Introducción
La producción científica es un recurso intangible que permite a las instituciones identificarse de manera única, diferenciarse y ―con base en este intangible― crear estructuras, atraer fondos, realizar cooperación y reproducirse internamente sobre sus resultados.1) El crecimiento de la producción científica origina una gran cantidad de datos, los cuales se pueden analizar a partir de indicadores, variables y modelos bibliométricos.2 En ese sentido, las revistas científicas son organismos de producción y difusión de un conocimiento certificado colectivamente.3 Por lo tanto, el aporte de la revista científica en la difusión del conocimiento científico representa un espacio de posicionamiento institucional frente a la comunidad científica y la sociedad.4
Los principales modelos o tipos de editoriales de revistas son las asociaciones científicas, las universidades, los centros de investigación, las editoriales científicas privadas, los colegios profesionales, las fundaciones, las entidades gubernamentales, entre otros.5 La mayor responsabilidad en la publicación de revistas científicas latinoamericanas5,6 y españolas5 recae en las universidades; mientras que en Cuba,7 esta tarea la asume la Editorial Ciencias Médicas-Ecimed, una entidad del gobierno especializada en medicina y adscrita al Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
La gestión y edición de revistas científicas por parte de la universidad potencia la producción científica, al brindar ventajas educativas y estructurales para el posicionamiento (de la marca) de esta.1 Es por ello que la calidad de una revista editada en una universidad representa, en parte, la calidad en la formación científica de sus miembros.4
Actualmente, Scopus y Web of Science (WoS) son las bases de datos de literatura científica con mayor cobertura global. Ambas plataformas poseen una gran cantidad de publicaciones en el área de las ciencias de la vida, las ciencias físicas y las tecnologías.8 Por su parte, Scopus no incluye colecciones temáticas dentro de su base de datos como sí ocurre con la Web of Science (i.e. índices como Social Science, Sciences, Arts & Humanities), que, además de fuentes de tipo revistas, incluye también libros enfocados en las áreas de sociales y humanidades, así como de tipo congresos con especial cobertura de las ingenierías y las ciencias de la computación.9
Scopus es una base de datos de amplia cobertura de revistas en relación con su par WoS.8,10) Moya-Anegón y otros11 trazaron un perfil de Scopus en cuanto a su cobertura geográfica y temática, ambos aspectos considerados como criterio principal para la promoción científica. En Scopus, las revistas incluidas se pueden clasificar en unas o varias áreas temáticas específicas (subáreas), ya que al momento de postular se pueden elegir hasta cuatro áreas distribuidas en un área principal y dos en áreas secundarias. Las áreas y subáreas temáticas que emplea Scopus se identifican de acuerdo con el sistema de clasificación ASJC (All Science Journal Classification Codes), que para el área de la Medicina registra 49 subáreas temáticas, lo que permite sumar un total de 102 áreas temáticas específicas disponibles para el ámbito de las Ciencias de la Salud. Esta categorización temática de las revistas permite establecer los mecanismos de clasificación de revistas basadas en indicadores bibliométricos como CiteScore Journal Metric, empleado en Scopus para el CiteScore12,13 o el indicador SCImago Journal Rank, creado por el grupo Scimago para el ranking de revistas Scimago Journal & Country Rank.14
El proceso de selección en Scopus, desde la postulación hasta la evaluación puede tardar más de un año, pero, una vez aceptadas, las revistas son continuamente evaluadas, por lo que, deben demostrar que mantienen cierto nivel de calidad que garantice su permanencia; de otro modo, serán descontinuadas en cualquier mes del año.
El programa de recalificación periódica identifica revistas con comportamientos atípicos a partir de cuatro criterios:9
Métricas y rendimiento: la revista presenta rendimiento insuficiente que no cumple con las métricas, en comparación con otras revistas de la misma área.
Problemas de publicación: recibieron comunicaciones de preocupación y quejas formales por problemas concernientes a los estándares de publicación de la revista o la editorial.
Radar: la revista muestra un comportamiento atípico en sus publicaciones cubiertas en Scopus.
Curación continua: basada en los comentarios del comité de evaluación o CSAB (Content Selection and Advisory Board).
Las revistas indizadas en Scopus están sometidas a procesos de evaluación continua, por lo que cuando comienzan a surgir señales de bajo rendimiento se someten a un proceso de reevaluación mediante los indicadores siguientes:9,12,13
Nivel de autocitación: índice de citas propias (superior al 200 %) en revistas de su área temática.
Nivel de citación: nivel bajo de citación respecto a las revistas homólogas (menos del 50 %).
Impacto por publicación (IPP): impacto por publicación por debajo de las revistas de su área (menos del 50 %).
Número de artículos: cantidad de artículos es inferior a las revistas de su área, lo que demuestra problemas de actualización o publicación (menos del 50 %). La puntualidad a la hora de publicación es uno de los criterios de inclusión a cumplir.
Uso del resumen: La visualización del resumen se realiza la mitad o menos que otras revistas homólogas (menos del 50 %).
Uso del texto completo: La presencia de artículos a texto completo es inferior al de las revistas de su área (menos del 50 %).
Posterior a la evaluación, si la revista muestra mejoras se mantendrá indizada, pero en el caso de ser excluida será embargada por 5 años, por lo que no podrá volver a postular durante ese período de tiempo.9
El objetivo del artículo se enmarcó en: identificar las características de las revistas de Medicina de América Latina que estuvieron indizadas en Scopus, pero fueron descontinuadas y determinar los motivos por los que se excluyeron de la base de datos durante la última década.
Métodos
Se realizó un estudio de tipo observacional y descriptivo de corte transversal.
Para la recopilación de datos se empleó como unidades de análisis a las revistas, cuyos datos se extrajeron a partir de tres fuentes:
Las tres fuentes se reunieron en una sola base de datos mediante el código del título o revista (Source iD), utilizando una base de datos relacional construida en el programa Microsoft Access de acuerdo con el esquema de la figura 1.
Para el análisis descriptivo se empleó el programa MS Excel a partir de las siguientes variables de las revistas:
Año de exclusión: 2013-2022.
Razón de la exclusión.
País de la editorial.
Área principal de clasificación: Medicine, Health Professions.
Cuartil SJR: q1, q2, q3, q4, sin cuartil.
Las revistas médicas de los países de América Latina indizadas en Scopus e incluidas en el ranking SJR 2022 suman 205 títulos, cantidad que se tomó como muestra del estudio.
Los datos se recopilaron y analizaron en septiembre de 2023.
Resultados
Los datos recuperados de la base de revistas descontinuadas de Scopus a nivel global en la última década (2013-2022) muestran que 745 títulos se excluyeron por alguna de las cuatro razones siguientes: problemas de publicación (63,2 %), métricas y rendimiento (22,6 %), radar (11,1 %), curación continua (3,1 %) (fig. 2).
La mayoría de las revistas excluidas pertenecen a Europa y Asia (fig. 3); en cambio, las revistas de países de América Latina y El Caribe representan apenas un 3 % (18 revistas), donde Venezuela y Argentina lideran con seis y cinco revistas, respectivamente; Cuba y México dos revistas y Brasil, Chile y Colombia una revista cada una.
Los resultados de la tabla 1 muestran que la mayoría de las revistas médicas de América Latina, de acuerdo con los cuartiles SJR edición 2022, se encuentran clasificadas en el cuartil más bajo, el cuarto cuartil (Q4) con 113 revistas (55 %); mientras que 62 revistan son del Q3 (30 %) y 22 están en Q2 (10 %). Solo cuatro revistas se encuentran en el cuartil más alto (Q1) o no tienen cuartil con un 1 %. Asimismo, solo tres países reúnen casi las dos terceras partes (69 %) de las revistas indizadas en Scopus en el área de la medicina: Brasil, México, Colombia con 92, 24 y 19 títulos, respectivamente.
% | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Argentina | 3 | 10 | 13 | 6,3 % | |||
Bolivia | 1 | 1 | 0,5 % | ||||
Brasil | 4 | 16 | 43 | 31 | 94 | 45,9 % | |
Chile | 2 | 5 | 7 | 14 | 6,8 % | ||
Colombia | 1 | 2 | 5 | 17 | 25 | 12,2 % | |
Costa Rica | 1 | 1 | 0,5 % | ||||
Cuba | 1 | 15 | 16 | 7,8 % | |||
Ecuador | 2 | 2 | 1,0 % | ||||
Jamaica | 1 | 1 | 0,5 % | ||||
México | 1 | 2 | 4 | 17 | 24 | 11,7 % | |
Perú | 1 | 1 | 2 | 4 | 2,0 % | ||
Puerto Rico | 1 | 1 | 0,5 % | ||||
Venezuela | 1 | 8 | 9 | 4,4 % | |||
Total general | 4 | 4 | 22 | 62 | 113 | 205 | 100,0 % |
Fuente: Los autores a partir de SJR (2023).14
En la edición 2022 del Scimago Journal Rank de fecha de mayo del 2023 aparecen, entre los títulos excluidos anualmente de Scopus, 21 revistas latinoamericanas.14 No obstante, los datos encontrados muestran que se excluyeron 14 revistas de Scopus del área de la Medicina en la última década (tabla 2).
N.0 | Revista | ISSN | País | Cuartil* | Excluido | Motivo |
---|---|---|---|---|---|---|
1 | 0325-2957 | Argentina | Q4 (2017) | 2017 | Métricas y rendimiento | |
2 | 0798-0752 | Venezuela | Q4 (2017) | 2017 | Problemas de publicación | |
3 | 0798-0264 | Venezuela | Q4 (2021) | 2022 | ||
4 | 1666-0390 | Argentina | Q4 (2017) | 2017 | Métricas y rendimiento | |
5 | 0376-723X | Venezuela | Q4 (2017) | 2017 | Radar | |
6 | 1665-4390 | México | Q4 (2017) | 2017 | Métricas y rendimiento | |
7 | 2550-6978 | Ecuador | Q4 (2021) | 2021 | ||
8 | 1806-0374 | Brasil | Q1 (2019) | 2020 | Problemas de publicación | |
9 | 0032-745X | Argentina | Q3 (2019) | 2019 | Problemas de publicación | |
10 | 0327-6716 | Argentina | Q3 (2019) | 2020 | Radar | |
11 | 0326-4610 | Argentina | Q4 (2017) | 2017 | Métricas y rendimiento | |
12 | 0717-5698 | Chile | Q3 (2016) | 2016 | Métricas y rendimiento | |
13 | 0034-7493 | Cuba | Q4 (2017) | 2017 | Métricas y rendimiento | |
14 | 0034-7523 | Cuba | Q4 (2017) | 2017 | Métricas y rendimiento |
Leyenda: *Mejor cuartil de la edición SJR antes de ser excluida.
Discusión
Los datos encontrados evidencian que las revistas médicas de América Latina se mantienen en posiciones más bajas de acuerdo con los cuartiles del ranking SJR 2022. Resultados similares se encontraron en estudios de países de la región como Colombia18 y en comparación con otros sistemas de clasificación como Publindex,19Journal Citation Reports20,21 o CiteScore.19,21
Estos sistemas de clasificación de revistas científicas no solo aseguran el cumplimiento de estándares internacionales de calidad científica y editorial,10) sino que permiten la visibilidad e internacionalización de la producción científica regional. No obstante, aunque los investigadores buscan publicar en revistas de buena calidad e indexadas en reputadas bases de datos, que una revista sea indizada no siempre refleja la calidad de las investigaciones publicadas, pues en Scopus existe un número considerable de revistas de bajo cuartil, no tienen citas o las tienen en cantidad reducida, de modo que, no siempre aporta información a la evaluación y gestión de la actividad científica de la región.10
Sin embargo, en la búsqueda de mejorar su impacto y posicionamiento científico algunas revistas podrían recurrir en faltas éticas en la publicación científica como exigir o permitir a los autores la inclusión excesiva de autocitas a la propia revista.22 Y es que, el uso del número de citas como indicador del impacto de las publicaciones también ha provocado prácticas indebidas como la citación dirigida y los acuerdos de citación entre investigadores denominados «carteles de citación».23 Por otro lado, las autocitas en cierto modo son parte de un proceso natural en un investigador o grupos de investigadores que construyen una línea de estudio con los años. No obstante, la autocitación también influye en la dinámica de la cocitación entre coautores, lo que origina los denominados «cárteles de autores» donde los autores acuerdan citarse mutuamente24 y en los que también se encuentran artículos cuyas autorías no se justifican: las autorías de regalo.25
En cuanto a la cobertura temática de las revistas, esta es la característica que permite establecer las comparaciones respecto a los indicadores bibliométricos. Los hallazgos del estudio muestran que en América Latina solo el 21 % de las revistas en el SJR son de áreas de la Medicina. En una proporción cercana se encontraba Scopus en sus primeros años, cuando de Moya-Anegón y otros11 evidenciaron que el área de la Salud y Ciencias de la Vida representaba el 38 % de la base de datos. Actualmente, a nivel global las revistas indizadas en Scopus del área de la Medicina suman 13 000 títulos, lo que representa el 33 %,13 de estas solo 187 proceden de países de América Latina.14
Respecto a la calidad de las revistas indizadas en Scopus, la cual es medida por los criterios de inclusión en esta base de datos, la mayoría (63 %) de las revistas descontinuadas a nivel global se excluyeron por problemas de publicación. En cambio, la mitad de las revistas médicas de América Latina se descontinuaron por bajas tasas en las métricas de rendimiento. Asimismo, a partir de los cuatro criterios por los que se excluyen las revistas de Scopus,9 dos de ellos (problemas de publicación y radar), permiten identificar revistas, posiblemente, depredadoras por sus características anómalas de publicación como el crecimiento exponencial de artículos por año.
Estudios recientes26,27,28 señalan que revistas depredadoras se han infiltrado en plataformas de revistas como DOAJ, PubMed, MEDLINE, Scopus y Web of Science. Macháček y Srholec27 identificaron 324 revistas que aparecen en la Lista de Beall y en la base de datos Scopus; mientras que en un estudio del 201628 encontraron 28 revistas potencialmente depredadoras en la colección Emerging Sources Citation Index (ESCI) de la Web of Science y cinco en Medline. En ese sentido, la propagación de revistas y editoriales con prácticas editoriales fraudulentas no es ajena a la realidad del ecosistema de comunicación científica de Latinoamérica; por lo que, este fenómeno tiene que ser combatido desde diferentes frentes: editores y lectores. Esta situación debe entenderse como una advertencia para los países en vías de desarrollo que destinan grandes recursos a la investigación, pero no prestan suficiente atención a la mejora de sus capacidades de políticas de gestión y evaluación de la investigación.27
Por otro lado, Argentina y Venezuela son los países con más revistas médicas excluidas de Scopus con cinco y tres títulos, respectivamente, cuyas causas frecuentes de exclusión son los problemas de publicación. Somoza-Fernández y otros28 afirman que los países con un nivel de desarrollo económico medio y con grandes sectores de investigación son los más propensos a la publicación predatoria. Sin embargo, el espíritu académico predominante de “publicar o perecer” y el modelo de acceso abierto se han combinado para contribuir a esta situación, por lo que, Duc y otros15 proponen que, tanto lectores como autores, tendrían que boicotear a las revistas falsas.
Desde la perspectiva de los equipos editoriales, la formación y especialización editorial necesarias posibilitan el aumento de la visibilidad internacional de las revistas y la indización en importantes bases de datos, pero esta es una tarea indicada para un profesional en bibliotecología con experiencia, conocimientos, aptitudes y vocación en la materia.16 Por lo que es necesario que en la región se proyecten políticas nacionales inclusivas y equitativas bajo estándares internacionales que demuestren que una revista tiene visibilidad integral como resultado de su esfuerzo editorial.17
En ese sentido, frente a esta situación preocupante para la comunicación científica de la región, especialmente en ciencias médicas, resulta importante proponer nuevos modelos de evaluación de revistas con miradas actuales y globales, que respondan a los contextos específicos y dinámicas de generación de I+D+i de cada país y que tengan en cuenta la importancia que merecen las fuentes regionales,10 como SciELO y Redalyc, así como las iniciativas de clasificación de revistas de habla hispana como Dialnet Métricas.29 Por lo tanto, se destaca la necesidad de emplear un conjunto de indicadores para un análisis integral de las revistas, no solo para caracterizar la productividad, impacto científico u otro aspecto cuantitativo de las publicaciones científicas,30 sino también a nivel cualitativo al interior de la gestión de los procesos editoriales.
No obstante, las editoriales y comités de las revistas son los principales responsables en la búsqueda de mejores prácticas para la gestión editorial y el desarrollo de políticas adecuadas a partir de sistemas de autoevaluación y auditoría editorial ―por ejemplo, mediante la bibliometría― que les permitan establecer un diagnóstico temprano antes de que sean excluidas de Scopus. Un caso de referencia en la región es el ejecutado por Ecimed (Cuba), donde han efectuado estrategias propias para el proceso de evaluación de publicaciones científicas, cuyos resultados, a partir de la cobertura de revistas de Ciencias de la Salud en Scopus, son satisfactorios.31
Conclusiones
En la última década, la exclusión de revistas de Scopus se debió, principalmente, a problemas de publicación; mientras que las revistas latinoamericanas de áreas médicas se descontinuaron también por el bajo comportamiento en métricas y rendimiento. Por lo tanto, los problemas en la publicación no solamente recaen en los comportamientos anómalos que perfilan a una revista como potencialmente depredadora, sino también en las desactualizaciones y el retraso en la publicación de los números, ocasionados por las dinámicas y los flujos editoriales propios de cada área del conocimiento y disciplina.
La evolución histórica anual de las revistas que perdieron su indexación en Scopus evidencia que el 2016 fue el año de mayor depuración a nivel del total, pero en el 2017 se excluyeron más revistas de Medicina de la región. Asimismo, la procedencia de las revistas excluidas confirma que la mayoría de estas a nivel global pertenecen a Europa y Asia, mientras que las revistas de América Latina y el Caribe representan apenas un 3 %. Venezuela y Argentina lideraron la proporción de revistas médicas descontinuadas, seguidos por Cuba, México, Brasil, Chile y Colombia.
Los datos de cuartiles en el ranking SJR para cada año de exclusión confirman que la mayoría de las revistas médicas de América Latina se encontraban en el cuartil más bajo (Q4), con un 55 %. De modo que se destaca la necesidad de mejorar la calidad y el impacto de la investigación publicada en estas revistas para aumentar su visibilidad y clasificación en cuartiles superiores. Para conseguir este objetivo, el principal aspecto influyente es la gestión editorial, un proceso complejo en el que participan diversos actores y equipos humanos.
Finalmente, el crecimiento exponencial de literatura médica a causa de la pandemia de COVID-19, la carencia de estímulos a los equipos editoriales y la sobrecarga de trabajo de los actores involucrados en el proceso editorial pueden incidir a que una revista sea excluida de una base de datos. Por lo tanto, se considera importante que las editoriales e instituciones científicas creen políticas propias para la evaluación permanente de la calidad y el desempeño de sus publicaciones periódicas, aun cuando una revista se encuentra indizada en bases de cobertura global como Scopus.