Introducción
La utilización de los servicios es un proceso social, dinámico y complejo que pone en contacto a la población y el personal de salud, con el propósito de satisfacer una condición de salud determinada, en la que convergen no solo la necesidad de atención (en términos de enfermedad), sino las experiencias pre-existentes de la población, sus creencias y aspectos culturales pero, sobre todo, el complejo contexto en que se da la prestación de servicios de salud y las condiciones con que cuenta la población en cuanto a activos personales, familiares y comunitarios. Es una expresión o forma de medir el acceso, pero que no está justificado solamente por este.1,2
La utilización de los servicios por parte de los diferentes grupos sociales ha sido y es objeto de debate en muchos países; existen evidencias suficientes de que el proceso de utilización se encuentra diferenciado socialmente y es explicado en buena parte por la existencia de desigualdades sociales e den salud. La situación económica de los países incide en la disponibilidad y accesibilidad de los servicios de salud y la población determina la utilización de acuerdo con sus necesidades de salud.3,4
Los motivos por los cuales una persona acude a un servicio de salud van más allá de la carga de morbilidad que esta pueda estar padeciendo. Una gran proporción de la población utiliza los servicios de salud sin que desde el punto de vista médico exista una justificación clara; otros acuden directamente a los hospitales en busca de atención médica especializada, pero es el nivel primario de atención la puerta de entrada al sistema, en donde se debe solucionar la mayoría de los problemas de salud.5,6
Por tanto, se puede afirmar que los patrones de utilización de un servicio están determinados por las necesidades sentidas de salud del individuo o usuario, factores predisponentes (edad, sexo, ocupación, nivel escolar, clase social, estado civil), factores inherentes a los servicios (distancia geográfica, razón médico-habitantes) y de los proveedores de estos.7,8
Existen individuos que a pesar de requerir atención médica no utilizan los servicios de salud y, en cambio, recurren a otras formas de atención, entre ellas la medicina tradicional, las diversas terapias alternativas e incluso la automedicación, que para algunos investigadores es una expresión de un proceso de apropiación y socialización del conocimiento médico. Un factor que influye en el uso de estas alternativas es la percepción social de la gravedad del padecimiento. Otros estudios se deben a falta de accesibilidad a los servicios de salud por razones económicas, culturales o geográficas.1,9,10
Nuestra sociedad se enfrenta a un difícil reto como resultado del período de transición demográfica y a los indicadores de salud alcanzados. En los años venideros, aumentará la demanda de servicios a causa de las enfermedades no transmisibles, enfermedades degenerativas, discapacidades e invalidez, por lo que es imprescindible para nuestro Sistema Nacional de Salud pensar desde ahora en la redefinición de las estrategias de salud, en el diseño de políticas que respondan a las realidades de una futura población anciana, ofrecer una atención y servicios de salud que garanticen mayor y mejor calidad de vida para este grupo poblacional y que, a su vez, propicien su participación integral en la sociedad.
El objetivo del presente trabajo es describir la frecuencia y distribución de necesidades sentidas y la utilización de los servicios de salud de la población adulta de Cuba.
Métodos
Se realizó un estudio transversal con diseño muestral complejo estratificado y por conglomerados polietápicos. Fue calculado que se requería reclutar 9756 viviendas, ya que el tamaño promedio de familia es de 2,5 personas y que el 82,5 % de la población tiene 15 y más años de edad (Censo de Población y Viviendas 2012 y Estimación de la población 2018). Del total de 18 774 individuos planificados, se estudiaron 14 339, que representaron el 76,3 % de los sujetos de 15 y más años.
Técnicas y procedimientos de obtención y análisis de la información
Se diseñó y validó por criterios de expertos el cuestionario utilizado. La aplicación del cuestionario en los hogares la realizó personal de salud, previamente capacitado, entrenado y acreditado para realizar este trabajo. El alcance temático del cuestionario incluyó:
Información socio demográfica: edad, sexo, color de la piel, nivel escolar, ocupación principal, estado civil y zona de residencia.
Necesidad de atención. Utilización de servicios de salud, tipo de servicio al que acudió, forma de acceso, dificultad para acceder, causas, motivo de consulta, procederes o exámenes que le realizaron, tiempo que le dedicó el médico durante la consulta, calificación de la atención recibida, ingresos económicos para enfrentar su problema de salud y dificultad para adquirir los medicamentos en los últimos tres meses.
Se introdujo la información en una base de datos Acces 2010. Al tener un diseño con método de selección complejo se utilizaron módulos de análisis de muestras complejas que consideraron la estructura estratificada por conglomerados de la muestra, y se ponderaron los resultados. Se obtuvieron medias, proporciones e intervalos de confianza de 95 %, pruebas de homogeneidad basadas en distribución X2 y prueba de tendencia de Cochran-Armitage para la edad, en ambas pruebas se decidirá significación estadística si p < 0,05.
Resultados
El 27,8 % de la población encuestada manifestó haber tenido algún problema de salud en los últimos tres meses (IC95 % 26,0 - 29,6) siendo esta mayor en mujeres (32,7 % IC95 % 30,4 - 35,0) que en hombres (22,8 % IC95 % 20,7 - 24,8) con diferencia estadística (p < 0,001). Los grupos de edad más afectados fueron los mayores de 55 años, con predomino en las mujeres, a medida que aumento la edad fue mayor la necesidad sentida (X2 de tendencia: p < 0,001).
Sintieron mayor necesidad de atención los viudos, jubilados, amas de casa y personas con nivel de enseñanza primaria, lo cual pudiera estar relacionado con la edad. El color de la piel y la zona de residencia mostraron resultados similares (Tabla 1).
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9 321 061 | 2 591 623 | 27,8 | 26,0 | 29,6 | ||
Masculino | 4 598 238 | 1 046 601 | 22,8 | 20,7 | 24,8 | 75,8 |
Femenino | 4 722 823 | 1 545 022 | 32,7 | 30,4 | 35,0 | (<0,001) |
15-24 | 1 360 206 | 239 632 | 17,6 | 15,4 | 19,9 | 297,0 |
25-34 | 1 528 191 | 310 392 | 20,3 | 17,2 | 23,4 | (< 0,001) |
35-44 | 1 368 067 | 307 060 | 22,4 | 20,0 | 24,9 | |
45-54 | 1 984 113 | 603 269 | 30,4 | 27,7 | 33,2 | 514,7 |
55-64 | 1 396 388 | 467 806 | 33,5 | 30,5 | 36,5 | (< 0,001) * |
65-74 | 967 964 | 379 764 | 39,2 | 35,7 | 42,7 | |
75 y + | 716 132 | 283 700 | 39,6 | 36,5 | 42,8 | |
Blanco | 5 908 410 | 1 636 085 | 27,7 | 25,3 | 30,1 | 0,26 |
Mestizo | 2 453 077 | 679 428 | 27,7 | 25,0 | 30,4 | (0,878) |
Negro | 959 574 | 276 110 | 28,8 | 25,2 | 32,3 | |
Urbana | 7 253 128 | 2 001 227 | 27,6 | 25,4 | 29,7 | 0,26 |
Rural | 2 067 933 | 590 395 | 28,6 | 25,3 | 31,8 | (0,610) |
Soltero/a | 3 048 046 | 688 367 | 22,6 | 20,1 | 25,1 | 76,1 |
Casado/a | 3 031 994 | 914 353 | 30,2 | 27,3 | 33,1 | (< 0,001) |
Viviendo en pareja | 2 129 012 | 600 946 | 28,2 | 26,3 | 30,2 | |
Viudo/a | 523 917 | 204 022 | 38,9 | 35,6 | 42,2 | |
Separado o divorciado/a | 588 092 | 183 935 | 31,3 | 27,0 | 35,6 | |
Ningún nivel aprobado | 192 231 | 66 134 | 34,4 | 29,5 | 39,3 | 43,7 |
Enseñanza primaria | 680 629 | 245 277 | 36,0 | 32,2 | 39,9 | (< 0,001) |
Secundaria básica | 2 079 978 | 620 170 | 29,8 | 27,0 | 32,6 | |
Obrero calificado | 329 540 | 70 928 | 21,5 | 14,3 | 28,7 | |
Técnico medio | 1 760 323 | 433 827 | 24,6 | 22,5 | 26,8 | |
Preuniversitario | 2 570 927 | 701 903 | 27,3 | 24,8 | 29,8 | |
Universitario | 1 707 432 | 453 384 | 26,6 | 23,7 | 29,4 | |
Trabajador estatal | 3695 162 | 942 109 | 25,5 | 23,2 | 27,8 | 224,3 |
Trabajador corporación | 96 581 | 21 064 | 21,8 | 12,4 | 31,3 | (< 0,001) |
Trabajador cuenta propia | 1 270 468 | 269 192 | 21,2 | 18,2 | 24,2 | |
Estudiante | 663 310 | 111 926 | 16,9 | 14,3 | 19,4 | |
Quehaceres del hogar | 1 157 516 | 385 505 | 33,3 | 30,5 | 36,1 | |
Jubilado(a) / Pensionado(a) | 1 493 659 | 607 572 | 40,7 | 37,5 | 43,8 | |
Sin vínculo laboral | 944 365 | 254 255 | 26,9 | 23,4 | 30,5 |
* Prueba de tendencia de Cochran Armitage.
La utilización de los servicios de salud, según factores inherentes a los servicios, se muestran en la Tabla 2.
El 68,7 % (IC95 % 66,0 - 71,4) refirió que para solucionar su problema de salud acudió a un servicio de salud, fue mayor en mujeres (71,7 % IC % 69,0 - 74,3) que en hombres (65,6 % IC % 62,5 - 68,7) con diferencia estadística (p < 0,001), y se incrementó con la edad (p < 0,001). El 4 % refirió haberse automedicado, el 3,7 % no hizo nada y solo el 1,2 % acudió a un servicio alternativo. No obstante, el 22,4 % alegó no recordar que había hecho, los que pudieran estar incluidos en los tres grupos anteriormente citados.
El 83 % (IC95 % 78,7 - 87,3) de las personas que no hicieron nada, se automedicaron o buscaron un servicio alternativo refirieron que la principal causa fue que el problema de salud no le parecía fuera serio, el 9,5 % prefirió utilizar remedios caseros y el 9,4 % no tenía tiempo para acudir a un establecimiento de salud.
Las personas que acudieron a un servicio de salud lo hicieron fundamentalmente al nivel primario de atención; 52,4 % al consultorio del médico de la familia y 27,5 % al policlínico. El 32,2 % refirió que acudió a un hospital (nivel secundario).
Más del 90 % de los que utilizaron un servicio de salud lo hizo por voluntad propia (espontáneo), el 6,1 % acudió a propuesta de un familiar o amigo y el 2,9 % fue remitido por algún servicio de salud.
Solo el 3,5 % (IC95 % 2,7 - 4,3) de los entrevistados manifestó haber tenido alguna dificultad para acceder al servicio de salud. No existe predominio importante en ningún grupo de edad, ni sexo, al solaparse los intervalos de confianza.
Entre las personas que manifestaron haber tenido alguna dificultad para atenderse, las causas más frecuentes fueron; lejanía del centro de atención (31,1 %), demora en ser atendido (21,4 %), difícil acceso al servicio al tener el médico otras actividades planificadas (12,4 %) y por ausencia del médico (9,1 %).
N | Sí | IC95 % | |||
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No. | % | LI | LS | ||
Acudió a un servicio de salud | 9 321 061 | 6 401 507 | 68,7 | 66,0 | 71,4 |
Se automedicó | 375 398 | 4,0 | 2,9 | 5,2 | |
No hizo nada | 346 106 | 3,7 | 3,0 | 4,4 | |
Acudió a un servicio alternativo | 110 504 | 1,2 | 0,8 | 1,6 | |
No recuerda | 2 087 545 | 22,4 | 19,8 | 25,0 | |
El problema no le pareció muy serio | 759 604 | 630 522 | 83,0 | 78,7 | 87,3 |
Prefirió utilizar un remedio casero | 72 265 | 9,5 | 6,2 | 12,9 | |
No tenía tiempo para acudir al establecimiento de salud | 71 679 | 9,4 | 6,5 | 12,4 | |
Otras razones | 49 700 | 6,5 | 6,4 | 6,6 | |
Consultorio del médico de la familia | 6 224 614 | 3 259 241 | 52,4 | 48,9 | 55,9 |
Hospital | 2 005 396 | 32,2 | 28,9 | 35,5 | |
Policlínico | 1 711 519 | 27,5 | 24,7 | 30,3 | |
Otras instituciones | 410 226 | 6,6 | 6,5 | 6,7 | |
Voluntad propia | 6 298 154 | 5 727 727 | 90,9 | 89,5 | 92,4 |
Lo propuso un amigo o familiar | 386 407 | 6,1 | 5,0 | 7,3 | |
Fue remitido por algún personal de salud | 184 019 | 2,9 | 2,1 | 3,7 | |
Sí | 6 401 507 | 220 860 | 3,5 | 2,7 | 4,3 |
Lejanía del sitio de atención | 191 714 | 59 606 | 31,1 | 20,4 | 41,8 |
Demora para ser atendido | 40 943 | 21,4 | 14,5 | 28,2 | |
Difícil acceso al servicio por tener el médico otra actividad planificada | 23 793 | 12,4 | 8,2 | 16,6 | |
Ausencia del facultativo | 17 467 | 9,1 | 4,0 | 14,2 | |
Dificultad para conseguir la cita | 14 032 | 7,3 | 3,9 | 10,7 | |
Otras dificultades | 35 874 | 18,7 | 18,5 | 18,9 |
* Admite más de una respuesta.
En la tabla 3 se muestran algunos factores del usuario y el proveedor relacionados con la utilización de los servicios de salud.
El motivo de consulta más referido fue realizarse chequeo médico (32,8 %), seguido de atención por enfermedad aguda (32,5 %), control de enfermedad crónica (16,7 %) y atención de urgencia (14,9 %). Las mujeres acudieron más para controlar una enfermedad crónica (18,0 % vs 15,0 %; p < 0,001), los hombres concurrieron más a servicios de urgencia (17,3 % vs 12,8 %; p = 0,001). En cuanto a la edad, los jóvenes (15-24) utilizaron más los servicios de urgencia (16,7 %) y fueron atendidos por enfermedades agudas (38,6 %), comparado con los sujetos de 65 y más años (p < 0,001), a medida que aumentó la edad (75 años y más) las personas asistieron más por problemas crónicos (28,5 %; X2 tendencia -495,2; p < 0,001).
Al preguntar si la persona pudo explicar al facultativo en detalles su problema de salud el 97,1 % (IC95 % 96,6 - 97,6) manifestó que sí, no existiendo predominio importante según grupos de edad, sexo, color de la piel y otras variables sociodemográficas.
Los procederes que con mayor frecuencia le realizaron durante la atención recibida fueron interrogatorio (92,2 %) y examen físico (88,8 %), los exámenes más indicados fueron; laboratorio clínico (54,9 %), imagenológicos (19,3 %) y de microbiología (11,1 %).
El 81,6 % (IC95 % 79,5 - 83,7 %) refirió que el medico dedicó en su atención más de 15 minutos.
Es importante señalar que el 93,6 % de los entrevistados calificó que la atención recibida en el establecimiento de salud fue muy buena (21,4 %, IC95 % 18,3 - 24,5) o buena (72,2 % IC95 % 69,2 - 75,1), con cifras similares en ambos sexos y grupos de edad. Solo el 5,4 % la consideró regular y el 1,0 % de mala o muy mala.
Con relación a cuando las personas necesitaban atención medica en su comunidad si la misma es proporcionada por el mismo facultativo el 19,7 % manifestó que siempre y el 30,5 % que casi siempre, sin embargo, el 22,2 % aludió que algunas veces, mientras que el 17,6 % declaró que casi nunca y el 10 % que nunca.
Al preguntar si sus ingresos económicos le permitían cubrir los gastos que le produce su problema de salud, el 59,2 % se manifestó de forma positiva (siempre o casi siempre), sin embargo, el 20,2 % refiere que casi nunca o nunca. Existió predominio entre las mujeres sobre los hombres al manifestar que nunca.
Chequeo de salud | 6 296 406 | 2 066 356 | 32,8 | 29,7 | 36,0 | ||||
Atención de una enfermedad reciente (aguda) | 2 049 027 | 32,5 | 28,4 | 36,7 | |||||
Control de la enfermedad crónica | 1 049 763 | 16,7 | 15,1 | 18,3 | |||||
Atención de urgencia | 937 825 | 14,9 | 13,3 | 16,5 | |||||
No recuerda | 193 435 | 3,1 | 2,3 | 3,9 | |||||
Sí | 6 304 515 | 6 120 849 | 97,1 | 96,6 | 97,6 | ||||
Interrogatorio | 6 074 366 | 5 598 092 | 92,2 | 89,8 | 94,5 | ||||
Examen físico | 5 391 809 | 88,8 | 87,2 | 90,3 | |||||
Exámenes de laboratorio clínico | 3 333 925 | 54,9 | 51,3 | 58,5 | |||||
Exámenes Imagenológicos | 1 170 757 | 19,3 | 17,1 | 21,4 | |||||
Exámenes microbiológicos | 673 264 | 11,1 | 9,6 | 12,6 | |||||
Menos de 15 minutos | 5 686 055 | 1 045 600 | 18,4 | 16,3 | 20,5 | ||||
Más de 15 minutos | 4 640 456 | 81,6 | 79,5 | 83,7 | |||||
Muy buena | 6 144 996 | 1 313 941 | 21,4 | 18,3 | 24,5 | ||||
Buena | 4 435 585 | 72,2 | 69,2 | 75,1 | |||||
Regular | 337 110 | 5,4 | 4,4 | 6,6 | |||||
Mala | 21 671 | 0,4 | 0,2 | 0,5 | |||||
Muy mala | 36 689 | 0,6 | 0,0 | 1,2 | |||||
Siempre | 5 816 848 | 1 736 539 | 29,9 | 27,1 | 32,6 | ||||
Casi siempre | 1 705 120 | 29,3 | 26,3 | 32,3 | |||||
Algunas veces | 1 203 904 | 20,7 | 18,6 | 22,8 | |||||
Casi nunca | 579 173 | 10,0 | 8,5 | 11,4 | |||||
Nunca | 592 112 | 10,2 | 8,3 | 12,1 | |||||
Falta de disponibilidad del medicamento en la red de farmacias | 6 178 951 | 4 873 300 | 78,9 | 75,7 | 82,1 | ||||
Por el costo del medicamento | 409 779 | 6,6 | 5,2 | 8,1 | |||||
Demora en la renovación del tarjetón | 110 363 | 1,8 | 1,4 | 2,2 | |||||
No ha tenido dificultad | 1 221 213 | 19,8 | 16,9 | 22,7 |
*Admite más de una respuesta.
De igual forma, los grupos de edades en edad laboral activa (menores de 65 años) refirieron que sus ingresos le permitían siempre o casi siempre cubrir sus gastos, mientras que los mayores de 65 años aludían que casi nunca o nunca, en este último caso esa proporción fue casi el doble con relación a los grupos más jóvenes (menores de 35 años) y predominó más en mujeres que en hombres.
El 78,9 % de los entrevistados señaló que habían tenido dificultad para adquirir los medicamentos en la red de farmacias por falta de disponibilidad, esta proporción fue mayor en mujeres que en hombres (81,6 % vs 75,8 %; p < 0,001) y en los mayores de 65 años con incremento a mayor edad (X2 tendencia: -274,6; p < 0,001). Solo el 19,8 % manifestó que no habían tendido dificultad para adquirirlos.
Discusión
Vivimos en un mundo donde los servicios de salud y la medicina moderna siguen estando fuera del alcance de cientos de millones de personas, lo cual constituye uno de los mayores retos de los sistemas de salud en la actualidad.11
Las personas que viven en países de ingresos bajos y medianos tienen un acceso reducido a los servicios de atención médica primaria y especializada, por tanto, no se benefician de los programas destinados a la detección temprana de enfermedades.9 La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta que en las Américas un tercio de sus habitantes no pueden acceder a servicios integrales de salud, por lo que continúa siendo una de las regiones más desiguales del mundo.12
El tema de acceso a los servicios de salud y su utilización ha sido un tema muy controversial que ha sido abordado por importantes personalidades, estos convergen en que la disponibilidad de recursos, aspectos socio-organizacionales y geográficos, las características del sistema sanitario y sus políticas públicas, además de las percepciones, creencias, normas y valores de la población repercuten, en que las personas reconozcan sus necesidades y busquen atención médica.13,14
En Nigeria, la utilización de los servicios de salud se ha visto afectada por no contar con un sistema de atención primaria de salud sólido, debido entre otras cosas a la escasa financiación del sistema general de atención de salud, a las tarifas que deben pagar los usuarios para ser atendidos, las largas distancias que deben recorrer para ser vistos en algunas regiones del país, las dificultades con el transporte y con el pago de los mismos.15
El sector de la salud pública en Pakistán ha sido infrautilizado debido a un enfoque insuficiente en la prevención y promoción de la salud, la centralización excesiva de la gestión, la interferencia política, la falta de apertura y el desarrollo deficiente de los recursos humanos. Manzoor y col.10) refieren que los participantes, independientemente de los ingresos o la edad, optaron principalmente por centros de salud privados; la inmensa mayoría de los proveedores del país residen en el área urbana y atrae la clase educada hacia ese sector.
Ager y Pepper9) en un estudio realizado en un distrito rural de la India refirieron que los centros de cuidados primarios son los más accedidos, mientras que los hospitales asumen la gran carga de cuidado. Entre los factores que guían esos modelos de utilización de servicios se encuentran; reputación del proveedor, costo de la atención (principalmente del tratamiento) y accesibilidad física, sobre todo por el transporte inadecuado y falta de caminos.
De igual forma, en varios municipios del departamento de Nariño (Colombia) existen barreras geográficas de acceso a la salud, así como trabas administrativas, falta de infraestructura, de recursos profesionales y demora en las autorizaciones para lograr las citas.16 Mientras, en Medellín los programas que atienden enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes, son los que mayor demanda originan, y no se evidencian grandes barreras para solicitar las citas, ni para acceder a los medicamentos y exámenes de laboratorio.17
En Vietnam, la distancia promedio del proveedor al cliente no se percibe como una barrera para la utilización de los servicios de salud, contrario a lo que sucede en algunas zonas de Nepal.10
En el municipio de Campina Grande (Brasil) el acceso a los servicios está aumentando de forma importante en relación a determinados servicios (como la consulta médica, o en relación a procedimientos más complejos), sin embargo, el mayor acceso de la población residente en las regiones más carentes y por los más necesitados, continúan siendo desigual desde el punto de vista geográfico y social.18 En México, aunque se da por hecho que existe disponibilidad de servicios médicos, que estos son aceptables y cumplen con los niveles de calidad establecidos, existe inequidad en la utilización, distribución y accesibilidad a los recursos.19
En un estudio realizado con una cohorte de niños de bajos ingresos de Miami-Dade que padecían enfermedades crónicas, igualmente, se encontró una mayor utilización de los servicios de cuidados y urgencias.20
Mattson21) considera que, en algunas regiones rurales pertenecientes a la Gran Llanura de Montana, el transporte y la geografía son factores que podrían facilitar o impedir la utilización de cuidado de salud.
En Cuba, si bien hay un sistema de salud universal y gratuito, diversas fuentes y actores identifican problemas de acceso a los servicios que deben ser visibilizados y tenidos en cuenta desde el ámbito académico y político.22 Se han encontrado deficiencias como el tiempo de traslado, de espera, y dificultades en el proceso de referencia y contrarreferencia, entre otros.
Los adultos mayores perciben brechas relacionadas con sus necesidades sentidas, como es el desplazamiento hacia servicios especializados, consideran que es difícil proporcionar criterios sobre sus necesidades y no hay prioridad para su atención. También señalan insatisfacciones de carácter subjetivo con la accesibilidad, determinados por el escenario económico y procesos organizativos.23 Algunas de estas brechas fueron referidas por las personas encuestadas.
En esta investigación las mayores utilizadoras de los servicios fueron las mujeres, lo que coincide con la mayoría de los estudios revisados2,24,25,26,27 lo cual puede ser explicado por varias razones, tener mayor percepción de riesgo en relación a los hombres, mayor prevalencia de trastornos afectivos o de otras enfermedades que se presentan en el transcurso de sus vidas, que generan la necesidad de consultar; también a su rol de cuidadoras, a las tradiciones, costumbres o las desigualdades sociales a las que aún se ven sometidas algunas mujeres en otras regiones.2,25,27
La edad es uno de los factores que más modifica el uso de los servicios de salud, por lo general a medida que la edad aumenta, el número de contactos aumenta como se muestra en esta investigación y en otros estudios tanto nacionales como internacionales.2,4,23,25 La mayor frecuencia de padecimientos crónicos, tiempo de evolución de estos, el nivel de riesgo que presenta una persona, la producción de un mayor número de discapacidades y la polimedicación exige una mayor demanda de servicios en estos grupos etarios, así lo mostró los resultados de un estudio realizado en una Comunidad Madrileña.26
En Holanda los pacientes con múltiples enfermedades crónicas tienen un promedio de 18 contactos al año, fue altamente significativo el contacto por tener una enfermedad crónica en comparación con aquellos que no la tenían.28 Del mismo modo en México y Etiopia los pacientes con enfermedades crónicas se asociaron con una mayor utilización de los servicios de tipo especializado.25,27
Los mayores utilizadores de los servicios fueron los jubilados y las personas encargadas de los quehaceres del hogar lo cual se corresponde con otros estudios realizados.13,19 Debemos señalar que independientemente de sus necesidades, los jubilados y amas de casa disponen de más tiempo para esos menesteres, mientras que los trabajadores al estar en sus labores tal vez sientan menos necesidad o presten menos importancia.
Las personas con nivel educacional medio y superior fueron los mayores utilizadores de servicios de salud lo que difiere con los resultados de otros estudios, donde se exhibe una relación inversa.2,25 Sin embargo, en un estudio realizado en una comunidad rural de Etiopía no se evidenció diferencias, pues tanto los participantes con nivel primario como superior fueron los mayores utilizadores.27
Una atención de calidad es aquella que se ofrece con oportunidad, competencia profesional, seguridad y respeto a los principios éticos de la práctica médica, que permita satisfacer las necesidades de salud del paciente. En relación a esto, más del 90 % de la población entrevistada refirió que la atención recibida en el establecimiento de salud es buena o muy buena, lo que está en correspondencia con estudios realizados en población adulta mayor en países de la región.18,29
Los patrones culturales de asistir a un curandero tradicional o hacer uso de remedios caseros son más usados por los habitantes de zonas rurales o en aquellos con menor posibilidad de acceder a servicios de salud o a los medicamentos, así lo muestran estudios efectuados en México y Etiopia donde las personas con menos recursos tenían como primera opción visitar al curandero tradicional.27,30 Otro estudio realizado en Pakistán refirió que el 51,7 % de los encuestados eligió la medicina complementaria y alternativa, mientras que el 48,3 % eligió la biomedicina.10 En Cuba generalmente se hace mayor uso de los servicios formales de salud, Piñera y col reportan que solo el 0,1 % recurrió a un servicio alternativo y el 5,1 % se automedicó.2
Al indagarse sobre los gastos que les permiten cubrir sus problemas de salud, menos del 50 % de los entrevistados se manifestó de forma negativa.
Conclusiones
La necesidad de salud es en gran medida el factor determinante más importante de la utilización de servicios sanitarios. De los factores predisponentes, solo el género ejerce un efecto moderado en la utilización de estos servicios.
La aplicación de este instrumento ofrece una aproximación de cómo se utilizan los servicios de salud y alternativos por la población cubana. Su replicación, perfeccionamiento y adecuación en diferentes contextos será de ayuda a los decisores de salud para fortalecer el trabajo en el nivel primario de atención y así brindar un servicio de calidad a la población.