INTRODUCCIÓN
La gestión integral del patrimonio surge ante la necesidad de preservar los bienes atesorados por las diferentes culturas y ponerlos al servicio de los públicos. En la actualidad, los museos y galerías resguardan objetos valiosos que atestiguan el desarrollo histórico de los pueblos. Los centros y sitios históricos también evidencian el auge de las ciudades a través de sus construcciones y vestigios del pasado.
Preservar y socializar el patrimonio se hace cada vez más imperante ante la globalización. El uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones abrió paso a una nueva era museológica y facilitó el acceso de los públicos a las colecciones. Investigar, conservar y difundir son tareas de especialistas y técnicos que se encargan de la preservación y comunicación del patrimonio.
El patrimonio cultural es la expresión de la identidad de las comunidades, manifiesta su historia, desarrollo e idiosincrasia de manera tangible e intangible. Refleja la más valiosa creación humana y de la naturaleza que, por sus valores, merezca ser conservada para las presentes y futuras generaciones. En su rescate y salvaguarda tiene un importante rol la educación patrimonial. Un grupo de estos bienes patrimoniales se ubican en espacios públicos de los centros históricos, como consecuencia del desarrollo histórico, urbanístico y social de las ciudades.
Los centros históricos conforman los núcleos fundacionales de las urbes y contienen espacios públicos los cuales constituyen escenarios idóneos para desarrollar la educación patrimonial, esta es entendida como un proceso continuo de acciones educativas cuyo propósito, en este caso, es educar a la comunidad respecto al patrimonio y, es llevada a cabo por los gestores socioculturales de las instituciones patrimoniales (Peñate Villasante y Jiménez Pérez, 2020). Estos son los responsables de trasmitir los valores del patrimonio contenido en los espacios públicos y favorecer el acercamiento del público a los bienes. Se desempeñan como guías e intérpretes de patrimonio en espacios públicos e instituciones encargadas de la gestión, preservación y socialización del patrimonio; actúan como catalizadores y conectores de grupos de individuos, contribuyen a educar, compartir valores de forma participativa, sistemática y planificada.
En su mayoría, los gestores socioculturales, ejercen como especialistas y técnicos, aunque varios directivos también realizan la función de comunicadores del patrimonio. La formación de estos es diversa, una buena parte provienen de carreras de perfil social y humanista (Licenciados en Educación, Gestión Sociocultural para el Desarrollo y otras). Su labor trasciende los marcos de los museos, son los responsables de trasmitir los valores de los bienes patrimoniales por lo que requieren conocimientos, habilidades y cualidades morales para desempeñarse en este ámbito.
En las fuentes consultadas a nivel internacional que se refirieron al proceso de educación patrimonial no se aprecia con toda claridad el rol de los gestores socioculturales. Se aborda la función del educador comunicador de patrimonio y se alude al docente. Calvas Ojeda et al. (2019) y Calvas, Espinoza y Herrera (2019), trataron la importancia para la educación ciudadana desde los fundamentos de la historia local. Fontal Merillas y García Ceballos (2019a) evaluaron los programas de educación patrimonial españoles, pero no conciben en ellos el rol del gestor sociocultural. Pablos y Fontal (2018) y Castro Cáceres (2020) abordaron aspectos de la educación inclusiva y la importancia de quienes la llevan a cabo desde los museos. Fontal Merillas y García Ceballos (2019b) trataron sobre el desarrollo de competencias para la educación patrimonial desde la educación formal. En este sentido Castro (2020 y 2019), refirieron las necesidades de los docentes en materia de educación patrimonial en A Coruña, España y García-Ceballos et al. (2021) enfatizaron en la necesidad de una constante formación en los futuros docentes sobre esta temática como garantía de la sostenibilidad del patrimonio en el tiempo.
En el caso Cuba: Cebey Sánchez et al. (2023) analizaron el paisaje cultural desde una mirada patrimonial, lo perciben como fuente generadora de contenidos para la formación del gestor sociocultural. Jacomino (2019) alude al patrimonio inmaterial para referirse a la evolución de la cultura cienfueguera. Jiménez Arévalo et al. (2019) realizaron una valoración de los museos temáticos como recurso didáctico para las ciencias sociales. En estas investigaciones, aunque se trata la figura del educador, se enmarca en su función como docente.
Hernández Godoy et al. (2020) realizaron un estudio educativo en función de la preservación de las instituciones museísticas en Cuba. Por otra parte, Soler et al. (2022) sistematizaron experiencias académicas relacionadas a la gestión del patrimonio.
En relación a la educación patrimonial Hernández et al. (2021) y Peñate y Hernández-de la Cruz (2021) realizaron un estudio desde los museos de arte. Romero Bello et al. (2022) propusieron una metodología para escolares. Rodríguez Vallejo et al. (2022) realizaron un análisis del estado de las investigaciones que se centran en este objeto en el territorio nacional.
Hernández de la Cruz et al. (2022) abordaron la educación y comunicación patrimonial desde los museos. Estas investigaciones tuvieron como centro de atención a la escuela y los procesos formativos formales. Se refirieron a la gestión sociocultural en los espacios públicos de los centros históricos urbanos, su vínculo al patrimonio y su interpretación. También tuvieron en cuenta las normas jurídicas para su proceder. Evidencian que la educación patrimonial se ejecuta por gestores socioculturales sin tener en cuenta a la comunidad, lo cual limita el sentido de pertenencia y de apropiación de los valores del patrimonio por parte de quienes conviven y se interrelacionan con él.
Entre las potencialidades del Centro Histórico Urbano de Matanzas detectadas mediante el análisis a las fuentes consultadas, entrevistas aplicadas y observaciones realizadas, se pueden afirmar la factibilidad de su abordaje al ser declarado como Monumento Nacional y Ciudad Destino Turístico y contar con un espacio público compuesto por calles, plazas, parques, instituciones, empresas y gestores socioculturales dedicados al trabajo con el patrimonio. No obstante, se identifican aspectos no resueltos, a partir del análisis a las fuentes y autores consultados. Este artículo tiene como objetivo caracterizar el desempeño de los gestores socioculturales como educadores patrimoniales a partir de los siguientes indicadores: manejo por parte de los gestores socioculturales de las potencialidades educativas de los bienes y recursos ubicados en estos espacios públicos; carencias en la panificación, proceder metodológico y sistematicidad en las acciones educativas que desarrollan.
MÉTODOS
En el presente artículo se realizó una caracterización de los gestores socioculturales como educadores patrimoniales en el Centro Histórico Urbano de la ciudad de Matanzas, Cuba. Se asumió como concepción científica la dialéctica-materialista que reconoce la existencia de contradicciones en el objeto de estudio, por su carácter sistémico se pudo establecer los nexos entre las categorías científicas y los métodos teóricos, empíricos y matemáticos-estadísticos. La investigación se realizó desde un enfoque mixto con predominio cualitativo, que permitió el contacto directo del investigador con el problema identificado y los actores implicados.
Los métodos teóricos aplicados fueron: histórico-lógico, que facilitó el estudio de los gestores socioculturales, la labor desarrollada por estos en las instituciones patrimoniales del Centro Histórico Urbano de Matanzas. El analítico-sintético posibilitó fundamentar el objeto de estudio, determinar regularidades y las particularidades en el contexto estudiado. El inductivo-deductivo propició el razonamiento lógico acerca del rol de los gestores socioculturales en los espacios públicos, realizar generalizaciones y arribar a conclusiones.
Entre los métodos y técnicas empíricos, la revisión de documentos facilitó consultar las bases legales relacionadas a la gestión patrimonial en contextos urbanos, conocer sobre la labor de los gestores socioculturales, su rol en la educación patrimonial y la gestión patrimonial que se desarrolla en los espacios públicos. La observación para conocer y caracterizar el estado actual de la labor de los gestores socioculturales en el ejercicio de su profesión.
Los grupos de enfoques para conocer criterios y puntos de vista de los gestores socioculturales acerca de su labor. Se realizaron entrevistas a directivos para determinar las funciones de los gestores socioculturales y su desempeño.
Se constataron la veracidad y credibilidad de los datos y el rigor de los criterios con la experiencia investigativa, la consulta a la teoría y la triangulación. Esta última permitió el análisis comparado de los resultados de las técnicas aplicadas y la integración de la información recopilada. Se utilizaron métodos matemáticos con el fin de representar los datos obtenidos. El cálculo porcentual permitió asignar valores a los datos que aportaron los instrumentos.
Las unidades de análisis que facilitaron las indagaciones empíricas fueron: 31 gestores socioculturales (13 directivos, 11 especialistas y 7 técnicos) vinculados a instituciones del Centro Histórico Urbano de Matanzas. La selección se realizó sobre la base de criterios establecidos por el investigador: directivos, especialistas y técnicos de las instituciones patrimoniales ubicadas en los espacios públicos del Centro Histórico Urbano de la ciudad de Matanzas.
RESULTADOS
Matanzas cuenta con un Centro Histórico Urbano declarado Monumento Nacional en 2013. Esta área contaba hasta el año 2013 con un total de 950 edificaciones de los siglos XVIII, XIX y XX. La mayor parte de los inmuebles que representa un 51.47 % del total, datan del siglo XIX. Las montañas y la bahía también forman parte del paisaje que lo complementan los ríos con sus puentes, tres de ellos centenarios (General Lacret Morlot (Concordia), General Sánchez Figueras y Calixto García). Las costumbres y modos de vida son componentes indisolubles en el tramado urbano.
Sobresalen las plazas fundacionales: Plaza de la Vigía, Segunda Plaza de Armas y Plaza de la Catedral. Alrededor de ellas y en las arterias que las conectan (Paseo Narváez, Calle Medio, calle Milanés, calle Contreras) se concentran diversas instituciones que gestionan el patrimonio y atesoran valiosos bienes. Se destacan el Museo Provincial Palacio de Junco, la Oficina del Conservador, el Centro Provincial de Patrimonio Cultural y la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, la Galería Pedro Esquerré, la Editorial Vigía, el Museo de Bomberos, el Teatro Sauto, el Archivo Histórico Provincial de Matanzas, el Museo de Arte y Registro Provincial de Bienes Culturales, la Biblioteca Gener y del Monte, el Museo Farmacéutico.
En ellos se desempeñan directivos, especialistas y técnicos con elevada experiencia. No solo lo evidencia su permanencia vinculados a la gestión del patrimonio (11.6 años como promedio) sino su labor (funciones, reconocimientos, membresía en comisiones, investigaciones, publicaciones, reconocimiento social).
En la población estudiada se tomaron como muestra a 31 de estos gestores socioculturales. Las edades oscilan entre 24 y 68: diez tienen 35 años o menos, 16 poseen entre 36 y 59 y el resto (5), 60 o más. De ellos 13 se desempeñan como directivos en instituciones patrimoniales (ocho pertenecen al género femenino y cinco al masculino), el resto como especialistas o técnicos. Se tuvo en cuenta para su selección que integrasen tanto el género masculino (7) como el femenino (24), que tuviesen cinco o más años de experiencia en las instituciones y que contribuyesen a la capacitación y superación de otros gestores socioculturales.
En relación a su formación, 17 son Licenciados en Educación en diferentes especialidades: Historia, Biología, Geografía, Física, Español y Literatura, Lengua Rusa; tres Licenciados en Historia, uno en Filología, uno en Filosofía; siete en Estudios Socioculturales o Gestión Sociocultural para el Desarrollo, un ingeniero civil y un arquitecto.
De ellos uno es doctor con tema vinculado a la arqueología y la museología, 12 másteres relacionados a la Dirección, Educación Superior, la Antropología, los Estudios Sociales y Comunitarios, la Conservación y Restauración del Patrimonio. En el momento de la investigación dos se encontraban en proceso de formación como doctores en determinada ciencia y cinco en maestrías. Tres recibieron diplomados en conservación y restauración de documentos. De ellos 27 han cursado posgrados vinculados a la gestión del patrimonio. Doce se han desempeñado como tutores de tesis de pregrado o posgrado y como docentes en materias a fines a su labor. Siete de ellos son profesores adjuntos a la Universidad de Matanzas y 26 forman parte de unidades de estudio de carreas universitarias.
Seis de estos gestores socioculturales se desempeñan como autores. En el último quinquenio en relación a la gestión integral del patrimonio, estos han publicado diez libros, artículos científicos en revistas de alto y mediano impacto 12 y 4 obras respectivamente. El número de publicaciones seriadas, ponencias de eventos y monografías en las que han socializado los resultados de sus investigaciones superan las 57.
De ellos ocho forman parte de proyectos de investigación asociados a Programas Territoriales en los que socializan sus resultados.
Forman parte de la Filial matancera de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) cuatro gestores socioculturales. Catorce pertenecen a la Unión Nacional de Historiadores de Cuba. Cinco están afiliados a la Asociación de Pedagogos de Cuba. Catorce integran la Comisión Provincial de Monumentos en sus diferentes secciones (Historia, Arquitectura y Arqueología), uno a la comisión Aponte y otro a la de Estudios de la Esclavitud.
Tres conforman el grupo de expertos del Programa Nacional “Memoria Histórica” dirigido por el Gobierno Provincial de Matanzas para el desarrollo socioeconómico y dos al programa “Cultura”. Ocho han formado parte de la elaboración del Expediente de Declaratoria de la ciudad de Matanzas como Monumento Nacional en 2013, seis de expedientes para optar por Premios de Restauración y Conservación. Han sido condecorados con distinciones y premios por sus obras, labor y desempeño profesional 12 de estos gestores socioculturales (un Premio Nacional de Historia, cuatro Premios UNEAC, uno como mejor museólogo, cuatro premiados con la distinción “La Tórtola”, y dos con “Fragua Martiana”).
Estos gestores socioculturales laboran como investigadores, curadores, gestores de documentación, conservadores, guías e intérpretes de patrimonio. Para el desarrollo de sus funciones deben poseer las competencias del perfil del intérprete. Estas se componen de conocimientos en relación a los bienes patrimoniales, habilidades que deben poseer para desempeñarse y cualidades morales.
DISCUSIÓN
Cada gestor sociocultural debe investigar a profundidad sobre el bien que va a interpretar, su historia, hechos y personalidades que se relacionaron a él, características físicas, sus usos y valores. Además de ello, se hace necesario conocer el tipo de público al que dirigen las visitas o explicaciones para determinar los mensajes a trasmitir y las vías para hacerlo. Cada grupo etario demanda condiciones específicas para las actividades.
En relación a las habilidades que deben poseer los gestores socioculturales, se hace necesario el conocimiento de idiomas, lenguaje de señas y Sistema Braille. Deben dominar técnicas de trabajo de grupo, saber cómo relacionarse con personas con trastornos en el comportamiento y necesidades educativas especiales. Se hace necesario que se buen comunicador, que trasmita los mensajes de forma amena, interesante y motivadora. Debe ser ágil, saber modelar su voz, narrar y cautivar al público.
Se hace necesario que el gestor sociocultural posea cualidades morales que lo distingan. Sus valores son tan importantes como su conocimiento y habilidades. Debe caracterizarlo la humildad, el respeto a la diversidad, aceptar la crítica. Ser responsable en su labor y justo ante la toma de decisiones es fundamental.
Los gestores socioculturales encuestados demostraron cumplir con conocimientos respecto a los bienes interpretados y a los tipos de público. Afirmaron no poseer ningún instrumento metodológico para evaluar las actividades a largo plazo. Tampoco registran las principales interrogantes o criterios emitidos por los participantes, lo cual limita la posibilidad de la retroalimentación.
En las visitas guiadas y recorridos interpretativos observados se pudieron apreciar en los gestores socioculturales que las cualidades morales los distinguen, además de su compromiso con la sociedad, su interés por la preservación del patrimonio y su correspondencia con la legalidad establecida.
Los entrevistados afirmaron recibir capacitación y asesoría metodológica respecto a la gestión y preservación del patrimonio. Son conscientes de las posibilidades de superación que se les ofrecen. Afirmaron que existen deficiencias en la formación como intérpretes de patrimonio y aún existen debilidades en la utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones como vías para la socialización de los bienes.
El 100% reconoce en las tecnologías de la información y las comunicaciones una fortaleza para la gestión del patrimonio y las posibilidades que se ofrecen para acercar los bienes a los públicos. Destacaron la labor de los gestores socioculturales de las instituciones patrimoniales durante el confinamiento como consecuencia de la COVID-19 y su esfuerzo por divulgar el patrimonio matancero a través de las redes sociales, páginas web y medios digitales.
Educar a la comunidad es un reto constante para los gestores socioculturales. La interpretación del patrimonio como disciplina favorece la comunicación del patrimonio. Si esta se realiza de forma consciente, organizada y planificada puede contribuir a la educación de la comunidad. La educación patrimonial como proceso se nutre de diversas disciplinas y ramas del saber.
Los conocimientos que se han generado a partir de los estudios y avances aportados al patrimonio desde la interpretación han propiciado que la educación del mismo se realice desde la visión científica a través de la Didáctica de las Ciencias Sociales. Puede tener lugar en contextos formales y otros no formales como es el caso del Centro Histórico Urbano de la ciudad de Matanzas. No se trata de que cada ciencia tribute a la educación patrimonial, sino que todas aporten desde la sinergia.
Las observaciones y análisis realizados a las obras de los autores consultados confirman que la educación patrimonial es la praxis educativa y social que permite el desarrollo de acciones pedagógicas y educativas con enfoques interdisciplinarios, que es formadora en las nuevas generaciones de valores. Otros abordan la educación patrimonial como una disciplina cuyo objetivo es articular los procesos de enseñanza-aprendizaje, el patrimonio y las instituciones; como un instrumento de alfabetización cultural y fuerza motora de la defensa de las culturas locales.
Los autores de este artículo coinciden en que la educación del patrimonio es un proceso continuo de trabajo educativo centrado en el patrimonio cultural, realizado por conocedores del tema con el fin de educar al público. Permite hacer una valoración sociocultural del entorno.
La herencia cultural está mezclada con la cotidianidad de la comunidad, es precisamente esta última la que se pone en juego y varía en dependencia del contexto en que se desarrollan los integrantes de esa colectividad. La primera es el patrimonio cultural de la segunda y la esencia de la que se va conformando en el tiempo.
El conocimiento de esa herencia cultural debe propiciar la consolidación de la cotidianidad a medida que se estudia, preserva y difunde. Puede constituir además una fuente de ingresos y de educación para la propia comunidad y los que buscan conocer de ella, si se utiliza de manera adecuada.
El patrimonio intangible unido a esa imagen urbana monumental y constructiva son portadores de un alto contenido simbólico que se va conformando con los nuevos valores y significados aportados por la comunidad en el desempeño sociocultural. En este sentido los especialistas y estudiosos de los Centros Históricos Urbanos contribuyen a la producción de significados y colocan su impronta desde códigos especializados que reinterpretan y usan constantemente. (Soler, 2020, p. 33)
La perspectiva sociocultural permite abordar a los Centros Históricos Urbanos en su totalidad sin dejar de tener en cuenta para su estudio, los aspectos visibles y aquellos que constituyen símbolos, díganse experiencias y tradiciones heredadas del pasado. El análisis de los Centros Históricos Urbanos desde esta perspectiva evita que se menosprecie algún elemento que forma parte indisoluble del complejo urbano. Se favorece además de la población y sus creencias, de lo que confluye durante determinados espacios de tiempo ya sean épocas del año, períodos cortos de tiempo y hasta lo que sucede en determinadas horas del día o la noche en los Centros Históricos Urbanos.
La perspectiva sociocultural permite la comprensión de aspectos tan importantes como las tipologías, el uso, la morfología y la densidad, la conservación, los juicios, proyectos sociales, normas, códigos y discursos construidos que al convertirse en patrones crean, emplean y justifican nociones acerca de ese patrimonio. (Soler, 2020, p. 34)
No es acabado un estudio que desprecie los aspectos socioculturales y excluya los elementos de identidad, los conocimientos y otros componentes inmateriales del patrimonio que se resguardan en las construcciones de un centro histórico urbano y sus habitantes. Los estudios socioculturales contribuyen de manera especial a la participación ciudadana para contrarrestar los aspectos que inciden en el deterioro patrimonial. Facilita las herramientas para la elaboración de diseños de planes interpretativos atendiendo a los intereses y perspectivas de los miembros de la comunidad.
Los integrantes de una comunidad, en especial donde se inserte el centro histórico urbano son esenciales para su adecuado manejo y protección. Asimismo, son portadores de los valores y significados atribuidos a estos espacios. A través de ellos se transmite la voluntad de cuidar y conservar para las generaciones futuras, herederas de las tradiciones y logros de esas familias que van generando otras y mantienen un arraigo por el lugar de origen.
Estos miembros son claves para lograr la participación ciudadana en relación a la educación y socialización del patrimonio allí contenido, en las áreas de actuación donde desarrollen su actividad práctica en caso de no ser en el mismo espacio que ocupa el centro histórico urbano. Al decir de Soler las áreas de actuación son un “verdadero hecho sociocultural indispensable en la elaboración y diseños de manejo y es además indispensable en los estudios patrimoniales o de identidad patrimonial” (2020, p. 31).
La perspectiva sociocultural en los estudios del patrimonio ofrece una visión más amplia que permite abordarlo desde diversos ámbitos. Tiene en cuenta al patrimonio natural del área en caso de existir, al patrimonio cultural tangible e intangible y se apropia de métodos y técnicas socioculturales para provocar cambios en la comunidad y los visitantes del centro histórico urbano, como son las técnicas participativas que incluyen a los miembros de esa colectividad y los hacen partícipes y protagonistas de los procesos.
La educación patrimonial como proceso se nutre de los bienes materiales e inmateriales, la comunidad y los gestores socioculturales de las instituciones patrimoniales. En el Centro Histórico Urbano de la ciudad de Matanzas, estos últimos, son los responsables de la gestión y preservación del patrimonio. A través de los métodos y técnicas aplicados se pudo determinar que poseen capacidades para el ejercicio de sus funciones como educadores patrimoniales, conocimientos y cualidades morales. Su experiencia y labor los distingue como profesionales.
Se hace necesario promover la educación patrimonial como proceso para modelar conductas en la comunidad y lograr un mayor acercamiento de esta a los bienes y servicios relacionados al patrimonio. Es fundamental que se conviertan en portadores de los valores de los recursos patrimoniales y los conciban como fuente generadora de su desarrollo local. Abordar el patrimonio como recurso endógeno y desde una perspectiva sociocultural es aún insuficiente, para ello se requiere de herramientas que permitan la mejora del proceso de educación patrimonial.
Los gestores socioculturales, en su desempeño como educadores patrimoniales en el Centro Histórico Urbano de la ciudad de Matanzas mantienen vínculos con las escuelas de nivel primario, secundario y la enseñanza profesional. En este sentido destacan proyectos socioculturales y de investigación asociados a museos y otras instituciones patrimoniales ubicadas en el área geográfica que ocupa dicho Centro Histórico, en particular el programa educativo “Escuelas por la Matanceridad” a través del cual se promueve la educación patrimonial desde el aula. Además de ello existen varios círculos de interés y talleres que promueven el conocimiento y disfrute del patrimonio como los que se organizan desde la Oficina del Conservador, el Museo de Bomberos “Enrique Estrada” y el Museo de Artes “Lorenzo Padilla Díaz”, en este último otorga prioridad a la adecuada interpretación del patrimonio.
La educación patrimonial, debe ser promovida desde distintas directrices con el fin de ser asequible al mayor número de ciudadanos posible. Es por ello que la utilización de los medios de comunicación, las redes sociales y las plataformas digitales cobran valor en Matanzas como herramientas para educar en función del patrimonio y para este. Varios son los productos comunicativos que se generan, destacan los podcasts para Radio 26, las entrevistas a especialistas en TV Yumurí, los spots promocionales de talleres de verano dirigidos a niños y adolescentes en los museos, los documentales sobre historias matanceras y recursos patrimoniales con valores locales y nacionales y la creación de productos turísticos que se promueven en las redes sociales y plataformas digitales de agencias culturales y turísticas a nivel nacional e internacional. La prensa plana y digital, unida a revistas temáticas y materiales que son producidos por los especialistas de la Oficina del Conservador, constituyen otros medios de acceso al patrimonio matancero y contribuyen a la educación de la comunidad.
A partir de los intereses del Estado por promover la educación patrimonial, la implementación de la nueva ley de patrimonio en Cuba, la necesidad de promover valores en las nuevas generaciones y el desarrollo de proyectos de investigación coordinados desde la Universidad de Matanzas, se ha generado un conjunto de modificaciones a programas académicos de pregrado y posgrado en la Educación Superior que implementan los resultados de investigaciones asociadas a la educación patrimonial. Algunas de las asignaturas que desde el pregrado abordan este tema son: Gestión Sociocultural del Patrimonio, Interpretación del Patrimonio Natural, Interacción del Patrimonio Antrópico, Museología, Patrimonio Cultural de Cuba e Historia Regional, las cuales son impartidas por docentes que investigan estas temáticas y especialistas que se desempeñan como gestores socioculturales en el Centro Histórico Urbano de Matanzas.
En el posgrado los estudios asociados a la educación patrimonial han tomado auge desde los programas de maestrías y doctorados (maestrías en Didáctica de las Humanidades, Estudios Sociales y Comunitarios, Investigación e Innovación Didáctica en Ciencias Naturales y programas de formación doctoral en Ciencias de la Educación y Ciencias Técnicas, Industrial. La formación de profesionales que se desempeñan como docentes y egresan de estos programas académicos, en su mayoría promueven acciones curriculares y extracurriculares como vías para la educación patrimonial desde contextos formales o directamente en los espacios públicos urbanos en asignaturas como Física, Matemática, Biología, Historia de Cuba, Español-Literatura, El Mundo en que Vivimos, Artes Plásticas y otras más profesionalizadas como Cultura Cubana, Cultura Culinaria, Gastronomía Local, Conservación Documental, Conservación del Patrimonio Construido, Restauración, Arqueología Pública, entre otras.
CONCLUSIONES
Los gestores socioculturales que laboran en las instituciones patrimoniales del Centro Histórico Urbano de Matanzas destacan como autores de publicaciones científicas, jefes o participantes en proyectos de investigación, expertos en programas de desarrollo, así como de formación pedagógica. No se limitan solo a velar por el cuidado de los recursos patrimoniales y su comunicación a través de recorridos interpretativos, sino que socializan los resultados de su quehacer a través de publicaciones científicas, se asocian para investigar temas afines a la educación patrimonial, su comunicación y gestión, en sentido general, a través de proyectos; lo cual propicia que, una vez capacitados sugieran la inclusión en dichos programas acciones para la educación patrimonial o que propicien este proceso en el área en cuestión. Es destacable que casi un cuarto de los gestores socioculturales que se vinculan a la educación patrimonial, posean formación en al menos una carrera de perfil pedagógico, pues esto les confiere habilidades para enseñar, les otorga cierta disciplina para planificar, ejecutar y evaluar acciones y procedimientos; los nutre de afectos, sentimientos y habilidades comunicativas para el trabajo con los diferentes grupos sociales.