INTRODUCCIÓN
América Latina clasifica, según informe de la Organización Mundial de la Salud, entre las principales áreas con mayor tasa de embarazo en la adolescencia.1 En Cuba, concluido el primer semestre de 2023, el 18,9 % de los nacimientos correspondían a mujeres entre 12 y 19 años de edad. Además, se constata un incremento del embarazo en las edades más tempranas de la adolescencia: al cierre de junio de 2022 el porcentaje de gestantes de 12 a 14 años era del 3,8 % y al finalizar junio de 2023 era de 5,4 %.2 Estos datos evidencian que el embarazo en la adolescencia es también un problema de salud pública, con elevado impacto en la sociedad cubana actual.3-5
A propósito, el liderazgo reconocido al Ministerio de Salud Pública en la adopción de medidas integrales para la prevención del embarazo en la adolescencia, no indica que se trate de un problema exclusivo del sistema salud.3,5 El control de los factores de riesgo asociados al embarazo en la adolescencia resulta del trabajo colaborativo entre diferentes entes sociales, como la familia, la escuela y la comunidad, sin desconocer la participación activa y transformadora del adolescente, a partir del autocuidado y la autogestión de su salud sexual y reproductiva.6-8
Se trata de una problemática compleja y multicausal, que debe ser enfocada en la atención primaria de salud (APS) desde un enfoque interdisciplinario, humanista, activo y transformador (enfoque IHAT), para incidir de forma efectiva sobre los diferentes factores que elevan su prevalencia. 9 Es necesario concebir estrategias integradoras de prevención, con un alcance intersectorial y fuertes alianzas institucionales, para superar las limitaciones en los estilos educativos parentales y en la comunicación intrafamiliar, así como las carencias de los adolescentes en términos de educación sexual y reproductiva, entre otros aspectos asociados al tema.10-12
La importancia y trascendencia de sustentar la prevención del embarazo en la adolescencia desde el enfoque IHAT, se refuerza al considerar los resultados de estudios precedentes.13-16 La sistematización realizada por los autores permite informar una marcada tendencia hacia la protección de los adolescentes, desde posicionamientos asistencialistas en las acciones de prevención. Esa proyección rompe con la autonomía progresiva y la capacidad trasformadora del adolescente como sujeto activo, con amplias posibilidades de participar conscientemente en la resolución de contradicciones vinculadas a su grupo etario, conforme a lo previsto en el ordenamiento jurídico cubano.17,18
Otro aspecto a superar es la prevalencia de modelos multidisciplinarios insostenibles, para atender en la práctica preventiva a las necesidades de los adolescentes. Urge la integración de saberes sociológicos, sicológicos, educativos, jurídicos, ginecobstétricos, entre otros, para la gestión interdisciplinaria de las estrategias de prevención, entendidas en el presente estudio como un sistema de acciones con objetivos específicos para transitar de un estado real a un estado deseado, en la prevención de la gestación en edades comprendidas entre los 12 y 18 años.17
Los autores, al considerar también resultados del análisis de la situación de salud en el Consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia (CMEF) no. 39, en el Consejo Popular Carlos Rojas, del municipio Jovellanos, evidencian que el registro estadístico al cierre de diciembre de 2023, informa de una prevalencia de embarazos en adolescentes superior a la registrada en igual período de 2022 (n = 7 en 2022; n = 9 en 2023). Se pudo conocer, además, la existencia de limitaciones en la proyección interdisciplinaria e intersectorial de las acciones de prevención, principalmente las dirigidas hacia la educación sexual y reproductiva en ese grupo etario. De ahí la necesidad de replantearse el tema desde un posicionamiento integrador, que condujo a la realización de este trabajo, con el objetivo de elaborar una estrategia para la prevención del embarazo en la adolescencia desde un enfoque IHAT.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó una investigación descriptiva, longitudinal y retrospectiva, comprendida entre mayo y diciembre de 2023. El estudio incluyó 37 adolescentes que representan la totalidad de los sujetos comprendidos en ese grupo etario en el CMEF no. 39. También participan en el estudio 37 familiares vinculados a la guarda y cuidado de los adolescentes (29 madres, 1 hermana mayor de edad, 2 padres y 5 abuelas). La selección se realiza a partir de un muestreo intencional por cuotas, correspondiendo a cada núcleo familiar la libre elección de un integrante para participar en la investigación.
Los criterios de inclusión de los adolescentes fueron los siguientes:
Adolescente incluido en la población del CMEF no. 39.
Consentimiento otorgado por padres o tutores para la participación en el estudio.
Disposición manifiesta del adolescente para participar en el estudio.
Los criterios de inclusión de los familiares fueron:
Tener responsabilidad con la guarda y cuidado del adolescente incluido en la población del CMEF no. 39.
Haber otorgado consentimiento para la participación del adolescente en el estudio.
Manifestar disposición para la participación en el estudio.
Se identificó como variable fundamental la prevención del embarazo en la adolescencia desde un enfoque IHAT. Su estudio consideró dos dimensiones, con siete indicadores, que aparecen a continuación.
Dimensión cognitiva-comunicacional:
Conocimientos sobre salud sexual y reproductiva.
Conocimientos para la prevención del embarazo.
Conocimientos para el autocuidado de la salud.
Conocimientos para la autogestión de salud sexual y reproductiva.
Comunicación institucional para la salud sexual y reproductiva.
Acceso a información oportuna.
Comunicación intrafamiliar para la educación salud sexual y reproductiva.
Dimensión holística-funcional:
Valor teórico-metodológico del enfoque IHAT.
Proyección interdisciplinaria.
Significación humanista.
Carácter participativo.
Proyección transformadora.
Alcance intersectorial.
Capacidad para generar soluciones prácticas.
En la investigación se consideró la dialéctica-materialista como método general del conocimiento en una integración de métodos, que incluyó, en el orden teórico, al histórico-lógico, para facilitar el estudio y la comprensión evolutiva del problema en un momento de su desarrollo; junto al analítico-sintético, empleado fundamentalmente en el proceso de generalización de los contenidos metodológicos del enfoque IHAT. La sistematización y la modelación se aplicaron al diseño categorial de la estrategia y de sus contenidos estructurales.
En el orden empírico, se empleó la revisión de documentos, que incluyeron el “Programa Nacional de Salud para la Atención Integral en la Adolescencia”, el “Programa del Médico y la Enfermera de la Familia”, el “Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres”, y la “Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes”, con el propósito de identificar orientaciones metodológicas para el trabajo preventivo. Se aplicó la encuesta a adolescentes, con el objetivo de explorar conocimientos vinculados a la prevención del embarazo, mientras que la encuesta a la familia se empleó con el propósito de identificar el nivel de preparación para conducir la educación sexual y reproductiva de los adolescentes. Estos instrumentos fueron aplicados en dos momentos: antes y después de la implementación práctica de la estrategia.
Con el propósito de obtener criterios valorativos sobre la pertinencia del enfoque IHAT aplicado al proceso de prevención del embarazo en la adolescencia, se conformó un grupo focal integrado por nueve profesionales, que debieron cumplir con los siguientes criterios de inclusión:
Disposición a participar en el estudio.
Acceso a la telefonía móvil para el empleo de WhatsApp como herramienta comunicacional.
Titulación académica o grado científico.
Poseer categoría docente o de investigador igual o superior a Auxiliar.
Experiencia asistencial, docente, investigativa o gerencial, vinculada a la prevención del embarazo en la adolescencia.
La obtención de los criterios valorativos emitidos por el grupo focal sobre la pertinencia del enfoque IHAT, se realizó a partir de los indicadores de la dimensión holística-funcional, mediante una escala valorativa de cinco opciones: Muy adecuado, Bastante adecuado, Adecuado, Poco adecuado y No adecuado.
Respecto a la observancia de preceptos éticos, se informa que se garantizaron las condiciones necesarias de confort y privacidad para la aplicación de los instrumentos de recolección de datos. Además, en todos los casos se solicitó el consentimiento para la participación en el estudio, asegurándose el anonimato y la confidencialidad en el tratamiento de la información aportada.
RESULTADOS
El orden en la presentación de los resultados considera primero los aspectos de la revisión documental, luego la modelación de elementos estructurales de la estrategia, seguido de los resultados de las encuestas en sus dos momentos, y los criterios valorativos sobre la pertinencia de la estrategia de prevención sustentada en el enfoque IHAT.
La revisión de documentos permitió constatar la existencia de proyecciones de trabajo y orientaciones metodológicas, que constituyen fundamento para la estrategia de prevención. El Programa Nacional de Salud para la Atención Integral en la Adolescencia (PNSAIA), devela una secuencia de acciones sistémicas, con énfasis en el trabajo intersectorial, conducido por los equipos básicos de salud (EBS) y los grupos básicos de trabajo (GBT). Mientras que en el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia (PMEF), se identifican objetivos, premisas y actividades de prevención, que refuerzan el desempeño del médico de familia como líder de la prevención en la APS.
El Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PNAM) y la Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes (PINAJ), pautan aspectos esenciales vinculados al tema como su dimensión interdisciplinaria, intersectorial, interprofesional, su carácter sistémico y sistemático, el establecimiento de periodizaciones para los grupos etarios, entre otros elementos.
El cuadro 1, que aparece a continuación, muestra una selección de elementos metodológicos identificados en la revisión documental, que resultan esenciales para la proyección estratégica de la prevención del embarazo en la adolescencia.
La estrategia elaborada se contextualiza en la APS y se concibe para ser gestionada por el médico de familia como responsable del cumplimiento de las acciones estratégicas, con la participación activa del EBS y demás entes sociales, que intervienen en el desarrollo integral del adolescente. Entre ellos la familia, la escuela, organizaciones de masas, trabajadores sociales y líderes comunitarios, por solo citar algunos. El alcance interdisciplinario e interprofesional de la estrategia prevé relaciones entre las siguientes disciplinas: sicología, medicina familiar, trabajo social, derecho médico, educación, ginecología y obstetricia, entre otras.
El enfoque IHAT, el Programa Nacional de Salud para la Atención Integral en la Adolescencia, el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres y la Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes, constituyen referentes metodológicos para la estrategia. Seguidamente, se presenta una figura con la dinámica y los principales elementos estructurales de la estrategia de prevención.
Las precisiones sobre aspectos metodológicos esenciales de las acciones estratégicas por etapas, con énfasis en los objetivos, los medios a emplear y los participantes, se recogen en cuadro 2.
Seguidamente, se informa sobre los resultados de la encuesta aplicada a los adolescentes y sus familiares, en antes de la implementación práctica de la estrategia. La tabla 1 revela datos generales de los adolescentes que participan en el estudio.
Respecto a la dimensión cognitiva-comunicacional, se constatan carencias en los conocimientos vinculados a la educación sexual y reproductiva. Además, es notable la identificación de limitaciones asociadas a la comunicación intrafamiliar y el acceso a información oportuna respeto al inicio y mantenimiento de relaciones sexuales, la detección temprana de un embarazo, el empleo de métodos anticonceptivos y la orientación sexual y reproductiva.
Como aspecto positivo que debe ser reforzado, se informa que existe elevada motivación por los contenidos de educación sexual y reproductiva. Los adolescentes atribuyen marcada significación a las consecuencias del embarazo en la adolescencia, con énfasis en el impacto en la salud y la continuidad de estudios.
Concluida la implementación práctica de la estrategia, se evidencia un nivel de trasformación positiva, según datos revelados en la encuesta a los adolescentes. Se promueve satisfactoriamente la continuidad de estudios: de 4 (10,8 %) adolescentes sin vínculo escolar en un inicio, se logra con posterioridad la incorporación escolar de tres adolescentes. Igualmente, se aprecian transformaciones en el nivel de conocimientos sobre el empleo de métodos anticonceptivos, así como en los saberes relacionados con la detección temprana y consecuencias de un embarazo en la adolescencia.
Además, se identificó un nivel elevado de satisfacción con los resultados de la educación sexual y reproductiva; constándose también la introducción de mejoras en la comunicación institucional e intrafamiliar sobre el tema. En un momento inicial, solo 11 (29,7 %) de los 23 adolescentes encuestados, eligieron a la familia como primer grupo al que comunicarían la sospecha de un embarazo; sin embargo, concluida la implementación práctica de la estrategia, 31 (83,7 %) adolescentes eligieron a la familia como primer grupo de comunicación, deduciéndose un nivel de transformación en 20 adolescentes. En términos conclusivos, se informa que la dimensión cognitiva-comunicacional evidencia trasformaciones positivas en cada uno de sus indicadores.
La tabla 2 permite contrastar, en dos momentos del estudio, el nivel de conocimientos para la prevención de un embarazo, según datos de la encuesta, que reflejan la autopercepción del adolescente.
Con el propósito de reforzar, desde un enfoque de género, el análisis de los resultados del nivel de conocimientos de los adolescentes para prevenir un embarazo, se presenta la tabla 3.
Los resultados de la encuesta a la familia, permiten informar en la tabla 4 la periodicidad de los contenidos de educación sexual y reproductiva en la comunicación intrafamiliar a partir de los datos obtenidos en dos momentos diferentes del estudio, antes y después de la implementación práctica de la estrategia.
A continuación, se presenta la tabla 5, que revela los criterios valorativos de los integrantes del grupo focal sobre los indicadores de la dimensión holística-funcional. Nótese la prevalencia de indicadores valorados de Muy adecuado y Bastante adecuado.
DISCUSIÓN
En un primer orden de análisis, es necesario ponderar los resultados de la revisión documental, que permiten informar sobre la existencia de un marco legal y una agenda gubernamental actualizada, para sustentar las acciones de prevención. Igualmente, se destaca la proyección ordenadora y el valor metodológico de los programas objeto de revisión.3-5 En ellos se identifican proyecciones estratégicas y procedimientos para el trabajo preventivo, que robustecen el desempeño profesional en el contexto de la APS.
Estudios precedentes vinculados al tema permiten establecer una analogía metodológica, cuando advierten sobre la necesidad de integrar en las acciones de prevención a la familia, la escuela y la comunidad como entes sociales decisorios en la educación integral del adolescente.19,20 También se constatan resultados coincidentes en trabajos realizados por Vera y Hernández,14 quienes identifican carencias en la comunicación intrafamiliar, que inciden en la educación sexual y reproductiva de los adolescentes.
Los resultados presentados en la tabla 5 suscitan un análisis particular, porque son indicativos de la necesidad de introducir un enfoque de género en la prevención del embarazo en la adolescencia. Nótese en la tabla de referencia, las divergencias en conocimientos para prevenir un embarazo según sexo, evidenciándose mayor nivel de conocimientos en las adolescentes. Otros estudios también documentan que las féminas muestran mayor interés y conocimientos sobre el empleo de métodos anticonceptivos y atribuyen mayor significación al sexo seguro y a la estabilidad en la relaciones de pareja que los varones. Esa realidad resulta de una cultura patriarcal, que exige un enfoque de género en la prevención.8,20
El empleo de la estrategia como vía para la prevención del embarazo en la adolescencia tiene antecedentes importantes en investigaciones centradas en la APS.16,21,22 En la actualidad, su uso se extiende a prácticamente todas las disciplinas de las ciencias biomédicas; sin embargo, la estrategia aquí presentada se distingue por su enfoque holístico, el cual resulta novedoso y pertinente, según los criterios valorativos de un grupo focal.
El enfoque IHAT implica un posicionamiento teórico-metodológico de carácter interdisciplinario y antropocéntrico, que favorece la comprensión, elaboración e implementación efectivas de cada una de las etapas del proceso de prevención.9,21 Su pertinencia fue validada en la prevención de enfermedades profesionales, y sus aportaciones conceptuales y prácticas enriquecieron los resultados del proyecto de investigación “La formación académica de maestría para profesionales de la salud: interdisciplinariedad, virtualidad y gestión de la calidad para el desarrollo sostenible”, que coordina la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, con la colaboración de otras instituciones cubanas.21
La proyección interdisciplinaria asumida en esta investigación, halla un nivel de correspondencia, también, con los resultados a los que arriban Martínez et al.,16 al concluir una intervención educativa sobre el embarazo en la adolescencia y reflexionar sobre la calidad de las acciones: “la efectividad está relacionada con la utilización de técnicas educativas novedosas y el empleo de variados métodos interdisciplinarios”.
La gestión estratégica de la prevención del embarazo en la adolescencia desde el enfoque IHAT, se ajusta a los principios declarados en la actual “Política integral de niñez, adolescencias y juventudes”, devenido en documento programático de incuestionable valor teórico-metodológico.17 Vale desatacar el reconocimiento del adolescente como sujeto de derechos y ente “activo, no simple receptor de acciones, por lo que se trata de una política participativa y no asistencialista”.17 De ahí el carácter activo y trasformador que los autores de este artículo le conceden al desempeño del adolescente en las acciones de prevención, para favorecer su protagonismo y la sostenibilidad de la estrategia; porque la experiencia indica que los esfuerzos por mantener un proyecto resultan ineficaces cuando los participantes no se identifican con las tareas y fines propuestos.
A propósito, es conveniente resaltar y contextualizar, además, el autocuidado y la autogestión de salud como categorías principales del enfoque IHAT.11 La primera ha de entenderse como una expresión consciente del derecho a la salud, concretada en el comportamiento del adolescente en beneficio de la salud individual y colectiva; demanda una base orientadora con énfasis en la educación sexual y reproductiva para elevar la percepción de riesgo y la automodelación de la conducta. Mientras que la autogestión de salud para la prevención del embarazo en la adolescencia, implica una secuencia de acciones que refuerzan el autocuidado, desde una perspectiva acorde con el desarrollo integral de la personalidad y la autonomía progresiva.
Otra categoría esencial del enfoque IHAT, aplicada en la gestión estratégica de la prevención del embarazo en la adolescencia, es la facilitación al autocuidado y la autogestión de salud.9 Se trata de un proceso multimodal de carácter comunicacional, que proporciona información individualiza, veraz y oportuna para la participación activa y transformadora de los adolescentes, mediante acciones consultivas, colaborativas y de toma de decisiones.
La estrategia aquí presentada reconoce al médico de familia como facilitador individual, mientras que el EBS y el GBT constituyen facilitadores colectivos o grupales en ese proceso. Estas determinaciones realizadas desde el enfoque IHAT, también se avienen a las premisas y objetivos principales del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, cuando se indica “promover acciones de salud que generen conocimientos, actitudes y prácticas saludables con énfasis en la participación activa de la comunidad organizada y la intersectorialidad”.5
En síntesis, habría que destacar como premisas teórico-metodológicas integradas de manera creadora en el enfoque IHAT y que resultan generalizables a la prevención del embarazo en la adolescencia, las siguientes: el desarrollo integral de la personalidad, el carácter activo y transformador del sujeto, la interdisciplinariedad, la proyección interprofesional e interinstitucional, la determinación contextual y el alcance intersectorial de las acciones. Otros autores, como Solano, Valdés y Figueredo,23 coinciden al reconocer el valor epistemológico y la significación práctica de esas formulaciones teóricas.
En términos conclusivos, se informa que el embarazo en la adolescencia constituye un problema de salud complejo y multicausal, que debe ser tratado desde un enfoque holístico. De ahí la pertinencia de elaborar una estrategia para la prevención del embarazo en la adolescencia desde un enfoque IHAT, cuestión que fue confirmada a partir de los criterios valorativos de los integrantes de un grupo focal y la constatación de transformaciones en la práctica preventiva, según mejoras evidenciadas en las dimensiones cognitiva-comunicacional y holística-funcional de ese proceso, constatándose el cumplimiento del objetivo propuesto.