Introducción
La interpretación de la inclusión en el ámbito educativo contemporáneo ha sido variada, en ocasiones, se ha asociado con estudiantes que enfrentan desventajas sociales en entornos marginales o de pobreza, por otra parte, se ha relacionado con la incorporación de personas con discapacidad o necesidades educativas especiales en instituciones educativas regulares. De esta manera, se ha considerado la responsabilidad de la Educación Especial, lo cual, sin duda, limita la concepción más integral de la inclusión educativa como un proceso. En esta perspectiva apunta Espinoza Cordero (2021) que el concepto de inclusión se reduce a:
La educación que atiende a las necesidades de los discapacitados y la educación especial, sin embargo, las fuentes de la exclusión educativa son diversas y complejas, entre ellas cabe citar la exclusión social de origen racial, étnico, de género, edad, de la clase social, de la religión, las aptitudes, el acceso, el acceso tecnológico, entre otras (Espinoza Cordero, 2021 p.15).
El autor destaca la limitación percibida en la conceptualización común de la inclusión, al señalar que generalmente se asocia exclusivamente con la atención a las necesidades de personas con discapacidades en la educación especial. Sin embargo, Espinoza sostiene que las fuentes de exclusión educativa son mucho más amplias y complejas. Entre las diversas dimensiones de la exclusión que menciona, se incluyen aspectos como la exclusión social.
Este enfoque ampliado subraya la importancia de considerar diversas formas de exclusión en el ámbito educativo, reconociendo que la inclusión no debería limitarse solo a la atención de discapacidades, sino abordar de manera integral las barreras que impiden la participación plena y equitativa de todos los estudiantes, según esta perspectiva, implica abordar de manera activa y reflexiva las múltiples dimensiones de la diversidad para garantizar un ambiente educativo en el que todos tengan igualdad de oportunidades y se sientan aceptados.
El presente artículo muestra resultados teóricos y prácticos, de un proyecto de investigación, de la carrera Licenciatura en Educación Inicial, de la Universidad Metropolitana del Ecuador. Se presenta una concepción para evaluar la dinámica familiar, utilizando indicadores de orientación como una práctica inclusiva, para identificar elementos relacionados con el desarrollo socioafectivode niños de 1 a 3 años, y mejorar la atención integral de estos.
Materiales y métodos
El planteamiento de que la formación de los docentes debe incluir la preparación para abordar un proceso de orientación familiar inclusivo, es crucial y refleja una comprensión integral de la educación inclusiva, teniendo en cuenta que solo mediante una formación orientada en esta perspectiva, se puede asegurar que en el ejercicio profesional los alumnos disfruten de equidad de oportunidades para alcanzar su máximo desarrollo y aportar de manera significativa a la sociedad.
Con relación a la universidad inclusiva refiere Espinoza Cordero (2021) que es “aquella que atiende y resuelve desde la gestión de los procesos gobernantes, sustantivos y de apoyo, mediante el cogobierno y la flexibilidad y la dinámica administrativa, a la diversidad y los posibles factores de exclusión presentes o potencialmente presentes” (Espinoza Cordero, 2021 p.16)
En este ámbito refiere Montano et al. (2022) que la inclusión implica una educación sin discriminación, asegurar la igualdad de oportunidades en el proceso pedagógico, considerar la diversidad de identidades, las necesidades de los educandos independientemente de sus características, religión, enfermedad, procedencia social y orientación sexual, u otros aspectos, reconociendo la diversidad existente y brindando el tratamiento adecuado que garantice el avance en el aprendizaje
Las diversas responsabilidades y desafíos que enfrenta la familia hacen que su orientación sea una preocupación para varios profesionales, su participación en la inclusión educativa refuerza la idea de que la educación es un esfuerzo conjunto, que mejora la calidad, promueve un ambiente de aprendizaje inclusivo y fortalece la capacidad de los estudiantes para alcanzar su máximo potencial, donde resulta primordial las relaciones entre la escuela y la familia, de acuerdo con Pire (2022) “la participación de la familia en el ámbito escolar de los niños y adolescentes trae consigo la necesaria cooperación y coordinación entre todos los que forman parte de la comunidad educativa, fundamentalmente entre la familia y los docentes”(Pire, 2022, p.76). De igual manera teniendo en cuenta las ideas de Estévez et al. (2018) “La familia constituye la institución principal de educación de niñas y niños, el primer modelo educativo y de vida” (Estévez et al., 2018, p.276).
Por otra parte, el papel del docente en la orientación familiar es fundamental para asegurar su la participación efectiva. En este ámbito el docente desempeña un rol esencial al facilitar la colaboración, proporcionar recursos, apoyo, y promover un entorno educativo que valore la diversidad y garantice la participación de las familias en el proceso educativo de sus hijos.
En este sentido refieren Rodríguez et al.(2017) que “Los docentes son el motor fundamental de los cambios de largo alcance en la educación y su desarrollo profesional es indispensable para obtener los logros esperados de los sistemas educativos”. (Rodríguez et al, 2017, p.17)
Ahora bien, un tema que ha sido frecuentemente abordado con relación a la inclusión es el relacionado con la diversidad y la familia. El término diversidad se ha empleado en diversos contextos, destacándose especialmente en el ámbito educativo. Ambos conceptos, no obstante, poseen complejidades e interpretaciones diversas con matices y significados variados. A pesar de ello, lo esencial y destacado radica en lograr una perspectiva crítica que permita explorar las implicaciones y relaciones entre estos conceptos de manera adecuada.
La orientación familiar juega un papel fundamental en el desarrollo de los estudiantes, especialmente aquellos que pueden enfrentar desafíos particulares debido a diversas características, como discapacidades, diferencias culturales o socioeconómicas. Es por ello la importancia que posee el proceso formativo del profesional de la educación, orientado hacia la inclusión educativa, para asegurar que todos los alumnos disfruten de equidad de oportunidades para alcanzar su máximo desarrollo y aportar de manera significativa a la sociedad. La familia juega un papel fundamental en el contexto de la educación inclusiva, siendo la base sobre la cual se construye y fortalece este enfoque educativo. En esta perspectiva, alcanza un extraordinario valor lo que refieren Simóny Barrios (2019) “si atendemos a las claves que se han destacado en la transformación de los sistemas educativos para hacer efectivo el derecho a una educación inclusiva, las familias están, de una u otra forma, presentes en las mismas” (Simón y Barrios, 2019 p.52).
En este contexto la orientación familiar, representa una opción dentro del ámbito educativo que permite su preparación para cumplir principalmente con sus responsabilidades de socialización, facilitando la coordinación con los docentes para llevar a cabo las acciones educativas pertinentes que influyan positivamente en el desarrollo de los hijos.
La preparación del docente implica desarrollar habilidades y conocimientos específicos para comprender y abordar la diversidad en las familias, reconociendo las distintas realidades culturales, socioeconómicas y emocionales. Esto se traduce en la capacidad de ofrecer orientación familiar adaptada a las necesidades individuales, promoviendo un ambiente inclusivo y respetuoso.
La investigación se centra en un enfoque cualitativo y se lleva a cabo desde la práctica, reconociendo las dinámicas presentes y abordando diversas problemáticas. Específicamente, se orienta a la esfera socioafectiva, buscando implementar estrategias de orientación familiar para comprender las relaciones afectivas entre el infante y sus figuras de apego y promover un ambiente inclusivo que permita el desarrollo óptimo.La metodología cualitativa adopta el estudio de caso para comprender a fondo, de manera holística, un fenómeno en un periodo de tiempo determinado.
El estudio muestra resultados teóricos y prácticos, de un proyecto de investigación, de la carrera Licenciatura en Educación Inicial, de la Universidad Metropolitana del Ecuador, en que se considera la formación del docente desde la perspectiva de una práctica inclusiva, con el objetivo de potenciar el desarrollo integral de los niños de cero a cinco años, estableciendo una estrecha armonía con la familia. En este enfoque, se reconoce la importancia de preparar al educador para desempeñar un papel no solo en el aula, sino también en la orientación y apoyo a las familias.
Se presenta una concepción para evaluar la dinámica familiar, utilizando indicadores de orientación como una práctica inclusiva en el ámbito de la educación inicial, para identificar elementos relacionados con el desarrollo socioafectivo de niños de 1 a 3 años, y mejorar la atención integral de estos. Las unidades de análisis son niños y padres de familia habitantes de la comunidad "La Concepción" en el Cantón Mira, Provincial del Carchi; comunidad principalmente se dedica a actividades agrícolas, la mayoría de su población es afrodescendiente.
Los métodos empleados incluyen entrevistas para indagar sobre la historia de vida de la figura afectiva del infante y sus prácticas de crianza, observación para comprender el entorno familiar y las interacciones afectivas, y encuestas para reconocer aspectos socioculturales de la figura de apego y sus conocimientos en la esfera socioafectiva. Estos métodos permiten obtener información rica y detallada para abordar la problemática de manera integral.
Resultados
El estudio de necesidades se basa en los resultados obtenidos del diagnóstico realizado a las familias, donde se aplicaron diversos métodos como entrevista, observación, encuesta, grupo focal. Estos métodos permitieron identificar varias regularidades en el comportamiento y las prácticas de crianza de las familias participantes. A continuación, se detallan las principales conclusiones derivadas de estos resultados:
Recurrencia de agresiones físicas: Se observó que las familias a veces recurren a agresiones físicas como método para corregir comportamientos considerados inadecuados en sus hijos. Esto indica la necesidad de abordar y cambiar estas prácticas para promover métodos más efectivos y respetuosos en la disciplina.
Respuestas emocionales inadecuadas: Las familias utilizan una variedad de métodos para responder a las manifestaciones emocionales de los niños, pero no siempre son las más adecuadas para atender efectivamente las necesidades afectivas de los infantes. Esto sugiere la importancia de proporcionar estrategias adecuadas para la gestión emocional en el entorno familiar.
Conocimientos parciales sobre desarrollo socioafectivo: aunque las familias poseen ciertos conocimientos sobre el desarrollo socioafectivo en la etapa temprana, se identificó la necesidad de profundizar en aspectos fundamentales para comprender mejor esta área y actualizar los estilos de crianza.
Limitaciones en la imposición de límites y correctivos: se constató que en ocasiones se imponen límites en la crianza, pero no siempre son los más apropiados. Existe la necesidad de proporcionar orientación sobre cómo establecer límites de manera efectiva y basada en el respeto hacia el niño.
Promoción de roles de género: se identificaron aspectos que promueven los roles de género, como la diferenciación en la distribución de actividades en el hogar y la asignación de roles específicos a niños. Esto sugiere la necesidad de abordar la equidad e igualdad de género en la crianza y la educación familiar.
Interés en estrategias de orientación familiar: la mayoría de las personas participantes en el estudio mostraron interés en participar en estrategias de orientación familiar en la esfera afectiva. Esto señala una disposición positiva hacia el cambio y la mejora en las prácticas de crianza.
A partir de estos resultados, se pueden identificar las principales necesidades de las familias participantes, que orientan la estrategia en una concepción psicopedagógica de orientación familiar inclusiva.
Concepción de una propuesta de orientación familiar inclusiva.
La orientación a la familia es una tendencia significativa en el ámbito de la inclusión educativa y se refiere a la participaciónefectiva de todos los niños en el aprendizaje, a partir de sus diferencias. La orientación a la familia como parte integral de este proceso reconoce la importancia de involucrar a los padres, tutores y familiares en el apoyo y desarrollo de los infantes.
La implementación de una estrategia de educación inclusiva familiar implica considerar diversos aspectos para asegurar la participación de todas las familias en el proceso educativo. Según se expresa en la Figura 1.
Exigencias para la orientación familiar como práctica inclusiva
Reconocer y respetar la diversidad de estructuras familiares, culturas, idiomas y experiencias de vida. Cada familia es única, y la estrategia debe ser inclusiva y sensible a las diferencias para garantizar la atención personalizadas que permitan potenciar el desarrollo de los niños.
Establecer canales de comunicación abiertos y accesibles para todas las familias. Utilizar diversos medios, para asegurar que la información sea accesible para todos.
Proporcionar formación y sensibilización a las familias sobre la importancia de la inclusión y la diversidad. Esto puede incluir talleres, charlas informativas y materiales educativos que fomenten la comprensión y el apoyo a la diversidad en el entorno escolar.
Fomentar la colaboración activa entre las familias y el personal educativo. Invitar a las familias a participar en reuniones, eventos escolares y actividades educativas, y alentar la colaboración en la toma de decisiones relacionadas con el proceso educativo de los niños, en función de la estimulación del desarrollo.
Reconocer las necesidades individuales de las familias y proporcionar apoyo personalizado según sea necesario. Esto puede incluir la identificación de recursos externos, la facilitación de espacios individuales y la adaptación de estrategias educativas para satisfacer las necesidades específicas de cada familia.
Garantizar que todas las personas involucradas en la vida del niño sean incluidas en la estrategia educativa. Esto puede incluir a padres, madres, tutores, abuelos u otros cuidadores que desempeñan un papel importante en su desarrollo.estudiante.
Garantizar la accesibilidad física de las instalaciones escolares para personas con discapacidades y también la accesibilidad virtual para aquellas familias que pueden participar en actividades a través de plataformas en línea.
Realizar evaluaciones periódicas para determinar la efectividad de la estrategia de educación inclusiva familiar. Recopilar retroalimentación de las familias y realizar ajustes según sea necesario para mejorar la participación y el impacto.
Facilitar información sobre recursos comunitarios disponibles para las familias, como servicios de apoyo, grupos de ayuda mutua y organizaciones que puedan brindar asistencia en diversas áreas.
Esta concepción de orientación, desde una perspectiva inclusiva, reconoce la importancia de trabajar en colaboración con las familias para crear entornos educativos que sean personalizados y centrados en potenciar el desarrollo de los niños. Esta tendencia busca fortalecer la asociación entre la escuela y la familia, reconociendo el papel decisivo que ambas partes desempeñan en el éxito educativo, que tengan acceso a una educación de calidad, con la participación de la familia.
Conclusiones
La orientación familiar inclusiva implica reconocer y respetar las diferentes realidades familiares, culturales y socioeconómicas, proporcionando herramientas y conocimientos adaptados a las necesidades individuales. Al promover la comprensión de la diversidad y fomentar prácticas educativas inclusivas, se crea un entorno propicio para que los niños en edad temprana desarrollen habilidades sociales, emocionales y cognitivas de manera equitativa y enriquecedora. Este enfoque no solo beneficia a los niños, sino que fortalece la conexión entre las familias y el entorno educativo, contribuyendo así a la construcción de sociedades más inclusivas.
La concepción de la preparación del docente de educación inicial desde una perspectiva inclusiva implica no solo enfocarse en las necesidades de los niños en el aula, sino también reconocer y abordar las particularidades de las familias, promoviendo una colaboración efectiva para potenciar el desarrollo máximo de los niños en sus primeros años de vida.
La implementación de la orientación familiar inclusiva se presenta como una estrategia fundamental para potenciar el desarrollo de niños en edad temprana, para el apoyo y orientación a las familias, con el objetivode asegurar que todas las familias, independientemente de su diversidad, reciban el respaldo necesario para favorecer el crecimiento integral de los niños.