Introducción
La crisis de la modernidad y los caracteres del siglo XXI han producido el quiebre de los modelos vigentes, desdibujado la presencia y la función de los actores sociales, provocando una clara desarticulación entre la cultura y los conocimientos, sociedad e instituciones educativas, sufren una desconexión entre los esfuerzos y las expectativas con respecto a los proyectos y las realizaciones profesionales, y una búsqueda azarosa de nuevos formatos que logren adecuarse y responder a las demandas de los tiempos que corren. (Arias, 2012)
La modernidad configuró y le dio forma a una matriz educativa que supo definir con claridad el lugar y el rol de los actores en la educación, la articulación entre el patrimonio cultural, los conocimientos, la sociedad, las escuelas y los institutos de educación superior, conforme a la organización y el funcionamiento ordenado, efectivo y estable de todas estas instituciones, a través de un escenario confiable en el que se podían definir ideales y aspiraciones que se pretendían alcanzar, en un conjunto de mensajes asociados a un relato motivador que despierte el entusiasmo y la adhesión de la sociedad (Nava, 2013). Pero esto es una utopía, en este estado de situación en el que se pone en cuestión los sistemas educativos, la función del gobierno, inclusive las escuelas, los docentes, la preparación profesional de los educadores y su lugar en la sociedad. La presencia de los nuevos sujetos en la educación formal y el mismo funcionamiento de la universidad y de los institutos tecnológicos en el nivel superior busca reconfigurarse al ritmo del nuevo momento histórico. (Baltazar & Zavala, 2015)
Por estas razones, además de hacer un recorrido diacrónico, se quiere debatir el presente y delinear el futuro, es decir, el nuevo mundo educativo, mundo que pretende ser un cambio de paradigma. No es ya un mundo moderno, plano, bidimensional, ni siquiera es un mundo tridimensional: es un mundo esférico multi óptico, que expresa toda la pluralidad y la riqueza del mundo y al mismo tiempo expresa la complejidad del objeto y del proceso del conocimiento, para poder alcanzar todas estas dimensiones. El objetivo es que puedan ser comprendidos de manera más determinada y en toda su complejidad, mediante la apropiación de conceptos y (o) herramientas metodológicas que permitan desarrollar explicaciones y construir interpretaciones.
Se propone compartir el proceso de pensar nuevas ideas, a partir de los insumos literarios que han sido preparados. Lo que interesa es sembrar preguntas, interrogantes, instalar la duda y la sospecha, desconfiar de lo ya dicho, para ir definiendo las propias respuestas para contrastarla con la sacralidad y la matriz eclesiástica como referente, al tiempo que profundiza la búsqueda más allá de la formación de los estados modernos, basados en destruir la herencia de la edad media, cuando daban sus primeros y grandes pasos las universidades, aquellos que ya no van más. Todo el universo de la educación queda asociado en el mismo esfuerzo interpretativo.
En este nuevo proceso de construir ingresan temas tales como: (1) Inclusión universal y desigualdad, (2) Calidad y sistemas de evaluación y acreditación, (3) Poli-alfabetización y educación ubicua, (4) Diversos formatos de transmisión y apropiación de los conocimientos, (5) Nueva articulación de tiempo y espacio con rupturas de la frontalidad y la homogeneidad, (6) Redefinición de la función de los docentes o educadores, (7) Instituciones de educación formal como proto medios y parte del sistema cultural mediático, (8) Presencia de nuevos sujetos, social y culturalmente reconfigurados, (9) Globalización de las ofertas educativas (Noro, 2017).
Para lo revisado en la literatura se hará un análisis del modelo cíclico, integrador e inclusivo de la educación continua basado en las necesidades detectadas de educación o formación, las particularidades de la escolaridad, el modelo pedagógico andragógico, la creación de los espacios de reflexión, el seguimiento y monitoreo finalizando con los resultados y los rediseños del plan de estudios.
Desarrollo
El escenario elegido en este estudio para la educación empresarial es la educación no vocacional en los IES. La educación general y, en particular, la educación y formación técnica y profesional pueden desempeñar un papel importante en la preparación efectiva de los profesionales para vivir en las sociedades actuales que cambian rápidamente. La educación vocacional se define como un tipo de educación que prepara al individuo para un empleo remunerado. Debe considerarse como algo separado de la capacitación, que "se refiere esencialmente a la inculcación de actividades rutinarias para que puedan llevarse a cabo con competencia y confianza", y es una parte común de la vida de cada individuo (Martínez & Blanco, 2013).
La educación técnica se ocupa de preparar a los individuos para usar un conjunto de procesos que "se derivan de la aplicación de los principios científicos para la práctica". Sin embargo, a través de su estrategia, la UNESCO reconoce el valor de la educación vocacional para abordar problemas como el desempleo juvenil y las desigualdades socioeconómicas. (República del Ecuador. Asamblea Nacional, 2008)
De acuerdo con el Consenso de Shanghái: Crisis como la crisis alimentaria, energética y financiera, así como los desastres naturales y tecnológicos, obligan a reexaminar cómo concebir el progreso y los modelos dominantes del desarrollo humano. Al hacerlo, necesariamente hay que reexaminar la relevancia de los modelos y enfoques actuales de la educación técnica y profesional en un mundo cada vez más complejo, interdependiente e impredecible (Morselli, Costa & Margiotta, 2014).
Hay que ser honestos para leer la primera parte de este escrito, como educadores sabemos desde muy adentro y se lo ha demostrado que los niños y jóvenes van a la escuela porque existe el paradigma de que la vida adulta se desarrolla mejor con estudios profesionales. Que existen mayores oportunidades en el futuro, y es mejor si se aplica a centros de estudios afamados por su calidad, que en regular brindan educación autofinanciada por las altas tasas arancelarias de pago de matrículas y pensiones (García, 2013a). Pero la persona adulta que decide aprender busca una necesidad de conocimiento, que usualmente, lo encuentra en universidades y tecnológicos que ya ofrecen, al menos en el Ecuador, alternativas de mejoramiento de competencias e incluso el desarrollo de algunas de ellas. Este mercado de la educación antes estaba liderado por las cámaras comerciales, industriales, empresariales e incluso colegios de profesionales, quienes ofrecían a quienes ya habían cursado la universidad, actualizaciones y ajustes a lo que aprendieron (Gainza & Ybarra, 2014).
En los noventas muchas empresas internacionales, desarrollaron centros de estudios propios, sin aval académico alguno, pero fuertemente asesorados por especialistas del área de formación, es así como gerentes y directivos, aplicaban la capacitación continua en sus empelados a fin de que estos mejoren sus capacidades y competencias, pero entonces aparecen los centros de capacitación, que cada vez que tenían éxito, mejoraban las oportunidades de crecimiento desplazando a la Universidad y empoderando así a la informalidad y al empirismo educativo (Espinosa & Chávez, 2013).
Según Noro (2017), la educación es un encuentro atravesado por variados compromisos, pero sobre todo es una tarea de reconocimiento, de resignificación, de lectura, de sentido. La educación en serio. Lo demás es simulacro.
Hoy la Universidad y los Tecnológicos de educación superior, enfrentan nuevos desafíos, un poco para dar oportunidades a profesionales que laboran en empresas menos sofisticadas, entre ellas las locales, que no pueden costearse un sistema de autoeducación, e incluso no alcanzan a cubrir los cursos ofrecidos por la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales (2015), es una institución que trabaja arduamente por fortalecer el talento humano del país, mediante políticas públicas en el ámbito de la capacitación y certificación por competencias laborales, ejecutadas en todo el territorio nacional.
Las instituciones de educación superior desempeñan un papel importante en la promoción de la sostenibilidad y un número creciente de partes interesadas de la sociedad, espera que sean organizaciones sostenibles. Sin embargo, esto solo se puede lograr cuando se enfrentan las barreras y se superan los desafíos (Ibánez & Ángeles, 2012).
La educación real (no formal) no admite divisiones en etapas, niveles o graduaciones, porque la vida misma, la existencia de cada sujeto, no tiene divisiones. Es un devenir constante, un ser en el tiempo, consumiendo la existencia y construyendo la propia esencia: detenerse o dividir o cortar la vida es morir. Las separaciones que hacemos - como en la historia de los pueblos o de la humanidad - son construcciones arbitrarias y artificiales, sólo una forma de organizar el paso del tiempo común, y de sistematizar y administrar la transmisión de la cultura (Noro, 2017).
Uno de estos desafíos es comprender el tipo de profesional que busca esta actualización de conocimientos, como ya se dijo antes, estas personas tienen la necesidad cognitiva, sin ninguna motivación de la influencia de padres o parientes en el desarrollo educativo. Por ello aparecen dos enfoques en cuanto a cuáles son las estrategias educativas para enseñarles a estas profesionales, uno es el pedagógico otro es el andragógico (García, 2013b).
Dos enfoques muy diferentes ilustran las diferencias clave entre los procesos educativos contrastantes a los que a menudo se hace referencia como pedagogía y andragogía. La pedagogía proviene del término griego que significa "dirigir o educar a los niños", mientras que la andragogía se refiere al liderazgo o educación de los adultos. La andragogía fue ampliamente popularizada en los Estados Unidos por Malcolm Knowles, un educador estadounidense que murió en 1997.
En la base se encontraban los estudiantes ordinarios, semejantes a los aprendices del gremio en vías de aprender los elementos del oficio bajo la absoluta autoridad del maestro artesano. Enseguida estaban los bachilleres, estudiantes avanzados que tenían autorización para ofrecer conferencias y debatir bajo supervisión. Correspondían a los oficiales y bachilleres que trabajaban a cambio de un salario diario, pero no tenían la madurez suficiente para establecerse independientemente en el oficio (Burton, 1991).
Andragogía
Knowles abogó por un enfoque de aprendizaje en el que los individuos tomen la iniciativa de identificar sus propias necesidades de aprendizaje, formular sus propios objetivos, elegir e implementar sus propias estrategias de aprendizaje y evaluar sus propios resultados. Uno de los problemas para definir la andragogía como un enfoque de aprendizaje distinto de la pedagogía es la sugerencia implícita de que el aprendizaje de niños y adultos está separado por un vasto e insalvable abismo.
De hecho, los enfoques pedagógicos y andragógicos deben verse a lo largo de un espectro de experiencia. Por ejemplo, el sistema de video enseñanza es irrefutable que sirva para entregar aprendizajes a niños y adultos, pero su evaluación es distinta con las edades que los representan, al menor de 12, se les puede hacer observar cuáles son los valores más importantes e irrelevantes de la película, pero en cambio un adulto puede hacer un análisis crítico y comparativo con sus propias realidades (Knowless, Holton & Swanson, 2015).
Knowles organizó su enfoque de la andragogía en torno a seis supuestos clave que ofrecen información sobre la motivación para aprender. La primera es la idea de que los estudiantes necesitan saber por qué están aprendiendo algo. Cuando se genera la necesidad de saber, el primer desafío se ocupa de sí mismo. Para identificar los objetivos de aprendizaje, los alumnos necesitan, pero reflexionan sobre su experiencia e identifican cosas que les gustaría comprender mejor.
Esta forma de ver la educación ha tenido aceptaciones y rechazos, no podemos ser confrontadores con el hecho de que tiene mucha razón, pero a la vez pierde sentido en el objetivo final de la educación que es el fortalecimiento de estrategias educativas que logren la metacognitiva del estudiante. Entonces se plantea que la educación continua sea verificada en sus reales contenidos de enseñanza y los objetivos trazados al final de la actualización. Hay que aunar esfuerzos y prepararse, en la conjunción de vida, estilo y saberes científicos y formen una integridad divina con el aporte del docente a los estudiantes en lugar de ofrecer modelos obsoletos (Andrade, Alejo & Armendariz, 2018).
La necesidad de estudiar
La suposición que se refiere a la motivación, especialmente si surge externa o internamente, es a que si los motivadores externos, como los mandatos curriculares y los exámenes de alto riesgo, pueden ser eficaces, pero el tema de la alimentación forzada no aprovecha la curiosidad innata de los alumnos e incluso puede fomentar el resentimiento. Además, los motivadores externos a menudo crean la impresión de que una vez que se pasa la prueba o la visita al sitio, el aprendizaje puede finalizar. Centrarse en los factores internos a menudo es más efectivo. Permitir que los alumnos se centren en una pregunta que han identificado proporciona una fuente más profunda y duradera de motivación para el aprendizaje (Cox & Gunderman, 2017).
Knowles organizó su enfoque de la andragogía en torno a seis supuestos clave que ofrecen información sobre la motivación para aprender. La primera es la idea de que los estudiantes necesitan saber por qué están aprendiendo algo, es decir buscan una relación entre lo que se aprende y su ejecución. Cuando la necesidad de saber es generada por el alumno, este primer desafío en gran parte se ocupa de sí mismo, es decir delega a la pereza o costumbrismo por solicitar más información y de mejor calidad (Jiménez, 2014).
Para identificar los objetivos de aprendizaje, los alumnos necesitan, pero reflexionan sobre su experiencia e identifican cosas que les gustaría comprender mejor. Es decir, un estudiante de educación continua puede saber lo que debe hacer en un caso complejo, pero desconocer porque se hace como se hace.
Una segunda suposición implica lo que Knowles llamó "autoconcepto", con lo cual quiso decir que los estudiantes deberían verse a sí mismos no como receptores pasivos de instrucción, sino como planificadores activos y evaluadores de su propia educación. Esto es importante por algunas razones. Primero, dada la oportunidad, los estudiantes a menudo pueden identificar lo que más desean y necesitan aprender, lo que tiende a promover experiencias de aprendizaje de alto rendimiento. En segundo lugar, alentar a los alumnos a asumir la responsabilidad de su propia educación inculca buenos hábitos de aprendizaje permanente. Finalmente, la forma en que nos definimos nos dicta, en parte, tanto nuestra actitud hacia el aprendizaje como nuestra propiedad del proceso educativo (MAE, 2015); SETEC (2018).
La universidad es consciente de las exigencias del mercado y del mercado laboral. Pero también sabe que no siempre hay correlación entre el éxito académico y el éxito social y económico. Muchas veces depende de otros factores que los egresados y la universidad no pueden manejar ni dominar. No todos los fracasos deben ser atribuidos a la universidad (Noro, 2017).
Por lo tanto, los estudiantes que van por una educación continua, especifican en ellos mismos que es lo que desean aprender y desaprender, luego se inculca la experiencia o calidad de la institución de educación superior y finalmente, busca implementar lo que aprendió en cualquier realidad en la que este se desenvuelve. Hay que plantear una hipótesis, la de que alguien estudie en educación continua para asegurar la búsqueda de trabajo, por ejemplo, las certificadoras de métodos de calidad, la especialización médica, etc. (Rebollo, 2015).
Una tercera suposición clave es el papel de la experiencia, y a menudo el error, en el aprendizaje motivador. Aunque hay mucho que aprender de los planes de estudios prescritos para la educación continua, es poco probable que los alumnos se conecten con algún material que no encuentran relación con la experiencia diaria. En el papel del error como motivador para el aprendizaje (Villarreal, 2016).
Muchos profesionales pueden dar fe del hecho de que algunas de las lecciones más importantes que aprendieron surgieron de sus propios errores. El uso de un error podría implicar que los participantes presenten y analicen los propios casos que incluso nunca pudieron saber la respuesta adecuada, buscando dentro de la educación continua la oportunidad de resolverlo en el futuro (Rodríguez, 2011).
Una cuarta suposición muy relacionada se refiere a la preparación del profesional. Los estudiantes están más preparados para aprender sobre temas que tienen la mayor relevancia para su propio trabajo y vida. Al permitir que ellos planteen sus propias preguntas, los educadores pueden confiar en que los temas en discusión tendrán relevancia para los participantes (Finke & Gómez, 2014).
La preparación se puede ver desde el punto de vista de un caso específico o un tema más general que el alumno nunca ha dominado lo suficiente. En ambas situaciones, el aprendizaje auto dirigido puede ser efectivo y eficiente, constituyendo un argumento importante para hacer que el crédito de la educación continua esté disponible para tales esfuerzos (SNAP, 2015); (Constitución de la República del Ecuador, 2008).
Una quinta suposición se refiere a la orientación del profesional estudiante, que a menudo se centra más en los problemas que en el tema del curso. Un profesional que busca en la educación continua puede beneficiarse menos de una conferencia genérica sobre los materiales de construcción en el diagnóstico o tratamiento de edificios resistentes a terremotos, que en cambio en un taller que de forma específica de la oportunidad de estudiar la relación de materiales comúnmente usados y nuevos materiales que se presentan con variables de innovación. Un paso más allá, los participantes también pueden beneficiarse de las oportunidades para pensar sobre estos temas en su propio contexto local, incluidos los recursos tecnológicos locales, las bases de referencia y los socios institucionales.
En cierto sentido, la andragogía solo puede funcionar con estudiantes preparados, es decir, estudiantes que están adquiriendo experiencia en el mundo real y que tienen el tiempo, la energía y la curiosidad para reflexionar y generar preguntas a partir de su propia experiencia. Si los profesionales están trabajando tan duro que no tienen tiempo o energía para reflexionar, o si simplemente son tan incrédulos que no surgen preguntas valiosas de su experiencia, entonces tal enfoque de la educación centrado en el alumno es poco probable que funcione. Knowless, Holton, & Swanson (2015) (Figura 1)
Saber demasiado poco y saber demasiado son opuestos problemáticos, y la situación ideal consiste en estudiantes que saben lo suficiente como para reconocer tanto lo que necesitan saber cómo hacerlo. Para que esto suceda, los alumnos deben tener tiempo suficiente para reflexionar y debatir sobre su trabajo, y para identificar oportunidades de aprendizaje adicional. Del mismo modo, se alentaría a los profesionales a reclamar el crédito de la EC por sus esfuerzos en enseñar y asesorar a sus colegas. Ninguna propuesta específica es tan importante como aprovechar el potencial de la andragogía para mejorar el aprendizaje a través de EC.
La educación contínua. (Figura 2)
El modelo cíclico, integrador e inclusivo de la educación continua está basado en (a) las necesidades detectadas de educación o formación, (b) las particularidades de la escolaridad, (c) el modelo pedagógico andragógico, (d) la creación de los espacios de reflexión, (e) el seguimiento y monitoreo finalizando con los resultados y (f) los rediseños del plan de estudios.
Las necesidades detectadas de educación o formación
Lo privativo de una profesión es TENER UN CAMPO ESPECÍFICO de acción y reclamar su reconocimiento por parte de la sociedad; lo que significa a su vez mantener control sobre la calidad de su ejercicio (Noro, 2017).
Ya no se pueden generalizar los temas educativos, cada vez más se acentúa la diferencia tecnológica entre la universidad y la empresa, sin embargo, hay que tomar en cuenta que esta realidad se presenta solamente en ciertos países latinoamericanos, en el caso de Ecuador, al menos 3 IES (todos politécnicos) están ligados al sector nacional productivo. La Universidad de Yachay Tech, fue concebida a que diseñe los conocimientos más avanzados del mundo, pero no está funcionando.
Por lo antedicho, hay que reconocer que los departamentos de investigación de las IES deberán buscar esas necesidades en su relación con las empresas y la sociedad, que puede devenir de los programas de pasantías o vinculación que están obligados a sobrellevar.
Las particularidades de la escolaridad
Nunca se pensó una universidad masiva y universal que le diera inclusión a todos, aunque - con el paso del tiempo - el acceso a la misma no dependía de la procedencia social, de los bienes o de la pertenencia a determinadas clases sociales, Saber enseñar significa no tanto utilizar recetas propias o ajenas, sino disponer de menúes: una variedad de recetas y de platos que se utilizan según la ocasión y que se pueden combinar entre sí (Noro, 2013).
En esta analogía, Noro amplía los ingredientes de la educación y como estos deben ser supuestos de que habrá un grupo de profesionales interesados, que creerán en las IES en su formación en tanto estos demuestren calidad y modernidad.
El modelo pedagógico andragógico
En la elaboración de las propuestas pedagógicas y didácticas, Comenio se separa de los educadores que raigambre católica, porque mientras los fundadores de las diversas asociaciones religiosas construyeron sus discursos a través de Reglamentos, Reglas y Constituciones y plasmaron allí el deber ser necesario, Comenio eligió un tono enunciativo y privilegió la redacción de tratados de pedagogía y didáctica. El orden del discurso (Foucault, 1990) que ensambla los artículos de los reglamentos predetermina de manera taxativa el funcionamiento de los actores y de la institución: prescribe, ordena, determina, constriñe, violenta, instituye. Forjados desde la práctica - y en muchos casos partiendo de redacciones previas vigentes - los reglamentos construyen un orden necesario que garantiza la racionalidad de las acciones y la efectividad de los resultados. El mismo término Constituciones remite a una verdadera construcción institucional a través de la letra y del espíritu de estas. Podemos afirmar que el orden del discurso se convierte en el discurso del orden. Nada se puede alterar en la realidad porque nada se puede alterar en la formulación (casi dogmática) de los Reglamentos (Noro, 2012).
Por lo que se enlaza que el dogma es al final la enseñanza de calidad y de fuentes sólidas y el aprendizaje que se necesita del profesional que desea recibir transferencia de conocimientos nuevos, modernos, a la medida y precisos para ser más competitivos en la sociedad, tal cual presenta la globalización al mundo.
La creación de los espacios de reflexión
La escuela funcionó desde sus inicios como una maquinaria de corrección de los cuerpos y las almas de los sujetos. Pero las tres S no aparecen porque estuviera en régimen franquista, sino porque era un sello identificatorio del estilo educativo de ese tipo de escuelas. La escuela moderna asume la matriz originaria, pero se adapta a las exigencias de sus nuevos usuarios (Noro, 2017).
Pero estos espacios se convierten en salas de sesiones al momento de hacer enseñanza en educación continua, la mesa de trabajo es la mejor opción, para ello se debe abortar la idea del pulpito y las bancas, el profesional no desea escuchar una charla magistral tipo seminario o congreso, sino crear su propia realidad ante la situación que se le presenta, en la que desea mejorar y sobrellevar las dudas que mantiene.
b) El seguimiento y monitoreo finalizando con los resultados
Es necesario evaluar la educación recibida que puede inferir en la calidad del curso ofrecido, aquí se presenta una perspectiva esférica del reflejo de la educación entregada por el centro de estudios, muchas veces se escucha a estudiantes que nunca asistieron a clases que el aprendizaje recibido no fue bueno. Por ello se debe asegurar que todos los ejes del proceso se cumplan de forma teórica o práctica, según se presente la modalidad del plan de estudios.
Los rediseños del plan de estudios.
Los planes de estudio deben preparase con el punto (a), pero al final deben ser evaluados para su mejora y precisión, pues de esto depende la continuidad de la asistencia del curso en la sociedad, basado en la preparación de un currículo acorde a la necesidad del mercado profesional. El monitoreo debe darse para que se concentre la información del producto educativo en calidad, percepción, continuismo y mejora.
Conclusiones
Parodiando a Borges podemos decir: “El vago azar o las precisas leyes que rigen este sueño, el universo nos permiten compartir estos momentos…”.
Hay un juego de necesidad y contingencia, porque de estos azarosos encuentros, nunca necesarios, se entreteje la vida del docente, de los educadores que, aunque no elige a sus alumnos ni es elegido por ellos, tiene un compromiso ético, político y profesional con cada uno de ellos, en todos los niveles. Los encuentros entre estudiantes y profesores son siempre contingentes, y depende especialmente del educador que se transforme en necesario. y eso es siempre así: no hay nada necesario en este encuentro inicial. Estoy yo, pero podrían estar otros. Están ustedes, pero podrían ser muchos otros los que participen del aprendizaje.
Al comenzar estas palabras se producen un acto performativo, y todo era azar se fue transformando en necesidad: producido el encuentro debemos hacernos cargo los unos de los otros: confiar, esperar, compartir, enseñar, aprender. y entonces sabemos que nuestra existencia y nuestra tarea nunca son una tarea vana, y ya no estamos solos.
Sobrevolar la idea de construcción interminable, eterna, infinita, de amenaza constante de destrucción, deconstrucción y esa idea de absoluto perfecto, imposible de imitar. Tal vez se trate de mirar el cielo o mirar el horizonte y “ponernos en camino” rumbo destino que siempre parece alejarse, pero al que finalmente vamos a atrapar.
Dicho esto, se puede concluir en que:
No es conveniente abrir un curso de EC, sino no se han detectado las necesidades profesionales a cubrirse.
Se debe incluir al estudiante de EC en la formación como elemento activo de la enseñanza.
Se debe basar el currículo en investigación, problemas y casos.
No se debe tratar al estudiante de educación continua como un estudiante universitario regular y peor como adolescente.
Los docentes deben estar actualizados en temas generacionales actuales en las áreas de formación, incluso se puede considerar contratar a profesionales y transformarlos en docentes.