Introducción
La educación cubana se nutre de una rica tradición pedagógica y humanista, lo que constituye un aspecto esencial en la formación de las actuales y futuras generaciones, para el logro de una cultura general integral que favorezca la capacidad creadora para solucionar los problemas y enfrentar retos desde una concepción transformadora. En torno al tema, algunos autores contemporáneos se han referido a la importancia de los estudios históricos educativos:
No cabe dudas que es necesario develar, sistematizar y fundamentar las prácticas educativas del pasado que tuvieron un impacto social en su contexto histórico y que en el siglo XXI representan el objeto de investigación, en sus derivaciones más representativas de la obra educacional cubana que nos sostiene y guía. (Pestana Llerena, 2023, p.199).
Es por ello que, en el ámbito nacional, diversos autores han centrado sus estudios en temáticas sobre la historia de la educación y la pedagogía cubanas, que de manera creciente se inclinan por el estudio de la obra educativa de personalidades, entre ellos, Mesa (2018), Romero-de Armas, (2019), Sotolongo (2020), Oliva-Crespo et. al. (2022) (2022), Ponce de León (2023), Pestana Llerena (2023), Laza (2023) y Esponda Velásquez et al. (2023), entre otros.
Se destacan los de Pestana Llerena, Y. (2023) y Ponce de León. L. (2024), al referirse a estudios de personalidades enfocados, de manera distintiva, en una perspectiva grupal ─ estudios histórico-educativos en el siglo XXI─ o individual.
Desde lo colectivo se significan los de Vidal Ferrera et al. (2021) y Vidal Ferrera et al. (2022), asociados a la formación inicial del maestro primario en Santiago de Cuba (1959-1989. Borges et al. (2021) se enfocan en reflexiones teóricas necesarias para el estudio de la obra educativa de maestros destacados en las localidades. Ramos Romero (2019), en lo específico ofrece consideraciones metodológicas y categorías en torno al estudio del proceso histórico-pedagógico y Romero-de Armas (2019) se centra en una propuesta metodológica desde la sistematización de los aportes de figuras destacadas de la educación.
En lo individual, se destacan los aportes de Bazant (2018) quien explicita los retos para escribir una biografía y se connota el estudio de Ponce de León. L. (2024), por su coherencia con el que se presenta, al orientarse a Hortensia Pichardo Viñals, también escritora con un relevante aporte desde la visión martiana.
Estos estudios aportaron resultados desde un enfoque teórico, práctico o metodológico y con ello demostraron la importancia de sistematizar los aportes de personalidades a la educación y cultura cubanas.
En este sentido, Oliva-Crespo et. al. (2022) consideran que:
Los profesionales deben conocer las tradiciones educacionales y asumir las experiencias de valores positivos para perfeccionar su labor educativa. Se deben reconocer las raíces que fundamentan e inspiran el proyecto educativo cubano, y evidencian la continuidad del pensamiento pedagógico". (p. 6)
Al respecto, los estudios de personalidades del periodo revolucionario cubano comenzaron a desarrollarse hace muy poco, incluso a tiempo para reconocerle en vida, a algunos profesionales sus aportes a la educación cubana. De manera particular se reconoce que, a pesar de una prolífera producción literaria, la exhaustiva consulta bibliográfica permitió constatar, que la obra de esta escritora no ha sido lo suficientemente sistematizada. De ahí, la necesidad de estudiarla, delimitar los períodos y etapas que la conforman y determinar la contribución realizada a la educación de niños, adolescentes y jóvenes.
Para estudiar a Anisia Miranda Fernández se asumió la siguiente definición de obra educativa de Buenavilla (2004):
La experiencia práctica, todas sus ideas y propuestas educativas recogidas en textos diversos como versos, discursos, documentos, libros, folletos de ejercicios, entre otros, donde el autor elogia, comenta, critica, sugiere o demuestra aspectos relacionados con la formación del hombre en el ámbito escolar, extraescolar, comunitario, así como los diferentes contextos de la personalidad (p.28).
En total coherencia, la investigación se sustenta en la dialéctica materialista como método general de las ciencias, que posibilitó el estudio de su obra educativa en su integralidad y evolución. Para su desarrollo se emplearon métodos de investigación teóricos, entre ellos: analítico-sintético, histórico-lógico e inductivo-deductivo, para estudiar la vida y obra de Anisia Miranda Fernández, así como su contribución a la educación de niños y jóvenes cubanos.
Dentro de los métodos empíricos se empleó el análisis documental para analizar las fuentes documentales; se realizó un estudio minucioso fundamentalmente de las fuentes primarias. La entrevista permitió obtener información directa y confiable de familiares y compañeros de trabajo de esta educadora acerca de su vida y obra educativa. El testimonio se empleó para conocer el criterio de familiares, discípulos y compañeros de trabajo.
Como síntesis del estudio, el objetivo del artículo que se presenta es socializar la periodización de la obra educativa de Anisia Miranda Fernández como un resultado parcial de una investigación histórica -educativa.
Desarrollo
Es de interés para el estudio de los procesos histórico-pedagógicos, el aporte de Ramos Romero, G. (2019), al ofrecer consideraciones metodológicas para su estudio y las categorías fundamentales que han de asumirse en la periodización, propiamente. De igual modo, se destacan los criterios de Sotolongo, A. (2020), enfocado en la obra pedagógica de Francisco Ariel Ruiz Aguilera desde 1970 hasta 2015, a partir de la sistematización.
El análisis realizado se proyectó a partir de la evolución de la obra escrita dirigida a las nuevas generaciones lo que permitió socializar la periodización propuesta, determinar períodos, etapas y sus características respectivamente.
Una vez conocidos los principales hechos acontecidos en la trayectoria educativa de Anisia Miranda Fernández a partir de la cronología elaborada, fue posible dividir el período a estudiar de 1961 a 1992, en las siguientes etapas:
Etapa I. Inicio su concepción del hombre nuevo (1961--1965).
Etapa II. Desarrollo de su concepción del hombre nuevo (1966-1979).
Etapa III. Consolidación de su concepción del hombre nuevo (1980-1992).
La escritora cubana Anisia Miranda Fernández (1932-2009) quien desde sus obras dirigidas a niños, adolescentes y jóvenes logra reflejar desde la literatura infantil, la Cuba revolucionaria, sus campos y personajes que apuntan a una visión más novedosa y contextualizada de la literatura tradicional para este tipo de público. Publicó más de dieciocho libros, fundó dos revistas infantiles, Zunzún y Bijirita, recibió premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional. Por toda la labor desarrollada es considerada una educadora social.
Anisia Miranda desarrolló su pensamiento educativo en estrecho vínculo con el contexto histórico-social en el cual vivió. Esto hizo posible la conformación de una obra educativa orientada a dar respuestas a la situación educacional de la sociedad cubana.
Para comprender la lógica de la periodización se estimó prudente incluir una síntesis de la niñez y adolescencia de esta educadora que permite apreciar la influencia de esta etapa en su obra educativa. Es importante esclarecer que se analiza la obra educativa hasta el año 1992, porque es hasta esta fecha que Anisia Miranda vivió en Cuba.
En esa fecha la autora viaja para Galicia donde desarrolla una activa labor como vicepresidenta de la Fundación Xosé Neira Vilas, la que se dedica fundamentalmente a la difusión de la cultura gallega. Allí, se encarga de catalogar los libros infantiles, puso en marcha un sistema de selección por parte de los lectores y de registro de préstamos a domicilio, atiende personalmente la biblioteca, organiza el museo etnográfico y toma parte activa en los programas culturales que se llevan a cabo.
Además, forma parte del jurado en los premios Arume y Estornela de poesía y teatro, respectivamente. Se dedica, además, a la defensa de causas justas de los más desposeídos como la de los Cinco Héroes cubanos en aquel entonces prisioneros injustamente en cárceles del imperio.
Anisia Miranda Fernández, nació el 30 de diciembre de 1932, en Ciego de Ávila, en una zona intrincada, a 15 kilómetros de la ciudad, llamada El Macío. Sus padres Faustino Miranda y Teresa Fernández, eran emigrantes gallegos, de Ourense, que llegaron a Cuba en 1927. Su padre se dedicó a trabajar en el campo. Esta vida, en relación directa con la naturaleza marca el desarrollo de la escritora cuyo público eran los niños, adolescentes y jóvenes.
La niñez de esta destacada escritora fue marcada por el período de la república neocolonial, donde la política que siguieron los gobiernos entreguistas, fue contraria a los intereses nacionales y en beneficio del dominio de los intereses norteamericanos y la oligarquía nativa donde, proliferaron los males sociales y las privaciones para una inmensa mayoría de la sociedad cubana.
Por esta razón, su familia se traslada a La Habana cuando la pequeña solo contaba con nueve años. Allí cursa sus estudios de primaria. En esta etapa, Anisia asiste a la escuela primaria y a pesar de la crítica situación social sus maestros implementaban una educación cívica con ayuda de la narración y la exaltación de las luchas revolucionarias por la independencia; los símbolos nacionales y las conmemoraciones. Estas actividades tuvieron una influencia decisiva en la conformación de su personalidad. Posteriormente estudia magisterio en la Escuela del Hogar donde se gradúa en 1951.
Estudia y se gradúa de maestra en la Escuela Normal donde se pone en contacto con el pensamiento pedagógico de los fundadores de la nación cubana, elemento que reafirma también su formación, unida a las herramientas didácticas que aprende y que después aplica en sus escritos dedicados a las nuevas generaciones.
Estudia además periodismo y paralelamente inglés y piano. En 1953, ante la difícil situación que prevalecía en Cuba, sus padres deciden marcharse para Argentina. En Buenos Aires se gradúa en el Instituto Grafo-Técnico (1954-1957) y colaboró en el semanario Propósitos, dirigido por Leónidas Barletta.
De 1959 a 1961 trabaja en la Embajada de Cuba en dicha capital. Es allí donde se vincula con la cultura gallega y cuando conoce a muchas personalidades importantes, entre ellos, Xosé Neira Vila, quien se convirtiera en 1957 en su esposo y compañero inseparable. Juntos fundaron la editorial Follas Novas, la que se dedicara a la edición y distribución de libros gallegos en toda la América.
En esta época participa en exposiciones, anima tertulias, traduce poemas en gallego, entre ellos de José Martí y Rubén Darío. Escribe su primer trabajo en prosa, publicado en 1957, por el centenario del casamiento de la poetisa gallega Rosalía de Castro y Manuel Murguía.
Cuando triunfa la Revolución cubana el Primero de Enero, Anisia está en Argentina, lugar donde se involucra de manera decisiva con la cultura latinoamericana y gallega, conociendo personalidades que le aportaron una cosmovisión de los procesos culturales.
Etapa I. Inicio de su concepción del hombre nuevo
Anisia Miranda regresa a Cuba en 1961 y trabaja como redactora de la revista Pueblo y Cultura dirigida por Alejo Carpentier. Se incorpora a los profundos cambios que provoca la Revolución como proceso renovador que cambia la estructura de la nación, en la base política, económica y social.
En este nuevo contexto, en las décadas del 60 y el 70, del siglo XX, la literatura infantil en Cuba tuvo un impulso ante la avalancha educativa y el desarrollo de la industria editorial, lo que se hizo más evidente por el esfuerzo realizado por destacados intelectuales como Mirta Aguirre y Anisia Miranda.
En este sentido, según Abascal reconoció que: dentro de este panorama, de una etapa floreciente de la cultura, la obra de Anisia Miranda, su labor tesonera, amplia y diversa, merece ser conocida y reconocida pues atesora valores que unen al estético, base esencial de la literatura. (Comunicación personal).
Esta efervescencia cultural influyó decisivamente en la formación de la escritora. Tuvo una activa participación también como funcionaria en la conformación de una literatura para niños y jóvenes que respondiera a las necesidades de la nueva sociedad. Comienza a escribir para la Editora Juvenil (1963-1965), dirigida por Herminio Almendros. Fue nombrada por Alejo Carpentier como coordinadora nacional de todas las ediciones para niños y adolescentes.
Refiriéndose a esta importante labor, la propia Anisia Miranda le explica a su amigo e importante escritor gallego, Manuel María Fernández Teixeiro:
No me he dedicado a la literatura infantil y juvenil porque no tengo hijos, cosa que suele suceder por ahí. Me dedico a esto como tarea revolucionaria en su más alto sentido, porque pienso que es una de las formas de ayudar a crear ese nuevo hombre con el que soñamos. (Miranda, 1967)
En su primer poemario Esta es Cuba, hermano (1960), le canta a la nueva patria, a una nación enfrascada en cambios radicales desde lo social, lo económico y lo cultural. Con un lenguaje coloquial demuestra una mirada desde y para la clase obrera que había llegado al poder.
En uno de sus poemas titulado Palma refleja la naturaleza cubana, la palma real, símbolo de la nación. Escribe un poema titulado Machete en el cual personifica de una manera magistral al que fuera instrumento de trabajo, primeramente, utilizado por los esclavos y después convertido por los cubanos en arma de defensa contra el ejército colonial español.
Para los niños también escribe La semilla desobediente, que obtuvo una mención en el concurso La Edad de Oro, en 1963. En 1965 publica el libro Becados, que ganó Mención en cuento del concurso La Edad de Oro. En el aborda la nueva realidad de la Patria, con la campaña de alfabetización, y el sistema de becas que se inició en estos primeros años después del triunfo revolucionario. Se aborda el importante plan de becas que trajo a la capital del país a gran cantidad de jóvenes a estudiar.
Por la calidad del texto Becados el Consejo Nacional de la UNEAC, le confiere un premio en 1965. En esta etapa aparece como una regularidad el reflejo en su obra de ideales independentistas, patrióticos y de elementos de cubanía. Anisia Miranda aporta una posición política ideológica a favor de la nueva sociedad que responde a las nuevas necesidades históricas mediante un lenguaje fresco y adaptado a la edad infantil y juvenil.
En resumen, en esta etapa Anisia Miranda supo mantenerse fiel al legado pedagógico, ético y patriótico de los padres fundadores de la nación cubana. El conocimiento general que tenía de la historia nacional, llena de ejemplos enaltecedores de heroísmo y de la educación, en sentido general, le facilitó su contribución a la educación, en correspondencia con los intereses de la Revolución, lo cual demuestra la madurez de sus ideas educativas.
Etapa II: Desarrollo de la concepción del hombre nuevo (1966-1979)
En esta etapa Anisia Miranda trabaja en la Editorial Gente Nueva. Como parte de la política de estímulo a las letras para niños y jóvenes, se encarga de promover concursos como La Edad de Oro e Ismaelillo. En 1973, gana el premio Ismaelillo con la obra “Los cuentos del Compay Grillo”.
La propia escritora comenta acerca de la necesidad de nutrir primero a niños y jóvenes de lo que es su mundo inmediato y luego con cuentos tradicionales provenientes de otro contexto. Anisia Miranda participó como escritora y editora del Semanario Pionero. Allí desarrolla una sustancial labor y sienta las bases desde el punto de vista estético, didáctico e instructivo de la revista, que aún hoy se edita y se considera heredera de La Edad de Oro, escrita por José Martí.
Publica el libro Mitos y Leyenda de la Antigua Grecia, donde recoge trascendentes mitos y leyendas de esta cultura. La utilización del relato breve, pero lleno de poesía, admiración y belleza, hicieron de este libro un favorito de los niños, adolescentes y adultos. En esta etapa Anisia Miranda asesora la Editorial Gente Nueva y escribe el prólogo de varios libros. Dirige un programa radial para las mujeres en el que trasmitía mensajes educativos sobre la educación de sus hijos y las familias.
Integra la Comisión histórico- cultural del Comité Nacional de Solidaridad con Vietnam, por lo que estudió profundamente y luego escribió varios libros sobre la historia de ese país, para lo cual utiliza un lenguaje que le permite trasmitirles a los más pequeños elementos importantes de la cultura occidental. En 1970 publica Vietnam y tú, un libro ameno, instructivo e interesante, donde la autora muestra el amor a la patria como algo inherente a los seres humanos. Se desempeña como asesora de literatura infantil en Casa de las Américas, lo que demuestra el reconocimiento a la calidad de su obra literaria.
En los libros La locomotora que no quiso ser vieja y El tractor pionero, de 1971, el tractor y la locomotora se convierten en personajes simpáticos e interesantes para los niños. Ambos libros desarrollan la fantasía dentro del marco realista en función desarrollar el campo y fomentar la agricultura moderna. Estos libros tenían un dibujo para recortar y armar el equipo en cuestión, y en la página final le esperaba al joven lector otro dibujo, ya armado y con orientaciones de cómo hacerlo. Se introduce de esta manera, el concepto de libro-juego.
El libro Los cuentos del Compay Grillo, se considera una de sus obras capitales. El término Compay es una apócope de compadre, un modo muy coloquial y natural del campesinado cubano para llamar a alguien apreciado y respetado. Se trata de decirlo en buen cubano, en un vocablo guajiro. Con esta obra conquistó el importante premio Ismaelillo que otorga la UNEAC, en 1973. El personaje protagónico es un contador de historias y todas las mañanas cuenta a sus amigos narraciones inolvidables. En una de sus partes, de una manera muy didáctica, la autora les muestra a los niños las características de este grillo tan especial.
La primera aventura, publicada en 1974, se compone de cinco cuentos, con personajes de animales cercanos al mundo vivencial de niño, que pretenden, cautivar al lector y brindarle la oportunidad de conocer las primeras aventuras de un grupo de animales, así como mostrarle que tienen que ver con el comportamiento en la vida, de las relaciones con amigos y familiares. Desde el punto de vista estilístico, es interesante como la autora hace partícipe al niño del relato.
En esta etapa Anisia Miranda dirige un programa radial para las mujeres y escribe cuentos para la radio. Durante la etapa se aprecia un crecimiento profesional y personal en Anisia Miranda, dado por lo ético, el humanismo, la asunción de responsabilidades dentro de las editoriales más importantes del país, así como las colaboraciones que realiza con el desempeño de sus funciones. Es evidente, además, su creatividad en la producción de obras didácticas, que encausan a los jóvenes por el camino de la construcción del hombre nuevo.
Etapa III. Consolidación de su obra educativa (1980-1992)
En 1980 funda la revista Zunzún, en la que escribe durante diez años. Incluye en esta revista números monográficos dedicados a Ernesto Che Guevara y a la infancia de José Martí (Pepe Martí). En ella desarrolla una labor intensa y meritoria. De Pepe Martí y Cuando el Che era Ernestico, son de corte biográfico y muestran la imagen humana e íntima de estos héroes.
Las vacaciones de Lidia, publicado en 1984, es un libro breve, adornado con ilustraciones muy sugerentes. En la obra se cuentan las aventuras del personaje Lidia, que viaja de La Habana al campo para disfrutar de sus vacaciones. La autora aprovecha para recrear los encantos de la vida en el campo, los animales y las plantas.
En obras como Juanito conoció la luna de 1984, La casa de los títeres y La casa nueva de mis abuelos. emplea un lenguaje tierno y muy sencillo, asequible. En ellas hay adaptaciones de sus propios cuentos y se refleja la nueva vida en el campo, caracterizada por las medidas de la Revolución.
Anisia Miranda funda la revista Bijirita y crea obras que se adaptan al teatro, con orientaciones metodológicas dirigidas a los más pequeños. En ellas precisa las pautas para la escenificación de cuentos, su duración en escena y el tiempo que debe ocupar en el marco escolar. Esta metodología aporta mucha originalidad; por ejemplo, la incorporación de un pregonero real que anuncia e invita a los niños, de una forma que nos recuerda a Martí por su exhortación a hacer, más que a decir), así les dice: “Yo, Compay Grillo, invito a todos a hacer".
La labor intensa que realizaba Anisia Miranda en esta época como autora, directora y jefa de redacción le permite consolidar su trabajo dirigido a niños y adolescentes en semanarios y revistas, de la que también es iniciadora en la etapa revolucionaria.
En 1985 colabora en la redacción de textos básicos del Ministerio de Educación, para las enseñanzas primaria y secundaria. Recibe el premio Abril y la distinciónpor los 15 años de la revista infantil Pionero. En esta etapa es muy importante resaltar que se consolida la obra educativa de Anisia Miranda, porque aporta conocimientos, valores, ideales a la manera martiana: “como sin querer”; su aporte en las tres revistas infantiles es muy meritorio, en ellas hay un tratamiento a figuras históricas como el Che y Martí, desde su niñez, aspecto muy poco abordado por los investigadores, pero, sobre todo, en el lenguaje adaptado a los más pequeños
La obra educativa de Anisia Miranda adquiere una significación trascendental en esta etapa, ya que permite conocer su desempeño, por medio del periodismo. Aborda variadas temáticas relacionadas con Cuba y su historia que contribuyen a la formación integral de las nuevas generaciones.
Conclusiones
El estudio de la obra educativa de Anisia Miranda Fernández, se realizó a través de una periodización, como instrumento metodológico que permitió revelar por etapas la evolución de los aportes que desde su quehacer literario y artístico hiciera la educadora social a la enseñanza fundamentalmente de niños, adolescentes y jóvenes, la formación de valores morales, sociales y a la identidad nacional. Como resultado de la periodización se evidenció que la obra educativa de Anisia Miranda es creativa, transformadora, intencionadamente nacional, adecuada a las edades de sus públicos y permeada de mensajes comprometidos con la formación del hombre nuevo que necesitaba una sociedad en construcción, los cuales hoy son retomados por su trascendencia social.