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Introducción
La capacitación de los educadores es esencial para asegurar la excelencia en la enseñanza. En la actualidad, los maestros se encuentran ante diversos desafíos al tratar de integrar nuevas tecnologías en sus prácticas educativas. Para superar estos desafíos, la formación docente debe ser completa y adaptable, preparando a los maestros para utilizar eficazmente las tecnologías en el aula. Las hiperaulas proporcionan un entorno de aprendizaje que puede mejorar las estrategias educativas, lo que motiva la necesidad de esta investigación. En primer lugar, se busca comprender los fundamentos teóricos de la variable; luego, se llevará a cabo una segunda investigación para explorar la perspectiva de los docentes sobre la implementación de estas tecnologías, con el objetivo de mejorar su capacitación y aprovechar al máximo los recursos digitales disponibles.
Es importante resaltar que, aunque hay numerosas investigaciones sobre las hiperaulas y su impacto en la educación de los estudiantes, existe una escasez de estudios centrados en la preparación de los profesores, brindándoles entrenamiento en el uso efectivo de herramientas virtuales para la enseñanza. Por lo tanto, esta investigación actual cobra relevancia al no limitarse solo a teorías, sino buscar la realización de un estudio cuantitativo descriptivo que genere recomendaciones prácticas basadas en la experiencia de los docentes.
Desarrollo
Las aulas digitales, también conocidas como hiperaulas, son entornos educativos que integran tecnologías digitales para crear un espacio de aprendizaje flexible y colaborativo. Estas herramientas tecnológicas posibilitan a docentes y estudiantes el acceso a una amplia variedad de recursos educativos, permitiéndoles trabajar de manera autónoma, en grupos o colaborar con otros profesores (Hurtado, 2014). Las hiperaulas pueden aportar al desarrollo de la formación docente de las siguientes maneras:
Facilitan el acceso a recursos educativos: Al proporcionar acceso a libros electrónicos, videos, simulaciones y juegos, las hiperaulas permiten que docentes y estudiantes exploren una diversidad de recursos educativos. Esto contribuye al desarrollo de sus conocimientos y habilidades en diversas áreas.
Promueven el aprendizaje colaborativo: Las hiperaulas posibilitan que docentes y estudiantes colaboren de manera conjunta. Esta colaboración fomenta el desarrollo de habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas.
Favorecen la experimentación: Al permitir a docentes y estudiantes experimentar con nuevas metodologías y estrategias de enseñanza, las hiperaulas fomentan la creatividad y la capacidad de innovación en el proceso educativo.
Para Mariano Fernández Enguita, las nuevas tecnologías han sido introducidas en el ámbito educativo con el objetivo de instruir a los futuros educadores en la integración natural de la tecnología en los procesos de enseñanza-aprendizaje (Hernández, 2019). Para el autor, la característica más evidente de la hiperaula no es solo su tamaño o la idea de unir a dos o más grupos, sino la necesidad de reorganizarlo, flexibilizarlo y adaptarlo para su uso tanto individual como grupal, llenando el espacio de movilidad y vitalidad.
Además, esta aula ofrece varios espacios de trabajo donde los participantes pueden experimentar y aprender de manera más innovadora y motivadora; también incluye mobiliario móvil, ajustable a diferentes alturas y con gran tolerancia a la movilidad, lo que permite aprender sin estar limitados a un diseño uniforme.
Para Prieto, Díaz y Santiago (2014), una hiperaula, es un espacio sin jerarquías, adaptable y modular, diseñado para la colaboración entre profesores y futuros docentes, aunque abarca diversas formas de aprendizaje y enseñanza, la creación de una hiperaula para el uso y formación de docentes requiere considerar ciertas características, que incluyen:
Dimensiones: Se necesitan grandes espacios abiertos y flexibles, no solo para unificar diferentes áreas, sino para adaptarse a diversas metodologías educativas.
Agrupaciones flexibles: Combina el trabajo en equipos pequeños, individual y en grupos grandes, mezclando estudiantes de un mismo curso, ciclo o etapa.
Cambio de rol del docente: De transmisor de contenidos a diseñador de entornos, experiencias y trayectorias de aprendizaje.
Microequipos o codocencia: El docente forma parte de un equipo que prepara la enseñanza de manera colaborativa.
Metodologías inductivas: Fomenta el aprendizaje multidisciplinario e interdisciplinario mediante estrategias como el trabajo por proyectos y la colaboración.
Mobiliario flexible: Debe ser variado, ligero y móvil para adaptarse a las necesidades de los estudiantes y las demandas de los profesores.
Hipermedia: Combina actividades presenciales, en línea o mixtas, utilizando tecnología y dinámicas escolares o extraescolares.
Tiempo flexible: Horarios escolares flexibles, con periodos más largos divididos en tiempos breves para diversas actividades y metodologías.
Hiperealidad: Utilización de tecnologías para acercar los contenidos a la realidad de los estudiantes.
Apertura a la comunidad: Participación de empresas y familias para dotar de recursos a las aulas y apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Según López (2021), la importancia de crear un ambiente de aprendizaje flexible. En este contexto, menciona la necesidad de romper con las estructuras tradicionales y la verticalidad en la enseñanza, promoviendo un enfoque colaborativo. Además, enfatiza que tanto el mobiliario como la disposición de los espacios deben invitar a la innovación.
Ávila (2020), resalta la responsabilidad del profesor en abrir espacios durante el proceso de enseñanza para que los estudiantes puedan desarrollar habilidades de pensamiento superior, como buscar, crear, manipular, transferir, criticar o diseñar. Añade que el diálogo interactivo por sí solo no logra alcanzar estos objetivos. Lo mismo aplica para los docentes entre sí, con las hiperaulas se puede entregar talleres que ayuden a los docentes a mejorar sus prácticas.
Fernández, M (2017), hace ver que el modelo de hiperaula facilita la interacción entre personas y favorece el uso de metodologías como la co-docencia, permitiendo a dos profesores trabajar simultáneamente con un grupo de alumnos y crear espacios de simulación, por lo tanto, los docentes pueden hacer trabajo colaborativo con sus colegas para hablar de sus experiencias e ir generando estrategias didácticas dentro y fuera del aula.
Los autores consultados destacan que la hiperaula no se limita a ser un espacio físico, sino que representa una innovación curricular que busca equipar a los docentes con nuevas herramientas que puedan implementar en sus clases, asegurando que todos adquieran estas habilidades para aplicarlas en el futuro, un buen proyecto para implementar en las hiperaulas es la formación docente con un enfoque distintivo, la masificación y empoderamiento del modelo formativo a nivel docente y en los centros de práctica mediante la construcción de hiperaulas en todas las sedes de la universidad.
Considerando el empoderamiento que ha tenido la tecnología a nivel educacional, diversos autores señalan que con la virtualidad se ha adoptado un enfoque más tecnológico que lleva a docentes y estudiantes a utilizar recursos digitales de manera diferente para facilitar el aprendizaje y la interacción en tiempo real.
El Ministerio de Educación en Chile (2023), aborda la transición de la innovación en la educación, argumentando que ha llegado el momento de evolucionar hacia la hiperaula. Se destaca que la concepción tradicional del aula ha quedado obsoleta y que la hiperaula representa una respuesta más acorde con las necesidades actuales y futuras de la educación. Por ende, las autoridades de educación manifiestan en diversas noticias que es el momento de adoptar la hiperaula, dado que es un concepto que se refiere a un enfoque educativo que ha existido en escuelas Montessori durante muchos.
De igual forma se puede destacar que las hiperaulas se distinguen principalmente por sus dimensiones, comenzando como una superaula que no solo une varios grupos y espacios, sino que los reorganiza, flexibiliza y adapta para su uso en grupos grandes, pequeños o individuales, además, impulsa la colaboración entre profesores, quienes ya no trabajan de manera aislada, sino como parte de un equipo, compartiendo tareas y preparando la enseñanza de manera colaborativa. La implementación de estas herramientas, podrían llevar a un cambio en la estructuración del aprendizaje, pasando de un modelo disciplinario a uno multidisciplinario o interdisciplinario. Esto significa que la enseñanza se adaptaría a los retos específicos de problemas, casos, proyectos o servicios, en lugar de estar vinculada a asignaturas particulares. La colaboración con actores externos, ya sea en persona o en línea, se facilita al escapar de las restricciones disciplinarias.
Para el caso de las hiperaulas, no todo es bueno, también se tienen limitados dado que aunque la legislación educativa chilena presenta restricciones para crear espacios de trabajo flexibles, es crucial adaptar los espacios educativos a las necesidades actuales y al aprendizaje activo, dado que proyectos innovadores como las hiperaulas buscan romper con las estructuras tradicionales y proporcionar un ambiente educativo flexible y adaptado. El cambio en el sistema educativo debe ser gradual y global, involucrando a todos los niveles de enseñanza para ofrecer una educación de calidad que evolucione junto con la sociedad.
Conclusiones
Esta investigación documental permite concluir que la hiperaula se vuelve hiper, al integrar sin interrupciones la tecnología digital como parte fundamental del entorno educativo, la tecnología digital no es simplemente un complemento opcional, sino un entorno informativo y comunicativo que reemplaza al entorno impreso, siendo esencial para pasar de la lección tradicional al trabajo autónomo, colaborativo y en red. De igual forma, se requiere una reorganización de los tiempos de clases para que los docentes tengan espacios para capacitaciones con períodos más largos para la preparación de las clases, de esta manera podrán incorporar lo aprendido en sus aulas de clases. En resumen, la hiperaula representa una evolución respecto al aula convencional, promoviendo la colaboración entre iguales y la apertura a un entorno más diverso y accesible.
Luego de consultar la bibliografía se tiene que, el concepto de hiperaula, representa un paradigma educativo innovador que va más allá de la concepción tradicional de las aulas convencionales. Las hiperaulas se caracterizan por su enfoque flexible y colaborativo, integrando tecnologías digitales para crear entornos de aprendizaje dinámicos. A través de la revisión de diversos enfoques y perspectivas de expertos en educación, se destaca que las hiperaulas no solo se limitan a un espacio físico, sino que tienen la capacidad de facilitar el acceso a una amplia variedad de recursos educativos, fomentar el aprendizaje colaborativo y favorecer la experimentación son aspectos fundamentales que las hiperaulas aportan al desarrollo de la formación docente. La adaptabilidad, la flexibilidad y la movilidad en el diseño del espacio, así como el cambio en el rol del docente de transmisor a diseñador de entornos de aprendizaje, son elementos clave que destacan los expertos consultados.
Es así como la introducción de tecnologías digitales en el ámbito educativo, según Mariano Fernández Enguita, tiene como objetivo instruir a los futuros educadores en la integración natural de la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Igualmente, la importancia de romper con las estructuras tradicionales y fomentar un enfoque colaborativo es enfatizada por diversos autores, como López (2021) y Ávila (2020).
La implementación de hiperaulas no está exenta de desafíos, como las restricciones legislativas y la necesidad de adaptar los espacios educativos a las demandas cambiantes. Sin embargo, el consenso es claro en cuanto a la necesidad de evolucionar hacia este enfoque, considerándolo como una respuesta acorde con las exigencias actuales y futuras de la educación.
En última instancia, la transición hacia las hiperaulas implica no solo cambios físicos en la disposición del espacio, sino también transformaciones en la concepción misma de la enseñanza y el aprendizaje. La integración de tecnologías, la colaboración entre docentes y estudiantes, y la apertura a enfoques multidisciplinarios son aspectos cruciales para lograr una educación más acorde con las demandas de la sociedad actual.
