Introducción
El Dr. Francisco Valdés Lazo (Figura), Paquito, nació en Pinar del Río el 4 de abril de 1932 y falleció en La Habana el 21 de marzo de 2010; su padre de origen obrero, proyectista de cine y su madre, maestra de Enseñanza Primaria, de ella heredó el amor por los niños y conoció la necesidad de que estos crecieran sanos y felices. Corrían en aquel entonces años difíciles para el pueblo cubano y fundamentalmente para los jóvenes que deseaban estudiar, pues no había universidades en las provincias, y en ese momento solo existía la Universidad de La Habana donde se cursaba la carrera de Medicina. En su provincia natal, realizó estudios secundarios y preuniversitarios; años más tarde, matriculó la carrera de Medicina y se trasladó a la capital en 1951. Cursando el 1er y 2do año, tuvo que interrumpir sus estudios por problemas económicos; en este tiempo, regresa a su provincia natal y se hace agrimensor y perito tasador en tierras, e imparte clases de Física, Química y Matemáticas con el objetivo de recaudar fondos para poder concluir sus estudios universitarios. Se incorpora nuevamente en 1954, carrera que interrumpe en 1956 al cierre de esta. No fue hasta 1959, al triunfo de la Revolución Cubana, cuando regresa a la universidad nuevamente y logra su sueño al graduarse de médico en 1960.
Una vez graduado, comienza a trabajar como residente en el Hospital Pediátrico de Santa Clara donde además de atender a los niños, les brindará atención a los milicianos de El Escambray, movilizados en la lucha contra bandidos. Concluyó el posgraduado y es enviado nuevamente para La Habana, sus excepcionales cualidades como revolucionario, su inteligencia y entrega total al trabajo se ponen de manifiesto desde sus inicios como trabajador, lo que le permitió ser ubicado en cargos de dirección. Se desempeñó en diferentes responsabilidades desde la base hasta el nivel central, con resultados satisfactorios en su gestión; logró además durante toda su trayectoria laboral mantenerse vinculado a la docencia, la investigación y la ayuda solidaria como asesor en diferentes países del mundo. Esta pequeña semblanza tiene como objetivo recordar la excepcional obra realizada por un médico que se sacrificó y trabajó incansablemente e hizo grandes contribuciones a la especialidad de Pediatría.
Desarrollo
En 1962, es designado subdirector del Hospital Pediátrico “Pedro Borrás”, donde realizó diferentes tareas, tales como: instructor de la Cátedra de Pediatría, Docencia Pre-Postgrado y Enfermería, trabajó en salas de hospitalización, consulta externa, atención a círculos infantiles y asesor pediátrico en Plaza de la Revolución.
En 1963, es promovido a director del Hospital “William Soler” y a pesar de sus responsabilidades, trabajó en consulta externa, como jefe de enfermedades diarreicas agudas y además continuó impartiendo docencia. En 1967 y teniendo en cuenta sus resultados de trabajo, es designado jefe del grupo provincial de Pediatría, adaptando el programa nacional a la estructura provincial. Controla el programa de Atención Integral al Niño, colabora en la formación del personal médico, para médico, y efectúa visitas de ayuda a las unidades de salud. Fue profesor de la Escuela de Salud Pública “Carlos Juan Finlay” y profesor de Pediatría de La Universidad de La Habana.
En 1977, es designado jefe del Departamento Nacional Materno-Infantil, y pone de manifiesto los conocimientos obtenidos; supervisa programas, colabora en la formación de adiestrados, participa en visitas de control y ayuda, asesora la salud materno-infantil en los diferentes niveles de dirección. En 1983, se desempeña como investigador en el Instituto de Desarrollo de la Salud (IDS) “Nápoles Fajardo”, siendo el investigador principal de varios temas de prevención de accidentes, infecciones nosocomiales, demanda de salud de los adolescentes. Presta asesoría científico-técnica al Ministerio de Salud Pública, asesora residentes de administración de salud en los trabajos de terminación de la residencia tanto del curso nacional como internacional. Continúa impartiendo docencia de Postgrado en Salud Materno-Infantil, además trabaja en salas de hospitalización del hospital pediátrico de Centro Habana. Por más de 10 años, formó parte del tribunal nacional para médicos generales que aspiraban a obtener el título de especialistas en Pediatría.
En 1984, se le otorga la condición de trabajador más destacado en la categoría de Médico Investigador. En este año, fue asesor de la OPS en Nicaragua donde se elaboró el Proyecto Materno-Infantil (PAMI) y las Normas Pediátricas Gineco-obstétricas y Neonatológicas de ese país. En 1990, asesor de la OPS en Bolivia en Salud Materno-Infantil y, en 1993, de la UNICEF.
Visitó México en varias oportunidades para la certificación de los hospitales Amigos del Niño y de la Madre y fue el autor del cumplimiento de las metas de acción en el programa de la UNICEF en Cuba. En 1995, confecciona el Programa Nacional de Prevención en Accidentes en menores de 20 años y de 1997 a 1998, fue asesor para la confección de Normas Gineco-obstétricas y Ginecológicas en Guatemala, así como coordinador nacional para la confección del Manual de Procesamiento de las Normas Nacionales de Pediatría. De 2006 a 2008, participó en diferentes ocasiones como conferencista y asesor en varias provincias de Argentina.
Participó en la confección de varios capítulos en el libro de Pediatría de autores cubanos sobre Historia de la Pediatría, Puericultura y Prevención de Accidentes. Coordinador nacional de datos nacionales sobre la investigación internacional, sobre seguridad vial, auspiciado por la OMS/ OPS y publicado los resultados de nuestro país en 2009 en el Global Status Report on Road safety Time for Action.
Conclusiones
El doctor Valdés Lazo paradigma de médico excepcional, ejemplo a seguir para muchas generaciones de estudiantes de Medicina y trabajadores que laboran en Salud Pública; sus compañeros de trabajo destacan su humildad, entrega total e incondicionalidad ante las tareas que le asignaban, su dedicación a la docencia y a la investigación, así como el aporte brindado a los diferentes países del mundo, pusieron en alto el valor de la Medicina cubana; al impartir numerosos cursos fuera y dentro de Cuba, y participar en las principales investigaciones internacionales sobre crecimiento y desarrollo de la Pediatría, dio a conocer los avances de esta especialidad en nuestro país.
Fuentes consultadas