necesidad de la investigación-acción realizada, cuyo informe final fue la génesis del sistema de acciones aplicado al 6to. año de la carrera de Medicina, concebido desde la necesidad de priorizar la descentralización antes que la concentración por los motivos implícitos.
Dicho informe permitió conocer:
Disposición de los docentes para asumir la tarea y de los estudiantes para su descentralización.
Descripción de cada uno de los escenarios acreditados para la docencia, sus características estructurales, equipamiento, servicios por especialidades básicas funcionales, recursos humanos y su capacitación, categorización, experiencia y número.
Composición y completamiento de los Grupos Básicos de Trabajo (GBT) y la regularidad de sus acciones.
Matrícula real de estudiantes por municipio y su personalización con relación a los escenarios (accesibilidad, número, posibilidades de guardar las medidas higiénico-epidemiológicas).
Ausencias temporales de profesores y/o estudiantes por diferentes afectaciones.
Es importante destacar que, para garantizar la calidad de las acciones propuestas, se garantizó la impartición de las actividades docentes en los escenarios de cada municipio por los profesores de los GBT: clínicos, pediatras, obstetras, médicos generales integrales (MGI) en funciones o habilitados en las especialidades básicas, todos con experiencia docente, (incluso Profesores Principales y docentes del área clínica que brindaron su apoyo, al sacrificar sus horas de descanso).
Se desarrollaron diferentes formas de organización de la enseñanza para lograr mejor comprensión y sistematización de los conocimientos, asesorados por los Profesores Principales de las asignaturas. Como elemento a enfatizar, se destacó la impartición previa de talleres de preparación del claustro para el acompañamiento estudiantil, donde se trató desde el uso de la bibliografía digital (cuyos textos básicos y complementarios se entregaron a cada interno) hasta el manejo de los aspectos psicológicos de los estudiantes, de manera tal que los detalles de la atención diferenciada, contribuyeran al afianzamiento de las habilidades necesarias para interactuar con las características propias y con las de un entorno profesional cada día más complejo.
Para la ubicación de los internos se tuvo en cuenta lugar de residencia, número de escenarios docentes acreditados disponibles en el municipio, condiciones de los GBT para asumir la docencia y posibilidad de respetar las normas de distanciamiento físico.
Acerca de las tareas relacionadas con la tutoría y acompañamiento a los estudiantes en los municipios, el colectivo docente, previo análisis de las evaluaciones formativas y el recorrido estudiantil, encaminó y perfeccionó las tareas necesarias para dar respuesta a la acción correspondiente, lo que permitió el logro de resultados superiores en la promoción al concluir el periodo evaluativo.
Similares resultados obtuvieron investigadores de la Filial de Ciencias Médicas Manuel “Piti” Fajardo, en San Cristóbal provincia de Pinar del Río quienes realizaron una planificación estratégica para optimizar los resultados académicos de este año terminal desde su permanencia en los escenarios docentes.19
En la provincia de Santi Spíritus Cuba, Castro-Gutiérrez, et al.20 encontraron magníficos resultados de promoción, en una investigación realizada en 2020 en la carrera de Estomatología con estudiantes de posgrado descentralizados hacia sus municipios en tiempos de pandemia, pero lo atribuyeron a que los estudiantes, al mantenerse trabajando en la atención de urgencias estomatológicas, lograron afianzar las habilidades adquiridas, con más del 75 % vencidas en el momento de la suspensión de las actividades docentes.
Es conocido por todos que la educación en el trabajo que se genera en el acto de pesquisa y la incorporación de alumnos a las labores asistenciales, son ventajas con las que cuenta la formación integral de profesionales de la salud cubana, y constituyen oportunidades de la educación médica en su batalla frente a la COVID-1921 y, a criterio de los autores, frente a cualquier contingencia epidemiológica donde sea necesario continuar el proceso docente educativo.
Los estudiantes de 6to. año de la carrera de Medicina en Guantánamo, tuvieron similares oportunidades, al convertir policlínicos y hospitales de campaña en escenarios para el afianzamiento y sistematización de conocimientos y habilidades a través de la educación en el trabajo, potenciada por las acciones del sistema propuesto. Ello se relaciona con varios planteamientos de Saavedra Bautista, et al.22 relacionados con los roles actuales de la universidad, quienes defienden el criterio de que la identificación de desafíos sociales en las universidades no puede constituirse en su única tarea, sino también su capacidad para enfrentarlos. Hacia ese estado deseado marcha la Facultad de Ciencias médicas de Guantánamo cuyos pasos firmes han iniciado con el diseño y el impacto del sistema de acciones presentado.
Conclusiones
Se propone la utilización, como herramienta metodológica, de un sistema de acciones que contribuyó de manera eficaz a sistematizar conocimientos y habilidades por parte de los estudiantes durante el curso 2020-2021, (período de pandemia por la COVID-19), demostrado por sus resultados académicos, lo cual avala su pertinencia en contingencias epidemiológicas. Las tareas que lo conforman contaron con los requerimientos metodológicos necesarios para contribuir a la solución de las dificultades generadas por la contingencia y tributaron a los resultados académicos obtenidos en los exámenes de fin de estudios.