INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares representan una alta tasa de mortalidad en todo el mundo y constituyen la primera causa de muerte en los países desarrollados.1,2) En países de América Latina, la enfermedad cardiovascular, es un problema prioritario. Ha sido la primera causa de muerte en el último quinquenio en ambos sexos.3,4
El riesgo cardiovascular se define, como la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular, en un periodo de tiempo determinado.5
La dislipemia (DLP), está definida como la presencia de concentraciones plasmáticas de colesterol, triglicéridos o ambos. Existen varios tipos de colesterol: el LDL (lipoproteína de baja densidad), (por sus siglas en inglés), VLDL (lipoproteína de muy baja densidad) (por sus siglas en inglés) y HDL (lipoproteína de alta densidad). El colesterol LDL se define como la concentración de colesterol contenido en las lipoproteínas de baja densidad, transportan dicho colesterol a los tejidos y su elevación favorece la aparición de ateroesclerosis.6
Existen dos formas fundamentales para estimar el riesgo cardiovascular global: la cualitativa y cuantitativa. La forma cualitativa está dada por la suma de determinados factores de riesgo cardiovasculares en un individuo7) y en la evaluación cuantitativa se usan con frecuencia tablas establecidas. La más utilizada es la de Framingham (1991) que considera aspectos como: la edad, el sexo, la cifra de colesterol total, colesterol HDL, presión arterial sistólica, tabaquismo, diabetes mellitus e hipertrofia ventricular izquierda.8
Se han descrito alteraciones en el perfil lipídico que se asocian con aumento del riesgo cardiovascular como son: niveles elevados de colesterol LDL (C-LDL), de triglicéridos, o de colesterol total y niveles bajos de colesterol HDL (C-HDL). La evidencia científica demuestra que el C-LDL tiene un papel fundamental en la aterogénesis, en el desarrollo y recurrencia de enfermedad arterial coronaria.9)
La Guía de Práctica Clínica Diagnóstico y Tratamiento de Dislipidemias (hipercolesterolemia) en el Adulto del 2022, menciona que el control de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular es la principal estrategia para disminuir la morbimortalidad por esta causa. Por esta razón el control de la dislipidemia, sobre todo, la elevación del colesterol-LDL (C-LDL), toma tal relevancia para disminuir la presentación de enfermedades cardiovasculares.10
Hernández Mijares y cols. durante el 2018 en el hospital universitario de Barcelona, España, realizaron un estudio en el que se evidenció que es de alta prioridad para la reducción del riesgo cardiovascular (RCV), disminuir en forma significativa el colesterol, unido a las lipoproteínas de baja densidad (cLDL).11) La asociación del Emerging Risk Factors Collaboration, realizó un estudio en 302.430 personas sin enfermedad cardiovascular (ECV) en el momento de la inclusión, procedentes de 68 estudios prospectivos, donde se comprobó que la concentración plasmática de LDL-C se asoció de forma lineal al aumento de riesgo de infarto de miocardio o muerte de causa cardiovascular.12
Botet y cols. durante el 2019 en Barcelona, España, reportaron que la reducción del colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) se asocia a un descenso de la morbimortalidad cardiovascular, tanto en prevención primaria como secundaria.13
Zhen Zhou y cols. en el año 2022 realizaron un estudio de cohorte prospectivo y multiétnico en 6 comunidades de EE. UU. con una muestra de 6814 hombres y mujeres (de 45 a 84 años) que estaban libres de ECV, la edad media de los participantes fue de 54 años, donde concluyeron que, a excepción de los TG, todas las variables lipídicas se asociaron con la aterosclerosis y el riesgo futuro de enfermedad CV.14
Sarre-Álvarez y cols. en 2018 en el Hospital Ángeles Pedregal de la Ciudad de México en un artículo de revisión, sobre enfermedad cardiovascular aterosclerótica describieron que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en México y el resto del mundo; están directamente relacionadas con la aterosclerosis, es la cardiopatía isquémica la de mayor frecuencia y representa casi la mitad de los casos, el factor común: concentraciones de colesterol LDL.15
De la Torre-Cisneros y cols. en 2019, en Ecuador, realizaron un estudio transversal, en el que determinaron la relación de índices aterogénicos y riesgo cardiovascular y encontraron una correlación moderada-positiva especialmente con los índices LDL/HDL y COL-HDL. Independientemente del índice aterogénico utilizado, la mayoría de los individuos presentaron alto riesgo para aterosclerosis.16
Castillo y cols. en el 2016 realizaron un estudio de casos y controles, donde encontraron que la media para los casos fue de 64,92 ± 11,58 años y los controles 64,97 ± 11,42 años; el 63,75 % fueron del género masculino y el 36,25 % del género femenino (p= 0,798, no significativo). La media de colesterol sérico, triglicéridos y LDL-c en los casos fueron: 191,4, 130,50 y 120,41 mg/dl, y en los controles: 210,16, 167,07 y 132,55; con p= 0,008, 0,001 y 0,060; respectivamente. El Odds Ratio entre los casos y controles demuestra que la dislipidemia no incrementa el riesgo para enfermedad cerebrovascular (OR: 0,308).17
Navarese y cols. en 2018, realizaron un metaanálisis en el que se observó una reducción más intensiva del C-LDL en comparación con una reducción menos intensiva que se asoció con una mayor reducción en el riesgo de mortalidad total y cardiovascular en ensayos de pacientes con niveles iniciales de C-LDL más altos.18
Carranza Madrigal en 2017 en Morelia, Michoacan, en un artículo de revisión sobre la relación entre triglicéridos y riesgo cardiovascular, sugieren una fuerte asociación epidemiológica, sin embargo, al realizar pruebas generadas durante la investigación su asociación no fue significativa con el riesgo cardiovascular.19
Se realiza este estudio con el objetivo de: determinar la asociación de LDL-C y grados de riesgo cardiovascular en adultos mayores de 40 años en la Unidad de Medicina Familiar # 43 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
MÉTODOS
Durante el 2023, en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) # 43 de Villahermosa, Tabasco, se realizó una investigación que utilizó un diseño de casos y controles pareado. El cálculo de la muestra se realizó mediante la fórmula de relación caso-control: 1:1, con una proporción de controles expuestos del 30 %, una razón de momios que quiere detectarse mayor a 1 y un IC del 95 %, correspondiente a 230 sujetos mayores de 40 años, adscritos a la Unidad de Medicina Familiar que reunieron los criterios de selección. Para la selección de casos se incluyeron a los derechohabientes mayores de 40 años adscritos a la (UMF) de cualquier género, con resultados de colesterol LDL-C elevados en el expediente electrónico no mayor a 6 meses, con o sin antecedentes de tabaquismo, con resultados de cifras tensiones no mayores de 3 meses. Se excluyeron pacientes con antecedente de cardiopatía isquémica. Para la selección de controles se incluyeron derechohabientes de cualquier género, mayores de 40 años, que no tuvieran los resultados de colesterol LDL-c elevado en el expediente electrónico, con o sin antecedentes de tabaquismo, con resultados de cifras tensionales no mayor a 3 meses y aquellos con antecedentes de cardiopatía isquémica.
Se utilizó estadística descriptiva y razón de momios. La información fue procesada mediante el programa de SPSS versión 25 de Windows.
El presente estudio respaldó los principios éticos de la Asamblea Médica Mundial establecidos en la Declaración de Helsinki, Finlandia en 1964 y a las modificaciones hechas por la asamblea en Tokio, Japón en 1975 donde se incluyó la investigación médica (investigación clínica). Estos principios fueron ratificados en Río de Janeiro en el 2014.
La presente investigación no implica riesgo para el paciente, debido a que el estudio se realizó sobre la base del expediente clínico electrónico, investigación sin riesgo, con riesgo mínimo y riesgo mayor que el mínimo.
RESULTADOS
En el estudio se determinó:
Edad: mínima: 40 años, máxima: 94 años, media: 62,65 y desviación estándar: 11,6.
Género: femenino: 137 (57,6 %) y masculino: 93 (39,1 %).
Estado civil: casados: 192 (80,7 %), viudos: 26 (10,9 %), unión libre: 9 (3,8 %), solteros, divorciados y separados: 1 (0,4 %).
Nivel de escolaridad: bachillerato: 84 (35,3 %), primaria: 63 (26,5 %), secundaria: 54 (22,7 %), licenciatura: 26 (10,9 %) y analfabetos: 3 (1,3 %).
Religión: católica: 178 (74,8 %), cristiana: 31 (13 %), pentecostés y ateos: 9 (3,8 %), adventista: 2 (0,8 %) y testigos de Jehová: 1 (0,4 %).
Situación geográfica: la muestra obtenida fue de población urbana con 230 (Tabla 1).
En el análisis estadístico de la variable lípidos y riesgo cardiovascular se encontraron los siguientes resultados: LDL-C: RM: 1.28, IC: 95 % (0,760-2,158). Colesterol total: RM: 43.27, IC: 17.347 - 107.980, Triglicéridos: RM 0.037, IC 0.013 - 0.106 (Tabla 2).
DISCUSIÓN
Se reportó que el género femenino fue el de mayor frecuencia debido a que se calculó un porcentaje de 137 (57,7 %), en discrepancia con los estudios realizados por Castillo y cols.17 quienes reportaron que el sexo masculino fue de mayor frecuencia con un porcentaje de 63,75 %.
La media de edad fue de 62 años, a diferencia de los resultados de la investigación realizada por De la Torre-Cisneros,16 donde la media de edad fue de 51 años.
En el presente estudio el colesterol total elevado presentó 109 (94,8) pacientes con alto riesgo cardiovascular, donde se calculó una RM: 43.279, IC: 95 %, (17.347-107.980), lo que difiere con los resultados encontrados en la investigación de Castillo y cols.,17 donde se obtuvo un resultado de 80 (50 %) pacientes, RM: 0.40, IC (0.212-.756).
El colesterol LDL presentó un 68 % (59,1) con riesgo cardiovascular y una RM: 1.28, IC: 95 % (0.760-2.158), similar al estudio realizado por Navarese, Robinson, Kowalewski,18 donde se encontró 103 111 (76,9 %), con una RM de 1.30, IC 95 % (0.86-0.96).
La evaluación de los triglicéridos con cifras elevadas presentó un 50,4 % (58), RM: 0.037, IC 95 % (0.013-0.106), datos equiparables a los resultados obtenidos por Carranza Madrigal,19 donde se obtuvo 408 (17,7 %), RM: 0.073, IC 95 % (0.12-0.20).
La edad media de los sujetos en estudio fue de 62 años y predominó el sexo femenino, la variable sociodemográfica estado civil reportó mayor proporción en el grupo de casados, el nivel de escolaridad de mayor porcentaje de la población estudiada fue preparatoria, la religión católica fue de mayor frecuencia y todos los sujetos pertenecían a zona urbana. Las variables de lípidos como el colesterol total y LDL-C presentaron significancia estadística en relación a riesgo cardiovascular. Los triglicéridos no mostraron significancia estadística para asociación con riesgo cardiovascular. Es importante comentar que las variables consideradas en la escala de Framingham no fueron sometidas a investigación debido a que ya estaban incluidas en ella.
A partir de los resultados hallados en este estudio, los autores plantean las siguientes recomendaciones:
Realizar la detección temprana del riesgo cardiovascular en la población adulta mayor de 40 años; implementar de forma inmediata la adherencia a los cambios de estilo de vida en pacientes con alto riesgo cardiovascular; evaluar en cada consulta la adherencia a los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos y ajustar el tratamiento según sea necesario en las enfermedades crónicas; estimular la actividad física en casa de acuerdo con las necesidades de cada paciente, con el beneficio de no presentar riesgos de salud a largo plazo; realizar el monitoreo de cifras de colesterol total, triglicéridos y LDL-C de manera trimestral; incentivar estrategias educativas para el autocontrol de cada paciente, monitoreo de cifras de tensión arterial en casa e implementar un plan alimentario cardioprotector conforme al estado nutricional de cada paciente.