Introducción
Los médicos, con sus diferentes especialidades y grados, integran una parte esencial de los recursos humanos de los sistemas de salud cuyo trabajo, por un lado, se asocia con sensaciones satisfactorias por ser socialmente valorados, pero por otro, implica contacto permanente con el sufrimiento, dolor, angustia, vida y muerte. Durante la pandemia por SARS-CoV-2 en Latinoamérica, que se ha prolongado por más de 30 meses, la experiencia laboral del personal de salud ha sido definida por un aumento en la carga laboral y la exposición a la enfermedad. Es importante investigar los efectos de las condiciones de trabajo en el bienestar psíquico para proponer acciones que disminuyan el impacto en la salud mental.1,2
El bienestar de los profesionales de la salud es fundamental para la atención que brindan a los pacientes y a sus familiares. En el sector salud, donde hay mayor carga de riesgos biológicos y exigencias mentales y afectivas por la atención a los pacientes, se ha descrito un detrimento en la salud física y mental por desgaste profesional o burnout. Las prevalencias para este síndrome son variables en América: en el Sur del 2,7 al 86,5 %; en Centroamérica y el Caribe del 17 al 25 %; y en México del 21,5 % al 51,3 %.3,4
Los estudios que abordan inestabilidad emocional y estrés laboral en los trabajadores del sector salud encuentran niveles elevados de depresión, ansiedad, suicidio y adicciones. Las investigaciones han reportado que dicho personal está expuesto a riesgos psicosociales que generan alteraciones en su bienestar y que se manifiestan como estrés, cansancio, desgano y afectan sus relaciones sociales.1,4,5
Entre los daños a la salud resultado de las exigencias laborales en el grupo de médicos destacan el deterioro psíquico y afectivo; el abuso en el consumo de sustancias psicoactivas, adicción a la nicotina y trastornos intelectuales, así como los errores de desempeño, los cuales se relacionan con distrés psíquico y el síndrome de burnout. La sintomatología incluye fatiga, ansiedad, depresión; trastornos del sueño, cefaleas y dolores de espalda.1,6,7,8
El estrés laboral es la respuesta del organismo a un estado de tensión excesiva y permanente que se prolonga más allá de las propias fuerzas asociado a los riesgos y exigencias de trabajo. El síndrome de burnout es la respuesta al estrés laboral expresado por el agotamiento físico y emocional que interfiere con el correcto desempeño en el trabajo. Es una situación en la que el trabajador experimenta la sensación de ser rebasado e incapacidad para afrontar y resolver problemas generados en el entorno laboral. El síndrome es progresivo, y si bien se instala de acuerdo a las condiciones sociales y emocionales previas del individuo, las condiciones laborales colectivas se han identificado como su detonador. Se ha descrito que el personal de salud que presenta con mayor frecuencia niveles altos de estrés está insatisfecho o preocupado por su estabilidad laboral. En estas investigaciones se señalan la importancia de los estresores psicosociales y exigencias laborales (salario, jornada, ambiente y organización) y su impacto en la salud. Otros aspectos que generan daños en la salud mental son el acceso a recursos materiales e instrumentales para la realización de las actividades.2,4,6,9,10,11,12
La crisis sanitaria agrega un nuevo estresor a la difícil situación del personal médico por la intensificación en la carga laboral, la reconversión hospitalaria y de personal. Estas nuevas demandas hacen que este grupo sea particularmente vulnerable. El regreso a la normalidad requiere de medidas para promover la recuperación de las actividades sociales, relaciones afectivas, salud mental y aspectos económicos post pandémicas y por lo tanto de estudios empíricos que describan y analicen la problemática.2,13,14,15,16,17,18,19,20,21
El objetivo de este documento es identificar las condiciones de salud mental, particularmente: burnout, ansiedad y depresión en personal médico durante el período de la pandemia de febrero a octubre de 2021. Se decidió mantener abierta la encuesta por un lapso prolongado considerando la variabilidad de los incrementos en la tasa de contagio de las distintas regiones de la república mexicana sumado a la tasa de no respuesta en cuestionarios en línea.22 Tomando en cuenta que variaron las condiciones laborales y los estresores, en el cuestionario se hizo énfasis que se recordara la situación que se vivía en los momentos más álgidos de la pandemia.
Métodos
Se trata de un estudio descriptivo y con un diseño transversal, con el objetivo de identificar las condiciones laborales, burnout, ansiedad y depresión en personal de salud con la aplicación de una encuesta conformada por cuatro instrumentos validados.
Se invitó a personal médico a participar a través de listas de difusión y redes sociales donde participan, como Facebook, WhatsApp o correo electrónico, con la liga al formulario de Google Forms, en el cual se compartía el objetivo y se les solicitaba su consentimiento para utilizar las respuestas únicamente con fines de investigación y con el compromiso de guardar su confidencialidad al no usar datos que posibilitaran la identificación de la persona. La muestra fue a conveniencia y estuvo constituida por 225 médicos que indicaron estar trabajando al momento de contestar la encuesta. La selección de los participantes se realizó a partir de un muestreo no probabilístico de autoselección.23
La encuesta fue constituida por los siguientes instrumentos: Maslach Burnout Inventory (MBI-HSS) en su versión en español, traducida, adaptada y validada para población hispanoparlante, que está conformado por 22 preguntas tipo Likert, inventario de Beck para ansiedad e inventario de Beck para depresión cada uno con 21 ítems tipo Likert. También se incluyeron preguntas que exploran las condiciones generales de trabajo y contagio y muerte por COVID-19 y datos sociodemográficos de los participantes.24,25,26
Se utilizó el programa de SPSS versión 22.0 para Windows para realizar las pruebas de asociación ji al cuadrado con el nivel de significancia de 5 % (p≤ 0,05) con el fin de evaluar asociación estadística entre problemas de burnout, ansiedad y depresión con las variables de condiciones laborales y de salud.
El instrumento de burnout mide tres dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y realización personal. En las dos primeras, el síndrome se asocia a niveles medios o altos, pero en el caso de realización personal a niveles medios o bajos. Se describieron cuatro posibilidades de resultados en relación a los niveles de burnout de acuerdo al puntaje alcanzado en las tres dimensiones: Sin burnout cuando presenta niveles bajos en agotamiento emocional y despersonalización y alto en realización personal; burnout leve cuando los encuestados presentaron agotamiento emocional o despersonalización alto y realización personal con marca en alto o medio; burnout moderado cuando presentaron alto en dos de las primeras dimensiones, pero medio o alto en realización personal y burnout grave cuando presentaron alto en las dos primeras dimensiones y bajo en realización personal.27
Para ansiedad, de acuerdo con los criterios del inventario de Beck, se evaluó “Muy bajo” para los que puntearon de 0 a 21; “Moderado” para los que tuvieron un rango de 22 a 35 y “Severa” con un puntaje mayor de 26.25
Para depresión, de acuerdo con los criterios del inventario de Beck, se clasificó en: “Sin Depresión” con puntajes de 1 a 10, “Leve” con un rango de 11 a 16, “Intermitente” de 17 a 20, Depresión “Moderada” cuando puntearon de 21 a 30, “Grave” para los que tuvieron puntaje de 31 a 40 y “Extrema” con más de 40 puntos.26
Resultados
Datos sociodemográficos
Contestaron 225 médicos, el mayor porcentaje son mujeres y trabajan en el sector público; la mitad de los participantes estuvieron en hospital COVID. El mayor número de encuestados se concentró en el rango de edad de 31 a 40 años; seguido por los que se encuentran en el rango de 41 a 50 años. Para la variable de estado civil, la mayoría de los encuestados registró para casados y solteros, seguidos por los que refirieron estar en unión libre. Los participantes indicaron como lugar de residencia, 22 estados y 100 municipios del país. Las entidades más mencionadas fueron: Ciudad de México; Estado de México, Chiapas, Puebla y Tlaxcala. Se clasificaron todos los estados del país en norte, centro y sur. El 4,4 % de la muestra dijo que vive en el norte, 79,6 % en el centro y 16 % en el sur.
Para el grado máximo de estudios de los participantes, más de la mitad refirió haber estudiado una especialidad, seguidos por los que respondieron tener el grado de licenciatura. Al preguntar sobre el puesto de trabajo, el mayor número de respuestas se concentró en orden descendente en la consulta externa, hospitalización, área administrativa, urgencias, enseñanza, terapia intensiva y, por último, terapia intermedia. Acerca del turno laboral, los resultados más frecuentes refirieron que trabajan en el matutino, seguido del turno mixto y finalmente 10 % de los encuestados refirieron modalidad de jornada acumulada. De acuerdo con la antigüedad en el puesto de trabajo, el intervalo de años más frecuente fue entre 11 y 20 años, posteriormente el rango de menos de 5 años en el trabajo, seguido de los que dijeron tener entre 5 y 10 años en el puesto laboral, y por último los que dijeron más de 20 años. Del total de participantes, las respuestas más referidas fueron contrato de tiempo completo, medio tiempo y otras formas de contratación, que pueden ser contratos por vacaciones y temporales por la crisis sanitaria. De la jornada laboral, más de las – partes de la muestra indicó que trabajan más de 8 horas diarias. Acerca de los días de descanso, resalta que la mitad refirió que descansan dos días de la semana (tabla 1).
Participantes | Mujeres | Hombres |
---|---|---|
63 % | 37 % | |
Sector | Público | Privado |
79 % | 21 % | |
Tipo de Hospital | COVID | No COVID |
52 % | 48 % | |
Rango de edad | Menores de 30 años | 12 % |
31 a 40 | 39 % | |
41 a 50 | 29 % | |
51 a 60 | 16 % | |
Mayores de 60 | 4 % | |
Estado civil | Casados | 41 % |
Solteros | 40 % | |
Unión Libre | 15 % | |
Otro | 4 % | |
Región del País | Norte | 4,4 % |
Centro | 79,6 % | |
Sur | 16 % | |
Grado máximo de estudios | Licenciatura | 29 % |
Especialidad | 56 % | |
Subespecialidad | 9 % | |
Maestría | 4 % | |
Doctorado | 2 % | |
Puesto de trabajo | Consulta externa | 36 % |
Hospitalización | 19 % | |
Áreas administrativas | 18 % | |
Urgencias | 17 % | |
Enseñanza | 5 % | |
Terapia intensiva | 4 % | |
Terapia intermedia | 1 % | |
Turno laboral | Matutino | 45 % |
Mixto | 22 % | |
Acumulado | 10 % | |
Vespertino | 23 % | |
Antigüedad en el puesto | Menos de 5 años | 31 % |
5 a 10 años | 22 % | |
11 a 20 años | 34 % | |
Más de 20 años | 13 % | |
Tipo de contratación | Tiempo completo | 63 % |
Medio tiempo | 18 % | |
Residente | 2 % | |
Otras | 17 % | |
Jornada laboral | Menos de 8 horas | 29 % |
8 o más horas | 71 % | |
Descansos | Trabajan todos los días menos vacaciones | 7 % |
Descansa un día a la semana | 26 % | |
Descansan dos días a la semana | 50 % | |
Descansan 3 a 5 días a la semana | 16 % | |
Descansa 6 días de la semana | 1 % |
Fuente: Elaboración propia a partir de encuesta, 2021.
En el contexto de la pandemia, a pesar de no trabajar en hospital COVID, las – partes de la muestra respondieron que atendieron pacientes con COVID-19, refirieron que aumentó el número de horas trabajadas y el número de pacientes atendidos. Una tercera parte de la muestra indicó que aumentaron las guardias, pero más de la mitad de los participantes refirió que no hubo cambios en el ingreso económico. Los conflictos laborales y con pacientes y/o familiares aumentaron y más de la mitad reportó desabasto de insumos y materiales para realizar el trabajo (tabla 2).
Variable | Respuesta | Frecuencia | Prevalencia |
---|---|---|---|
Cambio en la Jornada | Sin cambio | 94 | 41,8 |
Aumentó | 110 | 48,9 | |
Disminución | 21 | 9,3 | |
Cambio en las guardias | Sin cambio | 142 | 63,1 |
Aumentó | 71 | 31,6 | |
Disminución | 12 | 5,3 | |
Número de pacientes | Sin cambio | 35 | 15,6 |
Aumentó | 139 | 61,8 | |
Disminución | 3 | 22,7 | |
Ingreso económico | Sin cambio | 160 | 71,1 |
Aumentó | 27 | 12 | |
Disminución | 38 | 16,8 | |
Conflictos laborales | Sin cambio | 78 | 34,7 |
Aumentó | 137 | 60,9 | |
Disminución | 10 | 4,4 | |
Conflictos con el paciente | Sin cambio | 99 | 44,0 |
Aumentó | 111 | 49,3 | |
Disminución | 15 | 6,7 | |
Abastecimiento de insumos | Sin cambio | 48 | 21,3 |
Aumentó | 33 | 14,7 | |
Disminución | 144 | 64,0 |
Fuente: Elaboración propia a partir de encuesta, 2021.
Durante la pandemia una tercera parte de los médicos indicaron que enfermaron de COVID-19 en el primer semestre del 2021 y el 14,2 % en el segundo semestre del 2021. El 22,7 % del total de la muestra refiere secuelas por el contagio de SARS-CoV-2. El 64,9 % de los participantes dijo que falleció algún familiar o amigo cercano, y el 82,7 % indicó que falleció un colega.
Deterioro psíquico y emocional
Acerca de la sintomatología referida como cotidiana durante la jornada laboral por los participantes, se encontró que el 15 % refiere agotamiento emocional, 24,9 % fatiga, el 32 % indicó problemas digestivos de moderados a severos, el 30 % apuntó que siente tristeza, 39,6 % se siente pesimista, 51,9 % dijo que ha perdido el placer, 12 % reporta pensamientos suicidas, 44,19 % indicó sensación de inquietud, 72 % dijo que siente pérdida de energía. No obstante, hay emociones que resultan satisfactorias todos los días: empatía con los pacientes (53,8 %), el 60,4 % nunca sienten alejamiento emocional con los pacientes, el 46,7 % se siente muy eficaz haciendo su trabajo, el 48,9 % siente que tiene una influencia positiva en los pacientes que atiende, 49,8 % nunca siente insensibilidad con los pacientes. Solo el 5,8 % refiere sentirse frustrado en el trabajo.
Los datos indican que la mayoría ha tenido cambios en el patrón de sueño: 54,7 % duerme menos de lo habitual, 12,4 % mucho menos de lo habitual, 3,1 % mucho más de lo habitual, 5,3 % despierta una o dos horas antes de lo acostumbrado, 2,2 % duerme todo el día. Referente a cambios en el apetito, 2/3 de los participantes indicaron modificaciones: 26,2 % respondieron que tienen mucho más apetito que lo habitual, 18,7 % un poco menos que lo habitual, 7,1 % mucho menos, 6,7 % indicaron apetito todo el día y 0,9 % sin apetito. En cuanto a la libido la mitad reportó una disminución. Acerca de los cambios en el estado de ánimo el 55,6 % indica que está más irritable.
Síndrome de burnout
En la escala de agotamiento emocional, el 66,2 % se encontró en el nivel alto, el 26,2 % en el medio y 17 % en el bajo. En cuanto a la despersonalización, el 32,4 % presentó niveles altos, 40,4 % nivel medio y 27,1 % bajo. Finalmente, respecto de la realización personal, el 13,3 % de la muestra se categorizó en bajo, 56,4 % en medio y 30,2 % alto. De acuerdo con lo anterior, el 27,6 % de la muestra calificó sin burnout, 44 % con nivel leve, 27,1 % moderado y grave 1,3 % (tabla 3).
Ansiedad
De acuerdo con el inventario de Beck, se encontró que el 74,7 % de la muestra tiene sintomatología de ansiedad muy baja, 17,8 % tiene moderada y 7,6 % refirió severa (tabla 3).
Depresión
En cuanto a la depresión, los resultados indican que el 46,2 % de la muestra no presenta síntomas, el 25,8 % presenta de un cuadro leve, 21,8 % moderado y 6,2 % presentan síntomas con un cuadro grave (tabla 3).
Diagnóstico presuntivo | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Sin | 62 | 27,6 |
Leve | 99 | 44 |
Moderado | 61 | 27,1 |
Grave | 3 | 1,3 |
Ansiedad | ||
Muy baja | 168 | 74,7 |
Moderada | 40 | 17,8 |
Grave | 17 | 7,6 |
Depresión | ||
Sin | 104 | 46,2 |
Leve | 58 | 25,8 |
Moderada | 49 | 21,8 |
Grave | 14 | 6,2 |
Fuente: Elaboración propia a partir de encuesta, 2021.
Se aplicó la prueba de ji al cuadrado de Pearson para buscar la relación entre las exigencias y riesgos laborales con las manifestaciones del distrés psíquico. Se encontró que los conflictos con los pacientes y sus familiares son un factor al que hay que prestar atención puesto que influye en la aparición de ansiedad, depresión y de burnout. Enfermar de COVID-19 juega un papel importante en la aparición de la depresión, las secuelas de esta enfermedad son detonantes de ansiedad y depresión. Para la aparición del burnout, además los conflictos, la edad y el fallecimiento de un colega fueron estadísticamente significativos, tal como puede observarse en la tabla 4.
Variable | Grados de libertad | ||
---|---|---|---|
Ansiedad |
9,240 | 4 | 0,055 |
Ansiedad |
19,820 | 4 | 0.001 |
Ansiedad |
8,995 | 4 | 0,061 |
Ansiedad |
10,211 | 10 | 0,422 |
Ansiedad |
2,417 | 4 | 0,659 |
Ansiedad |
8,529 | 4 | 0,074 |
Ansiedad |
6,780 | 2 | 0,034 |
Ansiedad |
10,268 | 2 | 0,006 |
Ansiedad |
0,927 | 2 | 0,629 |
Ansiedad |
4,232 | 2 | 0,120 |
Depresión |
5,879 | 6 | 0,437 |
Depresión |
13,564 | 6 | 0,035 |
Depresión |
4,532 | 6 | 0,605 |
Depresión |
22,123 | 15 | 0,105 |
Depresión |
8,753 | 6 | 0,188 |
Depresión |
7,464 | 4 | 0,280 |
Depresión |
14,656 | 3 | 0,002 |
Depresión |
8,090 | 3 | 0,044 |
Depresión |
5,686 | 3 | 0,128 |
Depresión |
7,490 | 3 | 0,058 |
|
9,715 | 6 | 0,137 |
|
14,065 | 6 | 0,029 |
|
5,805 | 6 | 0,445 |
|
28,153 | 14 | 0,021 |
|
5,997 | 6 | 0,377 |
|
6,457 | 6 | 0,253 |
|
2,657 | 3 | 0,448 |
|
1,322 | 3 | 0,724 |
|
2,799 | 3 | 0,424 |
|
12,086 | 3 | 0,007 |
Fuente: Elaboración propia a partir de encuesta, 2021.
Discusión
Nuestros resultados señalan que el 60 % de los participantes consideraron que aumentaron los conflictos laborales, y casi el 50 %, los conflictos con pacientes y/o sus familiares. Aunque no indagamos directamente sobre la violencia sufrida por el personal de salud hay referencias que se indican que se potencializó. Estos factores usualmente se vinculan con un detrimento en el ambiente laboral.1,28,29
Entre los cambios más significativos son los asociados a cambios en el patrón de sueño y de alimentación. Estos cambios denotan la sensibilidad del sistema circadiano a los niveles hormonales asociados al estrés. Es importante notar que además de la desincronización interna, aumentan los niveles circulantes de hormonas contrarreguladoras de la insulina, y esto predispone a problemas metabólicos. La falta de sueño es un factor de riesgo para la aparición de otros síntomas de deterioro psíquico.29,30
Los participantes reportaron aumento en la jornada, en el número de guardias y en el número de pacientes atendidos (sin descanso apropiado) y sin aumento de la remuneración, lo que concuerda con lo reportado en otros países como Colombia.2
Por estas razones, estos datos refuerzan la percepción del aumento de la carga laboral en este grupo de trabajadores. Es claro que, durante la pandemia, las exigencias de trabajo del personal médico, aumentaron en intensidad y duración al igual que los riesgos laborales, por lo que han estado expuestos durante más tiempo a factores deteriorantes. El 52 % de los participantes estuvieron en un hospital COVID, no obstante, a pesar de la reconversión hospitalaria, más del 80 % atendió pacientes con esta enfermedad, lo que confirma que el sistema de salud mexicano llegó a estar rebasado para dar respuesta a la crisis sanitaria. Además, una tercera parte enfermó de COVID-19 en el transcurso de 2021. Los riesgos biológicos, inherentes a la actividad laboral, impactaron en la salud mental de los trabajadores del sector por la alta virulencia y letalidad del SARS-CoV-2, y las secuelas que deja en algunos pacientes por lo que cumple con los requisitos para catalogarla como enfermedad laboral. Un hallazgo específico en el contexto de la pandemia de este estudio fue la relación significativa de haber enfermado de COVID-19 con la aparición de la depresión.4
Los resultados muestran que la satisfacción de estar ayudando a las personas es importante para la realización personal y la satisfacción laboral; se resquebraja, cuando existen los conflictos con pacientes y/o con familiares lo que puede generar un detrimento en la calidad de la atención. Los conflictos con pacientes y/o familias le generan malestar al personal médico. Es factible suponer que el origen de estos conflictos se asocie a la falta de medicamentos e insumos para la atención de pacientes, puesto que durante la pandemia en México hubo manifestaciones por parte del personal de salud para exigir el abastecimiento de insumos y equipo de protección personal.15
El 27,1 % de burnout moderado registrado en el estudio es alto comparado con otros estudios; sin embargo, burnout alto o severo presentó prevalencias más bajas, esto puede ser debido al sesgo de autoselección en la muestra.13,14
Se asoció significativamente la ansiedad y el distrés con el fallecimiento de un colega y con la edad. La cercanía de la muerte entre los pares se vincula con los riesgos para la salud y la vida por la actividad laboral. Las afectaciones a su salud física porque se infectan con el virus, el miedo al contagio, la estigmatización social que sufren por considerarlos vehículo de infección, entre otras razones corresponden con un estudio hecho en Colombia y otros países en Latinoamérica.2,28
La edad puede relacionarse con una mayor experiencia y más estrategias positivas para disminuir la despersonalización y aumentar la realización profesional. La empatía con los pacientes es importante porque disminuye el distanciamiento emocional; sentir que son eficientes y que una influencia positiva para aquellos a los que atienden son factores protectores contra el burnout a nivel mundial.16
Conclusiones
Durante la pandemia un grupo de interés ha sido el personal de salud. Los datos recuperados en este estudio señalan que aumentaron los conflictos tanto laborales como con pacientes y familiares. Se han realizado estudios sobre la violencia, en su contra que indica que las mujeres y el personal de enfermería fueron los que sufrieron más agresiones y estigmatización en México. Es importante considerarlo para líneas de investigación, así como incluir la perspectiva de género en el análisis.
La profesión médica tiene características variadas de acuerdo a los espacios en los que se realiza la actividad: administrativo, cuidado directo con enfermos que tiene implícito el manejo cotidiano de las emociones, el dolor y sufrimiento de los pacientes, que les exige enfrentar situaciones estresantes que demandan acciones rápidas y eficaces, la relación con familiares y los compañeros de trabajo. Estos estresores, y otros más, aumentaron durante los años de pandemia. De ahí, que se espera que los problemas de salud mental se expresen de forma excesiva y permanente y no solo se manifiesten como malestares psíquicos y físicos sino como alteraciones del ciclo de sueño (vigilia y en los ritmos de alimentación(. Esto tiene consecuencias a nivel metabólico haciendo aún más susceptible de problemas crónico-degenerativos y hormonales como alteraciones en la libido. Es importante continuar con esta línea de investigación por la prevalencia de las enfermedades metabólicas en este grupo de trabajo.
Las condiciones laborales del personal de salud, en particular de médicos, se precarizaron como se demuestra con los datos: aumento de la carga laboral y las horas trabajadas sin aumento en el salario, desorganización en los espacios de trabajo, aumento de los conflictos laborales y los riesgos de trabajo (biológicos, ambientales, físicos y químicos(. En este sentido, las movilizaciones sociales reivindicaron y lograron que se reconociera COVID-19 como enfermedad laboral, lo que debe traer mayores beneficios y derechos en el tema de prestaciones sociales y económicas para el personal de salud. Otros elementos para transformar las condiciones laborales del personal sanitario es trabajar en la organización de las instituciones y el ambiente, para mejorar el trabajo colaborativo y en equipo, delimitar los horarios y la carga laboral en general. También es importante prever la atención de la salud mental para el personal de salud y el manejo de emociones, diagnóstico, monitoreo y evaluación que ya ha sido implementado en México, pero que se requiere que se amplíe para satisfacer esa necesidad en los trabajadores de salud.15,19,20,21,31