Introducción
Las transformaciones que ocurren en el planeta en materia económica, educativa, social, política y cultural, unido a los grandes avances de la ciencia, la tecnología y la información en estos tiempos, han producido un nuevo contexto socio histórico, cuando la sociedad humana cada día debe asumir los cambios y retos que le impone la sociedad de la información y el conocimiento. Todos estos procesos han impactado al sistema de salud en el mundo y establecido una nueva concepción para el enfrentamiento a los problemas en este ámbito.
Esta realidad merece especial atención, dada su complejidad. Se requiere una visión axiológica de la percepción del riesgo para la búsqueda del bienestar colectivo de la sociedad.
El siglo XXI se considera el siglo de la aplicación de las ciencias sociales a la solución de los problemas de salud, por lo determinante del componente social en la salud pública.
En todas las sociedades la medicina se ocupa del enfrentamiento contra las enfermedades; no obstante, se ha abierto paso, de modo lento, pero firme, el criterio de que la salud humana requiere que la organización de la sociedad dedique atención, con prioridad, a prevenir la enfermedad y promover la salud. 1
La estrategia para el desarrollo de la política de salud de la población contempla varias direcciones, y la principal es fortalecer la comprensión de la población sobre los factores determinantes de la salud y promover la participación popular en acciones que mejoren la salud de la población. Referencias de varios autores definen también premisas del enfoque de salud de la población, y la esencial es que la salud está determinada por las interacciones complejas entre las características individuales, los factores sociales y económicos y los entornos físicos. 2
La medicina, como ciencia sociobiológica, considera los componentes biológicos y los factores ambientales y de la conducta, tanto en el estudio del ser humano como en el proceso salud - enfermedad y de la propia medicina como ciencia. A la luz de los fundamentos de la renovación conceptual de la Salud Pública, es vista como proceso sociocultural e histórico y como actividad humanística por excelencia; es conocimiento y técnica manifestados en práctica al servicio y basada en valores, con la aceptación de que es función de una sociedad organizada sumar los esfuerzos de sus miembros en la actuación solidaria para el cumplimiento de esa responsabilidad en favor de la salud de todos.
La identificación de las necesidades de salud presupone la definición y aplicación de las respuestas para satisfacerlas. En consecuencia, la Salud Pública como actuación científica y técnica valora la evidencia identificable y medible.
La salud urbana es un tema complejo que no está solo determinado por factores materiales y de acceso a servicios básicos e infraestructura. Los principales obstáculos para mejorar la salud urbana no son técnicos o financieros, sino que están relacionados con la comunicación y la educación en función de tales asuntos.
El proceso de urbanización aumenta el riesgo de ciertas enfermedades infecciosas. Un ejemplo clásico fue la epidemia de cólera en París, en 1830. También, en 2010, la Organización Mundial de la Salud destacó el aumento de la incidencia de la tuberculosis en las zonas urbanas. Añadido a esto, la destrucción de bosques y hábitat tradicionales de insectos y animales obliga a estas especies a desplazarse a nuevas zonas. Así, los seres humanos conviven cada vez más con vectores de enfermedades adaptados exitosamente para vivir en el hábitat urbano. (3,4
El hacinamiento y el desplazamiento de la población vinculados al estilo de vida urbano aumentan el riesgo de estar en contacto con nuevos virus y parásitos. El dengue, el chikungunya y otras enfermedades vectoriales constituyen problemas de salud pública importantes para numerosas zonas urbanas en el mundo. En este contexto de riesgo, la comunicación cumple una especial importancia, al permitir el aprovechamiento práctico del conocimiento científico y la apropiación de la ciencia por parte de la sociedad, con el objetivo de prevenir enfermedades y mantener y recuperar la salud.
En la sociedad contemporánea, a la trascendencia socio-ético-científica se le otorga una actualidad e importancia vitales para el futuro desarrollo sostenible de la actividad de las ciencias a escala mundial, donde esté presente la formulación de un espacio de reflexión axiológica asociado a la competencia comunicativa que favorezca el desarrollo de valores de la comunicación.
En los últimos dos lustros la población cubana ha estado amenazada por brotes epidémicos de enfermedades transmisibles, consideradas emergentes y reemergentes. Uno de los elementos que se señala que vulnera su control ha sido la actitud de los ciudadanos ante el deber de cuidar su salud, condicionada por el criterio de que carecen de la suficiente percepción de riesgo para reducir la posibilidad de eliminación de estas enfermedades. 5) De ahí se revela un problema por investigar. ¿Cómo incorporar el enfoque axiológico en los servicios de salud para estimular la percepción de riesgo en los escenarios sociales? El objetivo que se persigue es sistematizar el análisis de la percepción de riesgo desde un enfoque axiológico.
Método
Se realizó una investigación, con el enfoque histórico-lógico para conocer el objeto de investigación en sus antecedentes y las tendencias actuales; a partir del análisis dialéctico materialista con visión crítica, se interpretó el problema. En el análisis de fuentes bibliográficas, la búsqueda y recopilación documental se pudo constar la riqueza conceptual de la temática abordada y la necesidad del estudio desde una interpretación axiológica para favorecer la comprensión de este fenómeno.
Resultados
Incursionar en la protección de la salud humana, con enfoque poblacional, constituye el desafío de la práctica médica; apropiarse de manera sensible de la realidad, de todo lo que incluye al individuo como el principal actor social y sujeto activo de su propio entorno, más allá de un enfoque biológico con un criterio valorativo, favorecerá entonces este humano desempeño. Lo exigen los paradigmas establecidos en siglo XXI para el sector de la salud.
El valor práctico del progreso científico es moderar la influencia hostil del universo al ser humano, se favorece el conocimiento de los fenómenos, se prevén los hechos y pronostican los sucesos y con ello su prevención. Afirmaba Einstein que el desarrollo de la ciencia, además de sus aplicaciones prácticas y las ideas que aporta, favorece la comprensión y explicación del mundo. 6)
La filosofía de la ciencia es una actividad epistémica, metodológica y axiológica, que apunta al deber ser de la ciencia, promueve nuevos valores teóricos y prácticos del quehacer científico y enfatiza la responsabilidad ética y social de la investigación. Los valores desempeñan un papel central, inherente a su propia estructura de búsqueda racional de comprensión del mundo natural que constituye el entorno de la vida, evidencia del nexo de la ciencia, las cuestiones evaluativas y la ética.
En la reproducción y el mejor desarrollo del conocimiento científico, los valores rigen el orden, claridad, capacidad argumentativa, potenciación del espíritu crítico, modestia intelectual, respeto por la dignidad humana, interés por ayudar a solucionar los problemas más graves de su propia sociedad y respeto por el medio ambiente. Lo anterior sustenta la pluralidad axiológica de la actividad científica, para ser considerada imprescindible, dada su racional relevancia.
El estudio del riesgo mantiene su utilidad en los ámbitos tecnológicos, de la práctica de las ciencias biomédicas, políticas ambientales, económicas y los distintos procesos en la toma de decisiones que se deducen de estos. 7 Hasta se discursa de la sociedad del riesgo y se le asocia, entre otros elementos, a la individualización del ciudadano y al incremento de su incertidumbre. 8
El término "riesgo", concepto fundamental de la epidemiología, su mencionada reiteración en el uso cotidiano, vulnera su importancia y tal vez lo aleja de la relevancia que posee en el desarrollo de esta disciplina científica, considerado el riesgo en su desarrollo desde lo social corriente, lo epidemiológico hasta lo técnico de la clínica. 9)
Necesario distinguir riesgo y percepción de riesgo. Riesgo en epidemiología es la probabilidad de un evento, desde su manejo integral; es la relación entre la gravedad de la amenaza y la vulnerabilidad de la población expuesta. A la vez, la vulnerabilidad, definida como la predisposición a verse afectado de manera adversa por un evento, medida objetiva, posible de cuantificar. La percepción de riesgo es una construcción social determinada por el juicio subjetivo que las personas hacen sobre las características y la gravedad de una amenaza o un riesgo. Término utilizado comúnmente en referencia a los peligros naturales y las amenazas al medio ambiente o la salud. 10
Desde un enfoque psicológico, el riesgo es entendible desde el plano real y el subjetivo y su valoración desde una vertiente individual o colectiva. En sentido estricto, el riesgo se configura a partir de la información y las experiencias que una persona va acumulando; así, la percepción de riesgo aumenta significativamente con la edad. La perspectiva de riesgo subjetivo-colectivo contará con la percepción o creencia que asuma unitariamente todo el colectivo. 11
Abordar el riesgo y su percepción incluye lo objetivable y lo más intangibles. Medidas o instrumentos disponibles para la evaluación de estos aspectos aún resultan limitadas, dada la complejidad del ser humano, que evalúa los riesgos, incertidumbres y otros desde su propio razonamiento.
Desde la competencia del entendimiento humano es, primero, la naturaleza de las cosas como son en sí mismas, sus relaciones y su manera de operar; o segundo, aquello que el hombre mismo debe hacer, como un agente racional y voluntario, para alcanzar cualquier finalidad, especialmente su felicidad; o, tercero, las maneras y medios a través de los cuales el conocimiento de uno y otro aspectos se adquiere y se comunica, así la ciencia lo divide propiamente en esas tres clases, que constituyen los tres objetos de nuestro entendimiento: el ser, el decir y el deber ser. 12
La evolución social del hombre no es suficiente que sea superior a otras especies, que viva en un medio social de forma activa y se desarrolle por la interrelación con quienes los rodean; también se hace necesaria su valoración de los procesos que allí ocurren y su contribución al desarrollo social. 13
Es determinante el aporte de la axiología, al situar los valores como determinaciones espirituales y la significación positiva de las cosas, fenómenos u objetos para un individuo, grupo, clase social o sociedad en su conjunto.14 Discurso teórico que transita por los principios, rectores, que, asimilados, forman valores y, al afianzarse, se convierten en convicciones, reguladoras, orientadoras de conducta e intervienen en lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace.
Los actos humanos, al tener significación para el individuo y para los demás, se fomentan como un valor social, y en la medida en que el individuo tome conciencia lo asume y le permite ser aprobado, aceptado y reconocido; la concientización del valor se traduce en un acto de conducta, de comportamiento personal y social. Por eso los valores constituyen aquel mecanismo social que le permite al ser humano una relación selectiva con el medio que le rodea.
Los humanos, como todo ser vivo, disponen de capacidad para distinguir lo que posee una significación positiva para su vida de aquello que tiene una significación negativa. La carencia o pobre fomento de valores aliena y debilita a las personas.
Integrados a la práctica de los servicios de salud, se precisan actores sociales que, en lo individual y en su escenario comunitario, se forjen como personas críticas, con discernimiento ante la realidad y desarrollen un acercamiento e interacción personalizada en el progreso del ambiente que los rodea y de su contexto social.
La perspectiva de la praxis axiológica en salud, inherente dentro del proceso laboral, en la dimensión humana del profesional de la salud, fluye a través de la comunicación, en la búsqueda de estilos de vida saludables de las personas, incluida una adecuada percepción del riesgo en cada contexto comunitario con miembros cohesionados socialmente y abiertos a la integración, ya que adquirir conciencia crítica es seguridad. 14
Al conocer y apreciar la existencia valorativa de las personas en su entorno, es útil para desarrollar el encuentro o enfoque axiológico, que aspira superar la indiferencia y lograr que cada individuo en su medio adquiera una conciencia crítica de su realidad. Dado que los valores, considerados como componentes indispensables para educar la condición humana, ejes fundamentales para su orientación y que constituyen la clave del comportamiento de las personas, principios básicos, en el sostenimiento de la sociedad, se transmiten. 14) Ellos actúan como marcos referenciales de orientación del sujeto en el mundo y su relación con los demás, lo que propicia retomarlos desde la dinámica comunitaria para formar personas comprometidas, consigo mismas y con su entorno, su comunidad, su país y el planeta mismo.
El creciente protagonismo de la dimensión preventiva de la medicina y el impacto del estilo de vida en la promoción de la salud colocan a los prestadores de salud, además, en la función de comunicadores sociales. La sociedad demanda un efectivo respeto hacia sus derechos y valores como ser social o paciente.
La conveniencia de potenciar un desempeño ético, el entrenamiento profesional en la forma de relacionarse con la familia como microcosmos comunitario, constituye la credencial decisiva en la promoción de la salud de sus miembros o el cuidado como paciente. Es un imperativo desarrollar la dimensión humana y social de la medicina en la competencia del profesional de la salud.
La conducta de las personas ejerce influencia social; el ejemplo, es por excelencia, un mecanismo eficaz para la formación, desarrollo y fomento de valores y para alcanzar una concientización clara de percepción de los riesgos.
De las cualidades sustantivas, relacionadas con la vocación médica, se señalan, la disposición permanente de colaboración, los conocimientos acerca del origen y naturaleza de las enfermedades y sus principales características, junto a las habilidades y destrezas para la praxis. La calidad del profesional de la salud, conductor del proceso de instrucción para la ejecución y desarrollo de las acciones de salud, desde su desempeño, logra el acceso a la absoluta confianza de la comunidad. Momento que materializa valores consistentes, de su proyecto de vida, y lo convierte, desde el diálogo axiológico, en agente multiplicador, del mensaje educativo en su contexto comunitario.
La nueva sociedad de la información, del conocimiento y del talento humano resalta la importancia del valor del conocimiento, tácito y explícito, que conlleva a repensar y construir estrategias efectivas para lograr los objetivos que las fortalezcan y les aseguren ser más competitivos para posicionarse hacia el impacto esperado.
La percepción del riesgo desde la dimensión axiológica obedece a cómo se comunica la información sobre el riesgo, mecanismos psicológicos para el procesamiento de la incertidumbre y las experiencias previas de peligro. Las personas construyen su propia realidad y evalúan los riesgos de acuerdo con sus percepciones subjetivas.
La percepción del riesgo está profundamente vinculada al desarrollo de la autoconciencia, de la autovaloración, de las emociones, de las convicciones, de la voluntad y de la configuración de una escala de valores. Estos elementos constituyen mecanismos funcionales de la conciencia moral de cada individuo en el cumplimiento de sus funciones y en función de la transformación social. La comunicación de riesgo es más eficaz cuando se integra con el análisis y la gestión de riesgos, al contrastar la amenaza con un componente subjetivo expresado en la reacción emocional de la audiencia. 15
La percepción de riesgo, factor principal para asegurar la protección de la salud, representa un componente subjetivo fundamental para el diseño de estrategias de comunicación y se relaciona con valores, procesos y confianza. La ponderación de los elementos psicológicos, personales, culturales y sociales en el juicio subjetivo es aún objeto de debate. Resultan importantes la información y los conocimientos relacionados con la vulnerabilidad que se adquiere, si no se asumen con conciencia crítica la interiorización de las medidas preventivas, primordial para la evitación de los daños que puede sufrir. La forma de percibir y valorar los “riesgos” para la salud por parte de la población y de los profesionales e instituciones sanitarias es diferente, lo que condiciona una reflexión profunda acerca de las estrategias de intervención adecuadas para superar dicho desajuste y mejorar la labor de la Salud Pública.
Los estudios desde el paradigma psicométrico demuestran que el riesgo percibido se ve afectado por la falta de control, temor, potencial catastrófico, consecuencias fatales y la distribución no equitativa de los riesgos y beneficios; entre otros, 16 se citan diversos factores que influyen en aumentar la percepción de riesgo. Entre ellos se incluye:
Voluntariedad: Riesgos involuntarios son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos voluntarios.
Control: Riesgos bajo el control de los demás son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos bajo control del individuo.
Familiaridad: Riesgos desconocidos son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos conocidos.
Equidad: Riesgos distribuidos de forma desigual son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos distribuidos uniformemente.
Beneficios: Riesgos con un beneficio poco claro son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos con un claro beneficio.
Entendimiento: Riesgos difícil de entender son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos claramente comprensibles.
Incertidumbre: Riesgos desconocidos son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos conocidos.
Temor: Riesgos que generan fuertes sentimientos como el miedo son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos que no crean sentimientos tan fuertes.
Desconfianza: Los riesgos fiduciarios conectados a las personas o instituciones con baja credibilidad son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos vinculados a las personas u organizaciones confiables.
Reversibilidad: Riesgos con efectos irreversibles son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos sin tales efectos.
Interés personal: Riesgos a nivel personal son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos más impersonales.
Ética y moral: Riesgos relacionados con las condiciones éticas o morales bajas son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos vinculados a las altas condiciones éticas o morales.
Víctimas conocidas: Riesgos con múltiples víctimas identificables son percibidos como mayores riesgos, en comparación con los riesgos con víctimas estadísticos.
Catástrofes: Los riesgos con potencial de crear víctimas con concentraciones espaciales o temporales son percibidos como mayores, en comparación con los riesgos que son difusos a través del tiempo y el espacio.
Asimismo se asocia a un aumento en la percepción de riesgo a factores, además de la incertidumbre sobre la probabilidad de ser afectado, como la existencia de grupos más afectados, el temor hacia el evento, la percepción de vulnerabilidad, la experiencia personal y también la posibilidad de catástrofe. Y se señalan factores asociados a una reducción en la percepción de riesgo, como el conocimiento sobre el evento, la comprensión del riesgo, el control sobre el riesgo, la reversibilidad del daño y la confianza en las autoridades. 16
El tiempo largo de visualización de los problemas de salud se asocia como dificultad para la acción personal y comunitaria en la conciencia expresa de “riesgo”, espacios de certidumbre hacia donde debe moverse el discurso epidemiológico y nacen las demandas de intervención en Salud Pública y la necesidad de vulnerar los problemas de comunicación que puedan existir, con la aspiración de transformarlos en espacios de seguridad, incluido lograr la “percepción selectiva” del riesgo para condicionar el seguro impacto en el ámbito de la salud. También la cartografía de los riesgos resulta de utilidad de cara a orientar las intervenciones en Salud Pública desde una doble perspectiva: conocer el espacio de valoración y caracterización de los distintos riesgos por parte de la población y posibilitar su seguimiento hacia el futuro.
Persiste el criterio de que la población cubana carece de percepción de riesgo sobre los denominados "eventos epidemiológicos" recientes, pero podríamos preguntarnos: ¿por qué no los perciben como riesgos? y si los perciben, ¿por qué se comportan así? Si están bien informados de los riesgos aparejados a ciertos comportamientos, ¿por qué los mantienen? El primer paso para percibir un riesgo como tal es reconocer la situación determinada como amenazante. ¿Qué factor determina la percepción?, pues la información que tengamos de la situación. No es posible percibir si no estamos informados. En función de lo que sepamos del riesgo, pasaremos de la no percepción a la percepción. Sin embargo, todas las personas no percibimos el riesgo de la misma forma y esta es la cuestión determinante: ¿Cómo lograr que un riesgo sea percibido de la misma forma?
Las interrogantes expuestas son reveladas por la OMS en informe publicado en el 2002, por cuyas reflexiones aún conserva su vigencia: los riesgos para la salud se han definido principalmente desde una perspectiva científica. Aunque es conocido que los riesgos son percibidos e interpretados por lo general de modo muy diferente por los distintos grupos que integran la sociedad: científicos, profesionales, administradores, políticos, público general, etc. Además, dos factores importantes que influyen en la percepción de los riesgos son el género y la visión del mundo. La influencia de los factores sociales, psicológicos y políticos también se observa en los estudios sobre el efecto de las visiones de las personas en la valoración de los riesgos.
La comunicación axiológica es elemento imprescindible para las intervenciones dirigidas a toda la población, en función de incrementar la percepción y disminuir el riesgo que benefician a todas las personas, incluidas las que corren poco riesgo.
Por consiguiente, las intervenciones de los programas de Salud Pública habrán de entrañar riesgos poco temidos y de nivel reconocidamente bajo y aceptable, junto con niveles elevados de seguridad.
Discusión
La ciencia debe constituir un elemento central en la solución de los problemas del entorno y en los servicios de salud; es un reto y una necesidad situar el enfoque axiológico con la instrumentación y el tratamiento de los valores, como elemento central para la construcción de forma consciente en el perfeccionamiento de sociedad.
Las profundas y vertiginosas transformaciones que atraviesa la sociedad contemporánea han modificado significativamente la vida cotidiana de las personas, incluido el funcionamiento de la personalidad, lo que precisa aplicar el tratamiento científico acerca de los valores con un enfoque dialéctico de sus aspectos objetivos y subjetivos. La evaluación de la realidad objetiva, obtenida del análisis de la situación existente en cada escenario, precisa las incongruencias y desavenencias que amenazan con su estancamiento o involución.
El enfoque axiológico incorpora un importante conjunto de creencias, valores y técnicas de intervenciones psicosociales. Se acredita con absoluta convicción que las personas solo llegan a desarrollar toda su capacidad cuando creen de verdad en lo que hacen, porque es provechoso a la vez para su realización personal y los objetivos de su propia vida. Las instrumentaciones de los valores en los servicios de salud tienen una significación positiva, premisas para lograr cambios profundos y duraderos en las personas. Para modificar conductas y actitudes, lo esencia está en lograr desarrollar valores, que condicionan conductas y actuaciones.
Las habilidades éticas a partir del valor responsabilidad favorecen el desarrollo de una efectiva gestión axiológica, dado que la conducta ética no es un reflejo de la rectitud moral de la persona en tiempos de crisis, sino la expresión día a día del compromiso responsable de cada uno con las demás personas y las formas en que los seres humanos se relacionan con otros en sus interacciones diarias. Han de colocarse dentro de las personas motivos de actuación, que provoquen emocionalmente un modo de ser. El desempeño superior de las personas es siempre voluntario y debe acudirse a la voluntad personal, para que coloque lo mejor de sí y adquiera una conciencia crítica de su entorno.
Una apropiada percepción de riesgo, en las nuevas circunstancias, precisa de que se promueva mayor empeño por parte de prestadores y actores sociales, lo que favorecerá alcanzar una conciencia crítica hacia el mejoramiento del medio ambiente y el desarrollo de la sociedad.
Las estrategias en salud que responden a las características y necesidades de la población se potencian con las acciones de extensión comunitaria que promueven la interacción, en función de aportar para la solución de los problemas en el ámbito de cada contexto. Dentro de los avances producidos en torno al riesgo, es importante rescatar las intervenciones exitosas, reforzarlas y mejorarlas.
Se renueva el desafío que representa manejar el proceso salud-enfermedad a la luz del siglo XXI, potenciado con adecuado uso de las fuentes de información y su interpretación. Con el desarrollo e instrumentación de una adecuada comunicación desde, una perspectiva axiológica, se asegura el nexo para vincular el nivel estratégico de los servicios de salud con el psicológico individual del actor social de cada contexto e implica su responsabilidad ante sí mismo y ante la sociedad.
Ese suma importancia la realización de estudios que reflejen las necesidades sentidas de la población referente a la percepción del riesgo, incluidas exploraciones dentro del currículum oculto de los profesionales de la salud, examinado de forma detallada, permeadas de un nivel de profundidad del trabajo investigativo y nivel científico.
Existe nitidez en la complejidad de la percepción de riesgo, término vinculado estrechamente con elementos sociales y psicológicos ineludibles, que no deben reducirse solamente al ámbito del comportamiento y, por supuesto, se manifiestan con sólidas diferencias en los grupos poblacionales, asociado a las percepciones individuales del riesgo, más que a los aspectos del ambiente social y cultural, como componentes del contexto donde se da la percepción del riesgo.
Cada grupo social selecciona (inadvertidamente) los riesgos que "quiere" temer, con la finalidad de dar coherencia a su forma de vivir y a sus propios valores e ignora el resto de los posibles riesgos, que pueden ser relevantes para otros grupos sociales. En nuestro país, no resulta válido argumentar la homogeneidad de la población, ya que abundan las evidencias científicas acerca de la estratificación actual de la sociedad cubana.
La comunicación de riesgos es un proceso interactivo de intercambio de información y opinión entre individuos, grupos e instituciones, y se dispone de libros, artículos y hasta sitios web que orientan sobre la información y comunicación acerca de los riesgos para la salud.
En el presente, el acceso a información favorece la preferencia desde los medios digitales (redes sociales y prensa online), los boletines electrónicos y el correo electrónico, las redes sociales (Facebook, Whatsapp, otras), Internet (sitios web, blogs, prensa online), televisión (canales por cable o aire), boletines electrónicos, correo electrónico, comunicación con otras personas, radio, prensa impresa (diarios, revistas, etc.), televisión (on line), medios de información sobre temas específicos de salud. El acceso a: sitios web de instituciones de salud (especialmente la web del Ministerio de Salud) y revistas científicas, boletines epidemiológicos, redes sociales, prensa escrita y los colegas de trabajo.
En los marcos de evaluación de políticas públicas en desarrollo, las actividades humanas que alcanzan un compromiso valorativo responsable ejercen presiones sobre el ambiente y generan cambios en el estado de los ecosistemas, a los que las sociedades responden a través de políticas ambientales, económicas y programas para reducir, prevenir o mitigar estos riesgos, pasos que forman un ciclo que incluye la percepción del problema, la formulación, el monitoreo y la evaluación de políticas.
Conocer la percepción de riesgo de los actores sociales, a partir de una evaluación axiológica, incluidos los profesionales de la salud, implícitos los del área de epidemiología, no es un tema menor, ya que el juicio colectivo de este grupo está vinculado a la respuesta al riesgo. La aproximación a la certeza urge de un análisis del riesgo y su percepción en cada contexto, que precisa su realización en los espacios-población específicos, así como indagar el nivel e información que poseen los ciudadanos para percibir el riesgo o no, incluidas sus preferencias de medios de información.
Conclusiones
En los servicios de salud es prioridad dentro de su praxis el enfoque axiológico para contribuir al fortalecimiento de los valores, como función transformadora del ser y el hacer de prestadores y de los actores sociales, como miembros activos de sus entornos.
La comunicación axiológica favorece el diálogo creativo, propicia entornos de aprendizaje y, como resultado, el grado de conciencia crítica necesario para alcanzar una adecuada percepción del riesgo en salud, adquirida desde lo personalizado y comunitario, para la inserción individual y colectiva, transformadora de la sociedad.
La perspectiva axiológica asegura la efectiva y oportuna información ciudadana y favorece el conocimiento necesario para enfrentar correctamente los riesgos.
Son cuantiosas las orientaciones y recomendaciones de los organismos internacionales, útiles para abordar rigurosos estudios que revaliden el nivel o grado de percepción de riesgo que aún vulnera el nivel de salud en los espacios comunitarios.