Introducción
El aprendizaje significativo en la educación básica es fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes, ya que se centra en la comprensión profunda de los contenidos y en la capacidad de aplicarlos en diferentes contextos, más allá de la mera memorización. Este enfoque pedagógico, promovido por Ausubel (1983); Baque & Portilla (2021); Moreira (2017) y otros teóricos de la educación, se basa en la idea de que el aprendizaje es más efectivo cuando los estudiantes pueden relacionar nueva información con conocimientos y experiencias previos.
El rol de las técnicas inclusivas es valorado por Cevallos (2021) el cual enfatiza la importancia de la inclusión para el desarrollo integral del estudiante, resaltando la necesidad de un ambiente armónico y respetuoso. La investigación señala los desafíos en la formación docente y la integración de técnicas inclusivas, sugiriendo la creación de guías didácticas y la formación continua como soluciones.
Las técnicas inclusivas desempeñan un papel crucial en el desarrollo del aprendizaje significativo, Mejia (2022) destaca que la personalización del aprendizaje es esencial en un aula inclusiva, pues permite adaptar la enseñanza a las necesidades individuales de cada estudiante. Esta adaptación las diferencias en habilidades y estilos de aprendizaje, y también los intereses y antecedentes culturales, lo que facilita un aprendizaje más significativo.
En el presente estudio, se propone una investigación participativa, involucrando a docentes, estudiantes y padres de familia para obtener una comprensión holística, se enfatiza en investigación-acción como metodología participativa que implica a los educadores en el proceso de investigación. En el contexto del aprendizaje significativo, como docente-investigadora se implementarán y evaluarán nuevas estrategias pedagógicas inclusivas en el aula para, posteriormente reflexionar y reportar su eficacia
El objetivo de la investigación llevada a cabo para este estudio ha sido esclarecer el impacto de la implementación de estrategias pedagógicas inclusivas en el fomento de un aprendizaje significativo entre los estudiantes de sexto año de educación general básica (EGB).
Desarrollo
En Ecuador, ha habido un creciente interés en mejorar la calidad de la educación básica a través de enfoques de aprendizaje significativo. Disímiles estudios han explorado estrategias metodológicas para fortalecer el aprendizaje significativo, especialmente en la lectura, subrayando la importancia de desarrollar habilidades cognitivas en estudiantes de EGB. La tendencia reciente en la educación, apunta hacia un enfoque creciente en la inclusión educativa, buscando garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades o antecedentes, tengan acceso a oportunidades de aprendizaje significativas.
La investigación de Posligua & Ávila (2022) sobre estrategias metodológicas para fortalecer la lectura es un claro ejemplo de cómo los enfoques pedagógicos pueden mejorar habilidades cognitivas esenciales. Igualmente, en el abordaje de la inclusión y el aprendizaje significativo en la actualidad, se ha significado el rol de la tecnología en la educación inclusiva (Badilla et al., 2022) han destacado cómo la tecnología puede ayudar a personalizar el aprendizaje y hacerlo más accesible para todos.
En cuanto a las estrategias pedagógicas para la inclusión educativa se significa la investigación de Cevallos (2021), pues proporciona un marco para seleccionar estrategias pedagógicas orientadas a la inclusión, demostrando cómo estas estrategias pueden fomentar un aprendizaje significativo en un ambiente de motivación y respeto a la diversidad.
La importancia de la formación docente es insoslayable para cubrir la necesidad de preparación y herramientas adecuadas para la inclusión, es un aspecto crucial destacado por Murillo et al. (2020), los que afirman que “toda práctica inclusiva tiene dos características principales: 1) se trabaja con grupos diversos y 2) se cuenta con el apoyo de otros profesionales y recursos materiales apropiados, con la finalidad de beneficiar al alumnado durante su proceso de aprendizaje” (p. 4).
La preparación de estudiantes para los desafíos del siglo XXI, en una perspectiva inclusiva, contiene las habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la colaboración; Quesada (2021) ha explorado cómo estas habilidades pueden ser integradas a la práctica educativa.
La visión de Mejia (2022) destaca la importancia de metodologías inclusivas y emergentes, especialmente en la era de la tecnología de la información, para asegurar que todos los estudiantes reciban una educación de calidad, lo cual articula con las experiencias de inclusión en contextos diversos que argumenta este autor cuando asevera que “El personal docente tiene la obligación de reflexionar sobre sus prácticas y metodologías, a fin de verificar si se está promoviendo una enseñanza de calidad que alcance a todo el estudiantado, siendo necesario realizar cambios significativos para lograr la inclusión” (p. 134).
El estudio desarrollado por Miranda (2022) destaca el uso de herramientas como mapas conceptuales y diagramas para guiar el proceso de aprendizaje hacia la autonomía y la significatividad. La experiencia del profesorado en estrategias inclusivas ofrece una visión valiosa de cómo las estrategias que emplean pueden contribuir a la inclusión efectiva en ambientes educativos, en este sentido las técnicas inclusivas son fundamentales para promover la igualdad y la equidad en la educación.
El ambiente de aprendizaje que se crea mediante técnicas inclusivas es otro aspecto vital, pues un ambiente seguro y acogedor promueve la tolerancia, el respeto mutuo y la comprensión, elementos esenciales para un aprendizaje significativo. Las técnicas inclusivas ayudan a desarrollar aspectos como la empatía, la colaboración y la resolución de conflictos, habilidades cruciales para el éxito en la vida. La motivación y participación también mejoran a través de prácticas inclusivas.
El estudio adoptó un enfoque metodológico mixto para examinar la efectividad de las estrategias pedagógicas inclusivas en la promoción de un aprendizaje significativo. La población de estudio fue de los 37 estudiantes de sexto año de la Unidad Educativa Federación Deportiva de Cotopaxi. Además, se incluyen los 3 docentes de este año. Los criterios de inclusión para los estudiantes se basan en la participación voluntaria y el consentimiento informado de sus padres o tutores.
Se diseñaron cuestionarios para estudiantes y docentes con escala Likert para evaluar la percepción e impacto de las estrategias inclusivas en el aprendizaje e identificar áreas específicas necesitadas de mejora implementando estas estrategias; se realizaron entrevistas para explorar experiencias, percepciones y ejemplos del impacto de las estrategias inclusivas en el aprendizaje.
Se realizaron observaciones para documentar la implementación de estas estrategias y la interacción entre estudiantes y docentes. Se exploró la implementación de estrategias inclusivas en la Unidad Educativa Federación Deportiva de Cotopaxi, con un enfoque en los estudiantes de sexto año. Los resultados que a continuación se presentan en la tabla 1, tabla 2, tabla 3, tabla 4, tabla 5, tabla 6 y tabla 7 revelan una compleja intersección de aspiraciones e implementaciones sobre la necesidad de fortalecer estas estrategias para promover un aprendizaje significativo.
La percepción de los estudiantes sobre las oportunidades y acceso a recursos para aprender muestra que el 29,73% expresa su desacuerdo respecto a este aspecto. Un poco más del 27,03% de los encuestados no muestran una clara inclinación con la afirmación. Cerca del 18,92% manifiesta estar completamente en desacuerdo con las oportunidades y el acceso a recursos y un 16,21% indican su acuerdo con la afirmación, en tanto el 8,11% está totalmente de acuerdo.
Una mayoría, representada por un 35,14% de los estudiantes, no muestra una inclinación clara hacia el acuerdo o desacuerdo con respecto a la motivación y la participación. Por otro lado, un 24,32% indica su acuerdo con la temática, mientras que alrededor del 21,62% expresa su desacuerdo. Además, aproximadamente el 10,81% de los alumnos están completamente en desacuerdo con la motivación y la participación, mientras que cerca del 8,11% muestran un completo acuerdo con estas.
Más del 35,14% de los estudiantes no muestran una postura definida respecto a las estrategias de enseñanza y el apoyo docente. Cerca del 24,32% indican estar en desacuerdo con estas estrategias, mientras que un 21,62% manifiestan estar de acuerdo con ellas. Aproximadamente el 13,51% muestran un completo desacuerdo con las estrategias de enseñanza y el apoyo docente, y cerca del 5,41% están de acuerdo con este enfoque educativo.
El 40,54% de los encuestados revela una posición neutral hacia la efectividad de las estrategias de enseñanza en su aprendizaje, lo que indica una falta de impacto significativo de las mismas en este sentido. Por otro lado, un 40,54% (sumando totalmente en desacuerdo y en desacuerdo), manifiesta desacuerdo con la efectividad de estas estrategias, sugiriendo que podrían no estar alineadas con sus necesidades o estilos de aprendizaje. Solo el 18,92% (sumando de acuerdo y totalmente de acuerdo) siente que las estrategias son efectivas, lo que implica una necesidad de revisión y potencial adaptación de estas estrategias para aumentar su relevancia y efectividad.
Estos datos indican que hay una percepción predominante de falta de inclusión y valoración dentro del entorno de aprendizaje, con un 67,57% de los encuestados expresando desacuerdo (sumando Totalmente en desacuerdo y En desacuerdo) con la idea de sentirse incluidos y valorados. Esto sugiere que hay aspectos significativos del ambiente educativo que necesitan ser revisados y mejorados para crear un espacio más acogedor y respetuoso para todos los estudiantes. El hecho de que solo un 18,92% sienta que su entorno de aprendizaje es plenamente inclusivo subraya la importancia de fomentar un ambiente más positivo y de apoyo.
El 40,54% de los encuestados tiene discordante del ritmo de trabajo en clase, lo cual podría indicar una variedad de situaciones, desde una aceptación pasiva hasta una división de opiniones sobre si el ritmo es el adecuado. Sin embargo, un 40,54% percibe el ritmo como inadecuado, lo que sugiere que el ritmo no está bien ajustado a sus necesidades de aprendizaje. Solo una minoría (18,92% sumando de acuerdo y totalmente de acuerdo) siente que el ritmo de trabajo es adecuado, pero destaca la necesidad de considerar ajustes en las clases para acomodarla mejor a todos.
La mayoría de los encuestados 67,57% (sumando los porcentajes de acuerdo y totalmente de acuerdo), considera que las evaluaciones reflejan de manera adecuada o muy adecuada su comprensión y aprendizaje de los contenidos. Por otro lado, una proporción menor 18,92% (sumando totalmente en desacuerdo y en desacuerdo) no está satisfecha con cómo las evaluaciones representan su aprendizaje. Un 13,51% se encuentra en una posición neutral. Esto sugiere que, en general, las evaluaciones son percibidas positivamente por la mayoría de los encuestados en cuanto a su capacidad para reflejar el aprendizaje, aunque hay espacio para mejorar y abordar las preocupaciones de aquellos que no están de acuerdo.
Los porcentajes reflejan una tendencia hacia respuestas moderadas, con una cantidad significativa de estudiantes con una posición neutral sobre su experiencia educativa actual. Esto sugiere que hay un margen considerable para la mejora en la inclusión y adaptación de las estrategias pedagógicas a las necesidades de los estudiantes.
El análisis realizado hasta aquí, subraya la necesidad imperativa de adoptar y reforzar estrategias inclusivas que respondan a las diversas necesidades, estilos de aprendizaje y ritmos de los estudiantes para promover un aprendizaje más significativo. Estos resultados quedan constatados y contrastados con los arrojados por la entrevista a los docentes que se desarrollaron en el marco de la investigación a los tres docentes de sexto año.
A través de estas entrevistas, se reveló que, aunque algunos docentes creen estar aplicando estrategias inclusivas efectivamente, en realidad se inclinan más hacia métodos tradicionales de enseñanza, con pocas adaptaciones para la diversidad del aula. Un docente destacó el uso de tecnología como estrategia inclusiva, sin embargo, careció de ejemplos específicos que demostraran su adaptación a las necesidades individuales de los estudiantes.
En cuanto al impacto de estas estrategias en el aprendizaje significativo, los docentes afirmaron que sus métodos promueven una mejor comprensión y compromiso por parte de los estudiantes. No obstante, no se evidencian mejoras tangibles en la calidad y profundidad del aprendizaje, y se observó que algunos estudiantes se sentían excluidos de proyectos grupales.
Los docentes reconocieron enfrentar desafíos al manejar la diversidad en el aula, atribuyendo estas dificultades a la falta de motivación de los estudiantes o a limitaciones externas, más que a sus propias prácticas pedagógicas. Aunque mencionaron la colaboración y capacitación como medios para superar estos desafíos, hay poca evidencia de su aplicación práctica o de cambios significativos en sus métodos de enseñanza.
Respecto a la percepción y retroalimentación de los estudiantes, los docentes creen que sus clases son bien recibidas, aunque las encuestas y entrevistas con los estudiantes sugieren lo contrario, mostrando una falta de apoyo y comprensión hacia sus necesidades de aprendizaje. Los registros indican además una participación y asistencia inconsistentes, especialmente entre aquellos con necesidades especiales. Aunque expresaron la necesidad de más recursos y de capacitación, algunos no han aprovechado las oportunidades existentes, citando la falta de tiempo o interés. La autoevaluación de los mismos sobre la efectividad de sus estrategias mostró una desconexión con los datos objetivos de rendimiento y retroalimentación estudiantil, sugiriendo una sobreestimación de sus prácticas inclusivas.
Los docentes sugieren cambios en políticas y recursos, pero hay una clara necesidad de reflexión personal y desarrollo profesional para integrar genuinamente estrategias inclusivas. A pesar del optimismo expresado, la falta de acciones concretas y compromiso con el cambio subraya la urgencia de reevaluar y reforzar la capacitación en prácticas inclusivas.
Las razones anteriores avalan la propuesta para promover el aprendizaje significativo en los estudiantes de 6° año de Unidad Educativa Federación Deportiva de Cotopaxi a través de estrategias pedagógicas inclusivas estructuradas en tres ejes principales: diversificación metodológica, tecnología educativa adaptativa y evaluación formativa inclusiva como se muestra en la tabla 8.
Conclusiones
Los resultados de las encuestas a estudiantes y docentes destacan una significativa desconexión entre las percepciones de los docentes sobre sus prácticas inclusivas y las experiencias reales de los estudiantes, reforzando la necesidad crítica de adoptar estrategias inclusivas efectivas y reflexivas para mejorar el entorno de aprendizaje de todos los estudiantes.
La integración que se propone busca no solo mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje adaptándolo a las necesidades y ritmos de los estudiantes, sino también promover un entorno de aprendizaje más inclusivo y motivador.
La implementación de estas estrategias requiere un compromiso continuo por parte del cuerpo docente para ajustar y adaptar las actividades y evaluaciones basadas en la retroalimentación y el progreso de los estudiantes, con el fin último de facilitar un aprendizaje significativo y duradero.