Introducción
En el año 1976 comienza a impartirse el Curso Preparatoria de Español como lengua extranjera (ELE) en la Universidad de La Habana, destinado a estudiantes no hispanohablantes que han culminado el nivel preuniversitario y tienen interés en continuar sus estudios superiores en Cuba. Este programa tiene como objetivo principal que los estudiantes extranjeros de diferentes orígenes lingüísticos y culturales adquieran los conocimientos indispensables del Idioma Español que les permitan insertarse en los diferentes Centros de Educación Superior (CES).
En el caso de la Universidad de La Habana (UH), el Curso Preparatorio de idioma español (CP) pertenecía al Departamento de Español de la Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX). Al inicio del curso académico 2014-2015, el CP fue transferido al Departamento de Lenguas y Comunicación de la Facultad de Español para No Hispanohablantes (FENHI). Entre las disciplinas que conforman su currículo, además de la disciplina Español (que es la rectora), se encuentran las disciplinas de Ciencias (Matemática, Física, Química, Biología, Computación, otras), como una variante de enseñanza del Español con Fines Específicos.
El idioma se imparte en diferentes niveles de lengua, utilizando cuatro habilidades que permitirán una competencia comunicativa adecuada: expresión oral, expresión escrita, comprensión auditiva y comprensión lectora. En el proceso de la comprensión lectora, es importante que los estudiantes conozcan, seleccionen y apliquen de manera consciente todo un repertorio de estrategias de lectura como vías efectivas para lograr la comprensión.
El objetivo del artículo que se presenta consiste en compartir las experiencias de los autores en la aplicación de las principales estrategias de lectura en las asignaturas Español, Química y Biología del CP, para contribuir al logro de la comprensión lectora de los textos especializados de estas materias, como material didáctico utilizado en las clases.
Las estrategias de lectura que se comparten, resultaron efectivas para el desarrollo de la comprensión lectora de los estudiantes que cursarán carreras técnicas (Ingenierías, Arquitectura y otras) en las universidades y otros centros de educación superior en Cuba.
Desarrollo
1. Referentes teóricos sobre la comprensión lectora
Desde tiempos remotos hasta la actualidad la lectura ha constituido una de las herramientas más importantes para el desarrollo de la humanidad. La lectura es imprescindible en el estudio, en el trabajo y en la vida cotidiana, y aunque han surgido nuevas vías y medios de asimilación del conocimiento y de transmisión de la información, la lectura sigue siendo la vía fundamental de adquirir información visual, baste decir que el 75% de lo que se aprende llega por la vía de la letra ya sea impresa o digital.
Algunos autores definen la lectura teniendo en cuenta el proceso de reconocimiento de los signos y el proceso de comprensión del mensaje como un todo único, o sea, leer y comprender es lo mismo, toda lectura implica comprensión.
Al decir de González [1], leer significa pasar de los signos gráficos al significado de los pensamientos indicados por estos signos, desde su punto de vista afirma que cualquier lectura representa la interpretación de lo que el lector es capaz de comprender y de aprender a través de dicha lectura.
Al respecto, Barboza [2] Considera que, con los avances y aportes de la psicogenética y la psicolingüística, la concepción tradicional de la lectura ha presentado cambios importantes, así, el lector tenía que pasar por el lento aprendizaje de letras, sonidos, composición de palabras hasta llegar a la decodificación, para luego pasar a la comprensión y extraer el significado del texto. Afirma que el más importante de estos cambios ha sido demostrar que el significado no está en el texto, está en el escritor cuando escribe y en la mente del lector cuando lee, por tanto, es un proceso totalmente activo de construcción de significados.
Al analizar estas valoraciones sobre la lectura, queda claro que no siempre que se lee un texto se produce su comprensión. Si el texto está por encima de las capacidades cognitivas y léxicas del lector éste no podrá penetrar en los estratos más profundos del texto, alcanzando sólo una comprensión superficial y, a veces, ni siquiera eso. Bajo estas mismas concepciones, otros autores como Zabaleta y Roldán [3], han centrado su atención en las acciones (didácticas, metodológicas) orientadas a la comprensión lectora como habilidad en los estudiantes.
A partir de sus estudios, advierten que en los últimos años se han diseñado intervenciones que tienden a favorecer el desarrollo de la comprensión lectora en la forma de programas. Descubren que muchos de ellos, sostenidos en marcos teóricos cognitivos y psicolingüísticos, delimitan áreas o habilidades que se proponen desarrollar mediante lo que se han denominado “ejercicios de lápiz y papel”. Se reconoce a la comprensión como proceso multicomponencial y esas múltiples habilidades implicadas en la construcción del significado a partir de los textos se convierten en el objeto de la intervención.
Entre las ideas principales que plantean como conclusiones, se encuentran las siguientes: La lectura constituye una actividad humana compleja que requiere de formas especializadas de interacción para su aprendizaje. Se ha considerado que implica el dominio de procesos de decodificación a la vez que la construcción de significado a partir del texto. Las investigaciones vinculadas a programas de intervención en CL permiten delimitar algunos desafíos relativos a la enseñanza. El desarrollo de la comprensión implica la participación de procesos de alto orden como la elaboración sintáctica y semántica de las oraciones, la integración de la información, la realización de inferencias, procesos no automáticos que suponen gran cantidad de recursos cognitivos.
La lectura implica el reconocimiento de las letras, de las palabras y sus significados, el establecimiento de la relación sonido-grafía, la adquisición de la entonación, el ritmo y la fluidez, mientras que la comprensión es un proceso más complejo en el que intervienen, tanto la competencia lingüística, como la capacidad cognitiva del lector. La primera se refiere esencialmente a los aspectos semánticos y sintácticos de la lengua. La segunda está referida al conocimiento del mundo, que posee el lector, sus experiencias, su inteligencia, sus sentimientos, emociones e ideología, que lo llevan a reconstruir el significado del texto de un modo muy personal. La carencia de las dos o alguna de ellas imposibilita la comprensión del texto, y esta falta de comprensión lectora dificulta la apropiación de los conocimientos y el aprovechamiento escolar se hace lento y difícil.
Se ha demostrado en la práctica que es más complejo el acto de aprender a comprender que el acto de aprender a leer, dado que aprender a leer implica el aprendizaje secuencial y jerárquico de una serie de discriminaciones visuales (las que en un principio no se excluyen).
Pero también requiere el aprendizaje de una serie de estrategias que van a facilitar la combinación de la información proporcionada por el texto y la precedente de los conocimientos del sujeto, de tal forma que construya una representación fiel de su significado, que puede ser almacenado en la memoria para su uso posterior. Sharon Jeroski [4] explica que en la comprensión lectora influyen de manera determinante tres factores fundamentales:
Lingüísticos: Los conocimientos que posee el lector, capacidades, habilidades, experiencias, motivaciones, fluidez y las estrategias que aplica en la actividad de la lectura.
El propósito con que realiza la lectura y las consecuencias o resultados esperados ya sea obtener conocimientos nuevos, obtener información, o la lectura recreativa.
El texto: su estructura, vocabulario, gramática, coherencia, cohesión, complejidad, el tipo de información que transmite y la forma en que está organizada y presentada.
Según Jeroski, el texto también es importante en el proceso de comprensión lectora, porque en el proceso de su lectura se ponen de manifiesto nuestros conocimientos previos para su asimilación; nos mostramos activos relacionando, comparando; comprendemos porque el texto se deja comprender; es decir porque posee una cierta estructura, porque sigue una cierta lógica, porque es coherente y legible.
La estructura de los textos literarios es lineal mientras que los textos expositivos poseen una estructura reticular, o sea, los conceptos se exponen uno detrás de otro por las limitaciones del lenguaje que es unidireccional e irreversible y el contenido se organiza como un sistema de elementos interrelacionados, por lo que el lector debe esforzarse para inferir y comprender las relaciones entre las partes.
Se ha establecido en los documentos docentes del CP que el objetivo de la enseñanza de la comprensión lectora consiste en desarrollar la habilidad de leer de forma analítica, y que para lograrlo se requiere aplicar una serie de tareas o actividades que permitan medir tres elementos esenciales, como son: la capacidad para reconocer el significado de una palabra o frase en el contexto de las demás ideas, la habilidad para entender e identificar lo fundamental de la lectura, y la habilidad para identificar las relaciones entre las ideas, para realizar el análisis y la síntesis de la lectura.
Queda claro entonces, como lo reafirma Almaguer [5], que la comprensión lectora no es una actividad pasiva, sino un proceso dinámico y participativo en el cual es tan importante lo que está expresado, como lo que es capaz de incorporar el lector. Por lo tanto, la misión del lector debe centrarse en decodificar el mensaje, teniendo presente que el contenido del texto es un complejo semántico que se forma de lo explícitamente expresado, lo conocido por el lector y lo inferido del contexto histórico-concreto.
Asumir la comprensión lectora como un proceso activo implica la aplicación de estrategias de lectura que faciliten relacionar la información del texto con los conocimientos previos del lector, con otros textos y con sus experiencias de manera tal que pueda decodificar acertadamente el mensaje.
Los lectores expertos utilizan un amplio repertorio de estrategias de lectura y saben cuándo utilizar una estrategia determinada y cuáles son las más apropiadas para cada tipo de texto. Como expresa Ibáñez R. [6], la diferencia entre buenos y malos lectores se aprecia a partir de que conozcan las estrategias a utilizar para comprender el texto, se supervise el propio proceso de comprensión, se establezca una adecuada relación entre el propósito general de la lectura y el texto mismo.
Es tarea del profesor, enseñar a los estudiantes un amplio repertorio de estrategias de comprensión lectora y enseñarlos a aplicar la más adecuada en cada caso, de manera tal, que el estudiante esté preparado para enfrentar el reto de cada nuevo texto.
Un aporte significativo a la teoría sobre la comprensión lectora se aprecia también en las obras de José Antonio León Gascón [7], quien ha puesto a relieve los aspectos teóricos y metodológicos en la investigación de las inferencias que incluyen los enfoques actuales más significativos. Este investigador ha realizado un estudio sistemático de las inferencias, cómo se conciben y cómo se investiga en ellas. Gascón [8], analiza desde diferentes contextos explicativos, el origen, la adquisición, la compresión y la transmisión de conocimientos. De esta manera, en él se exploran sus orígenes y su desarrollo desde la evolución biológica y también desde el cambio histórico-cultural. Plantea cuestiones directamente relacionadas con el conocimiento: ¿Cuáles de sus aspectos son exclusivos de los humanos?, ¿qué papel tiene la comprensión y el discurso en su adquisición?, ¿cómo cambia en el curso del niño al adulto?, ¿cómo varían los sistemas de conocimiento social en las diferentes culturas, según el momento en que se vive?
Una visión actualizada de la interpretación de la comprensión lectora, se apreció también en el análisis crítico realizado por Daniel Cassany [9], desde una perspectiva sociocultural. Cassany llego a la conclusión que las ideas y concepciones que después de los años 70 fueron acuñadas, como “la alfabetización funcional” o el “modelo cognitivo de la comprensión” no permiten explicar por qué utilizamos en la vida real de modo tan diferente un poema, una noticia o unas instrucciones, por qué leemos también estos géneros de maneras diversas o por qué necesitamos diferentes tipos de conocimiento previo en cada caso. Advirtió que estos conceptos tampoco se ajustan claramente a situaciones tan actuales como leer en idiomas diferentes, en soportes variados (papel, computadora, televisión, etcétera) o sobre disciplinas tan dispares (política, ciencia, ocio, etcétera).
Con el desarrollo tan acelerado de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) y con ellas las Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento (TAC), fueron surgiendo nuevas plataformas o entornos virtuales de aprendizaje, que en gran medida han influido en la lectura y su compresión.
En opinión de Alejandra Márquez [10], la digitalización dio lugar a nuevos lenguajes y medios, posibilitando que lo textual, lo icónico y lo sonoro, converjan en un solo espacio como es la pantalla, en el que se puede lograr nuevas modalidades de escritura y de lectura, entre las cuales el hipertexto es la preponderante. Sostiene que la producción de los contenidos en formato hipertextual abre nuevas posibilidades a los procesos de comprensión, ya que se refiere a una lectura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y lea mejor en una pantalla interactiva.
Con esta nueva orientación hacia la comprensión lectora y su manifestación en las condiciones y características de los nuevos entornos o campos virtuales para el aprendizaje del idioma, se han desarrollado valiosas investigaciones y publicaciones de autores como: Márquez A. [10], Muñoz EM., Muñoz LM., García MC., Granado LA. [11], Roth CI, Valenzuela F., Orellana P. [12], Méndez MC. [13], Montesdeoca DV., Gómez-Parra ME. Y Espejo R. [14], Olazabal I., Borroto G. [15], entre otros que han hecho sus aportes teóricos y prácticos a la enseñanza-aprendizaje del idioma español.
2. Las estrategias para la comprensión lectora
Las “estrategias de enseñanza-aprendizaje”, de acuerdo a la definición expresada por Julio Pimienta [16], son instrumentos de los que se vale el docente para contribuir a la implementación y el desarrollo de las competencias de los estudiantes. Con base en una secuencia didáctica que incluye inicio, desarrollo y cierre, es conveniente usar esas estrategias de forma permanente tomando en cuenta las competencias específicas que pretendemos contribuir a desarrollar.
Con respecto a la comprensión lectora, los autores asumen que son un proceso psicolingüístico complejo que ocurre durante la interacción entre el lector y el texto y que le permite al lector, a partir de su base de conocimientos, decodificar correctamente el mensaje y almacenarlo en su memoria semántica para posteriormente reconstruirlo de forma creadora y utilizarlo en nuevas situaciones comunicativas.
Las estrategias son fundamentales en el proceso de comprensión lectora, no solo le permiten al lector alcanzar la comprensión del texto, sino permiten también monitorear y corregir el propio proceso de comprensión, contribuyen al desarrollo de las habilidades de fundamentar, explicar, valorar, argumentar, resumir y otras. No obstante se debe tener en cuenta que las estrategias no son secuencias detalladas de acciones que conducen con seguridad a un resultado previsto, son pautas de actuación de carácter global que llevan a realizar elecciones oportunas mediante las que se va a conseguir una meta.
El lector debe además ser capaz de percatarse cuando no está entendiendo lo que lee, reaccionar y actuar en consecuencia para tomar las decisiones correctas y corregir sus errores mediante la selección adecuada de la estrategia o estrategias que en ese momento necesita. Además, debe ser capaz de evaluar su propio proceso de comprensión lectora. Al respecto, Quesada expresa que: las estrategias de lectura son todas aquellas tácticas espontáneas que utiliza el lector para abordar y comprender el texto. Todo lector debe utilizar estrategias para hacer frente a los diferentes portadores, esto se da a través de acciones de muestreo para seleccionar elementos que permitan realizar anticipaciones, como prever cual es el contenido del texto; informativo, narrativo, argumentativo etc. son éstos, los que le permitirán ejercer un control sobre su propia lectura y asegurarse que tengan sentido [17].
Las estrategias son muy personales y cada lector deberá escoger y aplicar la que más se ajusta a la situación de comprensión y al tipo de texto [18]. No obstante, en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la comprensión lectora el profesor al actuar como intermediario entre el lector y el texto, debe enseñarle al estudiante un conjunto de estrategias que, sin ser las únicas, puedan facilitarles el proceso de comprensión. La razón principal para enseñar estrategias de comprensión lectora, es que los estudiantes se conviertan en lectores autónomos y eficaces, capaces de enfrentarse a cualquier texto en forma inteligente. Enseñar estrategias de comprensión contribuye a dotar a los alumnos de los recursos necesarios para aprender. ¡Qué más puede desear un docente!
El uso autónomo y eficaz de las estrategias de comprensión que acabamos de mencionar va a permitir a los estudiantes:
1. Extraer el significado del texto completo o de las diferentes partes que lo componen.
2. Saber dirigir su lectura avanzando o retrocediendo en el texto para adecuarlo al ritmo y las capacidades necesarias para leer correctamente.
3. Conectar los nuevos conceptos con los conocimientos previos para así poder incorporarlos a sus esquemas.
3. Estrategias de comprensión lectora en el CP de la FENHI
A continuación se presentan las estrategias aplicadas en el proceso de enseñanza- aprendizaje de las asignaturas Español, Química y Biología en idioma español, para contribuir al desarrollo de la comprensión lectora de los estudiantes de la FENHI.
En este caso, el análisis de los textos propios del contenido de las referidas asignaturas, se realiza en tres etapas fundamentales las que se han denominado: aproximación al texto, análisis del texto y reproducción del texto.
En la primera etapa: aproximación al texto, se recomienda aplicar las estrategias siguientes:
Realizar la activación de los esquemas previos.
Hacer las asociaciones iniciales con el tema.
Reflexionar acerca del tema, su importancia, su actualidad, etc.
Comparar ideas y opiniones sobre el texto.
Predecir el contenido del texto.
Extraer información del título, fotos, esquemas, cuadros, infografías y láminas (si las hubiera)
Analizar los datos sobre la vida y obra del autor.
En la segunda etapa: análisis del texto, se recomienda aplicar las estrategias siguientes:
Leer el texto de principio a fin sin detenerse, aunque contenga palabras que resulten incomprensibles, esto ayuda a los estudiantes a formarse una idea general del tema que aborda el texto.
Realizar la comprobación de las predicciones.
Realizar la lectura silenciosa, reflexiva y repetida del texto.
Conectar y comparar lo leído con lo que conocen.
Visualizar lo que leen.
Releer las partes que no comprenden o continuar leyendo para tratar de hallar la información esclarecedora más adelante.
Hacer las rectificaciones necesarias.
Extraer información de fotos, láminas, diagramas, gráficos tablas y otros (si los hubiere).
Analizar las palabras que dificultan la comprensión, específicamente la terminología científica y extenderlo a todas las palabras desconocidas.
Inferir el significado de las palabras, frases, oraciones de acuerdo con el contexto.
Analizar los referentes y marcadores textuales que propician la coherencia y cohesión del texto.
Analizar las estructuras gramaticales en relación con las intenciones del autor.
Hacerse preguntas en cada párrafo para comprobar si comprenden lo que están leyendo, de no ser así volver atrás.
En la tercera y última etapa: reproducción del texto, se sugieren las estrategias siguientes:
Leer superficialmente para localizar la información relevante, útil o necesaria.
Buscar evidencias de que se han formado la idea correcta.
Expresar con sus palabras la idea principal del texto.
Expresar sus opiniones y compararlas con las de los demás.
Asumir un punto de vista propio que puede diferir con respecto al de los demás e incluso al del autor del texto.
Resumir el texto en idioma español, seleccionando las ideas fundamentales y desechando las secundarias.
Elaborar esquemas, mapas conceptuales, cuadros comparativos, tablas, gráficos etc.
Finalmente, es de gran importancia tener en cuenta que las estrategias de enseñanza deben estar adecuadas a los intereses de los estudiantes, a la naturaleza de los contenidos, a los propósitos con los cuales se enfrente la lectura para permitir obtener el conocimiento y practicarlo en un contexto de uso lo más real posible.
Conclusiones y resultados
Las estrategias aquí presentadas, han contribuido de manera significativa al logro de la comprensión lectora de los textos contenidos en la asignaturas Español, Química y Biología, por parte de los estudiantes del CP de la FENHI, principalmente en aquellos que estudiarán carreras de Ciencias Técnicas en las universidades y otros centros de educación superior en nuestro país.
Según la experiencia de los autores, no fue estrictamente necesario que los estudiantes aplicaran todas las estrategias presentadas en este artículo, ni que siguieran un orden preestablecido. En cambio, aprendieron a identificar lo que se puede lograr con cada una de ellas y como aplicarlas.
Las dificultades iniciales presentadas por los estudiantes en la comprensión lectora se fueron resolviendo con la utilización progresiva de las estrategias, hasta lograr el nivel de comprensión lectora requerido.
Cuando alguno de los estudiantes mostró falta de conocimientos previos para comprender el texto (impreso o en formato digital), se le orientó la lectura de otros textos más simples, pero que le aportaran los conocimientos necesarios para la comprensión de la terminología de las asignaturas de ciencias, en idioma español. También se les orientaba buscar ayuda en sus compañeros, pero sin renunciar a la lectura del texto.
Los estudiantes interiorizaron que la lectura es un proceso de reconocimiento de las letras, de la relación sonido-grafía, de las palabras, de la adquisición de la entonación, el ritmo y la fluidez. Pero que la comprensión lectora es un proceso más complejo, que implica un esfuerzo por parte del lector, quien tiene que emplear sus competencias lingüísticas, su capacidad cognitiva y aplicar convenientemente un variado repertorio de estrategias de lectura.
Las estrategias de lectura aplicadas en las clases de las asignaturas Español, Química y Biología, guiaron a los estudiantes hacia el logro de los objetivos que se proponían al leer y les permitió monitorear y corregir el proceso de comprensión, por lo que constituyeron una vía fundamental para alcanzar la comprensión lectora.