Introducción
La labor del trabajador social demanda competencias específicas de la profesión que permitan ejecutar su actividad en los más diversos sectores, entre ellos: social, público, educacional, judicial, empresarial y de salud; espacios en los cuales realiza intervenciones complementarias en coordinación con agentes del gobierno, empresariales y sindicales (Pastor, et al., 2014; Ramón, Zambrano & Espinoza, 2016).
Para lo cual la formación de este profesional contempla competencias para asistir, orientar, asesorar, acompañar y guiar a las personas, grupos y comunidades, que requieren de ayuda; además ofrece atención integral, con conocimientos actuales y precisos que le permiten intervenir en el mundo laboral, dirigir situaciones inherentes a las personas y trabajar con equipos interdisciplinarios (Cedeño, Anchundia & Cobacango, 2017) en el cumplimiento de un objetivo principal, desarrollar integralmente al individuo, como elemento propulsor del cambio social; además son capacitados para planificar, diseñar, implementar, sistematizar y evaluar políticas sociales, empoderándolos de habilidades y actitudes que los convierten en gestores sociales activos (Moreira & Vinces, 2015).
Son varios los estudiosos tanto foráneos como nacionales que abordan el tema de las competencias de los profesionales del trabajo social, dentro de los primeros podemos mencionar a Barahona (2016); Castillo (2016); Cifuentes (2016); Duarte (2016); Vivero (2016); y García & Sotomayor (2017), y quienes entre sus aportaciones destacan la tendencia al desarrollo de las competencias del trabajo social, en dos vertientes; una centrada en las investigaciones como sustento de la búsqueda de soluciones a los problemas sociales y la otra direccionada a la práctica laboral, como espacio pedagógico, que prepara y cualifica al trabajador social para la estructuración y ejecución de estrategias en el cumplimiento de sus funciones; las que de hecho coexisten, no hay que olvidar que durante la práctica laboral, el estudiante debe enfrentar situaciones que requieren del diagnóstico e investigación para proponer posibles soluciones.
Esta propensión busca la comunión de la teoría social con la práctica investigativa; bajo el precepto que las competencias investigativas, tan necesarias en una profesión, a criterio de Espinoza (2018), se adquieren en el ejercicio de la investigación, por encontrarse en un constante fomento y formación como lógica del entramado teórico-práctico y epistemológico-metodológico, ya desde la inserción como profesionales en el ámbito laboral.
Estos investigadores enfatizan en la creatividad de los trabajadores sociales para impulsar los cambios en pro del bienestar social en la actual coyuntura mundial; donde deben ejercer el rol de apoyo cumpliendo con funciones de acompañamiento, promoción de autonomía y empoderamiento de la persona para propiciar el cambio; así como de mediador proactivo de influencia y transformaciones sociales.
Por otro lado, las investigaciones nacionales desarrolladas por Cedeño, et al. (2017); Jiménez (2017); Ramón, et al. (2019); y Rodríguez, Escobar & Álava (2017), señalan que en el contexto ecuatoriano del “Buen Vivir”, el Trabajo Social se direcciona, como objeto, objetivo y ética, hacia las personas en interacción con el medio social para promover el desarrollo humano y mejorar la calidad de vida del conjunto de la sociedad.
Gestándose este “Buen Vivir” como una forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza. En una sociedad que respeta, en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades como factor de cambios estructurales del país (Ecuador. Asamblea Nacional Constituyente, 2016). Esta nueva complejidad social, hace que la profesión del trabajo social se encauce hacia un sistema de temas y competencias relacionadas con las nuevas necesidades de la sociedad
¿Cómo se desarrolla este nuevo sistema de competencias? La respuesta es parte de una actividad cognoscitiva que garantiza la introducción de nuevas habilidades, para tal propósito a criterio de Espinoza & Campuzano (2019), estas se logran del constante interaccionar del sujeto con el objeto de conocimiento. Es decir, la formación de las competencias del trabajador social corresponde ser potenciadas en la práctica, como actividad cognoscitiva, que dinamiza el acercamiento a la realidad objetiva con la cual interactúa sistemáticamente en función de transformar la sociedad. Analizar las competencias desde la relación que se establece entre las mediaciones socioculturales y la del trabajador social, permite considerarlas como proceso y resultado del aprendizaje reconstructivo, productivo y creador de lo social, al ser contentiva de acciones y condiciones intencionadas a diagnosticar y transformar el contexto donde interactúa, adquiriendo recursos cognitivos e instrumentales de manera ascendente y sistemática. A lo mismo se refieren las aportaciones de las teorías de Piaget (1989), quienes consideran que las relaciones que se establecen entre el sujeto que ya sabe y sabe hacer con lo que debería saber y saber hacer influye en la formación de habilidades y competencias al asumir el principio básico de la didáctica de transitar de lo conocido a lo desconocido, impulsando y estimulando la formación como proceso y resultado de actividades cognoscitivas condicionados por mediadores socioculturales que dinamizan el aprendizaje.
Sin embargo, a pesar de la importancia del trabajo social, no hay congruencia entre el discurso oficial y la praxis, relegando las funciones del trabajador social a un sistema de meras prestaciones limitadas y controladas (García & Sotomayor, 2017).
Esta discordante realidad es el motivo para el desarrollo de este estudio con el objetivo de caracterizar la situación laboral y las competencias adquiridas por los trabajadores sociales, en la UTMach.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio transversal descriptivo en el primer semestre del año 2018, con enfoque cuantitativo-cualitativo, que abarcó dos momentos: una primera etapa de revisión bibliográfica y documental, para construir el marco teórico referencial que sustentó la investigación; en una segunda fase, se recolectó, procesó y analizó la información de un cuestionario aplicado a un grupo de profesionales del trabajo social egresados de la UTMach. En este sentido, Espinoza (2018), menciona sobre la importancia de contrastar a información tanto de fuentes teóricas como empíricas en todo momento que se efectúa la investigación, el propósito de esclarecer dudas y reorientar el proceso de ser necesario.
La muestra estuvo constituida por 105 unidades de observación seleccionadas aleatoriamente de la población de 135 egresados de la carrera de trabajo social UTMach período 2013-2017; el cálculo del tamaño de la muestra se realizó con el empleo de la plantilla en línea certificada por la Universidad Nacional del Nordeste, estableciendo un nivel de significación del 5%.
La información se colecto mediante un cuestionario aplicado a profesionales del trabajo social basado en competencias específicas propuestas por la Universidad de Barcelona (2017); instrumento dirigido a cualificar el desempeño de estos trabajadores. El cuestionario en cuestión se lo contextualizo y validó con expertos del área de Trabajo Social; para el propósito se contó la colaboración de 8 especialistas de acuerdo al siguiente orden, 3 doctores en trabajo social con más de 10 años en el ejercicio de la docencia universitaria, 2 master en antropología y con más de 12 años como docentes universitarios, 2 Sociólogos educativos con grado de doctor y con más de 20 años en la docencia universitaria y 1 doctor en psicología industrial y con 30 años en la docencia universitaria. Se definió la veracidad del cuestionario mediante la prueba del coeficiente Alfa de Cronbac, a un nivel de significación del 5%. También se gestionó a la muestra el consentimiento informado.
Procedimiento
El análisis documental se aplicó para estudiar el currículo de la carrera de trabajo social y determinar las competencias específicas de la profesión, además del tratamiento didáctico-metodológico contemplado en los programas de estudio y el examen de las normas legales que rigen la actividad. La revisión bibliográfica junto al análisis y síntesis permitió la construcción de un marco teórico de referencia.
Análisis estadístico
Los datos se procesaron con el programa estadístico SPSS versión 23, para la obtención de medidas descriptivas, como las frecuencias absolutas y relativas, representados en tablas y gráficos.
Resultados y discusión
Análisis del currículo: Aspectos pedagógicos
Se obtuvieron reflexiones sobre el proceso de formación y desarrollo de las competencias específicas de la profesión contempladas en los programas de estudio y como resultado se observó los siguientes aspectos pedagógicos:
Precisión y correspondencia entre el modelo del profesional, los contenidos de las disciplinas y los modos de actuación. La disciplina principal integradora presenta una lógica científica acorde y direccionada a las esferas del profesional y al campo de acción.
Sistematización del tratamiento de las competencias profesionales desde un enfoque transdisciplinar, mediante actividades prácticas en las clases.
Práctica laboral, con énfasis en la investigación social para la solución de los problemas del contexto.
Trabajo metodológico integrado desde la carrera y las disciplinas.
Evaluación de las competencias teniendo en cuenta los conocimientos, las actitudes, los valores propios del desempeño y los modos de actuación.
Proceso de aprendizaje personalizado, flexible e individualizado.
Retroalimentación constante del docente durante el proceso de formación.
Adquisición de experiencias prácticas, sin olvidar los temas o áreas del conocimiento que fundamentan sus acciones.
Resultados del cuestionario a egresados de la carrera de trabajo social
Los datos se resumen en los gráficos y tablas que se muestran a continuación:
Caracterización de la muestra
La muestra de 105 profesionales egresados de la carrera de trabajo social estuvo conformada por un 82% (86) mujeres y un 18% (19) hombres (Fig. 1); y únicamente el 69,5% (73) está empleado laborando en trabajos afines a su especialidad (Fig. 2).
Trabajo alterno | Cant | % |
---|---|---|
Docente | 5 | 15.6 |
Ama de casa | 12 | 37.5 |
Secretaria | 4 | 12.5 |
Recepcionista | 4 | 12.5 |
Auxiliar de empresas | 2 | 6.3 |
Chofer | 1 | 3.1 |
Empleado de comercio | 2 | 6.3 |
Empresa particular | 2 | 6.3 |
Total | 32 | 100.0 |
La Tabla 1, resume la información sobre la ocupación de los trabajadores sociales, de la muestra, no vinculados a la profesión. Los datos muestran que de los 32 egresados no vinculados a la profesión, 25 (78.1%) son mujeres; de las cuales 12 (37.5%) son amas de casa; el resto se desempeñan en diferentes ocupaciones: docencia, secretaría de oficina o recepcionistas. En el caso de los hombres, estos son: auxiliares de empresas, empleados de comercio y choferes, o son pequeños empresarios.
Por otro lado, de los 73 egresados que, si laboran como trabajador social, estos se desempeñan en los sectores expresados en la siguiente Tabla 2.
Sector | Cant | % |
---|---|---|
Social | 21 | 28.8 |
Público | 11 | 15.1 |
Educación | 14 | 19.2 |
Salud | 12 | 16.4 |
Jurídico | 11 | 15.1 |
Empresarial | 4 | 5.5 |
Total | 73 | 100.0 |
Los sectores receptores, con mayor porcentaje fueron el Social con 28,8% (21) y el de Educación con un 19,2% (14); en ese orden siguen Salud con un 16,4% (12), el Público y el Jurídico con el 15,1% (11); por último, el Empresarial con 5,5% (4).
Competencias para el desempeño del trabajador social
Los resultados relativos a la opinión de los 105 egresados sobre las competencias que adquirieron en la carrera se muestran en tabla 3.
Competencias | Cant. | % | Competencias | Cant. | % | Competencias | Cant. | % |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
C1 | 93 | 89.0 | C8 | 86 | 82.2 | C15 | 63 | 60.3 |
C2 | 101 | 95.9 | C9 | 88 | 83.6 | C16 | 89 | 84.9 |
C3 | 95 | 90.4 | C10 | 89 | 84.9 | C17 | 92 | 87.7 |
C4 | 91 | 86.3 | C11 | 99 | 94.5 | C18 | 85 | 80.8 |
C5 | 93 | 89.0 | C12 | 92 | 87.7 | C19 | 86 | 82.2 |
C6 | 99 | 94.5 | C13 | 91 | 86.3 | - | - | - |
C7 | 65 | 61.6 | C14 | 88 | 83.6 | - | - | - |
C1. Establecer relaciones profesionales y de confianza con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades con el objetivo de identificar sus necesidades sociales y circunstancias más importantes
C2. Valorar las necesidades y opciones posibles con el fin de orientar de forma adecuada las estrategias de intervención.
C3. Intervenir con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para ayudarles a tomar decisiones fundamentadas acerca de sus circunstancias, riesgos, opciones y recursos.
C4. Prevenir y atender situaciones de crisis, valorando urgencias, planificando estrategias de actuación, gestionando la intervención y evaluando sus resultados.
C5. Interactuar con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades a fin de promover cambios y mejoras de las condiciones sociales de vida, mediante la utilización de técnicas y métodos de trabajo social más apropiados a cada contexto específico.
C6. Promover el crecimiento individual, la autonomía personal y el desarrollo de habilidades de relación interpersonal mediante la promoción y creación de grupos a través de las técnicas propias del trabajo social grupal y la aplicación del conocimiento y las habilidades sobre dinámica de grupos.
C7. Apoyar y promover el desarrollo de redes sociales para hacer frente a las necesidades de individuos y grupos mediante la creación de equipos interdisciplinares y multiorganizacionales.
C8. Planificar, implementar, revisar y evaluar la práctica del trabajo social con personas, familias, grupos, organizaciones, comunidades y con otros profesionales.
C9. Actuar, cuando las circunstancias lo requieran, en defensa de los intereses de las personas o grupos atendidos, especialmente en situaciones evidentes de riesgo.
C10. Actuar en la resolución de situaciones de riesgo derivadas del propio ejercicio profesional.
C11. Analizar, valorar y sistematizar la información que proporciona el trabajo profesional para mejorar la praxis cotidiana y elaborar nuevas respuestas a las situaciones sociales emergentes.
C12. Diseñar, producir, implementar y evaluar planes y proyectos de intervención social potenciando el uso de estrategias participativas.
C13. Diseñar, implementar y gestionar recursos y servicios sociales.
C14. Gestionar, presentar y compartir historias e informes sociales respetando los principios éticos y profesionales de la intervención social.
C15. Trabajar de manera eficaz dentro de sistemas, redes y equipos interdisciplinarios y multi organización con el propósito de colaborar en el establecimiento de fines y objetivos, e incluso de contribuir a la gestión constructiva de posibles desacuerdos.
C16. Participar en la gestión y coordinación en los distintos ámbitos de actuación de las entidades de bienestar social.
C17. Investigar, analizar, evaluar y utilizar el conocimiento actual de las prácticas mejor consideradas del trabajo social para revisar y actualizar los propios conocimientos sobre los marcos y contextos de trabajo, así como para analizar y desarrollar de manera crítica y reflexiva las políticas que se implementan.
C18. Trabajar conforme a los estándares acordados para el ejercicio del trabajo social y para asegurar el propio desarrollo profesional utilizando, por un lado, la asertividad profesional para justificar las propias decisiones y, por el otro, la supervisión como medio de respuesta a las necesidades de desarrollo profesional.
C19. Gestionar conflictos, dilemas y problemas éticos complejos, identificándolos, diseñando estrategias de resolución o superación, y reflexionando sobre dichos resultados y valorándolos.
La Tabla 3 revelan que los egresados si adquirieron un dominio de las competencias necesarias para el óptimo desempeño del trabajador social; no obstante se detectaron incoherencias, que sólo entre el 60,3% (63) al 61,6% (65) considera que está capacitado para apoyar y promover el desarrollo de redes sociales para hacer frente a las necesidades de individuos y grupos mediante la creación de equipos interdisciplinarios y multi-órgano con el propósito de colaborar en el establecimiento de fines y objetivos.
Reconocimiento del desempeño del trabajador social en el ámbito laboral de la ciudad de Machala
En la Fig. 3 se sintetiza la información sobre la opinión de los egresados respecto al reconocimiento de su labor y competencias por parte de empleadores y la población general.
La información revelo que el 11% (8) de los trabajadores sociales perciben que sus empleadores no reconocen sus competencias y un 89% (65) que considera que la población aprecia sus competencias.
Del análisis del currículo. Aspectos pedagógicos
Los resultados del estudio del currículo concuerdan con Espinoza & Campuzano (2019), quienes consideran que los aspectos pedagógicos se deben considerar en la formación y desarrollo de las competencias, las relaciones entre los conocimientos, valores, actitudes y modos de actuación; así una retro-alimentación con el docente durante el proceso de formación de las competencias beneficia significativamente el desarrollo de las competencias.
Resultados del cuestionario a egresados de la carrera de trabajo social
Caracterización de la muestra. Estuvo formada por egresados de la carrera de trabajo social compuesta principalmente por mujeres, lo que se corresponde con las observaciones realizadas para Ecuador por otros autores como es el caso de Cedeño, et al. (2017).
El alto margen de egresados que no ejercen la profesión pone en evidencia la realidad socio-política del país que los obliga a ubicarse en puestos de trabajo ajenos a su formación universitaria; desperdiciando el potencial intelectual y las competencias desarrolladas durante su formación, que en otros términos constituye una pérdida del gasto estatal, de igual forma los recursos económicos invertidos por el egresado así como su tiempo en el largo proceso de preparación académica para la adquisición de un título. El desempleo que padecen los egresados, en muchos casos se trata de infracciones de los empleadores a las legislaciones laborales establecidas en la Constitución de la República del Ecuador y normadas en el Código del Trabajo donde se estipula que “la empresa que cuente con cien o más trabajadores está obligada a contratar los servicios de un trabajador social titulado. Las que tuvieren trescientos o más, contratarán otro trabajador social por cada trescientos de excedente. Las atribuciones y deberes de tales trabajadores sociales serán los inherentes a su función y a los que se determinen en el título pertinente a la Organización, Competencia y Procedimiento”. (Ecuador. Congreso Nacional, 2018).
Al parecer la discriminación de género puede ser otro componente que afecta más a las trabajadoras sociales que sus pares varones. Los sectores de mayor recepción de los trabajadores sociales, reportados en diversos estudios, son el social, el público, la educación, la salud y el judicial (Moreira & Vinces, 2015), situación que concuerda con nuestra indagación. Y se debe en gran medida, según Rodríguez, et al. (2017), a que en el sector empresarial existen criterios encontrados sobre la utilidad de las competencias del trabajador social, mientras unos no conceden importancia al trabajo de estos profesionales en función del crecimiento empresarial.
Competencias de los trabajadores sociales
Aparentemente son suficientes las competencias adquiridas por los estudiantes desde los espacios formativos de la carrera. Y reconoce la importancia de la práctica pre-profesional. Así apunta el análisis del currículo, que señala como aspectos pedagógicos significativos, la sistematización de la formación de las competencias desde una mirada interdisciplinar, preferentemente a través, de actividades prácticas durante el proceso de enseñanza-aprendizaje y desde la práctica laboral pre profesional, como resultado del trabajo metodológico integrado desde la carrera y disciplinas; resultados que se corresponden con las consideraciones de Ramón et al. (2019).
Las limitaciones observadas, se centran en el desarrollo de habilidades para el empleo de las redes sociales que posibiliten la creación de equipos interdisciplinarios y multi órgano; así como, trabajar en estos espacios para la concreción de propósitos y gestión de solución constructiva de los desacuerdos; esto puede ser solventado eventualmente mediante el perfeccionamiento de la preparación metodológica del claustro de profesores, y posteriormente del currículo.
Reconocimiento social y de los empleadores de las competencias del trabajador social
Los egresados perciben que algunos empleadores del sector empresarial lo subestiman; sin embargo, en otros sectores como el educacional, judicial y social su labor es respetada y considerada necesaria e importante; particularmente estiman que la población valora de positivo su desempeño; resultados similares encontró en sus estudios Jiménez (2017).
Conclusiones
Las pesquisas realizadas permiten caracterizar la realidad laboral de los trabajadores sociales en la ciudad de Machala. La mayor parte de estos profesionales son mujeres y un porcentaje realiza otras labores no afines a la profesión. Los principales sectores donde se insertan profesionalmente son: el social, el público, la educación, la salud y el judicial; áreas donde se reconoce y valora de positivo su desempeño por parte de los empleadores y población; no así, en el sector empresarial donde existen criterios encontrados.
La labor del trabajar social requiere de la adquisición de un complejo sistema de competencias durante su formación, que se logra en la UTMach mediante aspectos pedagógicos tales como:
Precisión y correspondencia entre el modelo del profesional, los contenidos de las disciplinas y los modos de actuación.
Sistematización del tratamiento de las competencias profesionales desde un enfoque trans disciplinar.
Trabajo metodológico integrado desde la carrera y las disciplinas.
Práctica laboral, con énfasis en la investigación social para la solución de los problemas del contexto.
Evaluación de las competencias considerando los conocimientos, las actitudes, los valores propios del desempeño y los modos de actuación.
Proceso de aprendizaje personalizado, flexible e individualizado.
Retroalimentación constante del docente.
Adquisición de experiencias prácticas, sin olvidar los temas o áreas del conocimiento que fundamentan sus acciones.
Al parecer hay una buena formación de competencias durante la carrera, sin embargo, la incongruencia laboral que viven los egresados merece una revisión multi institucional que involucre a la academia (pertinencia de la carrera y revisión curricular), gobierno (leyes y normas) y sectores productivos (empleadores y cumplimiento de las leyes). Para contribuir a mejorar la realidad laboral de los trabajadores sociales en la cambiante realidad social y política del Ecuador.