INTRODUCCIÓN
Las normas ortográficas resultan importantes en todo ámbito de vida, sobre todo en el mundo académico y profesional.1 La enseñanza de las reglas lingüísticas comienza desde los primeros años de la educación formal;2 sin embargo, aún en la universidad se observan errores ortográficos por parte del alumnado.
La masificación en las aulas, la escasez de los medios y los extensos e inabarcables programas, la lentitud en las modificaciones de la academia, y el hecho de que se sigan empleados métodos tradicionales de la didáctica de la lengua, han sido considerados como causas de la alta frecuencia de problemas ortográficos en los estudiantes.3 En la actualidad debe sumarse además el efecto negativo que han tenido los dispositivos electrónicos y las redes sociales, principalmente por el ahorro lingüístico (limitación de los caracteres)4 y el descrédito social de la convención ortográfica.5
Es casi inexistente la bibliografía relacionada con la caracterización de errores ortográficos en estudiantes universitarios a nivel internacional y particularmente en Chile. Los estudios se concentran en evaluar la prevalencia de errores ortográficos en estudiantes de ciclo básico y medio. Al respecto se han reportado en estudiantes básicos prevalencias de 5 % en Cuba, Uruguay, Paraguay y Brasil; y 10 % en el resto de Latinoamérica.6 Más recientemente Sotomayor et al.7 refieren una predominio de 17 % en estudiantes chilenos. No se encontraron estudios de la existencia de datos sobre errores ortográficos en estudiantes de las ciencias de la salud.
La importancia de una buena ortografía en el ámbito de las ciencias de salud radica principalmente en lo planteado por González-Aguilar,8 cuando expresa que la escritura estandarizada permite una adecuada comunicación dentro de la comunidad científica, y en este sentido la ortografía la facilita porque usa un código común para su representación gráfica.
Por lo anterior, el objetivo de esta investigación fue caracterizar los problemas ortográficos en estudiantes chilenos de ciclo inicial pertenecientes a las carreras de la salud.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo y de corte transversal. La muestra estuvo representada por 104 narraciones de estudiantes de ciencias de la salud pertenecientes a las carreras de Fonoaudiología, Nutrición y Kinesiología de una universidad localizada en zona urbana y de nivel socioeconómico medio, institución acreditada por el Comisión Nacional de Acreditación chilena.
Criterios de inclusión y consideraciones éticas: los estudiantes universitarios que participaron debían estar cursando los ciclos iniciales de sus respectivas carreras, del primero al cuarto semestre. A todos los participantes se les solicitó consentimiento informado y se resguardaron los principios bioéticos y el anonimato de los sujetos y la institución.
Se aplicaron métodos empíricos:
Técnicas y procedimientos para la recolección de datos: se utilizó la metodología propuesta por Sotomayor et al. (2013)7 en su estudio con escolares chilenos. El instrumento de recolección de información consistió en la estimulación de la narración a través de una imagen que mostraba a una adolescente detrás de una puerta entreabierta y esta miraba por la rendija, la que dejaba entrever lo que sucedía en una habitación contigua. Se les dieron instrucciones para que el alumnado escribiera como mínimo diez líneas sin límite máximo.
A partir del texto se evaluaron los siguientes errores ortográficos: acentuación; uso de b/v, h, z/s/c; omisión y/o adición de letras; y finalmente la segmentación. En relación con la acentuación se categorizó según el tipo de acentuación general (agudas, graves, esdrújulas y sobresdrújulas), secuencia vocálica (hiato) y tilde diacrítica (adverbios, pronombre interrogativo y exclamativo, cuantificador y pronombre personal).
Análisis de datos: dada la naturaleza de la investigación se utilizó la estadística descriptiva. Una vez analizado el texto, se generó una base de datos en Excel (Microsoft®) para determinar porcentajes. Los valores fueron expresados en frecuencias absolutas y relativas porcentuales.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Tabla 1 se observa la distribución según carrera de las palabras escritas correctamente e incorrectamente. El número total de palabras contabilizadas fue de 10 500, el promedio de la frecuencia de errores fue de 6,0 % para todas las carreras. Fue posible identificar que la de mayor porcentaje de palabras incorrectas fue Nutrición (7,0 %).
La mayor frecuencia de errores correspondió a la acentuación (62,0 %), el uso de b/v (10,0 %), y el uso de c/s/z (9,0 %); y los menos frecuentes fueron los de segmentación (5,0 %), representados en la Figura 1.
Los errores más frecuentes se replicaron en todas las carreras; los estudiantes de Fonoaudiología tuvieron el mayor porciento en la acentuación (66,2 %) y segmentación (8,1 %), en comparación con Nutrición (acentuación 61,0 %, segmentación 4,7 %) y Kinesiología (acentuación 60,1 %, segmentación 3,5 %). En general se observó que los estudiantes provenientes de las tres carreras comparten valores similares en cuanto a los errores con mayor frecuencia, pero no así en aquellos con menor frecuencia, datos que pueden ser apreciados en la Tabla 2.
Dado que el principal problema ortográfico fue la carencia de tildes, en la Tabla 3 se muestra la distribución de las dificultades en acentuación. Los más frecuentes en los estudiantes de la carrera de Fonoaudiología estuvieron en las palabras agudas (30,6 %), seguido por la secuencia vocálica (22,5 %); en las carreras de Nutrición y Kinesiología resultaron la secuencia vocálica (Nutrición 30,1 %, Kinesiología 27,0%) seguida por la acentuación de palabras agudas (Nutrición 21, 8 % y Kinesiología 22,4 %). En todas las carreras la menor frecuencia de errores correspondió a la tilde diacrítica, específicamente al pronombre personal, con un promedio de 3,0 %.
Es reconocida por todos los académicos la importancia de iniciar una “campaña” de recuperación de las buenas prácticas de escritura, es decir; combatir el descrédito social de las normas ortográficas, fomentando entre los académicos las revisiones exhaustivas de la ortografía.
En esta investigación la prevalencia general de errores fue de 6,0 %. Estos hallazgos son similares a los reportados por Orellana,9 en su estudio con estudiantes de educación superior chilenos donde muestra una prevalencia de errores de 5,0 %. No se han reportado otros que permitan comparar estos resultados en términos cuantitativos; no obstante, el realizado por Dordev10 con estudiantes serbios muestra mayor predominio de errores ortográficos cercanos al 11,0 %.
Lerner11 considera el español como una lengua transparente debido a que existe una correspondencia casi biunívoca entre fonemas y grafías, por lo que tiende a reportar menores frecuencias de errores ortográficos que otras lenguas; sin embargo, otros autores referenciados por Alemán Mederos et al.12) plantean que su causa principal es la falta de correspondencia entre la expresión fonética y la forma gráfica de las palabras. Es cierto que en el idioma español se presentan complicaciones fonéticas que incrementan su dificultad, pero eso no justifica la deficiente situación que presenta la generalidad de los países hispanohablantes.
Por otro lado, los errores ortográficos se concentraron en la carencia de tildes (60,0 %), valores inferiores a lo encontrado por Orellana,9) de 85,6 %. Por su parte, Melguizo Moreno 13 que evalúa errores ortográficos en universitarios españoles también indica que la mayor prevalencia corresponde a la acentuación; lo mismo ha sido reportado en varios niveles académicos.14,15,16
Es necesario informar que en el presente estudio no se detectaron alumnos que padezcan dislexia u otros tipos de dificultades de aprendizaje y/o de atención, lo que pudo haber constituido una limitación, y por tanto, un aspecto a ser considerado en estos análisis.
CONCLUSIONES
La prevalencia de errores ortográficos en estudiantes chilenos de ciencias de la salud es del 6,0 %; con mayor representatividad en la acentuación. Este constituye el primer estudio que caracteriza los principales problemas ortográficos en estudiantes universitarios de ciencias de la salud en Chile. Se hace necesario profundizar en estas investigaciones para generar estrategias contextualizadas y con el propósito de minimizar la frecuencia de errores al escribir.