INTRODUCCIÓN
Se retoman las ideas de L.S. Vygotsky (1896-1934), fundador y primer teórico del enfoque histórico-cultural.1 Se constata que su propuesta se construye de manera explícita: consiste en elaborar una teoría y práctica psicológica basada en la concepción dialéctico-materialista para el estudio del pensamiento humano, de la naturaleza, y de lo socio-histórico para comprender, explicar y transformar al hombre.1 Con este enfoque se genera por los autores un problema científico: ¿cómo favorecer los saberes para el diagnóstico, orientación, educación, prevención, tratamiento y rehabilitación de la dependencia emocional y de los riesgos de esta?”. Con ello se evidencia la necesidad de solucionar un problema metodológico para responder a demandas de la praxis y de la teoría, por lo que se enfoca en términos de saberes a trasmitir para la formación y perfeccionamiento profesional a aquellos que deben conducir estos problemas de la profesión a la ciencia y viceversa.
Se toman nuevos enfoques para la solución de problemas científicos y se acude a las ciencias no médicas que participan en la investigación en el ámbito educativo y de la salud, entre ellas: las ciencias filosóficas, psicológicas o del comportamiento, la antropología cultural, las ciencias de la educación, económicas y matemáticas.
Partiendo de que la filosofía es la madre de todas las ciencias, los autores consultados refieren que: “se vincula con las ciencias psicológicas, con las ideas psicológicas en la ideología de la época, especialmente en las elaboraciones míticas y religiosas de las edades antigua, clásica y media”.1 También se expone en la literatura revisada que: “… las ideas psicológicas en la edad moderna están asociadas a la filosofía y que el espacio de elaboración de las ideas psicológicas se centra en la aparición y desarrollo de la filosofía, fundamentalmente como teorías del conocimiento”1. Se describe el surgimiento de la psicología académica el cual: “… corresponde al tercer período y se refiere a su desarrollo como ciencia independiente, como disciplina académica y experimental, hasta lo referido como la primera gran crisis de sus formulaciones”. Se agrega además, que: “… posteriormente se desarrollan las teorías y sistemas contemporáneos, se identifica como el último período que se extiende hasta el presente y supone la salida de la psicología a la práctica directa”.1
La antropología cultural sustenta las creencias y concepciones de los seres humanos en cada ámbito, su praxis, sus costumbres; por ello, propicia la identificación de las personas en cuanto a su desempeño en la esfera relacional, en sus hábitos y estilos de vida, en su manera de asumir las relaciones afectivas y por tanto, en su forma de concebir los compromisos familiares, de compañerismo, en centros estudiantiles y de trabajo, de responsabilidad y afecto con la pareja.
Las ciencias de la educación forman los recursos humanos, instruyen para la adquisición de nuevos conocimientos prácticos, técnicos, teóricos y educan en todos los aspectos, con el objetivo de sistematizar programas formativos dirigidos a la educación de la personalidad. Las ciencias económicas, también forman parte de las ciencias sociales, se vinculan con la base socioeconómica de la sociedad, con la producción científica, finalmente convertida en fuerzas productivas de la sociedad con su influencia en los modos y relaciones de producción y por tanto, en la formación económico-social.
Por otra parte, lo económico determina en el desarrollo del pensamiento, por lo que la producción científica es el fruto del desarrollo económico-social y a su vez determina en los cambios que se producen a nivel socioeconómico.
Las ciencias matemáticas tienen una misión muy definida en su expresión estadística de ciencia aplicada, en la mensuración del comportamiento de variables cuantitativas, en la búsqueda de la precisión en el análisis de los diferentes parámetros que intervienen en una relación causa-efecto, en el estudio de la mediatización de una causa por otra que se interpone y la modifica, en la determinación de las distribuciones que tienen en la población las diversas variables, en la probabilidad de seleccionar una muestra para un estudio en el cual se tenga en cuenta los elementos de variabilidad de la población y en el establecimiento de modelos matemáticos para el estudio de diferentes problemas implicados en mediciones exactas.
De manera que las diversas disciplinas participan en la solución de los dilemas de la praxis de los problemas científicos. Esta participación se asocia a cuestiones epistemológicas relacionadas con la teoría de la causalidad, aplicada al estudio del proceso salud-enfermedad, con su mirada materialista-dialéctica, multicausal, que presupone que una causa puede tener múltiples efectos y a su vez, un efecto puede relacionarse con diversas causas. Con esta mirada se declara el objetivo: valorar la dependencia emocional con sus múltiples factores asociados y causales.
DESARROLLO
La cosmovisión de la causalidad y el enfoque clínico-epidemiológico
Los autores consideran que la enseñanza de la medicina, de la psicología clínica, médica y de la salud, debe enfatizar en la importancia que tiene el ámbito epidemiológico que incluye la valoración multicausal de los problemas educativos y de salud, el enfoque dialéctico de la causalidad y la orientación de políticas en educación para la salud, educación social y políticas de salud con una base científica desde lo multidisciplinario, multiprofesional y multisectorial en el contexto de la comunidad. De este modo, se sostiene que no hay problemas de salud, ni problemas sociales monocausales, ni una relación causa-efecto simplista que afirme que “… siempre una causa tiene el mismo efecto, este es necesariamente el resultado de una causa única”. De acuerdo con lo formulado por otra figura de la psicología soviética, Rubinstein: “Las influencias externas actúan a través de las condiciones internas”.1
En virtud de ello, en epidemiología se explica que un huésped puede estar expuesto a un agente trasmisor de enfermedad en determinadas condiciones ambientales, comunes a las de otro huésped, uno de ellos enferma y el otro no, lo que puede explicarse por la susceptibilidad del huésped, por la epidemiología individual de la enfermedad. De manera que la interpretación epidemiológica de la salud y la enfermedad requiere de múltiples fuentes de información y de diversas disciplinas y sectores participantes, lo que debe explicarse a los alumnos y utilizar ejemplos que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje. De igual modo, la psicología de la salud por su perfil epidemiológico, valora estos aspectos, tanto para colaborar en el estudio e interpretación de los problemas de salud como para analizar la epidemiología individual de la ansiedad, la depresión, la frustración, entre otras.
En el contexto clínico se considera también la multicausalidad de la enfermedad, el diagnóstico y terapéutica de multientrada, a partir de una mirada multidisciplinaria y transdisciplinaria, propiciadora de una cosmovisión que integra las diversas aristas de un mismo problema, en los puntos que contactan las diversas disciplinas, sin superposición alguna, ni intrusismo científico-profesional. A manera de ejemplo se puede decir que la hipertensión arterial es una expresión patológica y a su vez, un factor de riesgo de enfermedades cardiológicas y de secuelas neuropsicológicas.
También la ansiedad es un estado afectivo que puede manifestarse como rasgo de la personalidad y en ocasiones es un estado patológico que puede expresar descompensación de la personalidad. De igual modo, la dependencia emocional puede identificarse como una alteración psicopatológica o como expresión psicológica que particulariza a la personalidad.
Se debe explicar a los educandos que en el diagnóstico y terapéutica de multientradas se considera el dilema cuerpo-mente, en el cual se involucra el desarrollo de la psiconeuroinmunología, disciplina a partir de la cual se han ido creando las bases para una interpretación dirigida a solucionar el dilema cuerpo-mente, como objeto de interés de diferentes disciplinas humanistas y de la salud, entre ellas: la filosofía, la medicina (fisiología, neurología, psiquiatría, entre otras), la psicología, con repercusión en las diferentes miradas diagnósticas, en las distintas corrientes educativo-terapéuticas, y en las investigaciones multidisciplinarias.
Algunas reflexiones filosóficas a la luz de la epistemología multidisciplinar
Con este análisis es pertinente situarse en la epistemología multidisciplinar y en lo que corresponde a los métodos cuantitativos y cualitativos. Hay una razón de ser en las multidisciplinas integradas en las ciencias de la salud, que permiten el enfoque holístico de las ciencias aplicadas al estudio del proceso salud-enfermedad en el siglo XXI, se concilian en una valoración integral de la concepción humanista que tiene como objeto de estudio a un ser cognoscente, esencialmente epistémico.
Con estas reflexiones filosóficas, se abordan los estilos educativos, las habilidades sociales y la autoestima, relacionadas con la formación del ser humano y con el desarrollo de constructos vinculados a una especificidad de la subjetividad, que deviene en personalidad, única e irrepetible, a la vez se trata la ansiedad y la depresión, como estados emocionales que se asocian a la dependencia emocional.
Según diversos autores2).(3) la dependencia emocional se caracteriza por una necesidad excesiva de aprobación de los demás, gusto por relaciones exclusivas, demanda de disponibilidad continua de la presencia de la otra persona y expectativas irreales sobre las relaciones de pareja, sometimiento a la pareja y miedo a perder la relación humana. A manera de experimento piloto, se han analizado particularidades del afrontamiento de estudiantes universitarios y su relación con la dependencia emocional.
Se ha hablado de la asociación entre la dependencia emocional y los estilos de comunicación en situaciones de conflicto con la pareja.4 A juicio de los autores es lógico por la importancia que tiene la comunicación en los seres humanos y específicamente en parejas que han asumido la convivencia con cierta estabilidad o la sistematicidad en encuentros o citas para compartir emociones y vida sexual.
Se han realizado estudios que revelan el análisis de la educación cognitiva y los efectos positivos de la implementación de programas para desarrollar la competencia emocional en alumnos de primer curso de educación primaria.5
Se considera que la educación de los adolescentes, jóvenes y escolares no debe circunscribirse a lo cognitivo pues un elemento imprescindible es la educación emocional que puede favorecer el desarrollo de personalidades más independientes. De manera que se concibe la formación emocional, apoyado en el término inteligencia emocional, señalado por Martínez Gómez6 como término acuñado por Salovery y Mayer en 1990, y definido como la capacidad compleja, integrada por un sistema de actitudes y habilidades; a la vez, los propios autores citan a Daniel Goleman, como el más destacado promotor del concepto de inteligencia emocional y creador de un test, publicado en 1995 y destinado al estudio de esta temática.
Otros se han atrincherado en la psicología positiva, muy en boga en la contemporaneidad, y han seguido el estudio científico de la felicidad, con la defensa de las fortalezas y virtudes de las personas.7 Esta mirada desde la psicología positiva, se puede aproximar al enfoque salutogénico en el campo de la salud, sin olvidar las condiciones sociohistóricas, en las que se desarrolla el constructo felicidad, de modo que se pueda potenciar lo positivo del ser humano, a partir de emociones sanas, sobre la base de la realidad material y de las condiciones socioeconómicas del medio.
Hay autores, como Bisquerra Alzina8 que se refieren a los estudios científicos sobre las emociones, plantean que estos se han centrado en las emociones negativas, aunque en el presente siglo, se asiste a una época de cambios y hay un mayor interés por las emociones positivas que, a su juicio, contribuyen a mejorar la forma de pensar, la salud física y la forma de resolver problemas, lo que coincide con el criterio de los autores. Estas afirmaciones son válidas sobre la base del enfoque psico-neuro-endocrino-inmunológico, que explican la relación entre los diferentes sistemas del organismo y la similitud de lenguajes, como ocurre con el sistema nervioso central y el sistema inmunológico, que comparten un lenguaje común, por lo que la presencia de emociones tóxicas negativas debilitan el sistema inmune y contribuyen a la aparición de enfermedades; mientras las emociones placenteras, de felicidad, alegría, bienestar, fortalecen el sistema inmunológico y tienen efecto protector en la salud.
Es también pertinente destacar lo referido acerca de la influencia de las emociones en el rendimiento académico.9 En el tema de las emociones, se ha trabajado la dependencia emocional relacionada con la violencia de parejas y la sumisión de las mujeres con dependencia interpersonal o relacional genuina, definida como “la dimensión disfuncional de un rasgo de personalidad que consiste en la necesidad extrema de orden afectivo que una persona siente hacia su pareja, muchas veces a partir de la interpretación que uno de los miembros de la pareja hace del comportamiento del otro, influenciado por celos e inseguridad, en un ámbito en el cual priman nuevas concepciones sobre las relaciones de personas que comparten en intimidad de diversas maneras, con mayor o menor estabilidad, en relaciones muy exclusivas o muy abiertas”.10
De cualquier modo, el tema de la violencia, independientemente de las características de la personalidad, se subordina a las particularidades de la familia, de los grupos de pertenencia y de la comunidad, por lo que es también un problema social que marca el funcionamiento personal y hace más vulnerable a las personas involucradas en esta situación.
Hay estudios centrados en las relaciones entre violencia en el noviazgo, dependencia emocional y autoestima en adolescentes y adultos jóvenes, así como en las diferencias existentes en función del género y el nivel educativo.11 Estos estudios son de gran valor y suministran información importante sobre violencia de género e influencia educativa. También se ha encontrado en estudios realizados que los chicos puntuaban más alto en dependencia emocional que las chicas, con diferencias en función de la edad.12 De este modo, enfatizaron en la relación entre los esquemas disfuncionales y la dependencia emocional. Estos resultados se pueden extrapolar con el propósito de profundizar en el estudio del noviazgo y de la dependencia emocional en jóvenes y adolescentes.
Se considera, además, que la violencia en la relación de pareja activa los esquemas cognitivos disfuncionales y produce síndromes y trastornos en la salud mental de las mujeres.13 Se sabe que esta situación puede convivir con la dependencia emocional en mujeres violentadas, que por esta razón de dependencia, soportan la violencia.
Las nuevas tecnologías y la vida emocional. Valor del método clínico en las precisiones diagnósticas
El actual escenario, surgido a partir de las nuevas tecnologías de la información y de los cibermedios, ha creado nuevas formas de socialización y comunicación entre los jóvenes, surgen relaciones de pareja, preferentemente en jóvenes sin experiencia social, ni entrenamiento en inteligencia emocional.14 Se considera como opinión autoral que estos jóvenes tienen dificultades en las habilidades sociales. En trabajos dedicados a analizar la conexión entre las relaciones intrafamiliares y la dependencia se han encontrado diferencias significativas en la dependencia emocional, en función de las variables de comparación.15 Estudiosos del tema han observado una influencia de apego y autoestima sobre la dependencia emocional.16 Se acepta por los autores la pertinencia de esta observación.
Otros autores17 plantean que los estilos de crianza parentales, sobre todo, la privación emocional en la infancia predice la dependencia emocional, la permanencia en relaciones abusivas y el establecimiento de relaciones donde estén presentes la dependencia emocional junto con el abuso psicológico. Se considera por los autores que estos juicios son pertinentes por la relación que existe entre los estilos educativos familiares, el apego y la dependencia.
Se toma en cuenta las referencias sobre el análisis psicométrico de una escala de dependencia emocional en universitarios peruanos y se valoran sus posibilidades de aplicación en el contexto cubano con algunas adecuaciones necesarias.18 También en este tema se usa el método clínico (interrogatorio o entrevista psicológica, examen psicológico, diagnóstico posible y requerido, según el caso, psicopatológico, patopsicológico y neuropsicológico, pruebas y técnicas psicológicas generales y especializadas para corroborar el diagnóstico y la conducta a seguir con el sujeto, objeto de estudio).
En esencia, los profesionales en formación deben saber que hay consenso de que se trata de un trastorno o desajuste psicológico, de un comportamiento no habitual de los individuos que se clasifica por los profesionales de la psicopatología, de acuerdo con las causas que lo provocan, por la presencia de un comportamiento identificable en prácticas de salud y de educación pues en la mayoría de los casos se asocia a malestar con interferencia en la actividad de las personas. Entre los signos más característicos de los trastornos psicológicos están: las emociones dolorosas crónicas (ansiedad, depresión, ira), los conflictos duraderos en las relaciones sociales, familiares o de pareja. Por otra parte, lo patopsicológico, se especializa en las alteraciones de las funciones psíquicas, cognitivas y afectivo-conductual en términos de compromiso psicológico de las funciones afectadas.
Los estudios neuropsicológicos requieren de un profesional formado en neuropsicología, con una formación psicológica o neurológica básica e integración de ambas fuentes de conocimiento, saberes de psicología cognitiva, psicología de la memoria, percepción, neuropsicología, psicobiología, etc.
Es pertinente que el examen neurológico se nutra del neuropsicológico para interpretar correctamente a este como equivalente a un análisis de laboratorio, un PET, SPECT, un electroencefalograma o una punción lumbar, por ejemplo. De manera que es importante la integración de las técnicas e instrumentos de la neuropsicología y de la psicología clínica, en la interpretación del examen neurológico, psiquiátrico o neuropsiquiátrico, así como de las técnicas de neuroimagen, neurofisiológicas y bioquímicas para lograr el estudio científico de la conducta humana en su relación con el funcionamiento normal y anormal del sistema nervioso central.
Pérez Lache19 expone en su libro Neuropsicología Clínica, la relación entre la neuropsicología y el problema cardinal de la filosofía porque estudia la relación entre el fenómeno psíquico y el cerebro, la conciencia y sus nexos con la actividad nerviosa superior y la realidad objetiva, así define a la neuropsicología como ciencia clínica limítrofe entre la neurología y la psicología. Con dichas definiciones hay que pensar en la profundización en otros aspectos neuropsicológicos a estudiar en relación con el cerebro emocional, de tanta importancia para la temática de interés, relacionada con la dependencia emocional.
Por otra parte, hay que detenerse en la afirmación de Vygotsky: “… sobre la relación entre el organismo y la psique, -lo psicobiológico- y considerar que este enfoque se declaraba materialista, así la base material de la psique, el sistema nervioso, aparecía como la objetivación psicológica”. Por otro lado, se refiere que Vygotsky enfrentó el tema con ideas novedosas para su época, confirmadas en las investigaciones neuropsicológicas posteriores bajo la dirección de A. Luria. Así se reafirma que el sistema nervioso constituye la base material de la psique y determina la aparición y ejecución de procesos que de alguna manera están insertados en el programa genético y previstos en su propia constitución biológica.
Lo metodológico
El estudio de este problema eminentemente psicológico que se produce en la interacción entre lo psicobiológico, lo cultural y lo socio-económico, debe guiarse en lo metodológico por el enfoque cualitativo y cuantitativo, lo que se justifica por Hernández Sampieri et al.,20 al referirse a los procesos cuidadosos, metódicos y empíricos de las dos orientaciones en su esfuerzo para generar conocimientos, este autor defiende la investigación cuanti-cualitativa y plantea que en ella se utilizan términos generales en fases similares, relacionadas entre sí; dicha definición se puede aplicar en el estudio de la dependencia emocional.
La vigencia vigotskiana en el estudio de la dependencia emocional
Se considera importante para comprender la dependencia emocional: “… que el efecto distintivo de la actividad humana no es la adaptación al medio, sino su transformación”, para Vygotsky: “… el hombre rompe con la escala evolutiva de los animales y modifica su ambiente y al mismo tiempo que transforma la realidad, se hace a sí mismo”.1) Esta actividad transformadora del hombre la describió: “… mediatizada por instrumentos, en el curso de esa actividad humana se usan herramientas creadas por el propio hombre, no solamente para modificar el ambiente, también para controlar su comportamiento durante la actividad”. “Estos instrumentos, de carácter ideal se convierten en procesos psicológicos”,1 y si son positivos, pueden proteger a las personas con vulnerabilidad de presentar dependencia emocional.
De acuerdo con la teoría de Vygotsky: “… todo proceso psicológico aparece dos veces: primero como actividad conjunta con otra persona y solo después como dominio personal, como proceso individual”.1) Por tanto, las personas en su proceso social formativo pueden apropiarse de influencias negativas o positivas que favorezcan respectivamente al desarrollo de la dependencia o de la independencia emocional. Además, es imprescindible tomar en cuenta: “… lo filogenético, la historia de la sociedad humana, la dimensión determinante de la aparición de la subjetividad y lo ontogenético, como historia evolutiva personal que tributan a un sujeto”.1 A la vez se profundiza en relación con los procesos de “subjetivación-objetivación de las cualidades psicológicas, en los saberes que aporta la zona de desarrollo próximo y la situación social del desarrollo”.1 Todo ello permite comprender a las personalidades con dependencia emocional, a estudiar.
No se excluye la posibilidad de realizar estudios cuantitativos en los seres humanos, también se advierte la necesidad de la valoración cualitativa, como alternativa que favorece a las múltiples miradas de un problema. Este enfoque cualitativo permite interpretaciones de la realidad subjetiva que mediatiza el comportamiento humano y su vida emocional, en un estudio donde el objeto de interés está en las expresiones emocionales, en la dependencia emocional. A partir de una base biológica, se estructuran disfunciones de la personalidad con las características de dependencia emocional que se reestructuran por la ejecución de actividades humanas. Así: “… la base material de la actividad sociocultural humana está en el sistema nervioso, no en estructuras anatómicas, sino funcionales -“órganos funcionales”- que se crean durante la vida, no se trasmiten biológicamente, su transmisión es cultural”.1
El enfoque vigotskiano considera también en la dependencia emocional, la vivencia como un fenómeno subjetivo específico, a la actividad como expresión objetivada y vía de formación de la subjetividad. Otro elemento para considerar de la psicología es la propuesta del “principio de la unidad de lo cognitivo y lo afectivo”.1
CONCLUSIONES
Se realizó una valoración de la dependencia emocional, sus causas y factores asociados con la apreciación teórica de los autores sobre el diagnóstico, orientación, educación, prevención, tratamiento y rehabilitación. Se arriba a la conclusión de que la atención a las personas con dependencia emocional puede estudiarse desde diferentes escuelas psicológicas. Particularmente, los autores de este trabajo se afilian al enfoque integracionista de la psicología cubana con la cosmovisión de la escuela histórico-cultural de Vygotsky, apoyada en las herramientas creadas por el hombre en la actividad humana, modificadora del ambiente y autocontroladora del comportamiento, a través de su instrumentación en procesos psicológicos, protectores de las personas con dependencia emocional, por lo que a partir de un axioma de Vygotsky se destaca que: “… más allá de las potencialidades humanas para adaptarse al medio, están las posibilidades transformadoras del ser humano”. Se considera pertinente, con estos recursos, gestionar la independencia emocional, desde los imaginarios sociales actuales hasta la satisfacción de las necesidades educativo-preventivas-terapéuticas y rehabilitadoras de las personas con dependencia emocional.