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INTRODUCCIÓN
La acreditación de programas e instituciones constituye un desafío para los centros de educación superior, como garantía de la calidad de los procesos académicos. En Cuba, esta se define como la conjunción de la excelencia académica y la pertinencia integral.1 De conjunto, ambos procesos permiten la mejora continua de los programas a través de la consolidación de las fortalezas y la corrección de las debilidades detectadas.2
La Microbiología Médica en el país se inició en 1886 con los trabajos de los doctores Carlos J. Finlay Barrés y Claudio Delgado Amestoy. Desde entonces, ha tenido un desarrollo continuo a lo largo de los períodos colonial, republicano y socialista. Hoy es una de las 56 especializaciones posgraduadas de la carrera de Medicina.3,4 Su centro rector es el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), en la actualidad, subordinado al Ministerio de Salud Pública (Minsap) y adscrito al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; al mismo tiempo, lidera la red de laboratorios de diagnóstico microbiológico del país.4
A solicitud de la Dirección de Posgrado del Minsap, en 2018 se actualizó el plan de formación integral en todos los perfiles de la especialidad. Este se implementó a partir de octubre de 2019 y se encuentra vigente (Resolución 16/2024). En 2023, a petición de la rectora de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, se procedió a evaluar dicho programa, según lo establecido en el Sistema de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior de la República de Cuba.5-7
La autoevaluación y la acreditación de los programas académicos contribuyen al mejoramiento de los sistemas de educación superior, en respuesta a las demandas del desarrollo social y económico de las naciones. Estos procesos se hacen imprescindibles en el contexto actual, influenciado por la globalización, el desarrollo de la informatización y el conocimiento, la evolución de los mercados laborales, de las ocupaciones y la emergencia de nuevos campos del conocimiento, fundamentalmente. Al mismo tiempo, estos se advierten como uno de los medios más adecuados para lograr reconocimiento social y prestigio.8 Para ello, es necesario contar con un claustro de experiencia calificado, con infraestructura que ofrezca soporte a la actividad académica, convenios para el desarrollo de las prácticas y el intercambio nacional e internacional.9
El presente trabajo tiene como objetivo exponer los resultados del proceso de evaluación y acreditación del programa de la especialidad en Microbiología Médica, conducido por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.
MÉTODOS
Se desarrolló un estudio descriptivo en entre octubre de 2019 y marzo de2024, en el IPK. Se aplicaron métodos teóricos (analítico-sintético) y empíricos (revisión de documentos, incluyendo normativos del Sistema de Evaluación y Acreditación de Especialidades de Postgrado y el informe de la evaluación externa de la especialidad, fundamentalmente.
En la investigación se incluyeron cinco ediciones del programa de la especialidad: dos ediciones cerradas: la 36 (octubre/2019-noviembre/2022) y la 37 (octubre/2020-noviembre/2023), además de las tres en ejecución al momento de la autoevaluación: la 38 (octubre/2021-noviembre/2024), la 39 (enero/2022-mayo/2025) y la 40 (enero/2023-mayo/2026).
El proceso de autoevaulación se realizó durante el último trimestre de 2023. Este incluyó la revisión de los reglamentos y resoluciones vigentes para el posgrado del Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba5,6 y la documentación recogida en cada uno de los expedientes de las ediciones incluidas en el período mencionado.
Según las guías contenidas en el manual de implementación del sistema de evaluación externa y acreditación a los programas de especialidad de posgrado (2018),7 se encuestó al 100 % de los egresados (6), los residentes (13), al Comité Académico (4), al 70 % de los miembros del Claustro (28), así como a cinco empleadores de los diferentes escenarios laborales y formativos. Se realizaron 18 entrevistas a: tres directivos de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, dos de la Facultad de Ciencias Médicas Victoria de Girón, de La Habana, ocho del IPK y cinco empleadores.
Se revisó el 100 % de los expedientes de las ediciones en evaluación, de los expedientes de los egresados y los residentes, de los trabajos de terminación de la especialidad (TTE) de las ediciones concluidas, los currículos de los miembros del claustro, las actas de reuniones del Comité Académico de la Especialidad (CAE) y los convenios de colaboración. Se visitó el 80 % de los escenarios laborales: departamentos de Virología, Bacteriología-Micología, Parasitología y el Centro Hospitalario del IPK (escenario para la rotación de Infectología), y el laboratorio de Microbiología del Hospital Pediátrico Docente Juan Manuel Márquez, de La Habana.
La evaluación externa se desarrolló del 22 al 26 de abril de 2024. A través de esta se comprobaron las seis variables conceptualizadas en el patrón de calidad del Sistema de Evaluación y Acreditación de Especialidades de Posgrado (SEA-EP):5 pertinencia e impacto social, claustro, estudiantes, infraestructura, currículo y escenario laboral. Estas se verificaron mediante los expedientes de las ediciones en evaluación, de los egresados y los residentes, de TTE de las ediciones concluidas, los currículos de los miembros del claustro, las actas de reuniones del CAE y los convenios de colaboración; por último, la visita a los escenarios laborales donde se forman los futuros especialistas. Cada una de las variables se evaluó según se describe en el manual de implementación del SEA-EP (2018), de la Junta de Acreditación Nacional (JAN).
Se aplicaron métodos cualitativos y cuantitativos, estos últimos, por el análisis porcentual para resumir las variables en los estándares de calidad.
A lo largo del proceso, se cumplieron los principios básicos de la ética de la investigación: el respeto por las personas, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia; se veló por el cumplimiento de la confidencialidad de la información y su utilización exclusiva con fines investigativos.10
RESULTADOS
Según el documento aprobado por resolución, el programa en curso de la especialidad posee una duración de tres años académicos (10 860 horas, equivalentes a 362 créditos), y un eje central enfocado hacia el diagnóstico microbiológico. El contenido está distribuido en 27 módulos que contemplan cursos, estancias y rotaciones. Su método de evaluaciones se basa en la sistematicidad e incluye el abordaje de un trabajo final experimental que estimula las posibilidades intelectuales y la búsqueda de alternativas para el desarrollo de la Microbiología Médica. Los objetivos específicos y habilidades responden a los contenidos de cada año y a los perfiles de salida de la especialidad. Su forma fundamental de enseñanza es la educación en el trabajo. Las evidencias verificadas aportaron los siguientes datos sobre las variables estudiadas.
En relación a la pertinencia e impacto social, el programa respondió a las necesidades del desarrollo socioeconómico de Cuba. Los posgraduados se vincularon a las diversas tareas desarrolladas por la institución, incluyendo la inserción en proyectos de investigación y el enfrentamiento a epidemias. Lo anterior favoreció el desarrollo integral de los educandos y su preparación como futuros especialistas con actitudes acorde a las exigencias actuales.
El IPK mantuvo convenios de colaboración con prestigiosas entidades nacionales y extranjeras en el área del conocimiento del programa y otras afines (nueve convenios). De igual forma, sostuvo vínculos estrechos de trabajo con al menos una decena de centros de investigación nacionales y cerca de una veintena de instituciones, organismos y fundaciones internacionales, con impacto en el área del conocimiento del programa. Los investigadores del claustro recibieron más de doscientos entrenamientos en centros de alto nivel en el extranjero, en alrededor de setenta misiones técnicas y cientos de asesorías en diversos países de América, África, Asia y Medio Oriente. De manera adicional, la institución contó con un plan de superación profesional, de acuerdo a las necesidades identificadas, así como una oferta amplia de entrenamientos, diplomados y cursos cortos.
El seguimiento del desempeño y superación de los estudiantes, una vez graduados del programa, evidenció que los egresados se mantuvieron vinculados a las tareas y funciones correspondientes a los conocimientos y habilidades adquiridas. Estos se desempeñaron como especialistas de primer grado en Microbiología, y asumieron tareas administrativas, docentes e investigativas en instituciones de los diferentes niveles de atención del Sistema Nacional de Salud (SNS).
El claustro estuvo integrado por 42 profesores, con un promedio de más de veinte años de experiencia en las actividades académicas (tabla 1). El 83,3 % (35/42) procedían del IPK y los restantes de otras entidades con amplia tradición, tanto en la docencia como en la investigación, a saber, la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM), Infomed, así como de los hospitales William Soler y Salvador Allende. A su vez, los profesores respondieron a diferentes áreas del conocimiento (microbiólogos, biólogos, bioquímicos, farmacólogos, epidemiólogos, clínicos e inmunólogos, fundamentalmente). De ellos, tres con categoría de doctor en Ciencias; de 25 médicos especialistas que conforman el claustro, 19 son especialistas de segundo grado, cuatro tienen categoría especial de profesor consultante y tres son titulares de la Academia de Ciencias de Cuba.
Tabla 1 Caracterización de los profesores del claustro del programa de la especialidad en Microbiología Médica de las ediciones cerradas (36 y 37)
Durante los cinco años evaluados, los profesores defendieron 383 trabajos en 152 eventos científicos nacionales e internacionales, para un ínice de 9,11 trabajos por profesor.
La mitad del claustro del programa alcanzó 10 o más publicaciones en libros y revistas reconocidas en el área de conocimientos del programa; el 35,71 % entre cinco y nueve, y el 14,28 % hasta cuatro. Lo anterior sumó un total de 351, para un índice general de 11,7 publicaciones por profesor.
Los tutores de los TTE fueron seleccionados entre los profesores de mayor experiencia en el tema de la investigación con categorías investigativas y docentes superiores.
En relación a los estudiantes, la U de Ciencias Médicas de La Habana seleccionó a los residentes a partir de la convocatoria para optar por la especialidad, publicada en la web de Infomed y las facultades de Medicina. El promedio de edad al ingresar al programa superó los 40 años en las ediciones cerradas, 36 años para los residentes de tercero, 34,3 para los de segundo y 27,9 para los de primero. En la tabla 2 se brinda la caracterización de los residentes durante las ediciones en evaluación.
Tabla 2 Caracterización de la matrícula de residentes del programa de Microbiología Médica durante las ediciones cerradas (36 y 37)
*Una residente pendiente de examen estatal, previsto en el marco de vigencia de sus créditos.
De los 13 residentes que integraron la matrícula inicial de las ediciones cerradas, cinco (41,6 %) abandonaron la especialidad; de los cuales dos culminaron las actividades lectivas. Seis de los siete restantes (50 %) terminaron la especialidad en el marco de tiempo del programa.
Los estudiantes participaron de forma directa en las actividades departamentales y discusiones de grupo de manera rutinaria, así como en las jornadas científicas de residentes. De igual forma, tuvieron libertad para presentar los trabajos relacionados con sus líneas de investigación u otros resultados propios, a través de los foros de Ciencia y Técnica y las Brigadas Técnicas Juveniles.
Además de todas las áreas y servicios de apoyo, el IPK alberga dos centros de referencia nacional: los laboratorios nacionales de referencia para el diagnóstico microbiológico y un centro hospitalario de referencia nacional para el manejo de las personas que viven con VIH/sida, el enfrentamiento de epidemias y enfermedades infectocontagiosas, en especial las exóticas y las emergentes. Ambos, equipados con las tecnologías más modernas disponibles en el país e insumos para la realización de las prácticas y el desarrollo de la actividad independiente investigativa.
El Departamento de Docencia, subordinado directamente a la Dirección del IPK, cuenta con condiciones óptimas para el desarrollo de los procesos académicos: aulas y salas de conferencias, biblioteca, teatro con capacidad para 270 personas, un museo con salas expositivas y un área histórica, un aula informatizada con 10 computadoras a disposición de los estudiantes y un aula especializada para la realización de eventos virtuales y videoconferencias. A solicitud de los residentes, se les habilita una cuenta de correo electrónico y se les autoriza el acceso a internet desde la institución.
El programa fue diseñado para dar respuesta a las necesidades del SNS en cuanto a resolución de las enfermedades infectocontagiosas. Su eje central se orienta hacia el diagnóstico microbiológico en las áreas del conocimiento principales: bacteriología, micología, virología y parasitología, otorgando un papel relevante a la autopreparación, la creatividad y al trabajo en equipo transdisciplinario.
Los temas seleccionados para el desarrollo de los TTE emanaron de los proyectos previamente aprobados por las instancias pertinentes. Se consideró, en primer lugar, su pertinencia en respuesta a determinado problema de salud. De los seis trabajos defendidos, cuatro correspondieron al perfil de bacteriología (66,6 %), uno a virología, igual número a parasitología (16,6 %, respectivamente) y ninguno a micología. Con el objetivo de garantizar la calidad de la atención a los residentes, los tutores asesoraron como máximo a dos estudiantes de una misma edición. De esta forma, los trabajos defendidos resultaron actuales, pertinentes y ofrecieron al menos una solución concreta al problema que les dio origen.
Además, para lograr una formación integral de los educandos, el programa concibió estancias en otros laboratorios de la red nacional. En las ediciones que ocuparon este análisis correspondieron con los hospitales Clínico Quirúrgico Docente General Calixto García, pediátricos docentes Cerro-Católicas Cubanas y Juan Manuel Márquez, así como el INHEM. De otra parte, el Centro Hospitalario del propio instituto y el Hospital Pediátrico Docente William Soler, sirvieron de escenario para las rotaciones de infectología concebidas en el plan de estudio.
Los profesores, estudiantes y egresados entrevistados manifestaron preocupación por la falta de algunos recursos de laboratorio; al mismo tiempo, concibieron alternativas a través de los proyectos internacionales y otras iniciativas para la adquisición de los mismos. Los residentes, insertados a través de sus respectivos TTE a dichos proyectos, contribuyeron a mitigar esta situación.
Durante la autoevaluación, se identificó como debilidad principal la salida definitiva de cuatro residentes. Aunque estas se debieron a causas ajenas al programa de la especialidad, ocasionó una disminución drástica de la retención por debajo del 50 %. Esto, sin embargo, fue desestimado durante el proceso de verificación, al quedar cumplido de forma satisfactoria el indicador correspondiente a graduados con actividades lectivas terminadas.
Finalmente, el informe de la comisión evaluadora reconoció la transparencia y ética durante el proceso de comprobación, así como la organización y coherencia de las evidencias de la información contenida en cada una de las variables del SEA-EP. Con estos argumentos, la JAN decidió otorgar la categoría de excelencia al programa de estudios de la especialidad de Microbiología Médica que se desarrolla en el IPK.
DISCUSIÓN
En sus casi 40 años de trayectoria y con 2011 graduados en el período 1986-2023, el programa de la especialidad en Microbiología Médica se sometió por primera vez al proceso de acreditación en abril de 2024. A pesar de lo anterior, los resultados de la verificación demostraron la cultura del claustro y la institución en la autoevaluación como un proceso sostenible a largo plazo, lo que tributó a la gestión de su adaptabilidad, en consonancia con las circunstancias de cada momento histórico y la mejora continua de la calidad de este.
Un programa acreditado brinda varios beneficios a todas las instancias; entre ellos, el reconocimiento público local e internacional, tanto para su Comité Académico como para la institución en el que se desarrolla, no solo sobre la calidad del proceso de enseñanza, sino también de la organización, el aseguramiento y el grado de prioridad concedida a dicha actividad. Según consta en el informe de los evaluadores externos, este aspecto quedó demostrado por la cantidad y calidad de las publicaciones asociadas al programa, la participación de los profesores en eventos científicos territoriales, nacionales e internacionales, así como el número de reconocimientos sociales relevantes en los últimos cinco años. Estas fortalezas, de conjunto con la calidad del claustro expresado en los porcentajes de doctores en Ciencias, tanto en determinada área del conocimiento como de las ciencias en general, de especialistas de segundo grado, así como de aquellos con categorías docentes e investigativas superiores y especiales, avalan de manera importante la calidad del proceso docente-educativo.9
En relación con lo anterior, alcanzar la meta de la excelencia brinda la oportunidad de continuidad del programa y satisfacer las demandas en la formación del conocimiento, en este particular, de la Microbiología Médica. Por su parte, sus estudiantes tienen más posibilidades de acceder a becas, financiamientos y puestos de trabajo, ya que los empleadores tienden a preferir graduados de programas acreditados.10 Al respecto, se demostró la satisfacción elevada de los empleadores y directivos sobre los egresados, los cuales se desempeñan en posiciones estratégicas en los diferentes niveles de atención a la población del SNS.
La actividad de posgrado evaluada cumplió con la escala certificativa, ya que dio continuidad a los contenidos que se imparten durante la carrera de Medicina, y una vez culminada la especialidad, los profesionales tuvieron la oportunidad de profundizar sus conocimientos a través de las maestrías y el programa doctoral que brinda la propia institución. Los TTE dieron respuesta a problemas de salud identificados y refrendados a través de proyectos de investigaciones nacionales e internacionales. Sin dudas, todo lo anterior contribuyó a incrementar la calidad de los servicios en beneficio de la población, lo que evidencia la pertinencia e impacto social del programa.
Aun cuando los evaluadores externos encontraron satisfactorios todos los parámetros evaluados,11 el CAE reconoció oportunidades de mejora en varios puntos del proceso. Entre ellos, se destacan: el perfeccionamiento del monitoreo del impacto del programa en el área de la salud pública y la sociedad en general, la gestión a través de las autoridades competentes para participar en la selección de los graduados que optan por la especialidad, así como mantener e incentivar la composición de un claustro cada vez más calificado, capaz de mantener la excelencia de la actividad docente.
La autovaloración mediante encuestas a los egresados del programa, los estudiantes en curso, los profesores del CAE y el claustro en general, así como a los directivos y empleadores vinculados de alguna forma con el programa, es una de las formas más eficientes para verificar objetivamente los logros y limitaciones del proceso. Varios autores nacionales e internacionales dan fe de lo anterior a través de la publicación de sus respectivas experiencias.12-14 De ahí que esta sea una de las principales metas del CAE en aras de alcanzar el perfeccionamiento continuo.
En cada edición, el otorgamiento de la matrícula al programa de la especialidad se efectuó en correspondencia con las necesidades manifestadas por el SNS. No obstante, resultó una preocupación del CAE la motivación de los futuros residentes al solicitar la misma. Este aspecto, de conjunto con el amplio movimiento migratorio que acontece en Cuba hacia formas productivas no estatales, tanto dentro como fuera del país, pudo motivar que la retención estuviera por debajo de las cifras deseables.15 De lo anterior se derivó la intención de proponer a la dirección de posgrado del Minsap una participación más activa en la selección de los futuros especialistas.
Con visión humanista y futurista, el máximo líder de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en ocasión de la inauguración de la cede actual del IPK, expresó: “[…]les ruego que no consideren al Instituto Pedro Kourí que inauguramos hoy, solo como una institución cubana, sino como una institución de la humanidad”, a la vez que pidió a la dirección del centro elevarlo al más alto nivel científico en el menor tiempo posible.3,4
El cumplimiento de este mandato hubiese sido imposible sin un personal debidamente formado, por lo que el desarrollo profesional de sus investigadores, docentes y técnicos, ha sido desde entonces una prioridad institucional. Sus frutos se ven reflejados en los porcentajes de profesores que ostentan las máximas categorías y reconocimientos, que hoy se encuentran comprometidos con la formación del relevo que garantice la continuidad de los logros alcanzados.
CONCLUSIONES
La necesidad de que los programas de posgrados se encuentren actualizados y contextualizados es cada vez mayor y está acorde a las exigencias del mundo contemporáneo. El proceso de autoevaluación y comprobación externa del programa de la especialidad de posgrado en Microbiología Médica se desarrolló con total transparencia y ética. Las evidencias demostraron la excelencia del proceso, acreditado por la JAN. Este logro, de incalculable valor para todos los actores y el país, constituye un orgullo y a la vez un compromiso con las generaciones futuras.
