INTRODUCCIÓN
El estado nutricional está influenciado por las circunstancias sociales, las condiciones sanitarias y la presencia de enfermedades crónicas.1 Además, el impacto de la salud oral sobre el mismo ha sido ampliamente señalado,2 y constituye un tema de investigación relevante por sus implicaciones para el bienestar individual y colectivo.
Políticas más abarcadoras de salud podrían resultar beneficiosas teniendo en cuenta que patologías bucodentales y malnutriciones como la obesidad comparten determinantes sociales como la ocupación, el nivel educacional, los ingresos monetarios, el aislamiento geográfico, el acceso a los servicios sanitarios y los hábitos alimentarios.3
En Sancti Spíritus se han realizado varias investigaciones sobre la situación de salud bucal de sus habitantes.4 Sin embargo, pocos estudios exploran su relación con el estado nutricional en campesinos y pescadores artesanales que residen en la región espirituana. Estos grupos resultan de interés, teniendo en cuenta que la literatura internacional refiere que las labores agrícolas y pesqueras generan dinámicas específicas que impactan directamente en el proceso salud-enfermedad.5,6 En ello intervienen elementos como la estacionalidad, el pluriempleo, el trabajo temporal, las migraciones laborales, la distancia de los centros educacionales y sanitarios, la exposición a riesgos químicos y biológicos, los accidentes y las enfermedades ocupacionales.6-8
Yaguajay se distingue por ser el único municipio de la provincia de Sancti Spíritus con costas en los mares del norte de Cuba. La confluencia en este territorio de campesinos y pescadores ocasionales propicia el estudio de la relación entre variables sociodemográficas, nutricionales e intraorales en un grupo de adultos de sexo masculino vinculados a dichas ocupaciones. Este acercamiento contribuye a identificar factores de riesgo y planificar estrategias que mejoren la salud oral y general de estas poblaciones.
El objetivo del estudio es determinar la relación entre las características sociodemográficas, el estado nutricional y los indicadores de salud oral en adultos masculinos residentes en el municipio de Yaguajay, en la provincia de Sancti Spíritus.
MÉTODOS
Entre abril y mayo de 2022 se realizó un estudio observacional descriptivo en 24 adultos entre 31 y 62 años, residentes en la comunidad rural La Picadora y en el pueblo de Yaguajay, ambos pertenecientes al municipio homónimo. Fueron seleccionados campesinos y pescadores ocasionales artesanales mediante un muestreo por conveniencia, teniendo en cuenta el criterio de voluntariedad.
Se aplicó un cuestionario para la caracterización sociodemográfica que incluyó edad, ocupación y nivel educacional alcanzado. Se realizaron mediciones antropométricas (peso, talla y circunferencia de la cintura) y un examen visual y táctil de la cavidad bucal.
El estado nutricional se estudió mediante el índice de masa corporal (IMC = kg/m2). Como complemento del IMC se midió la circunferencia de la cintura (cm), la cual brinda información valiosa sobre la distribución de la grasa abdominal. Para el IMC se utilizaron los puntos de corte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación: < 16,0 desnutrición energética crónica III; 16,0-16,99 desnutrición energética crónica II; 17,0-18,49 desnutrición energética crónica I; 18,5-24,99 aceptable; 25,0-29,99 sobrepeso I; 30,0-39,9 sobrepeso II; >= 40,0 sobrepeso III.9 La circunferencia de la cintura se clasificó según los criterios de Lean, Han y Morrison, quienes consideraron el acúmulo de adiposidad abdominal como indicador de riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles en el sexo masculino: normal < 94 cm; riesgo incrementado ≥ 94 cm y riesgo muy incrementado ≥ 102 cm.10
Para el estudio de la salud oral fue analizada la presencia de dientes desgastados, dientes perdidos, dientes perdidos por caries dental, caries dental, restauraciones, inflamación gingival y presencia de placa bacteriana. Se evaluaron las frecuencias absolutas del total de dientes perdidos y desgastados y se utilizaron tres índices epidemiológicos referidos en las Guías prácticas de estomatología: 1) Índice COP-D: sumatoria de dientes cariados, obturados y perdidos/total de sujetos examinados; 2) Índice gingival de Löe y Silness, modificado por Lobene (IGM): ausencia de inflamación = 0; inflamación leve, 0,1-1,0; inflamación moderada, 1,1-2,0; inflamación severa 2,1-3,0 y 3) Índice de placa bacteriana de Löe y Silness (IP): ausencia de placa = 0; película adherida, 0,1-1,0; acúmulo moderado de depósito blandos, 1,1-2,0; placa abundante, 2,1-3,0.
El examen oral se realizó con luz natural, pinza para algodones, espejo intraoral y explorador. Para las mediciones antropométricas se utilizó una cinta métrica, una balanza digital marca Tefal modelo Classic PP1100, un tallímetro artesanal y una escuadra de madera.
En el software SPSS v. 21 se resumieron en tablas las variables cualitativas mediante frecuencias absolutas y relativas, y las cuantitativas mediante el promedio y la desviación estándar. Para el estudio de la relación entre variables, se definieron tres conjuntos de datos: 1. Características sociodemográficas, 2. Indicadores nutricionales y 3. Indicadores orales. Por la presencia de variables en diferentes niveles de medición se discretizaron las cuantitativas, obteniéndose una matriz homogénea de variables cualitativas ordinales, con excepción de ocupación, clasificada como nominal. La relación entre los conjuntos se estudió mediante el análisis de correlación canónica no lineal o categórico, mediante el software SPSS v. 21 a través de la siguiente ruta: analizar → reducción de dimensiones → escalamiento óptimo → múltiples conjuntos → correlación canónica no lineal. Fue generado un modelo bidimensional que en una tabla de saturaciones resumió el peso de asociación de cada variable. Los resultados fueron presentados en gráficos de saturaciones, categorías y barras.
Se obtuvo el consentimiento informado verbal y escrito, lo que garantizó el cumplimiento de los principios éticos y las directrices de la Declaración de Helsinki.
RESULTADOS
La tabla 1 muestra que más de la mitad de los sujetos encuestados realizaron labores agrícolas. Predominó el grupo de edad entre los 50-59 años y el nivel educacional preuniversitario.
En la tabla 2 se observa que, de manera general, la muestra se clasificó como normopeso, con acúmulo aceptable de adiposidad abdominal. Predominó la inflamación gingival moderada y el acúmulo de película adherida. El índice de COP-D fue elevado, con mayor aporte del componente dientes perdidos por caries.
La tabla 3 muestra las saturaciones obtenidas con el análisis multivariado de correlaciones canónicas. Variables con saturaciones por encima de 0,5 se relacionan fuertemente a la dimensión en que se encuentran. El signo positivo o negativo indica la dirección de la relación. Es decir, cuando la asociación es positiva, el aumento en el valor de una variable se relaciona con el aumento en el valor de las otras variables de la dimensión en que se encuentra; cuando la asociación es negativa, el aumento en el valor de una variable se relaciona con la disminución en el valor de las otras variables en la dimensión en que se encuentra. En la primera dimensión se obtuvieron saturaciones positivas por encima de 0,5 en: grupo etario, nivel educacional, IMC, dientes perdidos por caries y total de dientes perdidos. En la segunda dimensión, las variables que cumplieron este criterio fueron la circunferencia de la cintura y los dientes perdidos por caries dental.
Las figuras 1 y 2 se construyeron a partir de las saturaciones, a modo de coordenadas; el eje X contiene las saturaciones de la dimensión 1, y el eje Y las saturaciones de la dimensión 2, con lo cual se logra representar cada variable en un espacio bidimensional. De este modo, es más fácil apreciar las relaciones entre las variables, lo cual es percibido por la simple observación, teniendo en cuenta que variables muy cercanas están relacionadas, por lo que al cambiar una, la otra también se modifica. Estas asociaciones no necesariamente significan causalidad, pues pueden estar actuando terceras variables que no fueron contempladas en el estudio. No obstante, la identificación de asociaciones resulta útil para identificar patrones de comportamiento, establecer conexiones, generar futuras hipótesis y profundizar en su estudio. Para facilitar la lectura del gráfico, se resaltaron en colores las variables con saturaciones ≥ 0,5.
La figura 1 muestra la relación entre un primer grupo de variables: edad, total de dientes perdidos, dientes perdidos por caries y circunferencia de la cintura, así como entre un segundo grupo de variables: IMC y nivel educacional.
Se presenta en la figura 2 el primer grupo de variables por categorías para su mejor comprensión. Los adultos con 50 años y más, presentaron pérdidas de 10 o más dientes. Existió asociación entre la pérdida de 10 o más dientes por caries dental y el riesgo muy incrementado de padecer enfermedades crónicas no transmisibles, con circunferencia de la cintura de 102 cm o más.
El gráfico muestra la relación entre el segundo grupo de variables: IMC y nivel educacional. En los sujetos con secundaria básica predominó el sobrepeso, mientras que en aquellos con nivel preuniversitario y universitario prevaleció el IMC aceptable.
DISCUSIÓN
En la muestra estudiada se detectó una relación entre sujetos de 50 años o más y la mayor cantidad de dientes perdidos. Los resultados coinciden con la investigación realizada por Islas et al.11 quienes reportaron que la edad avanzada se asoció con una mayor ausencia dentaria en mexicanos mayores de 60 años. En estos, por cada año de aumento en la edad, el número promedio de dientes perdidos se elevó en un 1 %.
Actualmente, muchos países sufren un proceso gradual pero continuo de envejecimiento poblacional. La pérdida de dientes ha sido vinculada con la mala nutrición y las enfermedades sistémicas crónicas en adultos. Además, varios estudios asocian la dependencia funcional, el deterioro de la salud y de la calidad de vida con la presencia de menos de 20 dientes.12 La pérdida dentaria tiene gran importancia en el análisis de la historia de vida de las poblaciones. Posee un impacto negativo en el bienestar general, es el resultado de la evolución de las enfermedades bucales y sus tratamientos, pues constituye un reflejo del acceso a los servicios sanitarios y de las condiciones socioeconómicas que rodean al ser humano.13
La caries dental es la principal causa de mortalidad dentaria y afecta a aproximadamente 2400 millones de personas en todo el mundo, seguida por las enfermedades periodontales, padecidas por la mitad o más de la población mundial.14
El análisis multivariado reveló que, en la muestra de Yaguajay, existió una asociación entre la mayor cantidad de dientes perdidos por caries dental y las cifras más elevadas de circunferencia de la cintura.
La relación entre dientes perdidos e indicadores nutricionales no es un hallazgo reciente, e investigadores de la década de los 90 comenzaron explorando esta asociación con respecto al IMC. Johansson et al.15 estudiaron en Suecia la ingesta dietética y los factores de riesgo cardiovasculares en la mediana edad, concluyendo que en los sujetos desdentados el IMC fue mayor.
Por el número considerable de investigaciones que en los últimos años reportan correlaciones entre el estado nutricional y la salud bucodental, Isranni et al.16 realizaron recientemente una revisión sistemática del tema. Los autores concluyeron que la presencia de caries dental, periodontitis y pérdida de dientes puede estar asociada a un mayor IMC u obesidad, mientras que una mejor salud bucodental podría estar vinculada a valores menores de IMC.
A pesar de que el IMC constituye el indicador nutricional más usado por su simplicidad y reproducibilidad, no permite diferenciar entre grasa y masa libre de grasa. Por ello, se complementa con otras mediciones como la circunferencia de la cintura, útil para determinar la presencia de obesidad central o abdominal y el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles.17
Teniendo lo anterior en consideración, Singh et al.18 evaluaron el comportamiento de la pérdida dentaria y la obesidad central según sexo en 1704 adultos mayores brasileños de 60 años o más. En la población estudiada predominó la obesidad central y se encontró asociación entre la ausencia dentaria y el perímetro de la cintura. Sus observaciones son similares a los resultados obtenidos en el presente estudio, con la muestra de Yaguajay.
Posteriormente, Kang et al.19 analizaron la relación entre el acúmulo de grasa visceral y la pérdida dentaria en 19 436 participantes estadounidenses no obesos con IMC entre 18,5-29,9 kg/m2. Obtuvieron que, en las personas con sobrepeso y un elevado acúmulo de grasa visceral, el riesgo de pérdida dentaria aumentaba en un 40 %, al compararla con aquellas normopeso y sin acúmulo de grasa visceral. Afirmaron que la obesidad central está significativamente asociada a la pérdida de dientes en la población no obesa, y que los individuos no obesos con acúmulo de grasa abdominal representan una población diana importante para las estrategias preventivas de salud bucodental.
La pérdida dentaria influye en la cantidad y calidad de la dieta. Estudios realizados advierten que la ausencia de dientes puede reducir la capacidad masticatoria y modificar la selección de alimentos. En personas desdentadas se reporta el aumento del consumo de calorías y grasas saturadas, y la disminución de fibra, frutas y verduras.20 Menores unidades dentales funcionales han sido asociadas a menor incorporación de alimentos duros como la carne, la zanahoria cruda o el pan, y a un consumo superior de alimentos calóricos y dulces.21
Aunque el deterioro funcional depende de la ubicación, la distribución y la extensión de la pérdida dentaria, las pesquisas sugieren que, de manera general, las personas con un menor número de dientes se adaptan mejor a los alimentos blandos y procesados que a los fibrosos y secos. Por lo que, aunque no se ha dilucidado la relación exacta entre la obesidad y la pérdida de dientes, se ha propuesto que los cambios pueden deberse a modificaciones en el comportamiento alimentario de los sujetos.22
Por otro lado, Raham et al.23 encontraron diferencias en la microbiota oral según el peso corporal y la salud periodontal. Reportaron un enriquecimiento de determinados patógenos de la microbiota oral en pacientes con periodontitis de moderada a severa en obesos (Aggregatibacter actinomycetemcomitans), en sobrepesos (Tannerella forsythia y Treponema denticola) y sujetos con peso saludable (Porphyromonas gingivalis y Fusobacterium nucleatum). Estos resultados sugieren que los cambios metabólicos que se producen en la obesidad podrían modificar los patrones de colonización microbiana y alterar la progresión de las enfermedades periodontales que conducen a la pérdida de dientes.
En la muestra de adultos de Yaguajay, se identificó una relación entre el IMC y el nivel educacional, con predominio del estado nutricional aceptable entre los preuniversitarios y universitarios. Estas observaciones coinciden con las investigaciones de Kim y Daly24 en el 2022, quienes indagaron sobre el efecto de la educación en la obesidad en la mediana edad, y obtuvieron que un nivel educativo más alto reducía la probabilidad de obesidad en estas edades.
La III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo en Cuba registró que la obesidad es mayor entre los obreros calificados, los que no poseen nivel educacional, los que alcanzaron primaria y los técnicos medios.25 Los resultados sugieren la importancia de elevar el nivel de conocimiento tanto sobre la salud oral como de la nutricional. La educación para la salud y las estrategias de promoción y prevención pueden contribuir a modificar modos, estilos de vida e incorporar nuevas prácticas que impacten positivamente sobre el estado de salud general y oral de las poblaciones.
El presente estudio tiene como limitante el tamaño de la muestra. No obstante, su carácter exploratorio resulta de utilidad para indagar sobre el comportamiento de variables socioeconómicas, nutricionales y orales en grupos poblacionales poco estudiados. Tomando en cuenta los hallazgos que aquí se discuten, es posible diseñar futuras pesquisas para continuar investigando estas relaciones, planificar estrategias educativas y promover estilos de vida saludables en poblaciones agrícolas y pesqueras.
Se concluye que las asociaciones reportadas entre las variables socioeconómicas, nutricionales e intraorales señalan la importancia de una educación y promoción para la salud integradoras. La multidisciplinariedad y las estrategias comunes podrían ser más efectivas en la prevención de las enfermedades orales y nutricionales.