INTRODUCCIÓN
Para cuidar la vida y la salud, se requiere del desarrollo de habilidades y actitudes personales dirigidas a optar por decisiones beneficiosas hacia sí mismo, de ahí la importancia de asumir el autocuidado como una estrategia para promover la responsabilidad de las personas en el cuidado de la propia salud.1
El autocuidado constituye un conjunto de acciones y comportamientos que contribuyen a mantener la vida, la salud y el bienestar de los individuos, y representa un constructor de relevancia en diversas áreas de la psicología.1,2,3
El término “conductas de autocuidado” ha sido abordado desde diferentes campos disciplinares, y fundamentalmente, en el ámbito de la salud.3,4 Se refiere a un conjunto de habilidades que desarrolla el individuo para conservar su propia vida, salud y bienestar.2 Muchas de estas actividades pueden realizarse como parte de la rutina diaria; las técnicas creadas para su evaluación están dirigidas a explorar con qué frecuencia realizan las personas las distintas actividades de autocuidado y si estas son satisfactorias.1,2
Diversas investigaciones concuerdan con la existencia de una estructura tridimensional del autocuidado constituido por el autocuidado físico (cuerpo), interior (mente) y social (relaciones interpersonales);5,6 mientras, desde una perspectiva teórica, Corral y colaboradores4) sostienen, que el autocuidado está básicamente compuesto por tres dimensiones: física, psicológica y espiritual.
A pesar de que en la revisión bibliográfica realizada, se encontraron varios instrumentos para evaluar las prácticas de autocuidado en pacientes con diferentes enfermedades crónicas no trasmisibles (insuficiencia renal, diabetes mellitus, hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, autocuidado de enfermería), no fue hallado alguno que cumpliera con las expectativas de esta investigación en pacientes convalecientes de IMA.7,8
Con la intención de ayudar a estos pacientes que transitan por la segunda fase de rehabilitación cardiovascular, al identificar las áreas de su vida que necesitan mayor atención, se diseñó un cuestionario para indagar en las conductas de autocuidado, de modo integral, explorando aspectos de la vida del sujeto en las dimensiones física, psicológica y social.
Previo a su aplicación, se realizó un proceso de validez y fiabilidad, dos criterios de calidad que debe reunir todo instrumento de medición, tras ser sometido a la consulta y al juicio de expertos. Son dos términos que están relacionados, aunque en algunas ocasiones, puede confundirse su significado.9,10
La validez hace referencia a la calidad que posee un instrumento para ser útil en la medición de un atributo. En cambio, la fiabilidad se expresa en la precisión de la medida, con la estabilidad en el tiempo.9,10) Por eso, es importante, que la medición que se realiza a través de un instrumento, bien sea un cuestionario o un test, sea válida y fiable.11,12,13
Se propone como objetivo: Validar el cuestionario de conductas de autocuidado diseñado para pacientes convalecientes de IMA.
MÉTODOS
Desde el paradigma de investigación cuantitativo, se asumió el diseño no experimental y un tipo de estudio instrumental, orientado al diseño y validación de un cuestionario, para evaluar las conductas de autocuidado en pacientes convalecientes de IMA.
Técnicas y procedimientos:
Para evaluar la validez de contenido fueron seleccionados nueve jueces expertos que cumplen con los siguientes criterios de inclusión:
Profesionales que ofrecieran su consentimiento informado.
Poseer cinco o más años de experiencia profesional en la atención a pacientes con enfermedades cardiovasculares.
Presentar una motivación por el tema que garantice el compromiso con el problema estudiado.
Se utilizó el coeficiente de validez de contenido (CVC) propuesto por el profesor Hernández Nieto, que valora el grado de acuerdo entre los jueces, respecto a cada uno de los diferentes ítems y al instrumento en general. Para ello, tras la aplicación de una escala ordinal de cinco posibles respuestas, se calculó la media obtenida en cada ítems y, en base a esta, se calculó el CVC para cada elemento:
CVCi = Mx
Vmáx
Donde:
Mx: media del elemento en la puntuación dada por los expertos.
Vmáx: puntuación máxima que el ítem podría alcanzar.
Debe calcularse el error asignado a cada ítem (Pei ) para reducir el posible sesgo introducido por alguno de los jueces, obtenido mediante: Pei = ( 1/j ) j ; siendo j el número de expertos participantes.
Finalmente, el CVCtc se calcularía: CVC = CVCi - Pei
Respecto a su interpretación, Hernández Nieto recomienda mantener únicamente, aquellos ítems con un CVC superior a 0,80 (1-3).
Fiabilidad, consistencia interna u homogeneidad de los ítems:
Para medir la fiabilidad se utilizó el coeficiente Alpha de Cronbach que expresa la consistencia interna de un instrumento, a partir de la covariación entre los ítems del cuestionario o test: cuanto mayor es la covarianza, mayor puntuación alfa (α); se concibe como aquella propiedad que valora la consistencia y precisión de la medida. Por tanto, alfa es un coeficiente de correlación al cuadrado que mide la homogeneidad de las preguntas al promediar las correlaciones entre todos los ítems, donde:
Criterios para evaluar al coeficiente Alpha de Cronbach:
α > 0,9 : Fiabilidad excelente
α entre 0,8 - 0,9 : Fiabilidad buena
α entre 0,7 - 0,8 : Fiabilidad aceptable
α entre 0,6 - 0,7 : Fiabilidad cuestionable
α entre 0,5 - 0,6 : Fiabilidad pobre
α < 0,5 : Fiabilidad inaceptable
El test se evaluó de manera global con la siguiente escala ordinal:
Una vez que el test pase ambas pruebas (validación y confiabilidad), se puede sugerir como un instrumento de evaluación.
Análisis de datos:
Se analizaron los datos en el programa estadístico SPSS versión 23. Se obtuvieron los datos descriptivos, el cálculo del CVC y el coeficiente de Alpha de Cronbach.
RESULTADOS
A continuación se muestra el puntaje total dado por los jueces obtenido de los criterios de evaluación escogidos: (Tabla 1)
CVCi (CVC para cada elemento desde CVC1 hasta CVC36)
Columna total del coeficiente de validez de contenido (CVCtc = CVCi - Pei (CVCi para cada elemento desde CVC1 hasta CVC36 - Error asignado a cada ítem desde Pe1 hasta Pe 36))
Para arribar a estos resultados se realizó el cálculo del CVC de cada uno de los ítems del test, luego, se sacó un promedio para poder validar todo el test. La primera columna identifica los ítems de la prueba (consta de 36 preguntas). La columna titulada Sxi se obtiene al sumar las calificaciones obtenidas, según criterio de cada uno de los nueve jueces. La columna Mx/20 representa la suma obtenida, dividida por la puntuación máxima que se puede alcanzar en cada una de las preguntas (20 puntos); se usó una escala de Likert de cinco puntos para evaluar cuatro criterios, este número es: 5x4=20.
Los criterios y sus indicadores de medición por escala Likert son:
Coherencia: el ítem tiene relación lógica con el indicador que está midiendo:
No tiene relación lógica para medir la dimensión.
Tiene escasa relación con la dimensión.
Tiene relación moderada para medir la dimensión.
Tiene buena relación con la dimensión.
Se encuentra completamente relacionado con la dimensión
Claridad: el ítem se comprende fácilmente, adecuada semántica y redacción.
No es claro.
Requiere bastantes modificaciones en las palabras.
Requiere algunas modificaciones en las palabras.
Requiere modificaciones específicas.
Es claro, tiene semántica y sintaxis adecuada
Relevancia: el ítem es importante, debe ser incluido.
Puede ser eliminado sin afectar la medición de la dimensión.
Tiene alguna relevancia, pero otro puede estar incluyendo lo que mide este.
Es relativamente importante.
Es importante.
Es muy relevante y debe ser incluido
Suficiencia: los ítem que pertenecen a una misma dimensión bastan para medirla.
No son suficientes para medir la dimensión.
Miden algún aspecto de la dimensión, pero no corresponden con la dimensión total.
Se deben incrementar los ítems para medir la dimensión completamente.
Son suficientes, pero pueden incrementarse.
Son suficientes
La columna identificada como CVCi es la primera estimación del coeficiente de validez de contenido, para el ítem número “i”; se obtiene al dividir la columna anterior por el número de jueces. Después, se le resta la probabilidad de “error” del cálculo anterior, el cual se expresa con la siguiente potencia: 𝑃𝑒𝑖 = ( 1/ 𝑗 ) 𝑗 , donde j denota el número de jueces que han calificado cada uno de nuestros criterios. En este caso Pei = (1/9)9.
La última columna, CVCtc, se obtiene de la resta de la columna CVCi con la probabilidad de error o Pei y representaría el coeficiente de validez de contenido del ítem del test. Luego, se promedian estos 36 números y se obtiene el coeficiente de validez de contenido de todo el test. En este caso sería: CVC=0,946093, lo cual representa un coeficiente de validez y concordancia, excelentes.
Fueron eliminados los ítems 11 (“Mi actividad sexual es adecuada”) y 25 (“Disfruto de las virtudes de la naturaleza”), cuyos coeficientes resultaron < 0,80. Tras la aplicación de estos criterios sobre el cuestionario preliminar, se obtuvo el cuestionario definitivo.
A continuación se presenta una tabla donde se observan las medidas de tendencia central (media aritmética) y de dispersión (desviación estándar) para cada indicador evaluado, según expertos. La media varió entre 4,52 y 4,97 puntos de manera global; ello indica que la escala de puntuación osciló entre evaluaciones de bueno y excelente para la mayoría de los ítems estudiados. Por otro lado, se demostró una dispersión escasa en los puntajes, dado por la desviación típica alrededor de la media del grupo; esta estuvo por debajo de 1 para todos los indicadores. (Tabla 2)
Los resultados de análisis de fiabilidad del test se muestran en las siguientes tablas resumen; en ella se expone el coeficiente Alpha de Cronbach cuando se suprime cada uno de los ítems. (Tablas 3 y 4)
Existe la posibilidad de elevar la confiabilidad del test al excluir reactivos que contribuyen menos al coeficiente de alfa (α); se recomienda un proceso iteractivo de exclusión de ítems de uno a uno, hasta que ya no se produzcan ganancias en el valor de alfa (α). Se conoce el aporte a la homogeneidad u heterogeneidad intrínseca de cada variable o categoría a través del Alpha de Cronbach, al eliminar un ítem. Así, los ítems: “Me siento autónomo y con capacidad para responder a los retos de la vida” (0,87), y “Me esfuerzo por superar el miedo al reinfarto” (0,87), constituyen los de menor aporte a la homogeneidad, ya que su eliminación incrementa esta de 0,862 a 0,87. Ello debe ser tenido en cuenta para otros procesos de validación más exhaustivos.
Al realizar el análisis de consistencia interna que se visualiza a continuación, se obtuvo un coeficiente Alpha de Cronbach global de 0,862, que expresa alta homogeneidad intrínseca del instrumento. (Tabla 5)
Los resultados en el coeficiente de correlación muestran una buena fiabilidad para las dimensiones físico (r=0,762) y social (r=0,689) y de menor consistencia (pero aceptable) para la dimensión psicológica (r=0,532). Para el cuestionario total, estuvo muy cerca de ser excelente (r=0,862).
El cuestionario quedó compuesto por 34 ítems distribuidos en tres dimensiones y consta de tres indicadores para elegir la respuesta, según corresponda (siempre, a veces, nunca).
Descripción de las dimensiones: ()
Física: conjunto de acciones dirigidas al cuidado físico. Incluye 11 ítems (del 1 al 11) para explorar: actividad física, nutrición, control de la salud, hábitos nocivos, sueño y descanso, conocimiento de la enfermedad.
Psicológica: conjunto de acciones dirigidas al cuidado psicológico. Incluye 15 ítems (del 12 al 26) para explorar: estados emocionales predominantes, funcionamiento cognitivo, autoestima, afrontamiento a la enfermedad, proyección futura.
Social: conjunto de acciones dirigidas al cuidado social. Incluye 8 ítems (del 27 al 34) para explorar: redes de apoyo, uso del tiempo libre, actividades de ocio, relaciones con familiares y amigos.
Finalmente, el cuestionario presentado muestra indicadores suficientemente claros de validezy fiabilidad, para ser utilizado.
DISCUSIÓN
Para el diseño del cuestionario de conductas de autocuidado dirigido a pacientes convalecientes de IMA, se tomaron como referentes varios instrumentos relacionados con el tema abordado:
-Escala de Valoración de Agencia de Autocuidado (Appraisal of Self-care Agency Scale, ASA) diseñada en idioma inglés por Isenberg y Evers en 1989. Consta de 24 ítems divididos en cuatro dimensiones: 1. Conocimientos de la situación de la enfermedad; 2. Hábitos de vida; 3. Afrontamiento psicológico; 4. Relaciones interpersonales. Fue modificada y traducida al español con el consentimiento de sus creadores, por la doctora Esther Gallegos,14) de México en el año 1998; validada en ese país, en adultos diabéticos, se obtuvo un nivel aceptable de consistencia interna para la escala total (α= 0,77).
-Escala de conductas de autocuidado (ECA): validado para la población mexicana por Soto y colaboradores.3) Está compuesta por 52 ítems que miden tres dimensiones de autocuidado: físico (20 ítems), psicológico (23 ítems) y espiritual (9 ítems), con cinco opciones de respuesta de tipo Likert. Su nivel de consistencia interna es alto para la escala total (α= 0,95).
-Cuestionario “Cuidado consigo mismo”, validado por Corral-Verdugo4 en población mexicana, 2020: formado por 18 ítems que se responden en una escala Likert de cinco puntos. Evalúa comportamientos como el ejercicio físico, ingerir alimentos saludables, promover emociones positivas, mantener relaciones positivas con los demás y practicar la meditación. Su nivel de consistencia interna es alto para la escala total (α= 0,94).
-Self-Care of Heart Failure Index versión 6,2 (SCHFI): versionado por Ávila y colaboradores,15 y validado por Wilson y otros,16 para su uso en Brasil, en pacientes con insuficiencia cardiaca, compuesta por 22 ítems divididos en tres escalas: mantenimiento del autocuidado, gestión del autocuidado y confianza del autocuidado. Su nivel de consistencia interna para la escala total fue razonable: (α= 0,74).
-Health-Promoting Lifestyle Profile II (la versión española del instrumento de Walker, Sechrist y Pender, 1990): ampliamente utilizado en población hipertensa y diabética en 2004 por Calvo González y otros, y con factores de riesgo cardiovascular, por Chilton, Hu y Wallace, en 2016, según Ofman;17 compuesta por 52 ítems que se agrupan en seis subescalas: autorrealización, relaciones interpersonales, nutrición, actividad física, responsabilidad con la salud y manejo del estrés. Su nivel de consistencia interna es alto, para la escala total (α= 0,91).
Aunque los instrumentos referidos anteriormente, así como el validado en este artículo, tienen especificidades diferentes relacionadas con los objetivos para los que fueron confeccionados, entre todos hay un factor común que los distingue, dado por las propiedades psicométricas probadas estadísticamente, que los convierten en instrumentos apropiados para ser utilizados en las poblaciones a las cuales van dirigidas.
En un segundo momento, se pretende aplicar este cuestionario validado en un estudio de pretest- postest, con el objetivo de evaluar las conductas de autocuidado en pacientes convalecientes de IMA.
CONCLUSIONES
En el cuestionario compuesto por 34 ítems distribuídos en tres dimensiones (física, psicológica y social), se demostró una validez y concordancia excelentes, y una alta homogeneidad intrínseca del instrumento. Sus propiedades psicométricas en términos de validez de contenido y fiabilidad, lo convierten en un instrumento apropiado para evaluar las conductas de autocuidado en pacientes convalecientes de infarto agudo de miocardio (IMA).