INTRODUCCIÓN
El docente del presente siglo ha de ser un formador de ciudadanos, capaces de interpretar los diferentes contextos en que se encuentran, así como dar respuesta a las problemáticas que se les presentan. En ese sentido, el docente debe ser un facilitador que posea dominio del área que imparte, sepa hacer uso de variadas metodologías, y pueda ofrecer los recursos necesarios para que los discentes tengan una comprensión terminada del mundo que les rodea, teniendo en cuenta la diversidad encontrada en este, que aprendan no solo a vivir, sino también a convivir con sus semejantes, para que así sean productivos para con la sociedad (Espinoza, Tinoco & Sánchez, 2017).
Al imaginar que los maestros son los individuos encargados de la formación de todos los profesionales, siendo el profesional que más tiempo pasa con los niños, jóvenes y en ocasiones adolescentes, es evidente la importancia del trabajo de este para la sociedad, así como del grado de responsabilidad que implica la profesión. El maestro actual, debe enfrentar y resolver los diferentes retos y situaciones que le impone no solo la disciplina que imparte, sino también la sociedad. Actualmente, las diferentes competencias y el dominio de estas son requeridas para la solución de los problemas que enfrenta la sociedad (Rodríguez, 2017).
De acuerdo con el Ministerio de Educación de Colombia (2012), la práctica docente es un proceso concebido para la autorreflexión, siendo este un espacio que permite la conceptualización, investigación y experimentación didáctica, en la que el estudiante que cursa su licenciatura debe abordar distintos saberes en forma articulada, adquiere desde diversas disciplinas las competencias necesarias para desarrollarse en su labor, enriqueciendo así la comprensión del proceso didáctico y de la función docente en el mismo.
En la Universidad ISA, la práctica docente nace como respuesta a las exigencias de la carrera de Educación en la República Dominicana. Está concebida como un proyecto formativo, cultural, social, pedagógico y político desde el cual se propicia la construcción del saber didáctico y se generan procesos de innovación con la construcción de propuestas pedagógicas para la educación dominicana a través de la investigación de las diversas realidades educativas.
En el proceso de práctica docente, los practicantes tienen por responsabilidad incluirse como maestros en los centros anfitriones (cumpliendo los mismos horarios y responsabilidades que cumplen los docentes del centro). Durante su estadía en los centros anfitriones, los practicantes deben impartir las clases durante todo el cuatrimestre bajo la supervisión de un maestro titular que le es asignado como tutor (el tutor debe ser de la misma área de formación que el practicante). A partir de la segunda semana de haber sido insertado en el centro educativo, se ha de iniciar un proceso de producción de misivas dirigidas a pensadores que han influenciado en la educación, siguiendo una línea reflexiva orientada a los planteamientos del destinatario y fundamentada en las vivencias experimentadas en el centro educativo; dichas misivas pueden ser réplicas, confrontación de ideas, reafirmación de planteamientos y otros.
Además, el practicante ha de proponer y llevar a cabo un proyecto que resuelva una problemática propia del centro en el que se encuentra, los resultados del mismo, se convertirán en el legado (aspecto obligatorio para finalizar el proceso de práctica docente) que dejará el practicante una vez concluidas sus obligaciones para con el centro educativo. Para concluir, el practicante debe entregar un diario reflexivo que se ha de ir desarrollando durante todo el proceso, en este tiene que registrar los acontecimientos más relevantes que ocurren en el día a día de su estancia en el centro educativo. Todo esto corresponde a lo que es el modelo de práctica 720.
El modelo de práctica 720 fue diseñado por la Dirección del Departamento de Educación de la Universidad ISA. Este modelo describe los procesos que han de ser completados a exactitud para que los estudiantes adquieran todas las competencias planteadas en el perfil de egreso de la Licenciatura en Educación Concentración Ciencias de la Naturaleza. Esos procesos son: selección de los centros anfitriones; firma de convenios; capacitación a los tutores y directores; inserción de los practicantes al centro (firma de carta de compromiso por parte del director, el tutor, el supervisor, el practicante y un par coevaluador); desarrollo de la práctica (llenado de los diversos formularios); desarrollo de un proyecto de centro; presentación de las vivencias; socialización de las prácticas con los tutores y directores.
El nombre 720 del modelo (360 grados por dos) surge porque el modelo implica una mirada de 360 grados en dos ciclos; un ciclo se desarrolla dentro de la escuela y el otro en la universidad. En el centro educativo (supervisor, tutor, autoevaluación y par coevaluador, estudiantes y el director en representación del centro anfitrión), y en la Universidad ISA (supervisor, autoevaluación y par coevaluador, reflexión colectiva de todos los involucrados).
La evaluación 360 grados es una evaluación integral, pues en esta están involucrados todos los actores del proceso didáctico, es una herramienta que puede ser utilizada para la medición de competencias y el desempeño, en este caso de los practicantes. Esta brinda una perspectiva más amplia al momento de obtener informaciones y calificaciones desde todos los ángulos: supervisor (intervenciones, ayudantía y evaluación general), par coevaluador (intervenciones, ayudantía y evaluación general), practicante (intervenciones, ayudantía, evaluación general), tutor (intervenciones, ayudantía y evaluación general), director (evaluación general) y estudiantes (evaluación general).
MÉTODOS
La investigación estuvo regida bajo un enfoque cuantitativo, debido al modo en que fueron recolectados los datos (tablas de datos, rúbricas, guías de observación y otros), y la forma en que fueron analizados los resultados de los diferentes objetivos específicos (gráficos y estadística descriptiva).
El método utilizado fue el narrativo, de acuerdo con Arias & Alvarado (2015), el método narrativo implica llevar todo lo vivido al lenguaje escrito, no solo las ideas, sino también las emociones. El diseño fue no experimental transeccional.
La población estuvo conformada por los estudiantes de Educación Concentración Ciencias de la Naturaleza de la Universidad ISA, específicamente las matrículas del 2012 al 2015. Se optó por un muestreo no probabilístico por conveniencia, en el que fueron seleccionados los estudiantes pertenecientes a la cohorte 2014.
La investigación fue realizada en la ciudad de Santiago de los Caballeros, en el periodo octubre 2019/ marzo 2020; como técnica de recolección de datos se utilizó la revisión de formularios de prácticas docentes; la tabulación, análisis de los datos y realización de gráficos se hizo con el programa Microsoft Excel.
En el estudio fueron medidas nueve dimensiones, a saber: Dominio corporal (DC), organización y planificación (OP), desarrollo de la clase (DCL), relaciones interpersonales (RI), desempeño de ayudantía (DA), aspectos personales (AP), conocimientos y habilidades (CH), ayudantía (AY), y desempeño docente (DD).
Además fueron medidas tres competencias generales (CG), a saber: planificar los procesos de enseñanza y aprendizaje, a partir del currículo, integrando enfoques, teorías, competencias, metodologías y procesos de evaluación para su aplicación en contextos diversos (CG 10); Implementar metodologías y estrategias de enseñanza pertinentes que aseguren aprendizajes significativos apoyando las actividades con recursos didácticos en correspondencia con la naturaleza de la asignatura y con los diferentes estilos de aprendizaje de los estudiantes (CG 11); Gestionar eficientemente el aula propiciando acuerdos entre docentes y estudiantes para garantizar el cumplimiento de normas de convivencia establecidas, el uso óptimo del tiempo, cuidado, orden, preservación de los espacios y organización de los equipos de trabajo en el desarrollo de las dinámicas de aprendizaje (CG 15).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la figura 1, se muestran los resultados de las evaluaciones de las prácticas de intervención de los practicantes por los diferentes sujetos involucrados en el proceso didáctico. Aparecen de izquierda a derecha los resultados de la autoevaluación, coevaluación y las evaluaciones realizadas por el tutor y el supervisor, las siglas aluden a las dimensiones antes enumeradas.
Los resultados presentados en la figura 1 concuerdan con lo expresado por Díaz (2006), que la práctica pedagógica concluye el saber disciplinar del profesor, sus estrategias didácticas, las relaciones de poder en las interacciones y los ideales que enmarcan su labor. En cada una de las dimensiones evaluadas durante los procesos de intervención todos los agentes evaluadores concordaron en las valoraciones asignadas, quedó evidenciado que a partir de la realización de las prácticas docentes los practicantes desarrollan y fortalecen sus habilidades de manera considerable, pues al estar inmersos en el ambiente educativo, se van adaptando a este y con la tutoría de profesores de experiencia aprenden técnicas, estrategias, pero sobre todo habilidades que les ayudan en su desempeño profesional.
En la figura 2, se muestra la evaluación de las prácticas de ayudantía de los practicantes por parte de los diversos actores involucrados en el proceso didáctico.
La evaluación de las prácticas de ayudantía, tal como se muestra en la figura 2 consiste en una valoración, por parte de los diferentes actores involucrados en el proceso didáctico, del grado de compromiso que asume el practicante para con el centro educativo, pues como es de saber, el docente debe colaborar en todos los aspectos que promuevan el crecimiento del centro, el enriquecimiento del contexto y la creación de un ambiente escolar armonioso, los practicantes de la cohorte 2014 son categorizados en su mayoría como excelentes en esta dimensión. La postura tomada por estos coincide con la establecida por Martínez, Armengol & Muñoz (2019), según los cuales la institución es considerada como un elemento importante en la práctica pedagógica, dado que está conformada por las interacciones del docente, el estudiante y la institución misma, además del contexto social y cultural en que se desarrollan, incluyendo el ambiente escolar. Cada actividad realizada fuera del aula en la que los practicantes deben ayudar a resolver una determinada situación evidencia el nivel de responsabilidad asumido por estos al momento de realizar sus prácticas, pues colaborar en forma desinteresada es una muestra contundente del grado de importancia adjudicado a los centros por parte de los practicantes.
En la figura 3, se muestra la evaluación general de los practicantes por parte de los diversos actores involucrados en el proceso didáctico.
Los resultados presentados en la figura 3 concuerdan con lo afirmado por Espinoza et al. (2017). El docente ha de ser un facilitador que domine su área de formación y a partir del uso de nuevas metodologías, pueda ser capaz de ofrecer los recursos necesarios para una mejor comprensión del mundo por parte de los estudiantes, esto desde diversos lenguajes, aprenden a vivir y convivir con sus semejantes y a ser productivos para con la sociedad. Los practicantes como futuros docentes, no solo han de enfocarse en la práctica profesional dentro del aula, sino que estos constantemente deben de trabajar y mejorar sus relaciones personales, actualizarse en los campos del conocimiento, así como también mostrarse dispuestos a colaborar en aspectos promotores del crecimiento de los estudiantes, del centro y de la comunidad educativa.
En la figura 4, se muestran las reflexiones en base a las experiencias de los practicantes durante el proceso de práctica docente.
De acuerdo con el Ministerio de Educación de Colombia (2012) y en función a lo presentado en la figura 4, la práctica docente ha de ser concebida como un proceso reflexivo, con aras a convertirse en el espacio ideal para la conceptualización, investigación y experimentación didáctica. En esta el futuro docente trabaja sus saberes en forma articulada, adquiere a partir de las diversas disciplinas las competencias necesarias para desarrollarse en su labor, enriqueciendo así el entendimiento del proceso didáctico y la función que debe desempeñar.
En este aspecto, los practicantes realizaron una serie de reflexiones en las que fueron relacionadas sus experiencias en la práctica con algunas teorías propuestas por diversos pedagogos, en las mismas se evidenció una fuerte tendencia a la reafirmación de los planteamientos de esos pedagogos por los practicantes, dejando claro la satisfacción que sentían tras la finalización de su proceso de prácticas pedagógicas.
En la figura 5, se muestran los diferentes niveles de competencia alcanzados por los estudiantes en cuanto a organización y planificación.
Como se muestra en la figura 5, y de acuerdo con García (1999), el perfeccionamiento del profesional debe ser un proceso iniciado desde los cambios curriculares traducida en la investigación continua por parte del docente sobre su práctica didáctica. Todo esto va de la mano con el compromiso de renovación y actualización del currículo y el desarrollo de la colaboración como cultura en el centro educativo. El dominio de las competencias necesarias para lograr un correcto desempeño en el área laboral, es imprescindible para asegurar el adecuado desarrollo profesional de los practicantes, a pesar de que una proporción de estos no domina las competencias presentadas, esto no supone limitante, pues estas competencias pueden ser adquiridas por los practicantes en cualquier punto de su desarrollo profesional, aunque lo ideal hubiese sido que se alcanzara el dominio pleno de estas durante el proceso de las prácticas.
En la figura 6, se muestran los diferentes niveles de competencia alcanzados por los estudiantes en cuanto a metodología y estrategias de enseñanza.
Como se muestra en la figura 6, la práctica docente debe ser un proceso consciente, que se desarrolle en forma libre y participativa, siendo implementado por una determinada organización, esto con el objetivo de buscar la mejora a desempeños y lograr mayores resultados, buscar el desarrollo e innovación de nuevos campos académicos, profesionales y laborales, formando el deseo y espíritu de compromiso que debe asumir cada persona en una sociedad, en especial en la comunidad de la cual forma parte ( Nova, Arias & Burbano, 2015). El desarrollo y dominio de las diversas estrategias y metodologías resulta esencial para el fortalecimiento del proceso didáctico, pues del correcto dominio de estas van a depender los resultados alcanzados y/o logrados por los practicantes, estos necesitan conocer a plenitud técnicas, estrategias y metodologías de enseñanza que les preparen para enfrentarse a la sociedad actual que se torna cada día más cambiante.
En la figura 7, se presentan los resultados con relación al porcentaje de practicantes que una vez graduados se encuentran trabajando, cuántos están por contrato o nombrados y cuántos laboran en el sector público y privado.
El alto porcentaje de practicantes que ha continuado laborando en los diversos centros educativos anfitriones, como se muestra en la figura 7, es muestra evidente del nivel de desempeño demostrado por estos durante su proceso de prácticas, tanto a nivel personal como profesional, pues en los diferentes instrumentos aplicados para realizar las diversas evaluaciones, las dimensiones valoradas estaban relacionadas íntimamente con todos los aspectos generales y particulares con los que debe cumplir un docente.
CONCLUSIONES
Se logró establecer que existe una fuerte conexión entre los diferentes actores del proceso, pues al comparar las diversas valoraciones realizadas por los diferentes evaluadores, es notable que estas se asemejan bastante, siendo las categorías excelente y muy bueno las que obtuvieron mayores porcentajes.
Se logró identificar el nivel de competencia puesto que, en aspectos como las reflexiones en base a la experiencia de la práctica docente los practicantes reafirmaron planteamientos teóricos de pedagogos; en cuanto a las competencias generales 10 y 15 fueron alcanzadas en un 65 % por los practicantes y la competencia general 11 fue lograda en un 63 % por los practicantes lo que evidencia una correspondencia entre lo que imparte la universidad ISA y la vinculación con las exigencias del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCyT).
Quedó demostrado que un total de 128 de los practicantes de la cohorte 2014 (58 %), fueron reclutados por los centros educativos anfitriones. De estos un 85 % trabaja por contrato, distribuidos en 49 % en el sector público y 51% en el sector privado.
El modelo de práctica 720 fue beneficioso para todos los practicantes, debido a que se les brindó la oportunidad de experimentar dentro del salón de clases en tiempo real y con estudiantes reales, además a partir de esta los practicantes adquirieron un mayor nivel de autonomía, liderazgo, conocieron y emplearon nuevas metodologías, técnicas y estrategias de enseñanza aprendizaje, adquirieron mejor dominio escénico, desenvolvimiento y manejo de sus emociones