INTRODUCCIÓN
La cronología y orden de erupción de la dentición temporal aporta a los clínicos datos acerca de la maduración del paciente y su edad biológica; el proceso eruptivo influye en el desarrollo del sistema estomatognático, el crecimiento craneofacial y corporal, particularmente, el desarrollo de los dientes temporales que ocurre durante etapas muy activas del crecimiento y participa en el aprendizaje de la masticación, deglución adulta y pronunciación de fonemas. La dentición y la curva de crecimiento son orientativas de la maduración del infante; este conocimiento permite diagnosticar, elaborar planes de tratamiento y prever pronósticos; es de interés antropológico, demográfico, forense y paleontológico.1,2,3,4,5
La erupción de los dientes primarios es de gran variabilidad entre individuos y poblaciones, debido a factores que la afectan como la herencia, color de la piel, clima, peso al nacer, nutrición, factores prenatales relacionados con la madre, entre otras.6,7,8 Es útil tener presente, el patrón de erupción promedio para determinar si hay adelantos o retrasos notorios, si se encuentra mayor variabilidad en la cronología que en la secuencia. Muchos países han determinado sus estándares, en este siglo se han publicado estudios en diversas locaciones y existe debate sobre los resultados. En Cuba se utilizan las tablas de Mayoral y Moyers, procedentes de poblaciones foráneas. En el siglo pasado, Águila publicó estándares de la población cubana, aunque su uso no se generalizó; con más de 30 años de antigüedad, a causa de las tendencias seculares estos deben ser reevaluados; en la actualidad, no se ha implementado una norma clínica;1 ello motivó esta investigación, se definió como objetivo: Describir los patrones del orden y la cronología de brote de la dentición temporal.
MÉTODOS
Se realizó un estudio epidemiológico descriptivo entre los años 2014 a 2018, de sujetos nacidos en Villa Clara, con edades comprendidas entre 3 meses y 4 años, nacidos a término con peso mayor a 1 500 gramos, sin malformaciones congénitas o alteraciones del macizo craneofacial, sin afecciones del desarrollo, no hipercariados, sin pérdidas prematuras dentales, sin hábitos bucales deletéreos y con relación hueso-diente aceptable.
Para la selección de la muestra se eligieron al azar cuatro de las seis áreas de salud del municipio de Santa Clara, en los policlínicos «José Ramón León Acosta», «XX Aniversario», «Ramón Pando Ferrer» y «Marta Abreu»; en estos, la población entre tres meses y cuatro años ascendió a 4 728, se calculó un tamaño muestral de 520 sujetos. Los individuos seleccionados se agruparon de 2 a 6 meses, 7 a 12 meses, 13 a 24 meses, 25 a 36 meses y 37 a 48 meses.
Se fijó un error cuadrático medio de 4 y una confiabilidad del 95 %. Para seleccionar las unidades de análisis se utilizó muestreo polietápico aleatorio simple.
Se definieron cinco estadios, según criterios del investigador: 1- Ausencia del diente; 2- Al menos visible una cúspide o borde incisal; 3- Erupción de ⅓ de la corona; 4 de ⅔ de la corona y 5- Alcance del plano oclusal.
Se exploró en una observación única, las arcadas en oclusión; se apreció visualmente, el tamaño de los dientes brotados y disposición del plano oclusal; se dio un valor correspondiente a un estadio; se registró fecha de nacimiento y edad del individuo.
El examen se realizó en los consultorios médicos y círculos infantiles, en un local iluminado y usando espejo claro # 5. Los datos se registraron en un formulario. Se tuvieron en cuenta las normativas bioéticas.
Para procesar los datos, se utilizó el paquete estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS versión 21.0). Como medidas de resumen para variables cualitativas, se utilizaron frecuencias absolutas y relativas; para variables continuas, como medida de tendencia central, la mediana y de dispersión, el intervalo intercuartil. Se desestimó el uso de la media, porque es poco resistente a valores extremos de los datos. Para la estimación de la edad en cada estadio de brote, se calcularon promedios ponderados. Como medida de dispersión se utilizaron las Bisagras de Tukey (percentil 25 y 75), medidas de rango intercuartil.
Se consideró, que había simetría cuando los homólogos contralaterales estaban presentes sin tener en cuenta el estadio. Se compararon dientes elegidos para definir el momento de brote: se consideró anterior, cuando estando en estadio 2 o superior, el que se compara está en estadio 1; cuando estando en estadio 3 o superior, el que se compara está en estadio 2; es simultáneo, cuando ambos se encuentran en estadio 2. Es posterior, si estando en estadio 1 o 2, el que se compara está en estadio superior; se exceptuaron los dientes que coincidían en estadio 1 o 5, donde no se puede calificar el brote porque no es posible predecir el momento que brotará o determinar cuándo brotó; para el momento de brote se exceptuaron además, las combinaciones de estadios: 3-5, 3-3, 4-4, 4-3, 4-5, teniendo en cuenta posibles velocidades diferentes de brote.
RESULTADOS
El grupo de edad más representado fue el de 25 a 36 meses, con 178 individuos (34,2 %) y el de menor representación fue el de 2 a 6 meses, con 45 infantes (8,7 %). El test de Mann-Whitney (significación = 0,42) evidenció que no existieron diferencias intersexuales en la muestra.
Las edades de los estadios 2 y 5 son representativos del brote y alcance oclusal; las edades para el estadio 2 del incisivo central superior son las siguientes: a los 7 meses, el 25% de los sujetos tenían el diente en estadio 2; en el 50% ocurrió a los 8½ meses; en el 75% a los 10½ meses; el brote para los sujetos precoces está alrededor del 25 percentil; en los promedios 50, los tardíos, 75 percentil. Lo mismo es aplicable al analizar el estadio 5. (Tabla 1)
Al analizar el momento de brote, tanto en el maxilar como en la mandíbula, los 1ros molares brotaron antes que los caninos, en más del 88,89% de los casos; los 2dos molares aparecieron después que los caninos en más del 98,53 %; algunas frecuencias intraarco aberradas, como incisivos laterales antes que centrales fueron inexistentes; otras, como caninos antes que 1ros molares o 2dos molares antes que 1ros, oscilaron entre 0,14 % y 6,52 %. En cuanto al momento de brote interarco, los incisivos centrales y laterales -1ros y 2dos molares inferiores- brotaron con mayor frecuencia antes que los superiores, mientras que los caninos superiores suelen aparecer antes que los inferiores. (Tabla 2)
El orden más frecuente de brote, a partir de los datos en las tablas 1 y 2 ocurrió en tres etapas; en la primera brotaron los incisivos, todos estuvieron visibles en 4 meses; se estableció un periodo de reposo de aproximadamente, 6 meses que comenzó el brote del segundo grupo: 1ros molares y caninos estuvieron visibles en algo más de 3 meses, luego ocurrió un reposo de alrededor de 5 meses, y comenzó el brote de los 2dos molares. El orden intraarco para maxilar y mandíbula fue: incisivo central, incisivo lateral, 1er molar, canino, 2do molar. (Figura 1)
La siguiente figura indica la presencia de simetría en el brote, en más del 79 %. Los más simétricos son: incisivos centrales inferiores (98,85 %); incisivos centrales superiores (97,22 %). (Figura 2)
A continuación, se comparan las edades en años y meses obtenidas para el estadio 2 al 50 percentil, con las edades de brote propuestas por Mayoral, Moyers y Águila. El autor desconoce los procederes utilizados por los otros. La información debe evaluarse teniendo en cuenta estas limitaciones.
La mayor cantidad de coincidencias (4) ocurren con los promedios de Águila, seguido por Moyers (3) y solo una coincidencia para Mayoral, en el resto de los dientes de manera general, se observa tendencia al retardo en relación con Mayoral y Águila, y adelanto con Moyers. (Tabla 3)
DISCUSIÓN
El brote dentario de un sujeto se evalúa, comparándolo con tablas elaboradas a partir de estudios poblacionales; debido a la variabilidad de este suceso, como característica de los procesos asociados al crecimiento y desarrollo, y en atención además, a que los factores demográficos, raciales y nutricionales varían de un área geográfica a otra, pueden tener un efecto sobre la dentición temporal; es aconsejable, que estos estándares sean obtenidos a partir de estudios en la misma población a la que van a ser aplicados.1,2,7,9
Los reportes de diversos países evidencian diferencias para las edades de brote de la dentición temporal; se refieren, a que los niños coreanos tienen una erupción adelantada, seguidos por los niños españoles, que también presentan edades medias de emergencia tempranas; Arabia Saudita presenta retraso en comparación con niños caucásico; se informan semejanzas en niños irlandeses y escandinavos, y retrasos en niños de la India al ser comparados con otras poblaciones; se ha dicho incluso, que dentro de un mismo país es posible encontrar diferencias regionales.6,9)
Las edades de brote encontradas en este estudio, de manera general, muestran una tendencia al retardo con las de Mayoral y Águila, y adelanto con Moyers; si bien, estas diferencias nunca son mayores de 3 meses y pudiera considerarse poco significativo desde el punto de vista clínico, en relación con los resultados de un estudio realizado en La Habana,10 las edades de brote en Villa Clara son mayores para casi todos los dientes, excepto el canino inferior; las diferencias oscilan entre 1 y 3 meses, llegando a 6 para el 1er molar superior; sin embargo, son significativamente menores para las reportadas por Gunashekhar2 en niños de la India, Arabia Saudita, Egipto y Nepal.
Agudelo y otros11,12,13 refieren, que entre los 6-7 meses son las edades más frecuentes de inicio de la erupción de la dentición primaria, el brote ocurre generalmente, por pares homólogos, en el siguiente orden: incisivos centrales inferiores (6-7meses), incisivos centrales superiores (8-9 meses), incisivos laterales superiores (9-10 meses), incisivos laterales inferiores (10-11 meses), primeros molares inferiores y luego, los superiores (14 meses), caninos inferiores; después, los superiores (18 meses), segundos molares inferiores y a continuación los superiores (24 meses). Aproximadamente, entre los 2 años y medio, y los 3 años se completa la dentición primaria.
Coban7 apunta, que el brote de los dientes temporales -usualmente- comienza de 4 a 10 meses después del nacimiento; los 20 dientes suelen estar presentes en la boca sobre los 30 meses; en el 1% de los infantes, el primer diente brota antes de los 4 meses, así mismo, el 1% no tendrá su primer diente hasta los 12 meses de edad. Es dentro de este rango de edad, donde usualmente, se inscriben las diferencias que se pueden hallar entre individuos y entre poblaciones.
Al comparar el orden de brote de los villaclareños, con datos de 11 poblaciones reportados en cuatro artículos recientes,2,7,9,10 encontramos, que el primer diente en brotar en los niños villaclareños fue el incisivo central inferior, esto coincide con lo notificado; generalmente, el brote primero del central superior solo se verificó en 5 sujetos y coincide con lo más frecuente en una población de Ciego de Ávila, según el reporte de Morgado, citado por De Armas.10 Estudios anteriores brindan una consistente evidencia, de que la secuencia de brote más común es: incisivo central, incisivo lateral, 1er molar, canino y 2do molar. Lo usualmente visto es que, el lateral superior aparezca antes que el inferior, ello solo ocurrió en algo más de una cuarta parte de los villaclareños; fue más frecuente, que el lateral inferior brotara antes y coincide con solo 4 informes, con el de De Armas10 en Cuba y Gunashekhar2 en la India, quien a su vez, informa semejante hallazgo en niñas egipcias y varones nepalíes.
En los niños villaclareños, el 1er molar brotó antes que el canino en más de 9 sujetos de cada 10, lo que coincide con todos los informes, excepto con el de De Armas,10 quien indica como secuencia para el maxilar: Incisivos centrales- 1ros molares- laterales- caninos- 2dos molares; en la mandíbula: incisivos centrales- laterales- 1ros molares- caninos- 2dos molares. Según la mayoría, lo común es que los 1ros molares y caninos superiores anteceden a sus homólogos inferiores; en los villaclareños, esto se cumplió para el canino, pero, fue más frecuente que el 1er molar inferior brotara antes; coincide con el informe, para este diente según Indira9 y por lo reportado por Gunashekhar2 para los egipcios y para los varones nepalíes; este mismo autor informa, que el canino inferior de los varones en Arabia Saudita brota antes que el superior, contrario a lo que ocurre mayormente.
En Villa Clara, en los infantes, el 2do molar mandibular brotó antes que el maxilar en algo más de 7 de cada 10 niños; ello coincide con los resultados de tres estudios procedentes de la India; es reportado, en féminas egipcias y varones nepalíes lo contrario (2do molar superior antes que el inferior), informado en una población de Turquía y de Arabia Saudita, en dos estudios procedentes de India y para las hembras egipcias.1,2,7,9)
Los dientes homólogos contralaterales brotaron al unísono en más de 90 de cada 100 niños; en este sentido, aunque algunos autores reportan diferencias entre las hemiarcadas derecha e izquierda, estas casi nunca alcanzan significación estadística y cuando la alcanzan, las diferencias en tiempo entre los hemiarcos suelen ser menos de 3 meses, por lo que carecen de significación clínica.2,7,9,10
Se reporta, como se ha observado, que las diferencias encontradas al comparar estos estudios, pueden ser parte de las variaciones en los diseños metodológicos y las técnicas de muestreo; los estudios de medias en un fenómeno tan variado pueden inducir sesgos, tal vez, las frecuencias de distribución acumulativas sean más apropiadas; queda pendiente todavía, para la comunidad científica, hacer un análisis sobre este particular.
El estudio y seguimiento de la dentición temporal resulta engorroso, por lo difícil del manejo de los pacientes y por sus exiguas visitas a las consultas estomatológicas en estas edades; sin embargo, la supervisión del clínico es importante si se considera, que con el brote secuencial de los dientes deciduos se establecen las pautas masticatorias por primera vez en la vida del individuo. Con la aparición de los incisivos, la mandíbula encuentra una restricción a los movimientos anteroposteriores que hasta este momento había realizado libremente, estos dientes, al entrar en contacto despiertan estímulos neurales que serán importantes en el ulterior desarrollo del sistema estomatognático y en su funcionamiento, se comienzan a esbozar los movimientos de lateralidad; cuando los 1ros molares emergen, se establecen por primera vez, relaciones dentarias de cúspides con fosas, ocurre un levantamiento de la mordida, la mandíbula comienza a tomar su posición media centrada, el brote de los caninos condiciona la aparición de la guía canina y el perfeccionamiento de los movimientos de lateralidad alternantes, de suma importancia para proveer estímulos de crecimiento adecuados; con el brote de los segundos molares se consolida el primer levantamiento fisiológico de la oclusión; durante todo este proceso, el sujeto va adquiriendo la forma de deglución adulta. De no cumplirse adecuadamente esta secuencia, ocurrirán patrones funcionales deletéreos que perjudican el adecuado desarrollo de los dientes temporales, cuyas anomalías serán transferidas a la dentición permanente. Tal vez, sea adecuado realizar controles cada 3 o 4 meses con propósitos de intercepción; para ello, el clínico debe poseer sólidos conocimientos del desarrollo de los dientes temporales.
CONCLUSIONES
Se encontraron diferencias para la edad de brote de los dientes temporales en relación con las tablas de Mayoral, Moyers y Águila. El brote ocurrió por etapas, que incluyeron determinados grupos dentarios separadas por periodos de reposo; el orden más frecuente fue: incisivos centrales, incisivos laterales, 1ros molares, caninos, 2dos molares; las secuencias polimórficas fueron encontradas en poca cantidad de sujetos. Los dientes inferiores brotaron con más frecuencia, antes que los superiores; a excepción del canino, predominó la simetría en el brote. Se elaboró una tabla de edades de brote ajustada a la población villaclareña.