INTRODUCCIÓN
Cada día, mayor número de personas sobrepasan las barreras cronológicas, que el hombre ha situado, como etapa de vejez, que convierte al envejecimiento poblacional quizás, en uno de los desafíos más importantes para las sociedades modernas.1,2
En América Latina y el Caribe, la transición demográfica, de comienzo reciente, se caracteriza por su rapidez, la cual es un proceso generalizado; todos los países de la región marchan hacia sociedades más envejecidas, mientras la población en general crece en un 1,5 %, la población mayor de 60 crece en un 3,5 %. El 75 % de las personas que nacen hoy en esta región, serán adultos mayores y un 40 % sobrepasarán sus 80 años. De manera que, en un siglo, el porcentaje de adultos mayores se cuadruplicará.3,4
Los porcentajes estimados del grado de envejecimiento en los estudios realizados hablan, por sí solos, de la seriedad del problema, en los que no se evidencian acciones que puedan darle respuesta adecuada a sus consecuencias económicas y sociales.5,6,7
Para la población envejecida, estos estados mórbidos y sus consecuencias no letales son más graves, debido a que sus inicios no están marcados por eventos precisos y aislados, sino por un proceso gradual y difuso de deterioro de la salud física y mental que caracteriza al envejecimiento. Se trata de la conjunción de diversas condiciones (comorbilidad), cuya naturaleza progresiva modela la magnitud y la forma de los daños que ocasionan tanto sufrimiento personal como familiar, incrementan los costos de la atención y generan nuevas necesidades de apoyo, tanto comunitarias como institucionales.8
Es por eso, que las proyecciones de población constituyen una base fundamental para fines de planificación de las actividades económicas y sociales de un país, las cuales se utilizan cada vez más, como instrumentos indispensables para establecer, con cierto margen de error, aspectos como los siguientes: el número de consumidores de bienes y servicios clasificados según diversas características (sexo, edad, distribución geográfica, tamaño y composición familiar), los que constituirán la demanda potencial futura; volúmenes y características de los potenciales de oferta y demanda de mano de obra, factores esenciales para la programación del empleo; formación de recursos humanos y producción de los bienes y servicios.1
En este contexto, fisiológicamente, la cavidad bucal experimenta un proceso de envejecimiento natural, que puede estar directa o indirectamente relacionado con diversos factores: intrínsecos (genéticos, metabólicos, sistémicos); extrínsecos (tabaquismo, higiene bucal, uso de prótesis, medicamentos); factores relacionados con la limitación de las actividades psicomotoras y psicosociales, los cuales llevan al deterioro e incapacidad de los procesos de autocuidado que garantizan la calidad de vida de los gerontes.7,9
Se hace necesaria, por tanto, la participación de la familia y del personal de las instituciones que acogen a estos ancianos, para proveerles una mejor atención de salud, pero lamentablemente, en muy pocos lugares del mundo la asistencia y cuidado del paciente en asilos de ancianos y hospitales está garantizada.10,11,12,13,14
En atención a todos estos elementos, es comprensible que el envejecimiento de la cavidad bucal, al igual que el envejecimiento global del organismo, es un proceso que tiene una influencia importante en la calidad de vida de los pacientes. En los últimos años, se han desarrollado en el mundo diferentes herramientas o instrumentos dirigidos a la evaluación de la calidad de vida en relación a la salud bucal, entre ellos, los índices de salud bucal. Hoy, algunos de estos han sido aplicados y estudiados con gran confiabilidad, demostrada mediante su uso en publicaciones de gran importancia mundial. Cada uno de estos índices tiene una finalidad específica, sea para niños, para la población en general u otros más propios para cierta edad, como el The Oral Health Impact Profile (OHIP), específico para adultos mayores, lo que cambia la capacidad cognitiva de comprensión y autopercepción en las diferentes edades.15
La valoración del estado de salud bucal del adulto mayor, tradicionalmente, debería realizarse mediante un examen clínico y radiográfico, pero, por diversas causas, en muchas ocasiones y escenarios, no es posible. Estas situaciones han llevado a investigadores, en diversos países, a tomar en cuenta la posibilidad de valorar el estado de salud bucal, basándose en la percepción del paciente, por medio de los instrumentos de evaluación que toman en cuenta aspectos funcionales y psicosociales.
Por otra parte, el OHIP tiene como objetivo, la captura de los impactos que están relacionados con las condiciones orales en general. Todos los impactos en el OHIP se conceptualizan como resultados adversos, y por lo tanto, el instrumento mide los aspectos negativos de la salud oral.16
En la bibliografía revisada, no se encuentran evidencias de que en Cuba se haya aplicado este índice; por ello, se emprendió la presente investigación que se propone como objetivo: determinar el impacto de la salud bucal en la calidad de vida de adultos mayores institucionalizados.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, en el Hogar de ancianos Celia Sánchez Manduley, del municipio Santa Clara, en la provincia Villa Clara, durante el año 2019, mediante la aplicación del índice OHIP-14. La población estuvo representada por 140 adultos mayores institucionalizados y la muestra de 138, obtenida por muestreo intencional atendiendo a los siguientes criterios:
Criterios de inclusión:
Criterios de exclusión:
Adultos mayores con dificultades mentales, compromiso sistémico o discapacidades.
Adultos mayores que abandonaron la institución en medio de la investigación, por cualquier causa
Métodos, técnicas e instrumentos empleados:
Análisis documental. Se tuvo en cuenta para la obtención de la información que brinda la Historia Clínica Estomatológica Individual de los pacientes.
Variables:
Sexo: Masculino y femenino.
Edades: 60 a 64; 66 a 69; 70 a 74; 75 a 79; 80 a 84; 85 a 89; 90 a 99.
Cuestionario OHIP-14: Este cuestionario evaluó, como la condición bucal y el estado de la sobredentadura implanto-retenida afectó la calidad de vida, en el último mes.
Evaluación por preguntas: Según el resultado de las preguntas del OHIP-14 relacionado a los problemas con sus dientes, boca o prótesis dentales. Cada pregunta consta de cinco opciones de respuesta, a las que se le asigna un puntaje:
0-Puntos: Si responde: “nunca”.
1 punto: Si responde: “casi nunca”.
2 puntos: Si responde: “a veces”.
3 puntos: Si responde: “frecuentemente”.
4 puntos: Si responde: “siempre”.
Evaluación de las dimensiones: Se tuvieron en cuenta las respuestas a las preguntas dirigidas a las siete dimensiones que incluye el instrumento OHIP-14, de la siguiente forma:
Limitación funcional (preguntas 1 y 2): Dificultad para pronunciar palabras, cambio en el sabor de los alimentos.
Dolor físico (preguntas 3 y 4): Molestias dolorosas, incomodidad al comer algún alimento.
Malestar psicológico (preguntas 5 y 6): Preocupación o estrés.
Incapacidad física (preguntas 7 y 8): Dieta insatisfactoria, interrupción de comidas.
Incapacidad psicológica (preguntas 9 y 10): Dificultad para descansar, sentir vergüenza.
Incapacidad social (preguntas 11 y 12): Irritabilidad, dificultad para actividades cotidianas.
Minusvalía (preguntas 13 y 14): Vida insatisfactoria, incapacidad para actividades cotidianas.
Para evaluar la afectación de las dimensiones se procedió como sigue:
Presente: En aquellos individuos que reportan uno o los dos ítems involucrados en la dimensión como “frecuentemente” o “siempre”.
Ausente: En caso contrario a lo anterior.
Impacto de la salud bucal en la calidad de vida: Según la suma de todos los valores ordinales de las respuestas.
Alto: mayor de 56.
Bajo: rango de 0 a 56.
La investigación se realizó cumpliendo -estrictamente- los principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos, para lo cual se realizaron las coordinaciones pertinentes con el consejo de dirección del Hogar de ancianos donde se realizó la investigación, con la finalidad de explicarles los objetivos del trabajo.
RESULTADOS
A continuación en la tabla 1, se muestra la distribución de los adultos mayores encuestados, según grupo de edades estudiados.
Tabla 1 Distribución de los adultos mayores, según edad y sexo. Hogar de ancianos Celia Sánchez Manduley. Santa Clara. Enero-Diciembre/2018.

Fuente: Historia Clínica.
Como aparece en la tabla 2, en los resultados obtenidos a través del cuestionario OHIP-14 aplicado a los adultos mayores, se identificó una mayor tendencia general a la respuesta “nunca”, en especial en las preguntas 11 (91,3 %), 12 (85,5 %), 13 (81,9 %) y 14 (79,0 %) de las dimensiones de incapacidad social y minusvalía; seguido de “casi nunca” con porcentajes de un 30,4 % en la pregunta 3 y 31,1 % en la pregunta 4; “a veces” con el 11,6 % en la pregunta 3 y 12,3 % en la pregunta 4 (que representan impacto, ambas de la dimensión de dolor físico) con porcentajes, respectivamente. Los resultados estadísticos de Pearson arrojaron que no existe relación significativa entre las variables porque p>0,05.
Tabla 2 Evaluación por preguntas del índice OHIP-14 relacionado a los problemas con sus dientes, boca o prótesis dentales de los adultos mayores

Fuente: Instrumento OHIP-14 X2=239.620 p=0.000
La siguiente tabla 3 muestra la evaluación del impacto de salud bucal en los adultos mayores en instituciones establecidas según dimensiones seleccionadas.
DISCUSIÓN
En los pacientes de 60 años y más, existen cambios fisiológicos degenerativos en todos los sistemas del organismo, agravado por la pérdida de los dientes, reducción de los corpúsculos del gusto, así como su distribución, pues se reduce la capacidad de secreción de las glándulas salivales, y además, se disminuye la motilidad intestinal.
Los resultados obtenidos en relación al sexo, no coinciden con una investigación realizada por Becerra y col.,17) donde las féminas fueron más representadas que los hombres en el grupo de estudio.
El índice OHIP-14 es útil para identificar pacientes susceptibles de beneficiarse de prótesis implanto-retenidas; ello es demostrado por los hallazgos de este estudio, en el cual se encontró efecto o asociación entre el estado de la salud bucal relacionado a los problemas con dientes, boca o prótesis dentales y la calidad de vida de los adultos mayores.
Se afirma que, una mejora significativa en la calidad de vida de individuos (especialmente en las dimensiones de limitación funcional, incapacidad funcional e incapacidad psicológica), ofrecen un mejor funcionamiento y comodidad para muchos pacientes, en comparación con prótesis dentales.
Generalmente, los odontólogos obtienen información sobre la salud de sus pacientes mediante la anamnesis, el examen físico y los exámenes de laboratorio. La anamnesis no se basa en preguntas estandarizadas sobre aspectos cotidianos, físicos, sociales, personales, el bienestar mental o la percepción de salud por parte del paciente; el contraste, algunas veces obtenido entre las puntuaciones de este cuestionario y los datos biológicos (del examen clínico), puede sugerir el empleo de terapias alternativas, la presencia de más de un trastorno o la falla de los tratamientos empleados. El uso en la práctica clínica odontológica, de medidas que relacionan el estado de salud con la calidad de vida, puede facilitar la identificación precoz de los pacientes con síntomas no físicos, por ejemplo, cuando la disfunción psicosocial precede a la disfunción física.
El autor considera, que no siempre los adultos mayores proporcionan en forma espontánea toda la información necesaria, debido a que creen que sus problemas forman parte del proceso de envejecimiento. Por esto, la evaluación funcional que proporcionan las mediciones psicosociales (OHIP-14), de calidad de vida y salud bucal, revela muchas veces alteraciones físicas, mentales o emocionales, no detectadas solo con la evaluación clínica.
Por lo tanto, la atención en salud debe tener por objetivo, aumentar la capacidad funcional y el bienestar de las personas, integrando los datos obtenidos a partir de las mediciones de la calidad de vida relacionada con la salud bucal en las historias clínicas de los pacientes.
Diversos autores15,16) coinciden en que el impacto de la salud bucal sobre la percepción de la calidad de vida, reportaron mayores puntuaciones en la dimensión que evaluaba la función psicosocial, al no sentirse cómodos al comer delante de otras personas debido a problemas con sus dientes, comparada con la función física y la sensibilidad al dolor.
Los resultados obtenidos describen, que los adultos mayores perciben que sus problemas dentales de origen endodóntico o traumático, acompañados de dolor y la ausencia de la gran mayoría de sus dientes, representan un impacto negativo en su calidad de vida, lo que confirma la importancia de la salud bucal como factor determinante para la consecución del bienestar general. En este sentido, aunque los problemas dentarios o los desórdenes bucales de cualquier naturaleza ofrezcan poco riesgo para la vida, estos influyen de forma determinante en la calidad de vida de los individuos.
CONCLUSIONES
Se determinó un alto impacto de la salud bucal en la calidad de vida de adultos mayores institucionalizados en la población de estudio, con la aplicación del índice de OHIP; la dimensión con mayor representatividad fue la de dolor físico, y se identificó una mayor tendencia general, a la respuesta “nunca” en las dimensiones de incapacidad social y minusvalía.