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Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud

versión On-line ISSN 2307-2113

Rev. cuba. inf. cienc. salud vol.34  La Habana  2023  Epub 20-Oct-2023

 

Artículo teórico-metodológico

Alfabetización informacional crítica para la equidad y la inclusión. El caso de la violencia obstétrica en Brasil

Critical Information Literacy for Equity and Inclusion. The Case of Obstetric Violence in Brazil

0000-0002-1585-117XNadi Helena Presser1  *  , 0000-0003-2887-882XAna Reyes Pacios Lozano2 

1Universidade Federal de Pernambuco (UFPE). Brasil.

2Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Madrid, España.

RESUMEN

Este artículo aborda las contribuciones de la Teoría Crítica como una forma específica de investigar y promover la formación en alfabetización informacional crítica. Se presentan algunas implicaciones cuando se transpone el modelo de la Teoría Crítica al estudio de los procesos informacionales y en particular se acota el significado que esta teoría puede tener en el desarrollo de la alfabetización informacional crítica.

Desde el punto de vista metodológico, se parte de las contribuciones de Horkheimer y otros autores de esta línea de pensamiento, para mostrar, desde diversas perspectivas, por qué la alfabetización informacional crítica debe ser considerada por los profesionales de la Ciencia de la Información. Se defiende la necesidad de adquirir una competencia informacional crítica que se oponga a la actitud positivista o cientificista y reconozca las contradicciones inherentes a su propio objeto. El análisis del caso de la violencia obstétrica, ejemplo de la nula o deficiente alfabetización informacional crítica, muestra cómo la amplia y compleja actuación del racismo institucional y cultural, su forma de organización y desarrollo, a través de estructuras, prácticas, normas, procesos y políticas institucionales, genera comportamientos interpersonales y, de manera sutil, naturaliza las desigualdades producidas en el cuidado de las parturientas. Como medida de prevención se propone la formación en alfabetización informacional crítica de todos los colectivos profesionales que atienden a las puérperas, tarea que deberían asumir los profesionales de la Ciencia de la Información, además de extender su área de docencia e investigación a las de especialización médica como la Obstetricia.

Palabras-clave: alfabetización informacional crítica; Ciencia de la Información; violencia obstétrica; dominación; desigualdad; Brasil

ABSTRACT

This article addresses the contributions of Critical Theory as a specific way to investigate and promote training in critical information literacy. Some implications are presented when the Critical Theory model is transposed to the study of information processes and, in particular, the meaning that this theory can have in the development of critical information literacy is delimited. From the methodological point of view, it is based on the contributions of Horkheimer and other authors of this line of thought, to show, from different perspectives, why critical information literacy should be considered by Information Science professionals. The need to acquire critical informational competence is defended to oppose the positivist or scientific attitude and recognizes the contradictions inherent to its own object. The analysis of the case of obstetric violence, an example of null or deficient critical information literacy, shows how the broad and complex performance of institutional and cultural racism, its form of organization and development, through structures, practices, norms, processes and institutional policies, generates interpersonal behaviors and, in a subtle way, naturalizes the inequalities produced in the care of parturients. As a preventive measure, the training in critical information literacy of all professional groups that care for puerperal women is proposed, a task that Information Science professionals should assume, in addition to extending their area of teaching and research to those of medical specialization. like obstetrics.

Key words: critical information literacy; Information Science; obstetric violence; domination; inequality; Brazil

Introducción

La Teoría Crítica, desarrollada por la Escuela de Frankfurt, es un enfoque de la filosofía social que se centra en la evaluación reflexiva y crítica de la sociedad para revelar y desafiar las estructuras de poder y dominación. El adjetivo “crítica” viene a indicar una postura que cuestiona los saberes precedentes y considera que el conocimiento está influenciado por la experiencia del individuo. En este sentido, la orientación a la emancipación es una de sus características principales. Nobre1 argumenta que la Teoría Crítica pretende ampliar la realización de todas las potencialidades humanas y esto no apunta simplemente a aumentar el conocimiento como tal, sino a que el hombre se emancipe de la dominación. No se trata, simplemente, de rechazar un conocimiento que no tenga el enfoque de la emancipación en su producción; por el contrario, para la perspectiva crítica, se trata, primero, de mostrar por qué es parcial y luego de buscar integrarlo, en una forma nueva, al cuerpo de conocimiento crítico.

Horkheimer2 señaló que la teoría en las Ciencias Sociales es similar en concepción a la teoría en las Ciencias Naturales. Incluso, las diferencias entre los investigadores orientados empíricamente y sus opuestos orientados teóricamente no muestran una diferencia estructural en las formas de pensar. “Siempre hay, por un lado, el conocimiento conceptualmente formulado y, por otro, los hechos que se le subsumen”.2 Tal subsunción o establecimiento de una relación entre la simple percepción o verificación de un hecho y la estructura conceptual de nuestro conocimiento es denominada por Horkheimer teoría tradicional. Y, sin embargo, según este pensador, es en el contexto de esta lógica, como se elabora realmente la teoría en el sentido tradicional.

Así, como argumenta Frohmann,3 considerando que la práctica de la Ciencia de la Información (CI) está vinculada a una amplia gama de instituciones situadas en agendas económicas y políticas en conflicto, ser crítico supone la búsqueda interactiva e iterativa para deshacerse de los pensamientos naturalizados, subyacentes a los procesos informativos.

De acuerdo con Frohmann, la propia teoría es una práctica social. “Como proceso de trabajo intelectual, tanto ella, como los objetos teóricos específicos que genera, están moldeados por fuerzas sociales, económicas, políticas y culturales”.3) Para el autor, “la información, las necesidades de información, la organización del conocimiento y otros conceptos fundamentales en el campo de la CI, no denotan nociones simplemente dadas y sin problemas separados de intereses específicos”. Además, las metodologías que emplean estos términos no son universales ni imparciales.

En este trabajo se utilizan las contribuciones de la Teoría Crítica como modelo objetivo para la realización de investigaciones y la formación en competencia informacional crítica, en función de presentar algunas implicaciones que tiene su traslado al estudio de los procesos informacionales. El objetivo fue delimitar el significado que esta teoría puede tener en el desarrollo de la competencia informacional crítica. Por otra parte, el debate constituye un recurso de pensamiento para los interesados en el ejercicio constante de la crítica en sus actividades de producción y difusión de información.

Desde la perspectiva de la Teoría Crítica, la competencia informacional crítica cuestiona presupuestos ampliamente aceptados sobre esa competencia y la naturaleza de la información.4 Se trata de una perspectiva docente e investigativa que, según el análisis de Simmons,5 no se centra únicamente en la adquisición de competencias de los alumnos, sino que fomenta un abordaje crítico y discursivo de la información.

Ante estas premisas se pretende dar respuesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué es importante para cualquier persona adquirir la competencia informacional crítica?

  • ¿Por qué la alfabetización informacional crítica debe ser considerada por los profesionales de la CI para investigar los fenómenos informacionales con mayor profundidad y expandir su campo de acción a otras áreas formativas, como las de los profesionales de la salud?

Métodos

Este artículo de revisión de la literatura, cuya finalidad es apoyar la necesidad de formar e investigar en alfabetización informacional crítica, utiliza un enfoque comparativo y cruzado de las distintas teorías que subyacen al respecto. El análisis y la síntesis realizadas posibilitaron establecer relaciones y nexos en relación con el tema de estudio, así como la deducción para apoyar la propuesta sobre la alfabetización informacional crítica.

Inicialmente, en el plano teórico-epistemológico se indagó en los fundamentos de la Teoría Crítica formulados por Horkheimer y sus principales ejes discursivos, según la interpretación de Nobre, investigador y promotor de la obra de Horkheimer “Teoría Tradicional y Teoría Crítica”, cuya primera versión fue editada en 1937. Después, a través del cruce entre los aportes de la Teoría Crítica y los autores de la CI y otros campos de las Ciencias Sociales, el debate gira en torno a la importancia de la competencia crítica en información, especialmente, en las visiones estereotipadas o naturalizadas de los estudios de la CI. Finalmente, a través de un caso práctico, el análisis de la violencia obstétrica en Brasil, se representa la necesidad de ser una persona competente en información en la perspectiva crítica para evitar y prevenir esta violación de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres.

Teoría crítica versus teoría tradicional

La Teoría Crítica se desarrolló en un campo teórico que reunía a diferentes investigadores, en el ámbito de un Instituto de Investigaciones Sociales en Alemania, donde Horkheimer era el referente central. Este grupo de autores es el que suele agruparse bajo el nombre de Escuela de Frankfurt. Desde un principio, la Teoría Crítica tiene como referencia el Marxismo y su método-el Modelo Crítico de la Economía Política-, porque, como señala Nobre,1 ese es el subtítulo de la gran obra de Marx,6) “El Capital”. En esa obra Marx explica el funcionamiento de la sociedad capitalista y, al mismo tiempo, critica sus contradicciones internas.

Como director del mencionado instituto, Horkheimer desarrolló un movimiento interdisciplinario conocido como Teoría Crítica, orientado a emancipar y transformar la sociedad, en contraposición a la teoría tradicional orientada, únicamente, a comprenderla o explicarla. Utilizando la Teoría Crítica, Horkheimer contrasta lo que él consideraba la orientación socialmente conformista de la Filosofía Política tradicional y de las Ciencias Sociales.

Horkheimer cuestiona la tendencia de las teorías sociales a seguir el modelo de las ciencias naturales, a pesar de que su objeto difiere radicalmente del de estas últimas, pues la sociedad es producto de la acción de los seres humanos. La parcialidad de las Ciencias Sociales que Horkheimer pretende eliminar reside en la naturalización de la producción social de la realidad y a esa naturalización el autor opone un comportamiento que llama crítico.

Para señalar la expresión paradójica de la Teoría Crítica, Nobre1 argumenta que una teoría tradicional siempre tiene una hipótesis que pretende explicar, un fenómeno o una determinada conexión de fenómenos que pretende comprender para mostrar cómo son las cosas. O sea, una teoría científica, además de mostrar cómo son las cosas, debe poder predecir cómo serán a partir de las conexiones significativas que ha encontrado. Por tanto, según Horkheimer,7 la validez real de la teoría depende de que las proposiciones derivadas estén en consonancia con los hechos reales. Desde este punto de vista, si la experiencia y la teoría se contradicen, una de las dos debe ser reexaminada; o el científico no pudo observar correctamente el fenómeno estudiado o algo anda mal con los principios de la teoría.

En este sentido la teoría puede oponerse a la “práctica”, algo que es representado por la frase “la teoría en la práctica es otra”.1 Sin embargo, según Nobre,1 existen dos sentidos relacionados con la práctica. En el primero, la práctica es una aplicación de la teoría, es decir, la teoría tendría que llevarse a la práctica. El segundo sentido de la práctica es el que muestra cómo deberían ser las cosas, pero que en realidad no son. Por tanto, la práctica es un conjunto de ideales o de principios que guían la acción, según los cuales se debe actuar para configurar la vida y el mundo mismo.

Lo que Nobre1 pretende enfatizar es que la teoría y la práctica tienen lógicas diferentes, que no deben confundirse. En otras palabras, si la teoría muestra cómo deberían ser las cosas, está fallando en mostrar cómo son realmente. Si la teoría es una aplicación de la práctica, es decir, si dice cómo son las cosas, entonces elimina la posibilidad de que las cosas sean diferentes de como son. Por lo tanto, según este sociólogo, en esta tradición existe un desfase entre la teoría y la práctica; si se elimina esta brecha, también se excluye la brecha entre conocer y actuar, dos dimensiones completamente diferentes de la vida humana.

Según Horkheimer,2 en la transposición del modelo de la teoría tradicional de las Ciencias Naturales a las Ciencias Humanas, el científico social se separa del agente social que él también es o, como lo define Nobre1 desde esta perspectiva tradicional de la teoría, le corresponde al científico, únicamente, clasificar y explicar el objeto estudiado de acuerdo con los parámetros neutrales del método. La teoría no puede, en ningún caso, apuntar a la acción, sino solo presentar la conexión de los fenómenos sociales, tal como se muestran a un observador aislado en su práctica. En palabras de Horkheimer, este conocimiento es parcial, porque excluye de la descripción las posibilidades inscritas en la realidad social. El autor argumenta que los hechos no son algo último e impenetrable, pues en ellos se manifiesta algo que ellos mismos no son.

Por tanto, un punto central de la Teoría Crítica es que es posible mostrar cómo son realmente las cosas, únicamente, desde la perspectiva de cómo deberían ser y contando con la realización de todas las potencialidades humanas.2 En este sentido, Frohmann (3) enfatiza que la información no tiene solo la función de representar el mundo, ya que el discurso de las representaciones excluye aquellos que presenten aspectos de fuerzas conflictivas y contradictorias de “producción, transmisión, transformación, manejo, recepción, distribución, intercambio y mantenimiento de todo lo que se agrupa bajo el término 'información”. En otras palabras, para este autor las teorías que no consideran los procesos de información como relaciones sociales, o como prácticas incorporadas por los agentes sociales, ignoran el aspecto agonista de la sociedad.

Para Freire,8 pedagogo brasileño que planteó una educación en la que la experiencia escolar estuviera acorde con la vida cotidiana, la educación tradicional también sustenta y mantiene el estatus de la sociedad. Sin embargo, para este educador, la educación puede preservar el orden social actual o transformarlo. La educación tradicional utiliza un método “bancario” o sea, una práctica docente que reproduce la sociedad opresora, en la que el educador se sitúa en una posición superior y transfiere conocimientos a los alumnos. De esta forma, la teoría de Freire8 se orienta a la liberación de los oprimidos y para ello aboga por una educación que promueva verdaderas potencialidades en el proceso de aprendizaje. Freire propone un enfoque que se centra en el diálogo y el pensamiento crítico y que anima a los estudiantes a cuestionar su entorno, empujándolos hacia la acción social. Para fomentar la conciencia crítica entre los grupos oprimidos el proyecto político emancipador de Freire aboga por un método en el que las personas desvelen el mundo de la opresión y se comprometan, en la práctica, a su transformación. Por todo ello, es considerado el impulsor de la alfabetización informacional crítica.

Desde el punto de vista de la Ontología y la Epistemología de la praxis científica, Hofkirchner, Fuchs y Klauninger9 señalan que los estudios críticos de la información se definen como un esfuerzo que, ontológicamente, se centra en el análisis de la información en el contexto de la dominación, del poder, de la explotación y de la opresión, empleando, epistemológicamente, todos los medios teóricos y empíricos necesarios para ello, con el fin de contribuir al establecimiento de una sociedad emancipada a nivel praxeológico. Poder formar parte de esa sociedad emancipada es una de las respuestas a la primera pregunta planteada en este artículo.

Algunos trabajos ponen de manifiesto que, aunque la alfabetización informacional evoluciona, fundamentalmente en el plano teórico-conceptual, no es homogénea y hay grandes diferencias entre unos países y otros, en especial en su aplicación práctica. En el contexto iberoamericano se desarrolló de forma considerable en la primera década del siglo xxi, pero aún presentaba inmadurez y adolecía de la necesaria interacción e impacto para su implementación en los diferentes entornos de aprendizaje.10 Otros estudios demuestran las carencias educativas en algunos tipos de alfabetización, como la transmedia, de quienes van a liderar los procesos educativos y comunicativos en el futuro.11 Por otra parte, ciñendo el análisis al caso particular del desarrollo de la competencia informacional y el pensamiento crítico, el trabajo de Jiménez Rojo12 revela que no se está desarrollando de manera adecuada, debido a aspectos como la falta de formación del profesorado y la escasez de recursos invertidos, lo que produce el efecto negativo de la desinformación.

La perspectiva crítica en la formación en competencias informacionales o alfabetización informacional

Tradicionalmente y dadas las numerosas definiciones existentes desde la aportada por la ALA en 1989,13 la expresión information literacy se refiere a la capacidad de las personas para encontrar, evaluar y utilizar la información de manera eficaz, según la Association of College and Research Libraries (ACRL).14 Esta idea de alfabetización engloba otros tipos de alfabetización como la digital y la tecnológica.

En 2018 The Library and Information Association (CILIP) dio una nueva definición de alfabetización informacional (ALFIN), en la cual enfatiza en su relevancia en la sociedad actual para todas las personas y no solo en el contexto educativo. La define como “la capacidad de pensar de forma crítica y emitir opiniones razonadas sobre cualquier información que encontremos y utilicemos. Empodera, como ciudadanos y ciudadanas, para alcanzar y expresar puntos de vista informados y comprometernos plenamente con la sociedad”.15 En este mismo documento se pone de relieve el papel que desempeñan los profesionales de la información en la defensa, apoyo y promoción de la alfabetización informacional, al crear, conservar y posibilitar el uso de diversos tipos de información de manera ética. Es importante que trabajen en colaboración con otras figuras como los docentes, asesores académicos y tecnólogos de la educación, que también fomentan la alfabetización informacional.

Si bien esta definición se ha puesto en práctica con éxito en una variedad de contextos, existe una sensación creciente de que prioriza la competencia técnica y deja de cultivar una disposición crítica acerca de los contextos socioculturales en los que se produce e incorpora la información; así como de reconocer cómo las fuerzas y los efectos de la ideología y del poder se manifiestan en los procesos informacionales. En esa perspectiva, Bezerra, Schneider y Saldanha16 critican la idea de “competencia” que subyace en el concepto de information literacy, la cual está dirigida, fundamentalmente, “a su carácter eminentemente instrumental”.

Por otro lado, la alfabetización informacional crítica (critical information literacy) se expande más allá de esta función básica y abarca un ejercicio abierto en la “conquista de los horizontes ético-políticos de libertad y autonomía informacional de los individuos y comunidades en el régimen informativo contemporáneo”.16 La crítica, tal como la utilizan estos autores, denota un enfoque valorativo de las cosas, que está relacionada con la deconstrucción explícita de conceptos implícitos en los textos científicos y los medios de comunicación en general, pero más aún, es una forma de desbloquear la opacidad de las ideologías percibidas.

En esa línea de pensamiento Naiditch17 considera que, al integrar el análisis crítico con la investigación de los procesos informacionales, los educadores pueden ayudar a los estudiantes a ser más críticos con los temas de diversidad; les brinda la capacidad de reconocer la forma en que los medios retratan ciertos grupos como diferentes en la sociedad. En este sentido, Fuchs18 argumenta que el análisis crítico de la información estudia el papel de la información y cómo se relaciona con los procesos de opresión, explotación y dominación.

Asimismo, los estudios de la CI desde una perspectiva crítica también deben centrarse en lo que Collins19 ha llamado “racismo daltónico”, que se presenta como “natural, normal e inevitable” en diversos medios, incluidas las películas, revistas y los programas de televisión. El autor señala que, aunque las escuelas son la principal fuente de aprendizaje, la primera forma de educación para muchos estudiantes proviene de los medios de comunicación. Por tanto, Collins19 entiende que una educación crítica requiere también de una competencia mediática que prepare a los jóvenes para ser consumidores críticos de los medios, así como críticos de la información que se publica y se comparte. Estas competencias no solo requieren del desarrollo de capacidades técnicas para acceder a la información, sino que exigen el examen de la credibilidad de las fuentes y, en general, un examen crítico de la información que se produce y comparte en las redes sociales digitales.20

La adquisición de la competencia informacional crítica ayuda a cuestionar puntos de vista estereotipados o naturalizados. Desde esa perspectiva, Collins19 enfatiza los efectos persistentes de la raza en una sociedad aparentemente daltónica. En el contexto actual (aparentemente daltónico), la autora sugiere que los países deben encontrar la manera de construir una comunidad democrática y considerar sus poblaciones cada vez más heterogéneas. En su análisis, en lugar de equiparar excelencia con elitismo, que es una postura que fomenta el distanciamiento entre las personas, la excelencia debe definirse como compatible con la diversidad. Por lo tanto, promover la competencia crítica en información puede generar nuevas ideas y direcciones para contrarrestar las desigualdades sociales arraigadas. Esta es otra respuesta de peso a la primera pregunta planteada en este trabajo. Como afirman Serrano y otros:20 “Este panorama exige al docente a dejar de lado prácticas basadas en la reproducción mecánica de la información como motor de aprendizaje y como evidencia en la evaluación”.

Tanto el carácter fetichista de las formas económicas, como la cosificación de las relaciones sociales, transforman los fenómenos informacionales y, con ellos, la forma en que son percibidos. Como señala Lukács,21 legitimar la cosificación de la información es el prototipo de todas las formas de objetividad y de relaciones cosificadas en todos los ámbitos de la vida social. La lógica del determinismo tecnológico, que sostiene que existen soluciones tecnológicas para los problemas sociales, es una expresión de la conciencia cosificada y, según el autor, si las metáforas de la tecnología de la información resultan en una generalización de sus cualidades no dialécticas para la sociedad, esta última se cosifica.

Frente a la idea de una completa autonomía de la ciencia en relación con su contexto social, Horkheimer (2) afirma que “la ciencia, incluida la lógica formal, no es solo una fuerza social productiva, sino también una relación social de producción”. Al objetivar y descontextualizar los fenómenos en la búsqueda de amplios patrones estructurales, los investigadores de la competencia informacional separan a los estudiantes de los contextos sociales y económicos, de la escuela, del maestro y de la sociedad, en un esfuerzo por aislar variables para crear un estudio “científico” más puro.22 En las etapas por las que pasan los estudiantes durante la preparación de su investigación académica, la formulación del proceso de búsqueda de información es un ejemplo de una teoría que intenta identificar estructuras universales profundas y subyacentes, las cuales pueden ser nombradas, descritas y, lo que es más importante, reproducidas en todos los contextos, para todos los estudiantes, sin relacionarse con las desigualdades sociales y educativas de los estudiantes. Esto es lo que Frohmann3 llama imperialismo teórico, es decir, la cosificación de las imágenes y el uso de términos teóricos fundamentales como expresiones para desplazar los discursos alternativos.

Retomando la definición de “alfabetización informacional” mencionada, se observa que la competencia en información es un recurso potencial en el arsenal cognitivo disponible para el ciudadano de la Sociedad de la Información. Sin embargo, desde la perspectiva de la Teoría Crítica, para desarrollar este potencial las personas no solo deben describir el entorno informativo, sino trabajar para transformarlo; es actuando y transformando cuando la competencia informacional progresa hacia una competencia informacional crítica. La alfabetización informacional crítica mantiene un énfasis en los métodos descriptivos o interpretativos, pero pretende que las personas lleguen a comprender su situación como “el producto de ciertas contradicciones inherentes al orden social, contradicciones que ellas pueden eliminar adoptando un curso de acción apropiado para cambiar ese orden social”.23

La alfabetización informacional crítica, una herramienta necesaria para evitar la desigualdad y la dominación. El caso de la violencia obstétrica en Brasil

González24 sitúa el nacimiento de la alfabetización informacional crítica a comienzos del siglo xxi, como parte de las reformas educativas impulsadas por la revolución tecnológica basada en la información. El mayor reto para este autor es el de consolidarse y posicionarse a nivel internacional como una corriente sólida y alternativa a la alfabetización informacional convencional.

Martínez Ávila y Cuevas Cerveró,25 en lo que respecta a la literatura internacional, la aprecian como una corriente surgida en las últimas décadas que reivindica de forma abiertamente explícita su visión más crítica y emancipadora. Plantean además que nace como respuesta a la Information Literacy Competency Standards for Higher Education de la AC&RL, aprobadas en el 2000 y rescindidas en el 2016, incapaces de dar respuesta a los desafíos sociales y políticos de la información. Es también un tipo de alfabetización que se considera resultado de otras alfabetizaciones (mediática y digital) y esencial para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.26

A pesar de que las raíces de la alfabetización crítica se encuentran en Brasil en la segunda mitad del siglo xx, de la mano del pedagogo Paulo Freire (1921-1997), no se han producido avances significativos en la puesta en práctica de programas de alfabetización informacional crítica como demuestra el ejemplo que se aborda a continuación. Los casos históricos de violencia obstétrica en Brasil representan un fenómeno cosificado a partir de los fundamentos y principios de la Teoría Crítica mencionados.

Por violencia obstétrica se entiende todo “acto de violencia dirigido a la mujer embarazada, parturienta, puérpera o a su bebé, practicado durante la asistencia profesional, que pueda ser caracterizado como irrespetuoso hacia su autonomía, a su integridad física y psíquica, a sus sentimientos, a sus opciones o a sus preferencias”.27 Es un tipo de violencia que puede ocurrir desde la recepción, cuando la mujer llega a abrir un simple expediente y puede recibir miradas incriminatorias y comentarios maliciosos, hasta la atención médica en la que el profesional no respeta sus deseos o no aclara sus dudas. Las agresiones verbales y la realización de procedimientos sin consentimiento también son ejemplos de esta violencia.

El trato violento y agresivo en las maternidades brasileñas es una realidad que ya no puede ser ignorada y la violencia obstétrica es más común de lo que uno podría imaginar.24,28,29,30 “Lamentablemente, este tipo de violencia siempre ha existido; diariamente miles de mujeres en todo el mundo pasan por un sufrimiento completamente innecesario en el momento del parto”.26 Estas prácticas con las parturientas están cargadas de significados culturales estereotipados de desvalorización y sumisión de la mujer y atravesados por ideologías médicas, de género, racismo y clase social, que se han naturalizado en la cultura institucional.24,26

Las mujeres negras y pobres son las más afectadas por la violencia obstétrica. Según la encuesta “Mujeres brasileñas y género en espacios públicos y privados”, realizada por la Fundación Perseu Abramo en 2010, una de cada cuatro mujeres ya ha sido víctima de violencia obstétrica en Brasil. Agresiones del tipo “No llores que el año que viene estás aquí otra vez" o "Cuando era hora de hacerlo, no lloraste" son algunas de las frases escuchadas por mujeres durante el parto.31,26) Otra encuesta, realizada entre 2011 y 2012 por la Escuela Nacional de Salud Pública,32 muestra que las mujeres negras, de baja clase social, baja escolaridad y residentes de las regiones Norte y Nordeste, fueron las que más denunciaron malos tratos en relación con la atención obstétrica.

Estas constataciones son evidencia de racismo, discriminación social y manifestaciones de dominación de género, que tienen en su base aspectos económicos y culturales. Los grupos desfavorecidos, que son víctimas del sistema, se presentan como alborotadores, lo que implica que pueden ser insultados y atacados. Esta es, por ejemplo, la lógica del racismo que ignora las relaciones sociales subyacentes que producen y reproducen dichas circunstancias. Estas cosmovisiones están conformadas por los patrones de socialización que las personas han acumulado y producido a lo largo de la historia de la sociedad, por sus posiciones en las relaciones de clase, por las relaciones de poder y por las identidades colectivas. Quizás esto explique por qué Lopes Martins y otros26 consideran la violencia obstétrica como una nueva expresión para un problema histórico. En otras palabras, es posible que las opresiones que asumieron formas históricamente específicas cambien en respuesta a las acciones humanas; o sea, la segregación racial puede persistir, pero no de la forma que asumió en épocas históricas anteriores, porque la forma de dominación también cambia.

Pero estas perspectivas no son estáticas, tienen el potencial de desarrollarse a partir de nuevos patrones de socialización. Además, no son totalmente dinámicas, hay una cierta continuidad de la visión del mundo, en tanto esta no sea sacudida por experiencias que la transformen. Eso también significa que nuestras perspectivas moldean el comportamiento básico y cómo se enfrenta el mundo y que la academia no es un sistema de valores neutral. Existen razones por las que se emplea o no cierta perspectiva teórica o los principios que se construyen, aplican, se revisan o critican. De la misma forma, hay razones por las que las mujeres negras pobres son las más afectadas por la violencia obstétrica. Por ejemplo, con relación a las jóvenes brasileñas se visualiza una población heterogénea, caracterizada por diferencias de clase social, religión, competencia lingüística, nivel de habilidad, etnia y raza. Sin embargo, también se aprecian diferencias en las oportunidades que se ofrecen, empezando por el hecho de que unas están en la universidad y otras no.

Como se discutió anteriormente, la alfabetización informacional tradicional se limita cada vez más a justificar el orden existente y el método tradicional de investigación; al tomar estas divisiones como dadas y no como productos históricos de una formación social, no puede explicar satisfactoriamente por qué esa violencia se manifiesta. Por el contrario, la alfabetización crítica pretende luchar por la transformación institucional y cambiar las reglas que circunscriben la vida de estas mujeres y la Teoría Crítica tiene un interés central en comprender cómo y por qué la raza, la clase, el género, la edad o el lugar de residencia constituyen sistemas de opresión y exclusión construidos de forma recíproca.

Lo que se puede extraer de todos los artículos citados en este epígrafe es que los factores de la violencia obstétrica están articulados y no pueden separarse de otros factores que actúan concomitantemente y profundizan o reducen su impacto en las parturientas. El concepto de interseccionalidad33,34,35,36 constituye un aporte teórico-crítico que ha estimulado diversos análisis y ha fomentado investigaciones críticas para combatir las bases estructurales de estos poderes que crean relaciones de subordinación y exclusión, además de promover la adopción de políticas públicas efectivas para la inclusión social.

La interseccionalidad “se trata específicamente de la forma en que el racismo, el patriarcado, la opresión de clase y otros sistemas discriminatorios, crean desigualdades básicas que estructuran las posiciones relativas de las mujeres, razas, etnias, clases y otros”.30 Según Collins y Bilge,33 los eventos y las condiciones de la vida social y política de un individuo generalmente están determinados por muchos y diversos factores, que se influyen mutuamente. Varios aspectos podrían considerarse prioritarios, especialmente para comprender y aplicar la interseccionalidad en el análisis crítico de la violencia obstétrica, pero un elemento parece digno de mención: el reconocimiento de que la interseccionalidad implica un análisis crítico y una praxis y que la búsqueda de la superación de las injusticias sociales es un elemento central de la interseccionalidad.

Collins y Bilge33 entienden la interseccionalidad como investigación y praxis críticas para referirse a una actitud de oposición a la opresión y a la búsqueda de solución de problemas sociales, lo que refuerza la tesis del educador Paulo Freire de que el ambiente académico y la praxis pueden actuar juntos en la construcción de una educación emancipadora.

En el caso de la violencia obstétrica, cuando no se consideran las vulnerabilidades interseccionales de estas mujeres marginadas, se oscurece una gama de violaciones de los derechos humanos. Este puede ser el caso de la forma particular que asumen los profesionales de la salud, especialmente los médicos, en las maternidades. Frente a esto, cualquier matriz interseccional de la violencia obstétrica debe incorporar a estos profesionales en la matriz global de dominación para examinar las visiones y el pensamiento de estos grupos dominantes. Por lo tanto, el género femenino afecta a todas las mujeres por igual, pero la raza, la edad, la clase y el comportamiento del profesional de la salud importan considerablemente en la violencia obstétrica.

Desde una perspectiva crítica, como la define Horkheimer,7 es correcto describir cómo se manifiesta esta violencia, pero, también es importante analizar las estructuras sociales reales en las que se encuentran, tanto las potencialidades emancipatorias de estas mujeres, como los obstáculos concretos para su emancipación. ¿De qué modo la violencia obstétrica en relación con el sexo, la raza, la edad, la clase social, el nivel educativo o el lugar de residencia se estructura sobre las bases sociales, económicas y políticas de la sociedad, hasta el punto de dar legitimidad al profesional de la salud para adoptar tales prácticas de violencia? ¿Por qué las prácticas actuales de atención a las parturientas son así y no de otra manera? ¿Qué obstáculos impiden que las prácticas asistenciales actuales sean mejores de lo que son? ¿Cómo actuar para superar esos obstáculos y transformar la relación entre los profesionales de la salud y las parturientas?

Desde la perspectiva de la Teoría Crítica, la eliminación de la violencia obstétrica requiere diagnósticos profundos, que deben mover obstáculos y sustentar acciones y políticas específicas para superar las barreras que obstaculizan el ejercicio del derecho a la equidad en salud. La interseccionalidad puede ser un aporte importante para desentrañar las relaciones entre conocimiento y empoderamiento, o sea, cómo la exclusión se ve afectada por diferentes factores.

Volviendo al caso de las parturientas, diferentes autores identificaron que la falta de información para las mujeres,24,25,37 la vulneración de este derecho34 y la información parcial, incompleta o distorsionada24,25,34 son causas que interfieren en la relación de poder entre los profesionales de la salud y las mujeres durante la atención al parto.

Al trasladar el debate a los problemas de información presentados anteriormente, varias preguntas podrían servir de inspiración para futuras investigaciones y estudios críticos sobre la información. Primero, ¿por qué tantas parturientas sufren de falta de información? ¿Cuál sería la situación de las parturientas que participaron en la investigación, al manifestar que desconocían sus derechos como pacientes? O, en palabras de Horkheimer,7 ¿cuáles son los obstáculos que les impiden tener acceso o derecho a la información? Finalmente, ¿cómo actuar para superar tales obstáculos y transformar esta realidad social en el campo informacional? ¿Cómo se utiliza la información que indica la gran disparidad y desigualdad de trato que produce el Sistema Único de Salud de Brasil para la toma de decisiones de política y gestión en salud?

En Brasil, donde se ha denunciado la falta de legislación que proteja a las mujeres en situación de vulnerabilidad provocada por la gestación, a pesar de haberse identificado hasta 21 situaciones consideradas como de violencia obstétrica (como es el caso de la legislación del Estado de Santa Catarina)38 la literatura médica es la que continúa ocupándose de este tema y proponiendo soluciones que atañen a los profesionales de la salud, en cuanto a la obligación de promover buenas prácticas para todas las pacientes que acudan a las unidades de salud a recibir atención médica.39 En ocasiones se hace referencia también, como medidas de prevención, a la concienciación y visibilización de este problema; así como a proporcionar información a las parturientas sobre los derechos que tienen.40 Sin embargo, pese a las políticas sociales y sanitarias conducentes a modificar las prácticas de atención al parto no se ha logrado eliminar este tipo de violencia contra las mujeres.

Según el informe “Nascer no Brasil 2”,41 realizado a partir de la encuesta nacional de perdida fetal, parto y nacimiento durante el período de 2020 a 2022, el 45 % de las mujeres afirmaron haber sufrido algún tipo de violencia obstétrica. Por otra parte, no se localizó trabajo alguno que sugiera la alfabetización para ayudar a solventar este grave problema que sufren muchas mujeres, aunque se afirma reiteradamente la necesidad de que cuenten con más información, porque la desinformación les impide identificar la violencia. Al contrario, a modo de ejemplo, sí se encontró esta propuesta para superar problemas de violencia y exclusión de los colectivos LGTBI.42

La alfabetización tiene un papel preponderante en la prevención de todo tipo de violencias, entre ellas las de género, como es la violencia obstétrica. La UNESCO ya destacó la relación entre la violencia y los bajos índices de alfabetización. De ahí que se proponga como una solución para prevenir este problema la inclusión en los programas de formación de los profesionales de la salud la alfabetización informacional crítica. Asimismo, esta formación deberían recibirla todos aquellos desempeñan tareas de atención a las mujeres, tanto en instituciones gubernamentales como no gubernamentales, con el fin de tratarlas adecuadamente e instruirlas en el trato que deben recibir y en la información que deben conocer. Los profesionales de la CI deberían extender su campo de acción a otras áreas como esta de las Ciencias de la Salud para contribuir a evitar situaciones de violencia y desigualdad en colectivos vulnerables, a través de la alfabetización informacional crítica, lo mismo en el plano de la docencia como en el de la investigación.

En ocasiones, por ejemplo en el caso colombiano, los roles de la alfabetización crítica han enmarcado los procesos de emancipación y consolidación del poder de las mujeres, al hacer énfasis en la necesidad de la alfabetización crítica como un requerimiento de la sociedad para todos y todas y como una apuesta sociohistórica para formar ciudadanos críticos, autónomos y democráticos.43 También Rivano Eckerdal,44 centrada en el caso sueco, relacionó la alfabetización informacional con la salud sexual y reproductiva de las mujeres, además de mostrar cómo esta disciplina podía contribuir a fortalecer la democracia en la sociedad en todo tipo de escenarios.

Según Smythe y Van Dinh,45 una de las distinciones más significativas entre investigación crítica y no crítica tiene que ver con la naturaleza de las preguntas formuladas y las conclusiones extraídas. La dimensión epistemológica es importante porque determina qué preguntas merecen investigación, qué marcos interpretativos se usarán para analizar los hallazgos y qué uso se le dará al conocimiento resultante. Específicamente, según los autores, la investigación crítica se caracteriza, típicamente, por cuestionar las estructuras institucionales establecidas y las relaciones de poder. Tanto es así, que los puntos clave de distinción no son solo los problemas elegidos y los métodos de investigación utilizados, sino también la orientación ideológica del investigador. Por lo tanto, la base real de la dicotomía entre las tradiciones de la competencia informacional y de la competencia informacional crítica radica en la fidelidad de los investigadores al statu quo, frente a la voluntad de promover cambios en las relaciones políticas, económicas y de poder institucionalizadas.

Por ello, la orientación hacia la emancipación es lo que más caracteriza a un profesional competente en información crítica. Las tecnologías disponibles hoy, con la provisión de entornos participativos, proporcionan una perspectiva más crítica de la alfabetización informacional.46

Desde una perspectiva crítica, y como respuesta a la segunda pregunta planteada en el trabajo, los profesionales de la CI pueden y deben investigar los fenómenos informacionales con mayor profundidad. En este sentido, la violencia obstétrica es un fenómeno mucho más amplio, naturalizado por la sociedad y el sistema público de salud en su conjunto. Es, sobre todo, una violencia simbólica, que niega la dignidad de la parturienta y, en la mayoría de los casos, naturaliza e invisibiliza esta agresión, mediante el simple ejercicio del poder, que puede ser tan o más grave que la violencia física. Estos aspectos deben ser planteados como una forma específica de hacer investigación y promover la formación de la competencia informacional crítica. En resumen, ambas formas de violencia son reprobables e irracionales. Sin embargo, la relativización de la violencia simbólica se torna peligrosa, ya que es el fundamento de toda violencia estructural que afecta a marcadores de género, sexo, clase y raza. La violencia obstétrica es la naturalización de todas las formas de violencia inmaterial e invisible que se viven a diario en las salas de parto. Cegarse a este fenómeno es negar la profunda estructura de dominación presente en estos ataques sublimados a la dignidad de la parturienta.

Consideraciones finales

El debate presentado en este artículo constituye un recurso de pensamiento para aquellos interesados en el ejercicio constante de la crítica en sus actividades de investigación.

Uno de los principales argumentos de este trabajo es que la Teoría Crítica se caracteriza por la destrucción de la cosificación y la creación de una sociedad emancipada. Así, en relación con la primera pregunta planteada en este trabajo se ha defendido la necesidad de desarrollar una competencia informacional crítica en cualquier investigación para que pueda oponerse a la actitud positivista o cientificista y reconocer las contradicciones inherentes a su propio objeto. El análisis de la violencia obstétrica muestra cómo la amplia y compleja actuación del racismo institucional y cultural, su forma de organización y desarrollo a través de estructuras, prácticas, normas, procesos y políticas institucionales, generan comportamientos interpersonales y producen, de manera sutil, la naturalización de las desigualdades producidas en el cuidado de las parturientas. El análisis crítico de la información es un emprendimiento filosófico importante que cualquiera necesita para comprender mejor los procesos de información del siglo xxi. Sin embargo, no solo requiere de una comprensión general, sino, específicamente, de una comprensión crítica de la sociedad.

En el mundo académico las ciencias críticas desafían a las ciencias instrumentales dominantes, acríticas y positivistas. Ciertamente, este mundo cuenta con recursos que equipan mejor a los científicos que a los ciudadanos comunes para actuar críticamente. Por lo tanto, en relación con la segunda pregunta de este artículo, la CI de la mano de sus profesionales, puede aprovechar su posición privilegiada para luchar y tratar de crear un público crítico, a través del análisis de la información en el contexto de relaciones asimétricas de poder y control realizadas en aras de la abolición de la dominación. El fin es prevenir situaciones de violencia y desigualdad como las que se producen en una especialidad médica como es la Obstetricia.

Son los profesionales de la información los que deberían asumir la formación de la alfabetización informacional crítica de los futuros profesionales de la salud, siguiendo el ejemplo de las numerosas experiencias de alfabetización informacional que se vienen llevando a cabo en los diferentes países y en muy variados ámbitos formativos.47,48) Pero también a cualquier ciudadano que lo requiera desde diferentes tipos de instituciones como, por ejemplo en el caso de la violencia obstétrica, los trabajadores de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que prestan apoyo a las mujeres. No hay que olvidar que ya desde la Declaración de Praga en 2003, “Hacia una sociedad de la Alfabetización Informacional”, se instó a desarrollar programas para promocionarla como paso para cerrar la brecha digital.

A pesar de la claridad de las características de la Teoría Crítica, se está lejos de conocer todo lo que se puede y necesita de ella y de la competencia informacional crítica. Este artículo es, en cierto sentido, solo una invitación a mirar más de cerca este desafío.

Cada contexto que se pretenda examinar desde la perspectiva de la competencia informacional crítica presentará nuevos problemas e interrogantes, precisamente en el espíritu de permanente renovación y actualización que caracteriza a la Teoría Crítica. Dicho esto, las nuevas propuestas de estudios podrán examinar si los principios fundamentales de dicha teoría, tal como los formuló originalmente Horkheimer, aún hoy, son suficientes para delinear el campo crítico de la competencia informacional crítica o si se le deben asignar nuevos significados a estos principios. Responder a esta y otras preguntas es llevar adelante la alfabetización informacional crítica y no encontrarle, simplemente, una forma de racionalidad que se reduzca a una función de adaptación a la realidad y a la producción de conformismo frente a la dominación imperante.

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Recibido: 29 de Noviembre de 2022; Aprobado: 06 de Junio de 2023

*Autor para la correspondencia: nadihelena@uol.com.br

Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses.

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